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Medicina. Forense
De ant�dotos y venenos









El tema surgi� al ver esta explicaci�n sobre c�mo funcionan los ant�dotos (por cierto, muy recomendables el resto de vi�etas). Y es que cada veneno tiene un tratamiento particular: no hay ninguna p�cima m�gica, de modo que es crucial saber lo antes posible a qu� nos estamos enfrentando. Eso, y acudir r�pido a un servicio de urgencias (un n�mero que espero que jam�s necesit�is: 91 562 04 20, Instituto Nacional de Toxicolog�a). No obstante, veremos con ejemplos c�mo podemos agrupar los diferentes ant�dotos bas�ndonos en el mecanismo por el que funcionan: a veces basta con hacer vomitar, y otras tenemos que inyectar sofisticados anticuerpos…

Mecanismo f�sico.

El “ant�doto” m�s obvio y casero de todos es el v�mito, que se usa con cuidado por el riesgo que tiene; imagina que has tomado lej�a: quemar�a al entrar… �y al salir! Y si el paciente no est� del todo consciente, lo mismo aspira su v�mito y la l�as parda. As� que, en vez de esto, en los servicios de urgencias a veces se opta por el vaciado o el lavado g�strico. Mientras quede en el est�mago algo de t�xico que podamos sacar, pasamos una sonda por la nariz y vamos llenando y vaciando con agua, aspirando el contenido hasta dejar todo como los chorros del oro.

A esto se le puede a�adir el uso de carb�n activado, una especie de engrudo negro que meteremos por la misma sonda o daremos disuelto en agua. El carb�n tiene la cualidad de adsorber ciertos t�xicos, igual que tus plantillas el olor de los pies: hace que se “pegue” a �l como a un im�n, evitando que quede libre y pueda ser absorbido al pasar por el intestino. Eso s�: sabe a rayos y provoca un estre�imiento acojonante.

Compitiendo por el receptor.



Si un agricultor se ha fumigado a s� mismo en vez de a los �rboles, o si Nicholas Cage rueda La Roca, tendremos que darle atropina: el mecanismo de los insecticidas es parecido al de los gases nerviosos, como el sar�n del atentado en el metro de Tokio. Los organofosforados y los carbamatos inhiben una enzima, aumentando la concentraci�n de acetilcolina (un neurotransmisor): el remedio es bloquear su receptor con atropina, impidiendo que este exceso de acetilcolina tenga efecto.

Otro ejemplo t�pico son las sobredosis de opi�ceos. Yonqui que recae tras rehabilitarse, ha perdido la tolerancia que ten�a, y el pico que antes le daba un subid�n ahora lo deja medio muerto en el suelo. En cuanto llegue al hospital le pondr�n naloxona, que “tapa” los receptores opioides y bloquea la uni�n de la hero�na, como si nunca se la hubiese pinchado. Eso s�: cuidado, porque cuando el tipo se despierte con un mono del quince, se va a poner de muy mala leche…

Y otro que quiz�s conozc�is: si un paciente se ha tomado unos chupitos de anticongelante (o bebidas adulteradas), la soluci�n es darle etanol, alcohol del de las heridas. �Por qu�? El problema de esos alcoholes t�xicos (etilenglicol, metanol) son sus metabolitos, producidos por la enzima alcohol deshidrogenasa (esa que las mujeres tienen en menor cantidad). La gracia es que, si la enzima fuese un pib�n, el etanol ser�a un chulo piscina y el alcohol adulterado es un pintas tirando a feo, as� que en el momento que metemos etanol, la enzima se engancha a �l y manda al otro a tomar por culo. Y, claro, seg�n avanza la noche, el metanol se va de la fiesta, porque all� ya no tiene nada que hacer. Por lo tanto, el tratamiento es poner una disoluci�n de etanol intravenosa (o darle una botella de Jack Daniels’) y ajustar la dosis para mantenerle con un pedo importante (1 g/L en sangre, el doble del positivo en un control de alcoholemia).

Secuestrando el veneno.

Si comparamos el veneno con una llave, que hace su efecto entrando en las cerraduras de las c�lulas, tenemos dos opciones. La que hemos visto antes ser�a como tapar con silicona las cerraduras. Pero tambi�n podemos poner cerraduras “de pega”, para que las llaves entren ah� y ya no molesten. Es el caso del ant�doto de la digoxina, un antiarr�tmico, o contra venenos de serpientes, ara�as y otros bichos: se coge un caballo o una oveja a los que se les inocula el veneno para que produzcan anticuerpos, que nosotros extraeremos y purificaremos (bien como inmunoglobulinas o bien, m�s procesados, como fragmentos Fab de uni�n al ant�geno). Luego, cuando un incauto se intoxique, se lo inyectaremos para que los anticuerpos-polic�a arresten al veneno y eviten que cometa el crimen.

Aumento de la eliminaci�n.

Ciertos metales como ars�nico, plomo y mercurio son t�xicos. Su cabron�a reside en que les encanta jugar a los esp�as, haci�ndose pasar por sustancias b�sicas en el organismo (como el calcio), y en que se agarran a los tejidos (los gl�bulos rojos, la grasa…) y el organismo no tiene forma de despegarlos de ah�. Por eso hay agentes quelantes como el dimercaprol, el EDTA o la penicilamina que se unen a ellos, formando complejos f�cilmente eliminables por el ri��n.

De hecho, si es algo que se elimina por el ri��n, a veces conviene hacer que el paciente mee m�s (poniendo sueros a cascoporro) o modificar el pH de la orina, para que el t�xico que sale no pueda volver a entrar. Pero otras veces hace falta una ayuda adicional, recurriendo a la di�lisis. Esto se suele reservar para aquellos casos en los que sean insuficientes las medidas de soporte del siguiente punto, si hay mucho t�xico en la sangre o si el cuerpo no da abasto para desembarazarse de �l.

Tratamiento de las intoxicaciones.

Yo ven�a aqu� a hablar de ant�dotos, pero la verdad es que s�lo hay ant�dotos espec�ficos para unos pocos venenos. En el resto de casos, lo que se hace es mantener la homeostasis del organismo y contrarrestar el efecto del t�xico, preferiblemente anticip�ndonos a �l: si sube la tensi�n, yo la bajo; si deprime la respiraci�n, pongo ventilaci�n mec�nica; si da convulsiones, las quito con diazepam. Si la cosa se complica, y las setas se han cargado el h�gado, pongo plasma fresco para aportar los factores de coagulaci�n que le faltan al enfermo. Si es algo m�s sencillito, como una buena gastroenteritis, pongo sueros y controlo los iones. Y as�, hasta llenar manuales y manuales. Pero, como curiosidad, espero que hay�is quedado satisfechos: si no, para eso est�n los comentarios.

Bibliograf�a:
Auerbach PS, Norris RL. Trastornos producidos por mordeduras de serpiente y por venenos de animales marinos. Longo DL, Jameson JL, editores. Harrison. Principios de Medicina Interna. 16� ed. McGraw Hill; 2005. p.2856-64
Intoxicaciones. En: Beers MH, Berkow R (editores). El Manual Merck de diagn�stico y tratamiento. Edici�n del Centenario. 10� ed. Madrid: Harcourt; 1999. p.2625-61
Pinillos MA, et al. Toxicolog�a cl�nica. An Sist Sanit Navar, vol. 26, sup. 1, 2003.







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