Recientemente, el Ministerio de Sanidad tomó la determinación de cambiar la forma de aplicación de la vacuna de la varicela en España. Primero, bloqueó su distribución y después confirmó limitar su aplicación, en el calendario vacunal, a niños mayores de 12 años, cuando organizaciones especializadas como los Centros de Control de Enfermedades de los EE.UU. recomiendan la vacunación entre los 12-15 meses con un refuerzo a los 4-6 años.
Diversas voces de la comunidad médica ejemplificadas en [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] advirtieron que era un error: «Es una grave decisión, sin ningún argumento científico que lo avale, que deja sin protección a millones de niños españoles menores de 12 años frente al virus VVZ (varicela-zoster). Además, incumple la normativa del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP), acorde con la European Medicines Agency (EMA)», declaró.
Ante la discrepancia respecto de la decisión del Ministerio de Sanidad, que invocó la opinión de sus expertos, escribí al Ministerio preguntando quiénes eran los responsables de esta decisión.
Dado que su respuesta fue, cuando menos, poco satisfactoria, esperaba yo hacer el seguimiento de la misma más adelante cuando se dio el lamentable caso del fallecimiento de una niña de Burgos por una poco frecuente, pero no imposible, complicación de la varicela, potenciada por una acción gubernamental concertada hasta donde se sabe: la del gobierno del PP, que le ha hecho imposible el acceso a las vacunas, y la del gobierno vasco cuya sanidad le negó una ambulancia para que fuera atendida de las complicaciones de la enfermedad.
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Hace casi un año, el 24 de abril de 2013, el derrumbe de un edificio a las afueras de Daca, la capital de Bangladesh, despertó de su plácida indiferencia al mundo ante las condiciones de trabajo en el país asiático. De un día para otro, los consumidores y las grandes marcas abrieron, por fin, los ojos a las condiciones reales que permiten vender en Occidente prendas a precios que, difícilmente, garantizan unas condiciones de trabajo mínimamente dignas.
El derrumbe del edificio, conocido como Rana Plaza, que alojaba a varias empresas textiles, provocó más de 1100 muertos y casi 2500 heridos. Un año después, algunas condiciones laborales han cambiado en Bangladesh. Pero no todas. Y algunas empresas han asumido su parte de responsabilidad a la hora de compensar a las víctimas. Otras no. De hecho, solo siete de las 27 empresas occidentales que fabricaron en Rana Plaza se han comprometido a hacerlo.
A un acuerdo se han sumado empresas españolas como Inditex, El Corte Inglés o Mango que, con más o menos reticencias, asumieron que en Rana Plaza se producían prendas con sus etiquetas. Pero otras, con apellido estadounidense, han decidido hacer la guerra por su cuenta. “ Wal-Mart y GAP han hecho lobby contra el acuerdo y han establecido su propia alianza.
Otra consecuencia fue la subida del exiguo salario mínimo del sector textil en Bangladesh, desde menos de 30 euros mensuales hasta, aproximadamente, 50 euros. También han crecido las inspecciones a las fábricas, que en el conjunto de Asia han aumentado por encima del 50% y en Bangladesh un 64%, según apunta la profesora de Icade Carmen Valor.
Además, hay compañías que aún no han confirmado si van a invertir en el fondo, como el gigante italiano Benetton, la multinacional francesa Auchan, que en España opera como Alcampo, o el gigante de la ropa barata Primark. Para lograrlo, Ropa Limpia, junto con otras asociaciones, ha lanzado la campaña Pagad Ya!
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Se anuncian en los periódicos. Salen en la televisión. Cobran por adivinar el futuro a través del teléfono. Alardean de que les consultan empresarios y gobernantes. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando sus dones -de existir- harían un servicio a la Humanidad, callan. Ningún vidente previó el 11-S ni el 11-M; ninguno dio la alerta del terremoto del Índico de diciembre de 2004 ni del de Japón de marzo de 2012. Sus presuntos superpoderes sólo sirven decirle al cliente lo obvio, lo que le diría cualquiera a partir de la información que da sin darse cuenta el propio interesado, pero resultan inútiles cuando lo que está en juego son vidas humanas.
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Hace unos días una niña de tres años residente en Treviño moría por una sepsis causada por de una varicela.
Y curiosamente la discusión se está centrando en quién tenía que haber enviado una ambulancia a recogerla y en qué momento, aunque creo que no es ese el tema, tal y como se puede leer en No fueron las ambulancias; fueron las vacunas.
En España en el siglo XXI ningún niño debería morir por culpa de las complicaciones de una varicela porque es una de esas enfermedades que se evitan con una vacuna.
El problema, en este caso, es que el gobierno de España ha decidido, en contra, por ejemplo, del criterio de la Asociación Española de Pediatría, que recomienda la vacunación contra la varicela a los 12 meses en una primera dosis y a los 2 años en una segunda ha decidido pasar a hacerlo sólo a partir de los 12 años.
Y eso parece una decisión cuando menos equivocada, pues como explica el pediatra Josep María Corominas, [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].
Además, el gobierno se ha encargado de bloquear su distribución en farmacias, con lo que unos padres preocupados tampoco pueden recurrir a comprarla para ponérsela a sus hijos.
Por si fuera poco, desde el gobierno no saben, no contestan cuando se les pregunta quién tomó esta decisión.
Fuente: microsiervos
Porque no hay nada más irresponsablemente antihigiénico que hacinarse en el lugar de peregrinación, sin agua potable, sin tratamiento de residuos fecales, sin poderse lavar o cocinar adecuadamente y compartiendo todo con otros miles de enfermos o toquetear y besuquear esas infames reliquias sagradas manoseadas por millones de desesperados durante décadas o siglos.
Así un reciente estudio realizado por investigadores indios y británicos ha encontrado que en las por otra parte prístinas aguas del nacimiento del sagrado río Ganges, allá por remotos lugares de la cordillera del Himalaya se encuentran infinidad de bacterias altamente patogénicas resistentes a los más diversos antibióticos, resultado del paso de millones de devotos peregrinos hindúes que orinan, defecan y malviven hacinados en improvisados campamentos pidiendo salud al prolífico panteón hindú mientras por otra parte intercambian todo tipo de enfermedades.
Fuente: Diario de un ateo
Una joven de tan solo 16 años, vecina de Roldán (Murcia), que tras un viaje hace unos meses con su familia a Marruecos, al parecer sus padres habían concertado el matrimonio con un señor de 60 años de edad*. Todos sus compañeros del instituto en Roldán se extrañaron de que en este curso hubiese comenzado a llevar pañuelo en la cabeza. Las personas allegadas si tuvieron conocimiento de que era por el futuro matrimonio.
Sin embargo, ella no estaba dispuesta a ese matrimonio, menos aún siendo menor de edad, y discutía numerosamente en casa por este motivo. Una circunstancia, los matrimonios de forzados, concertados o arreglados (junto con los de conveniencia), no tan lejanos en el tiempo en nuestra cultura y que aun se siguen practicando en diversos ámbitos.
Para esta chica la presión fue tal, que el pasado 21 de febrero, usando ese mismo pañuelo que anudaba en su cabeza, y subiendo a una torre de alta tensión, ponía fin a su existencia. Dejó una nota escrita en árabe en su mochila, de la que no ha transcendido más que parte de su contenido:“No quiero molestaros más” y “no tengo fuerzas para seguir viviendo”. Sus compañeros y profesores de instituto, consternados, reciben atención psicológica para comenzar a superar este trauma. Su familia intenta reunir los fondos para repatriar el cadáver a Oujda (Marruecos), su ciudad natal, tan pronto se le realice la pertinente autopsia.
Quedaremos atentos por si, además de esta tristísima pérdida humana, se produce algún tipo de detención o condena, ya que el tema sigue en el juzgado.
Fuente: ¿Qué mal puede hacer?
Licencia CC
Hay veces que las comparaciones son odiosas. Aquí se compara un gran buque en su época (ahora hay barcos muchos mayores), el Titanic, con el arca de Noé descrito en el Génesis.
El Titanic tenía unos 52 metros de alto, 265 metros de longitud y 27.5 metros de ancho; estaba construido de acero y transportó a 3547 personas más unas provisiones para 3 semanas. A pesar de su imponente estructura no soportó el choque con una masa de hielo y se fue a pique. En contraste el hipotético arca poseía 13.5 metros de altura, 135 metros de largo y 22.5 metros de ancho y estaba construida de madera. En esa nave se debían colocar más de 50000 animales no insectos y más de 2 millones de insectos, acompañados de 8 personas y provisiones para alimentar todos ellos durante un año. El arca aguantó un aguacero ininterrumpido de más de un mes que inundó todo, hasta que no quedó tierra visible, capeando firmemente el temporal. Sin duda eso fue más que un milagro.
Fuente: La Ciencia y sus Demonios
Una señora que rondaba los cincuenta, llamémosla Cooper, fue a visitar al neurólogo norteamericano Harold Klawans. Estaba preocupada por su segundo hijo, Walter. En cuanto le dijo que a sus 28 años Walter se tambaleaba y sufría de convulsiones y sacudidas, que había dejado de leer y sólo veía los programas infantiles de la televisión, Klawans sospechó el diagnóstico. Incluso durante la consulta Walter fue incapaz de mantenerse quieto. El escáner confirmó las sospechas del neurólogo: Walter sufría de corea de Huntington, una enfermedad genética inevitable que aparece en la edad adulta.
Para confirmar el diagnóstico, Klawans buscó en el árbol familiar otros casos pues la mayoría de los enfermos de Huntington lo son porque lo han heredado de sus padres. La madre de Walter estaba bien, al igual que sus padres. Su padre había vivido hasta los 77 años y su madre tenía 83. Quizá la enfermedad viniera de la familia de su marido. Éste había muerto a los 43 años en un accidente de caza, algo consistente con la enfermedad pues el suicidio y la muerte prematura son habituales entre quienes padecen la enfermedad. Pero el difunto señor Cooper no había tenido convulsiones, depresiones, ni la pérdida de memoria ni los cambios de personalidad asociados a la enfermedad de Huntington.
La ansiedad de la señora Cooper era evidente: tenía otro hijo y dos hijas. ¿Corrían ellos el mismo riesgo? Klawans le dijo que sí. Meses después la señora Cooper regresó a la consulta del neurólogo visiblemente afectada. Había consultado a un genetista y le dijo que el Huntington era una mutación espontánea y que tales mutaciones sucedían a un tercio del total de los que sufren la enfermedad. Casi histérica, la señora Cooper gritaba sin compasión a Klawans. El médico, muy sensatamente, no le dijo que esa mutación espontánea se daba una vez entre un millón y que, por supuesto, el adulterio era bastante más común.
El neurólogo pensaba que el padre de Walter era ilegítimo. Como muchos otros, se deprimió por efecto de la enfermedad o por reacción a ella. Entonces marchó de caza y se mató. Lo peor que pudo hacer Klawans es comentarle estos pensamientos a la señora Cooper; le llamó bastardo. Dos días después recibió una carta de la enfadada madre: era una disculpa. El neurólogo tenía razón, pero se había equivocado en una generación. El difunto señor Cooper no era el padre de Walter. Era cierto que él se había suicidado pero no por culpa del Huntington. Durante una discusión ella le había confesado que él no era el padre de su hijo, sino un vecino que había muerto atado a la cama de un hospital. Ahora se enfrentaba a un importante dilema: confesar a sus hijos su adulterio o dejar que vivieran bajo el temor de una terrible enfermedad.
Fuente: La ciencia de tu vida
“Me han pedido ayuda. Yo creo en la visión remota. ¿Me puedes ayudar? ¿Puedes, por favor, tratar de ver donde crees que cayó el avión ? ¿Cómo y por qué? ¿Cuáles son tus sentimientos? ¿Qué te dice la intución? Gracias”. Éste fue el mensaje que colgó Uri Geller el martes a las 2.38 horas en Twitter. Una muestra más de su infinita desvergüenza.
Casi treinta años después de haber saltado a la fama engañando a periodistas ingenuos con trucos de ilusionismo que hace pasar por poderes paranormales, Geller no sabe cómo seguir llamando la atención. En diciembre pasado, deslumbró con los mismos trucos de siempre a un crédulo Pablo Motos en su programa de Antena 3 y anunció que iba a parar el reloj de la Puerta del Sol en el ensayo general de las campanadas de Nochevieja del 30 de diciembre. No lo hizo; pero consiguió su objetivo, que se hablara de él.
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En una época en la que no existían herramientas para contemplar los entresijos del cuerpo humano sin la obligación de apartar la carne, el hecho de que un cazador canadiense de diecinueve años llamado Alexis St. Martin recibiera un disparo en el estómago fue aprovechado por William Beaumont para describir cómo funcionaba la digestión humana en directo.
Beaumont era cirujano del ejército norteamericano, y una mañana de junio de 1822 fue llamado para tratar a St. Martin de una aparatosa herida en el abdomen provocada por un disparo accidental de escopeta. La herida era muy profunda, pero, tras un largo período de convalecencia, St. Martin sobrevivió.
La suerte para Beaumont es que a St. Martin le quedó un agujero permanente en el estómago, tal y como explica Jennifer Ackerman en el libro Un día en la vida del cuerpo humano:
tenía que conectarse una especie de válvula en el estómago del tamaño de un dedo índice para que los alimentos no le rezumaran durante las comidas. El agujero permitió a Beaumont observar el interior del estómago de St. Martin hasta una profundidad de cinco o seis pulgadas (12-15 cm) y desarrollar más de un centenar de innovadores experimentos sobre el funcionamiento del estómago, sus secreciones y el proceso de la digestión.
En 1833, el doctor William Beaumont publicó su libro “Experimentos y observaciones de los jugos gástricos y la Fisiología de la Digestión”
Fuente: xatakaCIENCIA
Licencia CC
Con solo echar un vistazo a la palabra “toxicología” se puede deducir que tiene que estar relacionada con el estudio de los tóxicos. Pues no vais mal encaminados, pero para ser más exactos una definición de esta palabra sería la siguiente:
“es el estudio de los efectos nocivos que pueden ejercer algunas sustancias químicas sobre los seres vivos”.
Como podéis ver en la definición, tiene que quedar claro que depende de la sustancia química y de la cantidad de la misma a la que estemos expuesto. Es decir, hablamos de que existe un riesgo cuando estás expuesto a ella y un peligro.
Es una ciencia multidisciplinar como indica el siguiente diagrama:
¿Cómo se clasifica una sustancia tóxica?
Hay una serie de criterios establecidos para clasificar una sustancia que son:
Además también es muy importante clasificarlas según su estado físico, la estabilidad o reactividad química, la estructura química o su potencial tóxico.
Por ello es esencial establecer estos criterios que ayudan a clasificar y etiquetar esas sustancias, tal y como podemos ver en las etiquetas de los productos químicos utilizados en la limpieza del hogar o los que se emplean en el laboratorio.
Ampliar en: Blog de un bioquímico
Cualquiera puede asegurar prácticamente cualquier cosa contra cualquier tipo de accidente. Lo único que se necesita es llegar a un acuerdo con una aseguradora que esté dispuesta. Pero quizá nada sea tan extravagante, ni un negocio tan redondo como el seguro de abducción extraterrestre.
El primer caso documentado es el de la agencia de seguros St. Lawrence, en Altamonte Springs (Florida) en 1987. Su dueño, Mike Lawrence, tras leer una novela de Whitley Strieber sobre abducciones extraterrestres (según el escritor, basada en hechos reales), se percató de que su seguro, ni ninguno de su compañía, cubría ante este tipo de desgracias.
Por ello, no dudó en añadir inmediatamente a su agencia de seguros un nuevo seguro de abducciones extraterrestres. El seguro en cuestión cubría los gastos médicos (tanto psicológicos como físicos) necesarios tras una abducción extraterrestre hasta un precio máximo de 10 millones de dólares. Este precio se multiplicaba por dos en caso de ser comido por aliens o de concebir un hijo tras una violación extraterrestre. Si sólo se trataba de una abducción, el beneficiario del seguro recibiría un dólar por año hasta que regresase el abducido, hasta un límite de 1 millón de años (no sea que fuera a volver… y pagasen en vano).
Lo más curioso de todo es que, a lo largo de 15 años, fueron muchos los que contrataron este seguro, e incluso le surgió competencia por otras compañías estadounidenses e inglesas. Pero aún más curioso / preocupante / extravagante es el hecho de que, según relata Mike Lawrence en una entrevista hecha en el año 2002, tiene dos pólizas pendientes de pago.
Una de las compañías que siguieron los pasos de St. Lawrence fue la aseguradora basada en Londres, Goodfellow Rebecca Ingrams Pearson. Esta aseguradora ofrecía un seguro, por el módico precio de 100 libras al año, mediante el cuál pagaría 100.000 libras a cualquier asegurado que fuera capaz de demostrar que había sido abducido por un ser de otro planeta.
Esta compañía aseguró en octubre de 1996 a un grupo de 39 personas por un precio de 10000 dólares, que cubriría a cada uno con un millón de dólares en caso de abducción. El 26 de marzo del año siguiente, las 39 personas aparecieron muertas en un pueblo cerca de San Diego (California). Las 39 personas resultaron ser miembros de La Puerta del Cielo (Heaven’s Gate), una secta que les había convencido para suicidarse coincidiendo con la llegada del cometa Hale-Bopp.
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Convertido en un evento a nivel mundial, el estreno de la nueva serie de Cosmos —prologada por el presidente Barack Obama— consiguió un audiencia de 8,5 millones de espectadores en Estados Unidos y el aplauso de la crítica pero parece que nunca llueve a gusto de todos.
Diferentes grupos cristianos católicos, testigos de Jehová y creacionistas han manifestado en las redes su oposición al programa, criticando lo que según ellos es «propaganda anti-religiosa». En concreto desaprueban las explicaciones del documental sobre teoría del Big Bang como origen del universo, así como la formación de la Luna —debido al impacto de un cuerpo celeste de gran tamaño con la Tierra—, y también lamentan que no se mencione a Dios en el proceso de toda esta creación. «Aparentemente ‘Cosmos’ puede mentir en televisión. La luna fue creada por Dios. Como lo fue la vida. Así que sí sabemos de dónde viene la vida», aseguraba un usuario. «Obama hace la introducción de ‘Cosmos’. Otra mentira de Obama y engaño sobre la creación», opinaba otro. «Se están pasando con la propaganda anti-religiosa. No harán lo mismo sobre la mala ciencia», criticaba otro espectador. «Querido ‘Cosmos’, el origen del universo en realidad no es misterioso. Dios y Moisés escribieron sobre él en la Biblia. Deberías leerla en algún momento».
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En mayo del 2013, la USDA y la EPA publicaron un estudio científico exhaustivo sobre los múltiples factores que contribuyen al CCD. De acuerdo con este informe consensuado, la primera causa de CCD es un ácaro parásito que perjudica a las abejas directa e indirectamente mediante la transmisión de virus que las infectan. Otros factores mencionados aumentan la vulnerabilidad de las abejas a los ácaros y los virus; esos factores incluyen enfermedades bacterianas, la baja diversidad genética en poblaciones de abejas melíferas de EE.UU., debido a cómo se crían las abejas modernas, la mala nutrición en áreas donde las abejas deben recorrer largas distancias en busca de néctar y polen, y el uso de algunos insecticidas.
Entre los acusados a priori estuvieron los sospechosos habituales: los transgénicos y los neonicotinoides de los pesticidas, oportunidad que los ecotalibanes aprovecharon para llevar a cabo una campaña de desprestigio.
Fuente: DE AVANZADA