Un artículo en la revista National Geographic titulado Maestros del Éxtasis trata sobre el renacimiento de los cultos chamánicos en la actual Rusia postsovietica, en donde se presenta toda una colección de diversos de estos presumibles mediadores de la naturaleza, que proliferando entre la ignorancia de las gentes del extremo oriente del gigante ruso, despliegan la muy archiconocida y absurda mezcolanza de supuestos trances, sanaciones milagrosas, contactos con los espíritus sagrados del viento o los árboles y demás palabrería vacua, solo apta para las mentes más atrasadas de entre los más ignorantes miembros de nuestra prolífica especie.
«Símbolo de eternidad, este «árbol madre», un pino del norte de Mongolia, atrae peregrinos de todas partes. El árbol cedió bajo el peso de las ofendas textiles; las azules representan la paz y el cielo infinito».
Así el venerado «árbol madre» ha terminado (a pesar de su naturaleza sagrada) por morir asfixiado por aquellos mismos que supuestamente le rinden culto y homenaje. No se podía sintetizar mejor la obscena paradoja de todas las religiones: tras un aparente noble interés inicial, al final la cruda realidad es que los creyentes siempre acaban por pervertir y destruir todo aquello que supuestamente adoran más devotamente.
Fuente: Diario de un ateo
En otra fantabulosa columna (El Espectador, Colombia), Klaus Ziegler critica las hipótesis que han pretendido entrar en la medicina pero que no han contado con la evidencia pertinente para conseguirlo, termina con esto:
La teoría de la armonía y el desequilibrio de las energías vitales es sin duda la más elemental. Sin embargo, el mismo modelo primitivo persiste intacto en casi todas las llamadas “medicinas alternativas”, apoyado ahora en la parafernalia espuria de la jerga pseudocientífica. Y no es la pretensión científica lo que indigna, sino el engaño. Panaceas que prometen curas mágicas para todo tipo de males se promocionan a diario en la radio y la televisión. Y todo ello sin necesidad de recurrir a métodos invasivos, y a precios, en comparación, exiguos.
Si los fármacos y procedimientos de la medicina alopática deben someterse a rigurosas pruebas de laboratorio, y a innumerables ensayos clínicos, ¿por qué no se utiliza el mismo rasero cuando se trata de medicinas alternativas y drogas naturistas? Es hora de que los organismos reguladores exijan pruebas sólidas de su eficacia, máxime si tenemos en cuenta que en la gran mayoría de los casos estos procedimientos jamás han demostrado tener una eficacia por encima del tratamiento con placebos. Y no son pocas las circunstancias en que esas drogas resultan tóxicas o enmascaran enfermedades progresivas y mortales. Los costos para el sistema de salud son incalculables, sólo proporcionales al lucro generado por prácticas irresponsables que se alimentan de la ignorancia y prosperan en el dolor y la desesperanza.
Las historias sobre presuntas conversiones de ateos en el lecho de muerte, o en presencia de acontecimientos traumáticos, son casi un subgénero literario de la apologética religiosa. Algunos de los casos más sonados afectan a Voltaire, Nietzsche, Darwin, Sartre o Carl Sagan. Pese a que siguen disfrutando de una amplia difusión, la mayoría de estas anécdotas edificantes son en realidad apócrifas y algunas han sido desmentidas por los propios familiares cercanos. Anne Druyan, para poner un ejemplo, rechazó en el epílogo de Billions and Billions: Thoughts on Life and Death at the Brink of the Millennium las “fantasías de los integristas” sobre la conversión postrera de su esposo Carl Sagan. Otros ejemplos más recientes, como el de Christopher Hitchens, dejan menos resquicios para dudas y maquinaciones.
Sólo muy recientemente han empezado a estudiarse experimentalmente los efectos que tiene el pensamiento de la muerte sobre las creencias de las personas. En 2006 Norenzayan y Hansen [PDF] estudiaron la forma en que la conciencia de la muerte afecta a la creencia en agentes sobrenaturales. Su trabajo avaló en apariencia la llamada “teoría de la gestión del terror” (Terror Management Theory): la conciencia de la muerte no sólo aumentaría la religiosidad en general, sino que también reforzaría las creencias culturales de las personas; esto es, los cristianos tenderían a reforzar su fe en Jesucristo y su negación de Alá o Buda, mientras que los musulmanes reforzarían su fe en Alá y su negación de Jesucristo o Buda. Muy significativamente, los recordatorios de la muerte también fomentarían también la religiosidad de los agnósticos, pero no así de los ateos.
Un trabajo de Jonathan Jong, publicado este año en Journal of experimental psychology ha discutido estos resultados, mostrando que pensar subliminalmente en la muerte puede hacer que los «no creyentes» consideren los conceptos religiosos algo menos imaginarios. Otro estudio reciente, de Kenneth Vail y sus colegas es, sin embargo, escéptico: los ateos resultan ser bastante irreligiosos se les obligue o no a pensar en la muerte. Para Vail, que es psicólogo experimental en la universidad de Missouri, «el consuelo de la religión no parece ser una necesidad universal».
Fuente: La revolución naturalista
Artículo completo en: Magonia
Vídeo impactante donde numerosas personas hablan de cómo dejaron de creer en una religión y sufrieron rechazo social por ello. No creo que sea un caso muy habitual en Europa, pero debe ser de lo más común en sociedades profundamente teístas como EE. UU. Me quedo con una frase: “Sospecha de cualquiera que quiera limitar tu curiosidad”. El ateísmo nos da la libertad de cuestionarnos todo, incluso el ateísmo mismo. La religión lo único que ofrece es el sometimiento a dogmas irracionales y a la voluntad de los que se creen con el derecho a interpretarlos. Es un instrumento de control social y mental.
Fuente: Blog de Roberto Augusto
Se había oído hablar de él antes, pero muchos descubrieron su existencia a través de estas fotografías morbosas, que fueron difundidas recientemente. Según la agencia de prensa INSA, el hombre que muestra un dedo cortado fue acusado de robo y adulterio por un tribunal en la ciudad suroccidental de Shiraz. También fue acusado de estar a la cabeza de una organización criminal. Además de perder sus dedos en una mano, fue condenado a tres años de prisión y 99 latigazos.
No hay testigos independientes que fueran capaces de relatar las circunstancias en que tuvo lugar esta amputación. Cuatro fotos de la escena publicadas por la agencia de prensa, fueron ampliamente difundidas en las redes sociales. Aunque parezca extraño, la cara del hombre no mostraba ninguna señal de sufrimiento en las fotos, aunque es posible que podría haber sido anestesiado.
El portavoz de Iran Human Rights, Mahmud Amiry-Moghaddam, que tiene su sede en Noruega, explica: «Lo sorprendente de esto es que no sólo era una amputación pública, sino que las fotos fueron distribuidas por funcionario agencias de prensa y que mostraban una máquina que no habíamos visto hasta ahora. Nos hemos dado cuenta de que las autoridades hacen más publicidad sobre los casos de castigo corporal. Cada vez que nos acercamos a las elecciones, el número de estos incidentes aumenta. Y estamos muy cerca de la elección presidencial [prevista para junio]. Creo que esta es una estrategia para infundir miedo a la población a fin de evitar cualquier protesta.
En el 2009, Francia declaró la Cienciología como una organización criminal. En el 2012, [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] en segunda instancia.
Ahora Bélgica está tomando [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]:
La Justicia belga ha abierto una nueva investigación sobre la Iglesia de la Cienciología, a la que la Fiscalía federal acusa de organización criminal entre otros cargos, según informa la prensa belga.
La rama belga de la organización estadounidense también es sospechosa de fraude, extorsión, práctica ilegal de la medicina y de violaciones de la ley sobre la protección de la privacidad.
Esta no es la primera vez que se investiga a la Cienciología en Bélgica por cargos criminales:
La nueva investigación se centra, según los diarios ‘L’Echo‘ y ‘De Tijd‘, en las prácticas internas de la iglesia y arrancó con una demanda presentada ante los servicios de Empleo de Bruselas por contratos de trabajo entre la organización y voluntarios y miembros.
Ya sabíamos que la esclavitud en la Cienciología no es nada nuevo.
Fuente: DE AVANZADA