Algunas personas piensan que en distintos soportes existe información que no se nota en un primer vistazo y que debe ser descubierta e interpretada. Los mensajes ocultos pueden estar en las iniciales de un anuncio por palabras en un periódico, en una fotografía de un famoso que incluye a un segundo personaje significativo medio oculto en la sombra, en el logo de una marca o en un anuncio televisivo, entre muchas otras opciones. En 1978, cuando Els Joglars estaban sometidos a un consejo de guerra por el espectáculo teatral de La Torna y yo era un chaval que devoraba cómics, recuerdo mi sorpresa y orgullo cuando en las sucesivas viñetas de una tira cómica leí en las esquinas Do-Ce-Ki-Los-Ha-Per-Di-Do-Bo-A-De-Lla. Alguien había conseguido engañar a los censores del posfranquismo y pasar este mensaje escondido.
Pareidolia viene de dos términos griegos (para, ????, que significa al lado, más allá, en vez de, equivocado) y eidolon, ???????, que es el diminutivo de eidos y significa imagen, forma. La pareidolia se define como un fenómeno psicológico en el que la mente percibe un patrón, un mensaje escondido, a menudo un rostro, en un estímulo donde realmente no está. Ejemplos conocidos son el hombre de la Luna, una supuesta cara fotografiada en Marte por la sonda Viking I o una imagen de la Virgen María en una tostada de pan carbonizada. No es un ejemplo aislado. Un artículo en Buzzfeed recogía los casos de 22 personas que habían encontrado imágenes de Jesucristo en soportes alimenticios tan variados como una patata frita, un cheeto, una barrita de pescado, la piel de un plátano o una pizza. Uno de estos afortunados, Donna Lee, encontró a Jesús en un pierogi, un tipo de pasta rellena típico de la cocina polaca, y lo vendió en eBay por 1.775 dólares, algo que sí podría considerarse como una verdadera bendición.
La pareidolia se produce cuando un estímulo externo, una imagen o un sonido normalmente, genera la percepción de una entidad que no existe, que no es real, lo que implica un emparejamiento erróneo entre una información sensorial y una representación cerebral. Es, por tanto, un tema interesante para entender cómo el sistema nervioso integra las llegadas de información, cómo las modula y cómo las dota, con acierto o sin acierto, de significado. El ejemplo más conocido es la pareidolia de rostros que sugiere que nuestro sistema visual está particularmente especializado en percibir caras, muy probablemente por la alta importancia social que tiene para nuestra vida social identificar a conocidos y desconocidos, a miembros de la tribu y a enemigos, pero hay también pareidolia de sonidos, como cuando alguien «encuentra» los mensajes satánicos anteriormente mencionados. Lógicamente, siempre que asumamos que bastante ocupado tiene que estar Satán en el mundo moderno para preocuparse de esas cosas. La pareidolia es también la base de pruebas usadas por algunos psicólogos como el test de manchas de Rorschach.
Artículo completo en: UniDiversidad
El conocimiento de los mecanismos cerebrales que desencadenan la agresividad se ha visto súbitamente ampliado gracias a un modelo desarrollado investigadores de la Universitat Jaume I. El modelo ha sido publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience y constituye una estrategia innovadora que permite analizar la zona cerebral conocida como «el cerebro socio-sexual» a través de la comparación de cerebros de ratones hembras, como podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada. «El cerebro socio-sexual» es una zona primitiva del cerebro, similar en todos los vertebrados, que es responsable de comportamientos instintivos, no cognitivos, y por ello muy difíciles de controlar.
De esta manera, mediante el estudio del comportamiento maternal de ratones hembra se detectó que las hembras que son madres desarrollan un comportamiento agresivo frente a los ratones machos, algo que las hembras vírgenes no expresan. El método propuesto ha sido desarrollado a partir de las investigaciones de la doctoranda de la Universitat Jaume I y la Universitat de València, Ana Martín Sánchez. Como explica Martín Sánchez, “una hembra normalmente no es agresiva. Para que agreda, tiene que ocurrir que sea madre y tenga unas crías que defender. Hemos visto que en estos casos, cuando se le acerca un ratón macho, la hembra lo va a atacar siendo tan o más agresiva que un macho”.
Fuente: XATAKA Ciencia
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Según un nuevo trabajo llevado a cabo por la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y publicado recientemente en la revista Cell, los comportamientos compulsivos y la regulación del apetito tendrían algo en común: Los mismos circuitos neuronales.
Este hallazgo es curioso, pues son tipos de comportamientos bastante diferentes en complejidad. La regulación del apetito es un tipo de comportamiento “arcaico”, es decir, nuestros antepasados ya disponían de estos circuitos neuronales con el objetivo de buscar comida cuando dichas neuronas se activasen. Pero, por lo visto, estos circuitos neuronales también son capaces de desarrollar comportamientos bastante más complejos, como son las estereotipias o comportamientos compulsivos.
Para descubrir esto, un equipo de investigadores de la Universidad de Yale analizó una población neuronal del hipotálamo, que ya era conocida por su control de la ingesta de alimentos y el apetito, las neuronas AgRP. Pero descubrieron que los ratones estudiados también hacían otras cosas gracias a dicho grupo de neuronas, como bien son los comportamientos compulsivos o estereotipados, que se desarrollaban cuando la comida no estaba disponible. Se trataba de un nivel más allá de la regulación del control del apetito. Los ratones realizaban comportamientos como el aseo o rascados, y parecían tener un objetivo, lejos de estar relacionados con la posible ansiedad por falta de comida.
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Un equipo de científicos de las universidades de Pittsburgh, California-Berkeley y Harvard liderados por Kyung Hwa Lee, quienes reclutaron a 32 chavales con una edad media de 14 años (22 de ellos chicas) y analizaron su actividad cerebral mientras les ponían grabaciones de 30 segundos con la voz de su madre.
En las grabaciones el mensaje de la madre tenía distintos contenidos y tonos, en unos les hablaba de algún tema sin trascendencia, como la lista de la compra, y en otros les apelaban directamente con mensajes como que se descalzaran al entrar en la casa. El resultado, según sus autores, indica que los adolescentes parecen cerrar los procesos cerebrales relacionados con la socialización y la empatía cuando sus progenitores les critican, como si se cerraran en banda ante ese tipo de mensajes.
Los científicos midieron la actividad del denominado sistema límbico (las zonas que se activan con emociones negativas), la corteza prefrontal (donde se regulan algunas emociones) y la unión de los lóbulos parietal y temporal (que se activa cuando nos ponemos en el lugar de los demás). Cuando los chicos escuchaban los mensajes críticos de sus madres, la primera zona, la de las emociones negativas, tenía más actividad y las otras parecían pasar a segundo plano.
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Recopilación sobre post referentes al mito del 10% del cerebro, aparecidos en Magonia:
– Usando a Einstein para difundir las patrañas de la cienciología
– ¿Usan los cienciólogos más del 10% del cerebro?
– Los misterios del cerebro, en Punto Radio Bilbao
El cerebro relaciona la justicia más con la razón que con la emoción. De acuerdo con un nuevo estudio con resonancia magnética funcional elaborado en el Departamento de Psicología y el Centro para la Neurociencia Cognitiva y Social de la Universidad de Chicago, las personas sensibles a la justicia y la equidad no parecen estar siendo conducidas emocionalmente, más bien se dejan llevar cognitivamente.
La imagen muestra las regiones del cerebro implicadas en el análisis de juicios éticos. Los neurocientíficos explican que algunos de los resultados que obtuvieron fueron inesperados. Durante uno de los ejercicios en el experimento, las personas con alta sensibilidad mostraron más actividad que los participantes promedio en las partes del cerebro asociadas con cognición de orden superior. Las áreas del cerebro comúnmente vinculados con el procesamiento emocional no se vieron afectadas.
Crédito: Dr. Jean Decety / Universidad de Chicago
El pasado 18 de diciembre Antonio Losilla fue el primer español sometido a una prueba de ‘registro cerebral’ ordenada por un juez. Losilla lleva un año en prisión y es sospechoso de haber asesinado a su mujer. El juez sospecha de él porque su esposa, Pilar Cebrián, de 51 años, desapareció en abril de 2012 en la localidad zaragozana de Ricla y Losilla no lo denunció hasta que hubo pasado un mes. Además, aparecieron los restos de sangre en el garaje del domicilio. Por lo demás, no ha aparecido el cuerpo y no se tienen más elementos para saber si la mujer ha muerto.
Un neurofisiólogo jubilado, el doctor José Ramón Valdizán, se cruzó en un pasillo del hospital Miguel Servet con la psicóloga forense del caso y les habló de la técnica. Unos meses después, la policía le llamó e hicieron una prueba ante el juez. ¿En qué consiste este test?
El sistema que ha puesto en práctica el doctor Valdizán se inspira en la lectura del encefalograma que se utiliza para muchos modelos de interfaz cerebro-computador. Cuando se mide la actividad eléctrica de una persona existen una serie de señales – denominadas potenciales evocados – que aparecen en determinadas circunstancias. Una de las más utilizadas y conocidas es la señal llamada P300 (bautizada así porque tarda unos 300 milisegundos en aparecer). Este potencial se considera una señal de reconocimiento, una manifestación de que nuestro cerebro ha reconocido algo de manera automática y, por tanto, difícilmente manipulable.
Pese a que se negó, el juez obligó a Antonio Losilla a someterse durante dos horas a la prueba, a pesar de que su abogado aseguró que se trataba de una vulneración del derecho más elemental de todo acusado que es no declarar contra uno mismo. La prueba consistió en ponerle ante una serie de preguntas que solo el autor del crimen debe conocer y observar su actividad cerebral. Aún no se conoce el resultado, pero el juez esperaba obtener alguna pista que condujera al paradero de la mujer desaparecida y a esclarecer lo que sucedió. Y asegura que no se utilizará como prueba, sino como «un instrumento de investigación para buscar datos conocidos por el sospechoso».
Desde el punto de vista técnico, los expertos consultados por Neurolab tienen serias dudas sobre la precisión del método del doctor Valdizán y el margen de error de la prueba. Para calibrar la señal cerebral de un sujeto se necesitan largas series de tests – no relacionados con lo que se investiga – antes de poder proceder al registro preciso de la señal. La posibilidad de alterar el resultado, además, es clara. El sujeto puede introducir «artefactos» (ruido o señales falsas) con procedimientos sencillos, como parpadear, mover un pie o cambiar sus tareas mentales. Y por último, si tiene los suficientes conocimientos o alguien le asesora, se puede cambiar la aparición de P300 con relativa facilidad: esta señal aparece en el momento en que uno reconoce lo que busca, de modo que basta reprogramar la tarea mental, pensar de determinada forma en las imágenes que le ponen, para dar una lectura falsa en el registro. (Ver PDF)
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Pruebas neurocognitivas computerizadas para conmociones cerebrales se utilizan ampliamente en el deporte amateur y profesional, pero las investigaciones en la última década no demuestran su eficacia, según indica un artículo publicado este mes en la revista Neuropsychology Review.
Jacob Resch, director del Laboratorio de Lesiones Cerebrales de la Universidad de Texas en Arlington, es el autor principal de la revisión, que actualiza el año 2005 en la investigación disponible sobre las pruebas neurocognitivas computerizadas. En 2005, los investigadores dijeron que existía suficiente evidencia para apoyar el uso clínico de los entonces relativamente nuevas evaluaciones.
El trabajo más reciente reconoce que las pruebas computerizadas, como las comercializadas bajo el nombre de ImPACT, HeadMinder, COGSTATE y ANAM, se han vuelto muy comunes en el mundo del deporte. Pero, los autores aún instan a la precaución con su uso y señalan la necesidad de más estudios revisados por pares.
«Los datos limitados se ha publicado desde 2005 para ayudar a los médicos a determinar el valor clínico de este tipo de pruebas», dijo Resch. «Si bien estos productos son un componente importante de la gestión de la conmoción cerebral, el desarrollo, la comercialización y las ventas parecen haber superado las pruebas. Así pues, es necesaria cierta cautela.»
Los coautores son Michael McCrea, un autor del estudio realizado en 2005 y director de investigación de lesiones cerebrales en el Colegio Médico de Wisconsin, y C. Munro Cullum, profesor y jefe del programa de neuropsicología en UT Southwestern Medical Center.
«Teniendo en cuenta la atención que la conmoción cerebral en el deporte ha adquirido en los últimos años, es sorprendente que no hayan habido más investigaciones sobre los algunos de los métodos basados en computadoras más recientes usadas para evaluar los síntomas postconmoción cerebral», dijo Cullum. «Dado que no existe un único test o biomarcador de la conmoción cerebral en este punto, el diagnóstico de conmoción cerebral sigue siendo un reto en muchos casos, ya que se basa en los síntomas reportados y los observados.»
Resch, McCrea y Cullum encontraron 29 artículos revisados por pares desde 2005, se han ocupado de las características de las pruebas neurocognitivas computerizadas disponibles en el mercado. Después de un detallado análisis, concluyeron que la evidencia de la fiabilidad y validez de las pruebas no era coherente.
Por ejemplo, en un estudio de mayo 2013, publicado por el Journal of Athletic Training, Resch y otros investigadores encontraron que la prueba de impacto mal clasificado de participantes sanos como deteriorados hasta un 46 por ciento del tiempo para algunos factores de evaluación. ImPACT significa Inmediata Evaluación Concusión Post y la prueba cognitiva es con mucho, la prueba neurocognitiva computerizada más utilizada para la gestión de la conmoción cerebral.
Un informe del Instituto de Medicina a principios de este año, dijo que el número de personas menores de 19 años atendidos en salas de emergencia de Estados Unidos para las conmociones cerebrales y otras no mortales, deporte y las lesiones traumáticas del cerebro relacionada con la recreación aumentó de 150000 en 2001 a 250000 en 2009. Con la reciente resolución de una demanda histórica presentada por exjugadores de la NFL, las conmociones cerebrales permanecen en los titulares y en las mentes de los atletas, padres, entrenadores y otras personas en el mundo del deporte.
Recientemente, casi el 40 por ciento de los entrenadores de atletismo informó mediante una pruebas neurocognitivas computerizada como parte de su respuesta a una conmoción cerebral relacionada con los deportes, de acuerdo con el nuevo papel. Las pruebas computerizadas convenientes se utilizan normalmente, al igual que las versiones de papel y lápiz en el pasado, para establecer una línea de base para usarlo como punto de comparación después de que un atleta está lesionado. Pero, ya que los síntomas de conmoción cerebral pueden variar ampliamente entre las personas y pueden ser sutiles, una documentación clara de la lesión cerebral leve puede ser difícil.
Los resultados de la nueva encuesta deben servir como una advertencia a los que utilizan la interpretación de resultados de las pruebas cognitivas computerizadas, dijeron los investigadores.
«Las pruebas neurocognitivas es un componente importante de la evaluación de la conmoción cerebral, pero no deben utilizarse como un método independiente para diagnosticar una lesión o determinar el nivel de un atleta de la recuperación y de la aptitud para volver a jugar», dijo McCrea. «Un enfoque multidimensional es apoyado por la evidencia de la mejor práctica.»
El nuevo documento se llama «computarizado pruebas neurocognitivas en el Manejo de la conmoción cerebral relacionada con el deporte: una actualización.» Está disponible aquí: http://link.springer.com/article/10.1007% 2Fs11065-013-9242-5 .
Hasta que se realicen más investigaciones, el nuevo papel de Resch, McCrea y Cullum recomiendan a profesionales de la salud que utilizan las pruebas, que tomen algunas precauciones, incluyendo:
Además de la investigación recientemente publicada, Resch y Cullum han estado trabajando juntos en un estudio a largo plazo de la gestión de la conmoción cerebral en atletas jóvenes. Ese trabajo involucra a más de 2000 la escuela media del norte de Texas y los estudiantes de secundaria y se encuentra en su tercer año.
Fuente: «Computerized Neurocognitive Testing in the Management of Sport-Related Concussion: An Update«: http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11065-013-9242-5.
La duda inexplicable de si existe el cambio climático y si es producto de la actividad humana, la supuesta relación entre las vacunas y el autismo o hasta admitir la existencia de la teoría de la evolución en lugar del creacionismo. Todos y cada uno de ellos son ejemplos de situaciones que se han comprobado una y otra vez, pero a pesar de las evidencias las creencias pesan más, la pregunta es ¿por qué?, ¿cuál es la explicación de no confiar en la ciencia o siquiera en la lógica? Chris Mooney se dio a la tarea de investigar la ciencia de no confiar en la ciencia y publicó su artículo en la revista Mother Jones.
Para responderlo, Mooney recuerda a Leon Festinger un reconocido psicólogo de la Universidad de Stanford por sus estudios realizados en los años 1950 sobre los «Seekers» un grupo de fanáticos de Chicago, quienes creían que mantenían contacto con los extraterrestres y eran liderados por Dorothy Martin.
El grupo creía haber recibido a través de los alienígenas la fecha exacta del fin del mundo: uno de diciembre de 1954. Varios integrantes del grupo dejaron su trabajo y cayeron en prácticas absurdas, convencidos de que se avecinaba el cataclismo de la Tierra. Por fin llegó la fecha esperada y nada ocurrió. Festinger analizó la reacción de los integrantes del grupo, quienes en un principio se vieron consternados para recibir una explicación.
Posteriormente, llegó un nuevo mensaje, supuestamente enviado por extraterrestres, en el cual explicaba que el grupo había enviado tanta luz hacia el cielo que Dios había decidido salvar al mundo.
Festinger debía analizar estas creencias absurdas y sin sentido aparente. Al parecer, la destrucción de una creencia tan arraigada los había hecho aún más seguros de sus pensamientos en favor de la misma. Los descubrimientos posteriores en psicología de Festinger, lo llevaron a proponer la teoría del «razonamiento motivado» la cual propone que nuestras creencias preexistentes, a pesar de la existencia de hechos que las contradicen, pueden malear nuestros pensamientos y formas de ver la vida.
La teoría del razonamiento motivado brinda nuevas perspectivas a la neurociencia moderna: el raciocinio se apaga con la emoción, ambos elementos están directamente relacionados y nuestros sentimientos positivos y negativos sobre las personas, cosas e ideas, surgen más rápido que nuestros pensamientos conscientes, en cuestión de milisegundos.
De acuerdo con Arthur Lupia de la Universidad de Michigan, se trata de un mecanismo de autodefensa en el que se rechaza la información peligrosa. Estos mecanismos los aplicamos en nuestras relaciones personales, por ejemplo, cuando no queremos creer que nuestra pareja es infiel, o que nuestro hijo es agresivo; tenemos ideas preconcebidas que nos dicen que esto no es posible por no ser correcto y entonces nuestras emociones apagan el raciocinio.
Estos estudios se han llevado a campos de investigación mucho más elevados y en situaciones más delicadas como las creencias a favor de la pena de muerte en 1979; la pena capital para asesinos; el control de armas; o la creación de estereotipos gays, en donde juegan muchos factores morales y religiosos en la opinión de las personas.
De acuerdo con Dan Kahan, profesor de la escuela de Derecho de Yale, la gente rechaza la validez de una fuente científica cuando sus conclusiones contradicen sus creencias más profundas. De ahí que existan visiones tan polarizadas en la política o en la sociedad contemporánea.
El ejemplo más reciente de ello tiene que ver con las opiniones sobre el calentamiento global, entre los estadounidenses.
En el 2008, 19% de los republicanos con un nivel alto de educación estaban de acuerdo en que el planeta se estaba calentando por culpa de los humanos, a diferencia de 31% de los republicanos no educados, quienes pensaban lo contrario. Esto determinó que, a mayor educación, menos certeza científica tenían las personas republicanas. Sin embargo, en el caso de los demócratas y los independientes, ocurrió lo contrario: a mayor educación, hay más aceptación de la ciencia.
La lógica de está conclusión es la siguiente: los conservadores son más propensos a aceptar la ciencia siempre y cuando venga de un líder religioso o en el mundo de los negocios, quien le otorga otros valores diferentes a los que podría utilizar un científico.
En pocas palabras, paradójicamente, no hay que lidiar con los hechos para convencer a alguien que piensa diferente a ti, sino con sus valores. De esa manera tendrás más oportunidad de ganar cualquier discusión.
Si te interesa saber más sobre el tema, visita Mother Jones
El que la consciencia es un un fenómeno emergente relacionado con la comunicación entre distintas áreas del encéfalo, en vez de estar centrado en una sola de ellas, se hace cada vez más evidente. Ahora un grupo de investigadores encabezado por Martin Monti de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos), añade otra gotita al vaso. Ha usado resonancia magnética funcional (fMRI) para estudiar el encéfalo de voluntarios en el momento de quedar inconscientes y publicado sus resultados en PloS Computational Biology.
Ampliar en: Experientia Docet
El gran valor de la ciencia, es su espíritu auto-correctivo. Lo que en su momento se consideraba una hipótesis válida y avalada por las evidencias disponibles, puede someterse a experimentación, cuantificarse y en su caso refutarse o confirmarse. Así, hoy nadie pone en duda que el día y la noche son consecuencia de la rotación de la Tierra sobre su propio eje, que las infecciones son provocadas por bacterias, o que la luz del sol tarda ocho minutos en llegar a la tierra.
Pero en el conocimiento del cerebro, su funcionamiento y eventual comprensión cabal le ha tomado a la humanidad más de tresmil años tan sólo saber que se compone de redes neuronales y que no se trataba de una masa que regulaba la temperatura corporal. Desde los primeros descubrimientos de Santiago Ramón y Cajal han pasado poco más de 100 años, y en ese tiempo se fueron postulando toda clase de teorías que en su momento causaron revuelo, pero la ciencia ha sabido distinguir entre aquellas que se fortalecen de los nuevos descubrimientos, y aquellos que sólo reflejan un disparate de su época. Lamentablemente existen teorías que por su popularidad trascienden hasta nuestros días, y pese a ser en el campo de la ciencia meras anécdotas históricas, hay quienes siguen creyendo que son verdaderas, e incluso hay empresas que siguen lucrando con estos desatinos de la historia. Hablamos de teorías como:
#5. La teoría del trauma
#4. El localizacionismo frenológico
#3 La teoría del hemisferio dominante
#2. La teoría de los tres cerebros o el cerebro truino
#1 Programación Neurolingüística o PNL
Ampliar en: Actualidad Clínica en Psicología
El gran científico Andrés Lozano originario de España pero criado en Canadá se ha convertido en uno de los neurocirujanos más famosos del mundo haciendo geniales aportes a la ciencia con su técnica de estimulación cerebral profunda por medio de electricidad y electrodos junto con su equipo de científicos ha contribuido para combatir males como el Parkinson ( enfermedad que genera temblores con diversas intencidades dependiendo la persona durante toda la vida ), Anorexia severa o grave, Distonía la cual es una enfermedad o trastorno que genera que partes o incluso todo el cuerpo se retuerza hasta niveles alarmantes que generan la muerte de las personas por lo general es en niños esta enfermedad y son diversas sus causas. Incremento de la Inteligencia en personas sanas de su cerebro a la cual Andréz Lozano llama «cirugía cosmética» aunque no es considerada como una intervención científica que sea ética en nuestra época contemporánea Lozano dice en su entrevista en abc.es que probablemente en 30 años se comenzaran a realizar estas cirugías que harán a la gente mucho más inteligentes o que su capacidad de memoria sea mucho mejor.
Por supuesto que no es más grande. Es la típica frase sin ninguna base que a fuerza de ser repetida una y otra vez acaba por constituirse en una superstición.
El cerebro humano tiene una masa aproximada de 1,5 kg, y un volumen medio de unos 1.130 centímetros cúbicos en mujeres y 1.260 en hombres, con variaciones importantes eso sí. No se ha encontrado una relación clara entre las diferencias de tamaño y las capacidades de cada persona, porque a pesar de los distintos tamaños el número de neuronas o materia gris viene a ser similar. No olvidemos que el tejido nervioso está formado por las neuronas y las células de la glía; por tanto las diferencias de tamaño estarían más bien en la glía que en las neuronas.
Sin embargo, existen algunas pruebas que apuntan a ciertas diferencias entre el cerebro de los mentirosos y el de las personas digamos que normales; no en su tamaño pero sí en la parte de materia gris y de materia blanca. Como la materia gris está formada por los cuerpos de las neuronas, mientras que la blanca son, sobre todo, los axones, podemos concluir que los mentirosos tienen un cerebro más interconectado; la analogía viene a ser que los mentirosos tienen un cerebro con más interconexiones, o sea más complejo. Por contra, tienen menos materia gris, o sea que su capacidad para almacenar datos (el disco duro, como si dijéramos) es menor. Puedes ver más información en este [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] y en este otro.
En resumen, que el cerebro de los mentirosos no será más grande, pero sí que es distinto..
Fuente: Hablando de Ciencia
El pasado viernes tres de mayo el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Estados Unidos anunció que abandona el manual de Diagnostico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM) que durante décadas ha sido usado como el medio de diagnóstico por excelencia no solo en Los Estados Unidos sino en muchos otros países para el tratamiento de las Enfermedades Mentales que afectan a los humanos.
La noticia se anuncia con un tono de sarcasmo por parte de diferentes medios y redes sociales al referirse al DSM como la biblia de la psiquiatría, que por supuesto es usada como medio diagnóstico clínico para los diversos trastornos de salud mental y que traducido a diversos idiomas con el fin de unificar criterios internacionalmente, sin importar aspectos fenotípicos.
Lo cierto es que las investigaciones fisiológicas, genéticas y neurocognitivas han dado grandes avances y no pueden seguir siendo ignoradas, es por ello que la mirada se posará ahora sobre un proyecto que ya tiene camino andado llamado Research Domain Criteria (RDoC) que busca considerar componente psicológicos irregulares para la comprensión de las enfermedades mentales en términos cognitivos, así como diferencias neuronales y genéticas.
En este sentido una de las posibles ventajas del alejamiento del modelo psiquiátrico tradicional es que será posible, por un lado analizar con mayor detalle los trastornos, considerando factores influyentes, desde genéticos, ambientales, y clínicos y por otro lado, forzará a los profesionales de la salud mental a requerir de mayores herramientas de diagnóstico.
Bajo este contexto, quizá sea posible ver a las personas más allá de la etiqueta que le sea otorgada, además de que existan otras formas de tratamiento además de la pastilla mágica cúralo todo a la que la psiquiatría tradicional nos ha tenido acostumbrados, encontrando así el apoyo de la neurociencia.
Ampliar en: Hablando de aprenidzaje
Imagen: Leonard John Matthews via photopin cc
Esta semana, el mundo científico estaba alborotado con «La mente de un Estafador«, una historia del New York Times Sunday Magazine sobre un conocido psicólogo europeo que había cometido fraude en al menos 55 de sus trabajos, así como en 10 disertaciones de doctorado escritas por los estudiantes. Igual de preocupante fue el hallazgo de que el fraude había pasado desapercibido durante tanto tiempo debido. «Una cultura general de manejo descuidado, selectiva y no crítica de la investigación y los datos». La historia también muestra otros casos y tendencias muy publicitados recientemente: un conocido investigador surcoreano de células madre, un destacado botánico evolutivo de Harvard, numerosos casos de mala conducta y retratacciones descubiertos por la Office of Research Integrity y un blog llamado Retraction Watch..
Esa historia coincide perfectamente con el hecho cerebral de este mes, «Sound the Alarm: Fraud in Neuroscience» de Stephen G. Lisberger,, Ph.D., presidente del Departamento de Neurobiología de Duke y editor en jefe de Neuroscience. La historia de Lisberger aborda el problema de la mala conducta científica específicamente en neurociencia, de alguien en primera línea, tanto en el mundo académico y editorial.
¿Qué tan común es el fraude? Un reciente estudio en las Actas de The Proceedings of the National Academy of Sciences analizó más de 2000 documentos retractados y el cálculo da un aumento de diez veces en retratacciones en la última década en Nature, una prestigiosa revista científica. En neurociencia, Lisberger analiza lo que hasta ahora ha sido detectado, la naturaleza, y los incentivos para el fraude, y sugiere reformas «esto es sólo la punta del iceberg del fraude» . «Revistas e instituciones están interesados por igual», escribe Lisberger . «Ambos tendrán que pagar si el fraude continúa, y ambos deben jugar un papel activo en la detección y eliminar de este modo los incentivos para el fraude. Como científicos, debemos reducir nuestra admiración hacia las publicaciones de «alto perfil» y evaluar el trabajo de los científicos, promociones y subvenciones sobre la base de lo que han hecho en lugar de lo se ha publicado de su investigación».
Se recomienda que se vigile la mala conducta con más frecuencia y con mayor profundidad, es decir, en las reuniones de laboratorio, encuentros académicos, cursos de ética, y reuniones nacionales. «Al poner el fraude a la luz y el desarrollo de una fuerte estructura para su detección, podremos reducir de manera espectacular, aunque nunca seremos capaces de eliminarlo por completo», escribe. Pero también nos recuerda que tan malo es como la noticia ha sido en los últimos tiempos, es importante recordar que «la mayoría de los científicos llevan a cabo sus investigaciones irreprochablemente.» Y se advierte que hay que tener cuidado de no suponer que el fraude se ha producido «porque sí ha habido una acusación.
Autor: Bill Glovin
Fuente: DANA FOUNDATION BLOG
La causa de que a algunas personas les cueste más que a otras aprender podría haber sido revelada por un equipo de investigación de Berlín, Bochum, y Leipzig, en Alemania.
Estos investigadores han descubierto que el principal problema en este sentido radica no en que los procesos de aprendizaje sean ineficientes en sí mismos, sino en que el cerebro procesa de manera insuficiente la información que hay que aprender. Los científicos han hallado un indicador de esta insuficiencia.
En su experimento, los investigadores entrenaron el sentido del tacto de algunos sujetos para que este se volviera más sensible. Además, midieron la actividad cerebral de todos los participantes con un electroencefalograma (EEG), que consiste en la exploración neurofisiológica a partir del registro de la actividad bioeléctrica cerebral.
En los individuos que respondieron bien a la fase de formación del sentido del tacto, el EEG) reveló cambios característicos en la actividad del cerebro, específicamente, en las llamadas ondas alfa del cerebro.
Estas ondas son oscilaciones electromagnéticas que surgen de la actividad eléctrica de las células cerebrales y reflejan, entre otras cosas, la eficacia con que el cerebro aprovecha la información sensorial necesaria para el aprendizaje.
A raíz de estos resultados, «una pregunta interesante sería en qué medida la actividad alfa puede ser influida deliberadamente con biofeedback «, señala Hubert Dinse, del Laboratorio de Plasticidad Neuronal de la Universidad de Ruhr, en Bochum, y uno de los autores del estudio, en un comunicado de dicha Universidad.
El biofeedback es una técnica que se emplea para controlar las funciones fisiológicas del organismo humano, mediante la utilización de un sistema de retroalimentación que informa al sujeto del estado de la función que se desea controlar de manera voluntaria.
Dinse añade que conocer este punto «podría tener enormes implicaciones para las terapias destinadas a tratar una lesión cerebral y, en general, para la comprensión de los procesos de aprendizaje”.
Ampliar en: CULTURIZANDO.
Foto: workinpana via photopin cc