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Terrorismo

Violencia de nuevos paramilitares en Colombia

La violencia parece no tener fin en Colombia. En un nuevo informe de Human Rights Watch (HRW), la organización denunció la existencia de “abusos graves y generalizados” perpetrados por nuevos grupos armados considerados los sucesores de los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). La ONG criticó asimismo la gestión del presidente Alvaro Uribe por “no haber abordado el surgimiento de los grupos sucesores con la seriedad que amerita este problema, fracasando en hacer un esfuerzo serio en romper los vínculos, denunciar y castigar”. Ante las críticas, el gobierno colombiano salió a controlar los daños inmediatamente, calificando al informe de “mentiroso y basado en especulaciones.”

“Entre 2003 y 2006 Colombia implementó un proceso de desmovilización de la violenta coalición armada AUC. Según el gobierno, el proceso fue exitoso y desde entonces han afirmado en varias oportunidades que ya no existen paramilitares en su país. Sin embargo poco después de la desmovilización, surgieron grupos sucesores en todo Colombia que continuaron con la actividad delictiva, logrando un impacto brutal en la situación humanitaria y de derechos humanos en el país”, reza la introducción del informe presentado ayer en Bogotá “Herederos de los Paramilitares: La nueva Cara de la violencia en Colombia”.

Tras dos años de trabajo de campo, el informe de 126 páginas describe la brutal participación de estos nuevos grupos armados en masacres, ejecuciones, desplazamientos forzados, violaciones y extorsión, generando un clima de constante amenaza en cada una de las comunidades bajo su influencia. Su presencia se extiende a prácticamente todo el país, habiéndose confirmado su actividad en 24 de los 32 departamentos colombianos.

“El gobierno ha tomado algunas medidas para enfrentarlos, pero no ha hecho un esfuerzo sostenido y significativo para proteger a los civiles, investigar las redes criminales de estos grupos e identificar a sus cómplices y bienes”, señaló de manera crítica el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco. “Estas bandas son una continuación de bloques paramilitares muy conocidos que operan bajo el mismo patrón. Casi todos sus líderes eran mandos medios de las AUC que no se desmovilizaron o cometieron fraude con ese proceso. Muchos fueron contratados para hacerse pasar por paramilitares y los verdaderos mantuvieron intactas sus estructuras”, indicó el responsable de la organización defensora de los derechos humanos.

Los nuevos grupos armados han logrado instalarse tanto en zonas rurales como en urbanas, destacándose el caso particular de Medellín, que sufrió un incremento del ciento por ciento en el número de homicidios durante el último año. De acuerdo con la policía nacional colombiana, el número de integrantes armados rondaría los 4000 miembros nucleados en ocho organizaciones diferentes. Sin embargo, HRW advirtió que algunas estimaciones llevarían esa cifra a los 10.000 integrantes. Estas bandas, con nombres como Aguilas Negras, Rastrojos o Los Paisas reclutan activamente a nuevos miembros y, pese a la captura de algunos de sus jefes, actúan con rapidez para reemplazar a estos mandos y ampliar sus zonas de operación, aseguró el dossier.

Información completa en:  Página12

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Enlaces sobre Colombia:

–  Ex paramilitares colombianos afirman que el Ejército ordenó matar a menores

–  Payasos y aromaterapia para los militares colombianos acusados de ‘falsos positivos’

–  Colombia libera a militares imputados por asesinatos

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–  Violencia en el siglo XXI

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Colombia, el país más peligroso para los sindicalistas con 40 asesinatos en 2009

Colombia, el país más peligroso para los sindicalistas con 40 asesinatos en 2009

El año pasado fueron asesinados en Colombia 40 sindicalistas, cifra que mantiene al país como el más peligroso del mundo para el ejercicio de esa actividad, denunciaron hoy en Medellín portavoces de las organizaciones de trabajadores.

El director del Departamento de Derechos Humanos y Solidaridad de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, de Colombia, Alberto Vanegas, aseguró que la cifra significa que «el 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo son colombianos».

«Esto hace parte de una política sistemática de violación de los derechos humanos, de violación de las libertades sindicales», afirmó Vanegas tras intervenir en la apertura de una reunión de dos días sobre violencia antisindical convocada en la ciudad de Medellín.

El II Encuentro Nacional de Víctimas de la Violencia Antisindical reúne a unas 150 personas convocadas por la CUT, la Escuela Nacional Sindical , el Centro de Investigación y Educación Popular y la Corporación Colectivo de Abogados «José Alvear Restrepo», entre otras organizaciones.

Casi la mitad de los participantes son familiares de sindicalistas víctimas de violencia antisindical, mientras que las otras concurren en representación de centrales obreras, organizaciones de defensa de los derechos humanos y algunas agencias de la ONU.

La conferencia busca avanzar en la organización de los familiares de víctimas del colectivo de sindicalistas, que desde 1986, año de creación de la CUT, ha registrado el asesinato de 2.721 de sus miembros.

«Es todo un genocidio del movimiento sindical», expresó Vanegas, que resaltó que «las familias de los sindicalistas asesinados luchan por la verdad, la justicia y la reparación».

«El Encuentro busca fortalecer la organización del movimiento nacional de víctimas, que hoy levanta su voz», continuó el responsable de derechos humanos en la CUT, que es la mayor organización de trabajadores de Colombia.

El número de sindicalistas muertos el año pasado en el país fue ligeramente inferior al del año precedente, cuando los asesinados fueron 49, de un total de 76 que, según la Confederación Sindical Internacional, CSI, murieron de manera violenta en todo el mundo.

Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] (Colombia)

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Ex paramilitares colombianos afirman que el Ejército ordenó matar a menores

Tres ex paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) admitieron este miércoles que un capitán del Ejército ordenó matar a dos menores de edad para eliminar a los testigos de la conocida como la matanza de San José de Apartadó.

El integrante del Frente Héroes de Tolová de las AUC Henry De Jesús Palomino ha admitido que la matanza fue perpetrada por un comando conjunto de paramilitares adscritos a la Brigada 17 del Ejército y un grupo de paramilitares. «Los paracos iban adelante y el Ejército iba atrás», explicó, informó la emisora Radio Caracol.

«Iban 60 paracos y se cogieron a los tres civiles y se les obligó a decir dónde estaba la guerrilla, se trataban de ahogar para que hablaran y no querían decir nada, en últimas una muchacha dijo que ellos sí venían escoltados por la guerrilla. Las tres personas, civiles, fueron asesinadas allí mismo por el comandante JL, a machete», explicó el ex paramilitar al prestar declaración ante la Fiscalía.

Palomino admitió que «sólo sobrevivieron dos niños como de 3 o 4 años» que «fueron cogidos por las autodefensas y entregados a los soldados», tras matar a sus padres.

«Luego vino un comandante del Ejército, no recuerdo su nombre, y le entregó los dos niños a los ‘paracos’ y le dijo a un comandante de los paracos llamado ‘Pirulo’ que matara a los niños», continuó. Los niños fueron asesinados por dos reclutas de las autodefensas, explicó.

El también ex integrante de las AUC Francisco Javier Galindo Martínez declaró a la Fiscalía hace ahora dos semanas que fue el capitán del Ejército Guillermo Gordillo como la persona que ordenó degollar a los menores de edad tras sobrevivir la matanza.

«Gordillo mandó ejecutar a los niños porque esos niños más tarde iban a causar problemas, nosotros estábamos aquí atrás cuando él dio la orden, nosotros escuchamos por radio, nosotros estábamos atrás en la tropa», aseguró Galindo en su declaración.

La declaración de otro ex paramilitar, Rober Darío Muñoz, también dejan entrever la negativa del capitán a dejar con vida a los menores. «Incluso yo fui uno de los que les propuse que yo me hacía cargo de los niños, y que si querían me devolvía y al menos buscáramos una casa civil donde pudiéramos dejarlos o entregarlos al gobierno a una familia o algo. El señor del Ejército le dijo a otro comandante que no lo podía aceptar porque la niña estaba grandecita y ella se daba cuenta de lo que estaba pasando», explicó.

10 MILITARES IMPUTADOS

Estos testimonios serán claves para que la Justicia colombiana determine si hay que condenar a un coronel y otros nueve efectivos del Ejército colombiano, imputados como responsables de la matanza de ocho personas perpetrada en el municipio del estado de Antioquia el 21 de febrero de 2005 y cuyo juicio comienza este miércoles.

Además del teniente coronel Orlando Espinoza Beltrán, están imputados por la matanza el mayor José Fernando Castaño López, los tenientes Alejandro Jaramillo Giraldo y Edgar García Estupiñán, así como los suboficiales Ángel María Padilla Petro, Zabarain Cruz Reina, Henry Agudelo, Guasamayán Ortega, Ricardo Bastidas Candia y Darío José Brago Agámez.

Fuente:  europa press

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Payasos y aromaterapia para los militares colombianos acusados de ‘falsos positivos’

La jornada ‘cívico-militar’, en la que participaron los familiares de los uniformados, se cerró con rifas y el saludo del comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla.

Los uniformados procesados por los ‘falsos positivos’ de Soacha, que quedaron libres por vencimiento de plazos y que fueron confinados en la Escuela de Artillería, al sur de Bogotá, por orden del Ministerio de Defensa, fueron objeto de una jornada que incluyó orientación psicológica, payasos y almuerzo con lechona.

El encuentro, que fue programado por el Departamento de Derechos Humanos de las Fuerzas Militares, incluyó la presencia de las familias de los uniformados, algunas de las cuales fueron trasladadas desde diferentes zonas.

Los 46 hombres hacen parte del grupo de militares que recobró la libertad desde comienzos de este año y que, en tres tandas, fueron «confinados» por orden del Ministerio de Defensa y el Comando de las Fuerzas Militares, hasta que se aclare su situación jurídica. El evento arrancó a las 8 de la mañana con una misa a la que asistieron dos generales de la institución y posteriormente hubo una conferencia a cargo de varios sicólogos.

Hacia la media mañana, uniformados y familiares fueron separados: los militares fueron llevados a uno de los casinos, que estaba acondicionado con velas y aromatizantes. Allí, según contó una persona que estuvo en el evento, tuvieron una larga terapia de relajación y meditación.

Simultáneamente, las esposas, madres y hermanas de los uniformados recibieron tratamiento de ‘spa’ en el otro casino. Les hicieron mascarillas, masajes y tintes a cargo de una reconocida marca de belleza. Entre tanto, los niños quedaron a cargo de un grupo de payasos.

Malestar entre familias

EL TIEMPO habló con cinco de las familias que asistieron a la jornada y señalaron que los militares alcanzaron a ser enviados de vacaciones una vez se les ordenó la libertad, pero cuando el Ministerio dio la orden de confinarlos fueron devueltos a Bogotá inmediatamente.

«El general nos dijo que lamentaba nuestra situación y que estaba para respaldarnos a nosotros y a nuestros muchachos, pero que había que esperar el resultado de la justicia. Pero para nosotros esa fiesta que nos hicieron fue una bofetada», señaló la madre de uno de los militares.

Todos intentaron hablar con Padilla, pero una vez saludó a cada uno de los familiares abandonó la unidad militar. Ese mismo día cada uniformado recibió una ancheta con mercado y el tiquete de regreso a sus sitios de origen para sus familiares.

Consultado por este diario, el comando de las Fuerzas Militares confirmó la reunión e indicó que «la intención era que los familiares verificaran que los militares estaban en perfectas condiciones, y que para eso tuvieron acompañamiento psicológico».

Fuente:  ELTIEMPO.COM

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Retrato robot en EE.UU de Bin Ladem usa parcialmente imagen de Gaspar Llamazares

Las fotos de Osama bin Laden, sigue siendo las mismas, ya muy conocidas,.con su turbante blanco y barba, de 1998. Doce años es más que suficiente para actualizar la foto, especialmente si sus condiciones de vida actuales son las de un fugitivo en las zonas tribales entre Pakistán y Afganistán. Doce años es suficiente para no ser reconocido por los agentes que buscan al líder de al-Qaeda, sospechoso de haber desempeñado un papel – al menos indirectamente – en la mayoría de los ataques islamistas en la última década.

Las autoridades de EE.UU. han decidido por ello actualizar la «edad» de Bin Laden, en doce años y añadir a su foto  el pelo canoso, incluso se le afeitó la barba en una de estas nuevas imágenes, en principio nada anormal. Dicho método es también  usado con la mayoría las personas desaparecidas, especialmente niños, que cambian con  «las edades».

Para hacer este retrato, los técnicos utilizaron «software», pero la textura del cabello no se logró. Y fue entonces cuando este trabajo banal se convierte en un asunto de Estado. Porque,  el técnico  se basó en Google  para lograr la foto capilar. A priori, esta técnica no es parte de las actuaciones de la administración americana. Pero en cuanto a copiar y pegar, el técnico utilizaró también la frente, cabello y cara que parecen ser las de el político españo Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida.

Llamazares dijo que se reserva el derecho de iniciar acciones legales contra los Estados Unidos. El propio Llamazares ha explicado a la agencia EFE que el diplomático estadounidense le ha asegurado en una conversación telefónica que los EE.UU. «lamentan» la utilización de su imagen para recrear una fotografía actualizada del terrorista más buscado del mundo. Lo han atribuido a un «grave» e «inaceptable» error cometido por un «técnico» que habría seguido un procedimiento totalmente irregular para confeccionar el retrato robot de Bin Laden, al usar rasgos de personas reales extraídos de Internet, como es su caso.

Fuente: diversas

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¿Puede la Teledetección Encontrar a bin Laden?

Violencia Política Licenciatura en Criminología UMU

Hombre que mató una hormiga, sentenciado en el Islam

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Violencia en el siglo XXI

El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud [2002], es el primer informe general de estas características que aborda la violencia como un problema de salud pública en todo el mundo.

Cada año, más de 1.6 millones de personas en todo el mundo pierden la vida violentamente. Los expertos en salud pública señalan que esos datos no son sino la punta del iceberg, puesto que la mayor parte de los actos violentos se cometen puertas adentro y quedan sin registrar.

Aparte de las muertes, millones de personas resultan heridas a consecuencia de la violencia y sufren problemas físicos, sexuales, reproductivos y mentales, tal como se señala en el primer Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, que hoy hace público la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el Informe se afirma que las muertes y discapacidades causadas por la violencia convierten a ésta en uno de los principales problemas de salud pública de nuestro tiempo.

La violencia es una de las principales causas de muerte en la población de edad comprendida entre los 15 y los 44 años, y es responsable del 14% de las defunciones entre la población masculina y del 7% entre la femenina.

En un día cualquiera, 1424 personas mueren en actos de homicidio, casi una persona por minuto. Aproximadamente una persona se suicida cada 40 segundos.
Unas 35 personas mueren cada hora como consecuencia directa de un conflicto armado.

Se calcula que en el siglo XX, 191 millones de personas perdieron la vida como consecuencia directa o indirecta de un conflicto.

«El Informe nos lanza también un reto en muchos terrenos. Nos obliga a ir más allá de nuestro concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar la idea de que los actos violentos son meras cuestiones de intimidad familiar o de elección individual, o bien aspectos inevitables de la vida», afirma la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora General de la OMS. Añade que «la violencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias y comunidades, fuerzas que pueden también traspasar las fronteras nacionales».

Además de las facetas conocidas de la violencia colectiva, como las guerras o los conflictos, en el Informe se examinan cuestiones igualmente importantes pero relegadas a menudo a un segundo plano, como la violencia juvenil, el maltrato de menores, el maltrato de ancianos, la violencia contra la pareja, la violencia sexual, la violencia autoinfligida o los suicidios.

Los datos sobre la violencia juvenil indican que la tasa de homicidios entre jóvenes ha aumentado en muchas partes del mundo. Se calcula que, por cada joven muerto a consecuencia de la violencia, entre 20 y 40 sufren lesiones que requieren tratamiento.

Los estudios muestran que las peleas y la intimidación son comunes entre los jóvenes y que el abuso del alcohol es una de las circunstancias que desencadena la violencia.

Por lo que se refiere al maltrato de menores, los datos de algunos países indican que aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de hombres han sufrido abusos sexuales durante la infancia.

En el Informe se señala que las mujeres son las que corren más riesgos en entornos domésticos o familiares. Casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, un porcentaje que se eleva al 70% en algunos países. Aunque es difícil obtener cifras exactas debido a la falta de registros, según los datos disponibles, una de cada cuatro mujeres será víctima de violencia sexual por parte de su pareja en el curso de su vida. La mayoría de las víctimas de agresiones físicas se ven sometidas a múltiples actos de violencia durante largos periodos. En una tercera parte o en más de la mitad de estos casos se producen también abusos sexuales. En algunos países, hasta una tercera parte de las niñas señalan haber sufrido una iniciación sexual forzada.

Según el Informe, el maltrato de los ancianos es uno de los rostros más ocultos de la violencia, que además tiene muchas probabilidades de aumentar porque en muchos países la población está envejeciendo rápidamente. Hasta un 6% de los ancianos declaran haber sufrido maltrato.

Por lo que se refiere a los suicidios o a la violencia autoinfligida, está demostrado que es una de las principales causas de muerte en el mundo. En la población de edad comprendida entre los 15 y los 44 años, el suicidio constituye la cuarta causa de muerte y la sexta causa de mala salud y discapacidad.

Los expertos afirman que aunque las estadísticas son escalofriantes, la situación está lejos de ser desesperada.

«La violencia no es inevitable, ni constituye un componente intrínseco de la condición humana», señala la Dra. Etienne Krug, Directora del Departamento de Prevención de los Traumatismos y la Violencia. Añade que «en todo el mundo se encuentran pruebas de que la violencia puede prevenirse con una diversidad de medidas destinadas a los individuos, las familias y las comunidades».

Aunque algunas investigaciones recientes apuntan hacia factores biológicos y otros factores individuales que pueden explicar en algunos casos la predisposición hacia la violencia, con más frecuencia estos factores interactúan con factores familiares, sociales, culturales y otros factores externos para crear situaciones en las que es probable la aparición de la violencia. Entender esas situaciones y esas causas nos ofrece la posibilidad de intervenir antes de que se cometan los actos violentos, proporcionando a los responsables políticos una gran variedad de alternativas concretas para prevenir la violencia.

Entre las recomendaciones para prevenir la violencia que formula el Informe se incluyen respuestas de prevención primarias como los programas de enriquecimiento preescolar y desarrollo social para niños y adolescentes, formación para los padres y medidas para reducir las heridas por armas de fuego y mejorar la seguridad en relación con éstas.

Otras recomendaciones son reforzar las respuestas a las víctimas de la violencia, promover el cumplimiento de los tratados internacionales y la legislación y aumentar la capacidad de recolectar datos sobre la violencia.

Fuente http://www.who.int/mediacentre/news/releases/pr73/es/print.html
2002 Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (resumen)/OMS
Otros informes OMS

Fuente documentales: http://programastvonline.blogspot.com/2009/09/grupos-violentos-documentales-de-la.html

Artículo completo con vídeos en: érase una vez Niels H. Abel y Evariste Galois
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–  Alertan de una banda latina más peligrosa que ‘Latin Kings’ y ‘Ñetas’, los ‘Maras’

–  CICR registró el año pasado 300 ejecuciones sumarias, 289 desapariciones y 76 secuestros en Colombia

–  De 7% es la posibilidad de que un homicida sea castigado por la justicia en Colombia, según la UE

–  El suicidio en el siglo XIX

–  En México el crimen organizado recluta a niños para explotación sexual y laboral

–  La violencia causa 800000 muertes al año, 500000 de ellas en países sin guerra

Talibanes lavan el cerebro a niños con imágenes de vírgenes

Es aquí donde los niños de 12 a 18 años se convierten en asesinos a sangre fría, dispuestos a volarse en pedazos como terroristas suicidas.[…]El complejo se compone de cuatro piezas – cada pared adornada con pinturas de colores brillantes en claro contraste con el paisaje árido y duro que los rodea. Los niños dijeron que esto era lo que les esperaba en el cielo.[…]Se les dice que estos son los ríos de leche y miel, que las mujeres son las vírgenes que les esperan en el cielo.[…]»Casi el 90% de los terroristas suicidas tienen de 12 a 18 años de edad»

Información completa y con imágenes en: CNN World

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Enlaces de interés:

La web de Maco048. Noticias: terrorismo

La web de Maco048. Noticias: violencia

Religiones, Visión crítica y escéptica

Posible relación entre secuestros y teléfonos celulares en Colombia

colom

Durante la década de los 90 del siglo pasado, Colombia ostentaba el dudoso honor de ser el país más violento de Latinoamérica, lo que suele equivaler a ser el más violento del mundo. En 1997 la tasa anual de homicidios era de 80 por cada 100000 habitantes, 50 veces superior a la media europea. La tasa de secuestros también era escalofriante: 9 de cada 100000 colombianos sufrían un secuestro en el año 2000, unos 4000 colombianos.

Desde entonces, ambas cifras no han hecho más que caer: la de homicidios a la mitad (sigue siendo alta pero Colombia ya va a rebufo de El Salvador y Venezuela en ese triste ranking) y la de secuestros a una décima parte. Si bien es cierto que la política de seguridad del presidente Uribe ha tenido mucho que ver en el descenso -desde su elección en 2002 las fuerzas de seguridad se expandieron de 307000 a 405000, y la policía fue desplegada en 160 municipios que carecían de ésta- hay otro factor que puede pesar aún más: la extensión del uso de teléfonos móviles entre la población.

Se trata de una osada teoría de Santiago Montenegro y Álvaro Pedraza, dos economistas asociados a la Universidad de Los Andes en Bogotá. Según su estudio “Reducción de las tasas de secuestros en relación a la expansión de los teléfonos móviles en Colombia” [.pdf], fueron los propios ciudadanos los que se protegieron de la amenaza del secuestro mediante la adquisición de teléfonos móviles. Además, esta expansión propició una mejora en la infraestructura telefónica, completando un círculo virtuoso que ha dinamitado un ténebre negocio que financiaba tanto la guerrilla como delincuentes comunes,

Según los autores, “altos niveles de seguridad fueron un prerrequisito para la inversión en telecomunicaciones y esta alta inversión ha retornado en una seguridad expandida”. Más allá de evitar secuestros masivos –la llamada “pesca milagrosa”, que llevaba a cabo la guerrilla en zonas rurales- los móviles reducen dramáticamente el plazo entre el secuestro en sí y su conocimiento por parte de las autoridades, facilitando grandemente su resolución. Tal es el impacto del teléfono en la “industria” del secuestro que las FARC prohibieron el uso de móviles a los habitantes del departamento de Meta. La reacción del Ministerio de Defensa no pudo ser más contundente: regaló terminales a la gente.

No obstante, los autores señalan que los móviles son sólo una parte de la ecuación, siendo la expansión de las fuerzas de orden esencial en la reducción de los secuestros. Por ejemplo, “en países como Venezuela y México las telecomunicaciones se han expandido tanto como en Colombia pero las tasas de secuestro han crecido drásticamente”-

Noticia y gráfico original de The Economist. Traducción al castellano en Diario Libre.

Fuente: CookingIdeas

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Enlaces relacionados:

La web de Maco048. Notícias: FARC

La web de Maco048. Noticias: Terrorismo

La religión de la «paz» desea islamizar Europa

Después de los deseos de paz para el nuevo año llegó una noticia relacionada con el islam que nos recuerda su odio e intolerancia.

El dibujante Kurt Westergaard del diario danés Jyllands-Posten, famoso por sus caricaturas de Mahoma, que desataron la ira de los musulmanes en el mundo, recibió un intento de asesinato en su casa por un musulmán de origen somalí.

El caricaturista logró ponerse a salvo en un baño de su casa adaptado en «bunker», mientras que el integrista gritaba en mal danés amenazas que incluían las palabras «venganza» y «sangre». Afortunadamente el terrorista musulmán fue capturado por la policia.

Cabe aquí preguntarnos, ¿dónde están los líderes musulmanes de Europa rechazando masivamente este atentado?, ¿por qué no parecen condenando este acto tan fanático, de la misma manera como suplican privilegios para su religión?

Sin duda, si alguíen hiciera una caricatura de Jose Smith o de Elena G. de White, no recibiría amenazas de muerte de los mormones y adventistas, respectivamente. Quizás se molestarían, y más de uno se lamentaría aduciendo que es una ofensa contra un profeta de Dios, y que tal caricaturista tendría su paga en el juicio final. Pero de allí no pasaría. Pero este deseo de imposición del islam, y de sus prohibiciones para toda la sociedad es un barbarismo sin igual.

El mayor problema del islam es que pide respeto dondequiera que va, pero no ofrece ninguno.

Terminando el año 2009, Aymán al Zawahiri envió un mensaje pidiéndole a los musulmanes reconquistar Al-Andalus, antiguo nombre de la península ibérica cuando estubo en manos de musulmanes.

Les dejo la irreverente intervención de Pat Condell, ateo inglés que «no tiene pelos en la lengua» para señalar el caracter intolerante del islam.
Artículo completo en: Blog SinDioses

El alcance del paramilitarismo en los partidos uribistas

Durante los últimos tres años, las investigaciones adelantadas en Colombia por la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación han empezado a demostrar una nueva dimensión de los crímenes de lesa humanidad y las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por las estructuras paramilitares, que confirman los nexos del Estado colombiano y el paramilitarismo, tal y como se ha reiterado en varias sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos –COIDH- que ha declarado la responsabilidad del Estado Colombiano por violación a la Convención Americana . Estas recientes investigaciones visibilizan el alcance del paramilitarismo en la rama legislativa y como su accionar responde a una política sistemática y planificada desde los más altos niveles del Estado con el objetivo de consolidar un proyecto político y económico para los intereses de élites locales, nacionales y transnacionales.

El presente texto pretende dar cuenta del contexto y desarrollo de estas investigaciones de la Corte Suprema de Justicia y de la Fiscalía General de la Nación, además de la existencia de diferentes aspectos que los han afectado como la renuncia de los congresistas a su fuero como parlamentarios, las maniobras para deslegitimar a la Corte Suprema de Justicia, la dilación de los procesos investigados por la Fiscalía General de la Nación, las amenazas en contra de los testigos de cargo, las extradiciones de los principales jefes paramilitares y los hostigamientos a la Corte Suprema de Justicia, entre otros aspectos. Igualmente, presenta un balance de condenas y absoluciones proferidas hasta la fecha de esta publicación. Por último, se incluyen como anexos los resultados de un seguimiento y recopilación de artículos de prensa de los procesos judiciales que se han desarrollado desde el mes de septiembre del año 2006 en contra de 133 congresistas y ex congresistas por sus presuntos nexos con el paramilitarismo.

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En 2005 el alcance del paramilitarismo como proyecto nacional dentro de la legislatura comenzó a evidenciarse a partir de la afirmación realizada por el entonces jefe paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, quien dijo que el 35 % de los miembros del Congreso eran ‘amigos’ [1], afirmación que después fue ratificada por el jefe paramilitar José Vicente Castaño Gil [2]. Luego, ante los medios de comunicación en 2008, Mancuso aseguró que más del 50 % del Congreso colombiano tenía nexos con el paramilitarismo [3]. Aunque no es objeto de este estudio, es importante recordar que estas alianzas entre funcionarios públicos y el paramilitarismo no se han limitado a miembros del congreso, sino también a otros servidores públicos locales [4]–funcionarios municipales y departamentales, alcaldes, concejales y diputados, que pertenecen a los mismos movimientos políticos de los congresistas investigados– hasta altos funcionarios del Gobierno actual [5] y la misma elección del presidente Álvaro Uribe Vélez en 2002, como fue confirmado por los jefes paramilitares Diego Murillo Bejarano, alias “Don Berna”, y Salvatore Mancuso Gómez, alias “Santander Lozada”, entre otros [6].

Durante los últimos tres años al menos 133 congresistas y ex congresistas han sido implicados con el paramilitarismo, lo que pone de presente el alcance del paramilitarismo en los partidos uribistas [7]. De estos congresistas, 71 han sido llamados a indagatoria [8], 50 actualmente están detenidos [9], 42 renunciaron a su fuero como congresista [10], 18 están en etapa de juicio [11], 13 aceptaron su responsabilidad por los cargos imputados y se sometieron a sentencia anticipada [12] y siete fueron condenados [13]. Por ejemplo, casi la totalidad de los miembros del Partido Colombia Democrática en el Congreso, fundado por el Presidente Álvaro Uribe Vélez, según su página oficial [14], tiene investigaciones abiertas por sus presuntos nexos con el paramilitarismo [15], o el hecho de que los presidentes y directivos de los principales partidos uribistas tienen presuntos nexos con la estructura paramilitar, como son Álvaro Araújo Castro de Alas Equipo Colombia, Mario Uribe Escobar de Colombia Democrática-, Luís Humberto Gómez Gallo del Partido Conservador, Luís Alberto Gil Castillo de Convergencia Ciudadana, Carlos Armando García Orjuela del Partido de la U y Dieb Nicolás Maloof Cuse de Colombia Viva [16].

En la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, realizada en marzo de 2009, la Fundación Nuevo Arco Iris presentó una información confirmando que entre el 25% y el 35% de los puestos de elección popular habían sido tomados por la estructura paramilitar. “De los siete partidos que hacen parte de la coalición uribista, existen cinco en donde la totalidad de sus candidatos son procesados por parapolítica. Actualmente, estos partidos siguen teniendo capacidad de influencia dentro de la escena política”, aseguró León Valencia, director de Nuevo Arco Iris [17].

Además por lo menos 11 de los reemplazos de los congresistas investigados por sus nexos con paramilitarismo a su vez enfrentan procesos en su contra por sus propios presuntos nexos con estas mismas estructuras, lo cual evidencia que nunca desarticularon estos lazos entre el Congreso y el paramilitarismo y en cambio se han mantenido vigentes hasta el día de hoy [18]. Tampoco se han tomado las medidas necesarias para evitar que en las próximas elecciones legislativas familiares o aliados políticos de estos congresistas aspiren a curules y mantengan estas alianzas con organizaciones criminales. Según informó la Revista Cambio, el 13 de agosto de 2009, existen múltiples casos en este sentido, incluyendo Arlet Casado de López (esposa del ex senador Juan Manuel López Cabrales), Araceli Olivares de Morris (esposa del ex representante Erick Morris Taboada), Teresa García (hermana del ex senador Álvaro García Romero), Hernando De La Espriella Burgos (hermano del ex senador Miguel Alfonso De La Espriella Burgos), Francisco Jattin Corrales (hermano de la ex representante Zulema Jattin Corrales) y Raimundo Méndez Bechara (heredero político del ex senador Reginaldo Montes), entre otros [19].

Ver informe completo y anexos en:  Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo

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¿Qué pasaría si no existiera la religión?

Si vives en una cueva, es posible que no hayas escuchado que un Nigeriano, Umar Farouk Abdul Mutallab, supuestamente bajo ordenes o trabajando con Al-Qaeda, intentó cometer un acto terrorista al prender algún artefacto explosivo entre sus piernas.

Si todavía lo dudas, esto es un acto de terrorismo religioso. Este hombre no cometería este acto tan terrible (intentar asesinar cientos de personas y niños) si no fuera por sus creencias religiosas. Es en estos momentos que uno piensa que seria de este mundo si no existiera la religión.

Yo te puedo contestar esta pregunta fácilmente. Primero que todo, todavía tendríamos las torres gemelas en el horizonte de Nueva York, y volar seria mucho más fácil, pues no tendríamos que pasar por ridículas medidas de seguridad innecesarias. Como dice el experto de seguridad Bruce Schneier:

«Solo dos cosas han hecho que el volar sea más seguro [desde el 9/11]: el refuerzo de las puertas de los pilotos y el hecho que los pasajeros saben que pueden resistir a los secuestradores.»

Pero si hay algo que no me va a sorprender son las decenas de personas dando gracias a Dios porque este ataque se pudo detener. Yo por mi cuenta le doy las gracias a personas valientes, como Jasper Schuringa, el cual brincó por encima de 4 asientos para apagar el fuego y detener el ataque de este fanático religioso.

Aquí se muestra el vídeo donde Jasper cuenta su versión de la historia:

Fuente: Libertad de la Religión

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Enlaces relacionados:

La web de Maco048. Noticias: Terrorismo

Religiones. Una visión crítica

Probabilidades reales de que un avión sufra ataque terrorista

El pasado día 25 de diciembre nuevamente se vivieron horas de tensión y temor cuando un joven de nombre Umar Farouk Abdoulmutallab [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] por los aires un avión en pleno vuelo entre Amsterdam y Detroit con 278 pasajeros dentro.

Umar llevaba en su ropa interior una importante carga del explosivo conocido como PETN, con la que consiguió subir al avión [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] del vuelo 253 pero que finalmente (gracias al Dios que prefiera cada uno) no llegó a explotar por otro fallo. Tras los acontecimientos la histeria colectiva se desató y los gobiernos de occidente, capitaneados por EE.UU, respondieron revisando los protocolos de seguridad aérea y con nuevas medidas muy exhaustivas. Pero, un momento, ¿cuáles son las probabilidades reales de que un avión sufra un atentado terrorista?.

Esta pregunta es de vital importancia y la siguiente infografía nos da respuestas contundentes a la misma, que se pueden resumir en una sola frase: es extremadamente complicado verse envuelto en un suceso terrorista contra un avión y mucho más morir en uno de ellos. Sirvan los siguientes datos (referidos a EE.UU pero aplicables a cualquier otro país) para calamar al pueblo. No nos podemos permitir vivir con miedo, ya que entonces “los malos” habrán ganado y “los buenos” tendrán mucho mas fácil colarnos cualquier restricción (incluso anticonstitucionales) con la disculpa de la seguridad.

ataque-terrorista-avion

Vía: Gizmodo

Fuente:  ALT1040

Paramilitares de Colombia, «Las instrucciones eran quitarles el brazo, la cabeza, descuartizarlos vivos»

El espeluznante testimonio del “paramilitar” colombiano Francisco Enrique Villalba Hernández (alias ‘Cristian Barreto’), da cuenta de las atrocidades a que son sometidos hombres, mujeres y niños colombianos por ese engendro (el paramilitarismo)de la oligarquía “santanderiana” del que forma parte “El narcotraficante no 82” Álvaro Uribe Velez, socio de Manuel Rosales en los planes de magnicidio contra el p

El espeluznante testimonio del “paramilitar” colombiano Francisco Enrique Villalba Hernández (alias ‘Cristian Barreto’), da cuenta de las atrocidades a que son sometidos hombres, mujeres y niños colombianos por ese engendro (el paramilitarismo)de la oligarquía “santanderiana” del que forma parte “El narcotraficante no 82” Álvaro Uribe Velez, socio de Manuel Rosales en los planes de magnicidio contra el presidente Chávez.

La narración es copia textual, tal y como aparece en la Web del “Partido Liberal. Colombiano”: www.partidoliberal.org.co

“Francisco Enrique Villalba Hernández (alias ‘Cristian Barreto’), uno de los autores de la masacre de El Aro, en Ituango, Antioquia, recibió este tipo de entrenamiento en el mismo lugar en el que le enseñaron a manejar armas y a fabricar bombas caseras.

Hoy, preso en la cárcel La Picota, de Bogotá, Villalba ha descrito detalladamente, durante largas indagatorias, cómo aplicó esta instrucción.

«A mediados de 1994 me mandaron a un curso en la finca La 35, en El Tomate, Antioquia, donde quedaba el campo de entrenamiento», dice en su relato a la Fiscalía. Allí, su jornada empezaba a las 5 de la mañana y las instrucciones las recibía directamente de altos mandos, como ‘Doble cero’ (Carlos García, asesinado por ‘paras’ del Cacique Nutibara).

Villalba asegura que para el aprendizaje de descuartizamiento usaban campesinos que reunían durante las tomas de pueblos vecinos. «Eran personas de edad que las llevaban en camiones, vivas, amarradas», describe.

Las víctimas llegaban a la finca en camiones carpados. Las bajaban del vehículo con las manos amarradas y las llevaban a un cuarto. Allí permanecían encerradas varios días, a la espera de que empezara el entrenamiento.

Luego venía «la instrucción de coraje»: repartían a la gente en cuatro o cinco grupos «y ahí la descuartizaban», dice Villalba en la indagatoria. «El instructor le decía a uno: ‘Usted se para acá y fulano allá y le da seguridad al que está descuartizando’. Siempre que se toma un pueblo y se va a descuartizar a alguien, hay que brindarles seguridad a los que están haciendo ese trabajo».

De los cuartos donde estaban encerrados, las mujeres y los hombres eran sacados en ropa interior. Aún con las manos atadas, los llevaban al sitio donde el instructor esperaba para iniciar las primeras recomendaciones:

«Las instrucciones eran quitarles el brazo, la cabeza, descuartizarlos vivos. Ellos salían llorando y le pedían a uno que no le fuera a hacer nada, que tenían familia».

Villalba describe el proceso: «A las personas se les abría desde el pecho hasta la barriga para sacar lo que es tripa, el despojo. Se les quitaban piernas, brazos y cabeza.Se hacía con machete o con cuchillo. El resto, el despojo, con la mano. Nosotros, que estábamos en instrucción, sacábamos los intestinos».

El entrenamiento lo exigían, según él, para «probar el coraje y aprender cómo desaparecer a la persona».

Durante el mes y medio que Francisco Villalba dice que permaneció en el curso, vio tres veces las instrucciones de descuartizamiento.

«Ellos escogían a los alumnos para que participaran. Una vez, uno de los alumnos se negó. Se paró ‘Doble cero’ y le dijo: ‘Venga, que yo sí soy capaz’. Luego lo mandó descuartizar a él. A mí me hicieron quitarle el brazo a una muchacha. Ya le habían quitado la cabeza y una pierna. Ella pedía que no lo hicieran, que tenía dos hijos».

Los cuerpos eran llevados a fosas ahí mismo, en La 35, donde calculan que enterraron a más de 400 personas.

Fuente: Aporrea

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El espeluznante testimonio del “paramilitar” colombiano Francisco Enrique Villalba Hernández (alias ‘Cristian Barreto’), da cuenta de las atrocidades a que son sometidos hombres, mujeres y niños colombianos por ese engendro (el paramilitarismo)de la oligarquía “santanderiana” del que forma parte “El narcotraficante no 82” Álvaro Uribe Velez, socio de Manuel Rosales en los planes de magnicidio contra el presidente Chávez.

La narración es copia textual, tal y como aparece en la Web del “Partido Liberal. Colombiano”: www.partidoliberal.org.co

“Francisco Enrique Villalba Hernández (alias ‘Cristian Barreto’), uno de los autores de la masacre de El Aro, en Ituango, Antioquia, recibió este tipo de entrenamiento en el mismo lugar en el que le enseñaron a manejar armas y a fabricar bombas caseras.

Hoy, preso en la cárcel La Picota, de Bogotá, Villalba ha descrito detalladamente, durante largas indagatorias, cómo aplicó esta instrucción.

«A mediados de 1994 me mandaron a un curso en la finca La 35, en El Tomate, Antioquia, donde quedaba el campo de entrenamiento», dice en su relato a la Fiscalía. Allí, su jornada empezaba a las 5 de la mañana y las instrucciones las recibía directamente de altos mandos, como ‘Doble cero’ (Carlos García, asesinado por ‘paras’ del Cacique Nutibara).

Villalba asegura que para el aprendizaje de descuartizamiento usaban campesinos que reunían durante las tomas de pueblos vecinos. «Eran personas de edad que las llevaban en camiones, vivas, amarradas», describe.

Las víctimas llegaban a la finca en camiones carpados. Las bajaban del vehículo con las manos amarradas y las llevaban a un cuarto. Allí permanecían encerradas varios días, a la espera de que empezara el entrenamiento.

Luego venía «la instrucción de coraje»: repartían a la gente en cuatro o cinco grupos «y ahí la descuartizaban», dice Villalba en la indagatoria. «El instructor le decía a uno: ‘Usted se para acá y fulano allá y le da seguridad al que está descuartizando’. Siempre que se toma un pueblo y se va a descuartizar a alguien, hay que brindarles seguridad a los que están haciendo ese trabajo».

De los cuartos donde estaban encerrados, las mujeres y los hombres eran sacados en ropa interior. Aún con las manos atadas, los llevaban al sitio donde el instructor esperaba para iniciar las primeras recomendaciones:

«Las instrucciones eran quitarles el brazo, la cabeza, descuartizarlos vivos. Ellos salían llorando y le pedían a uno que no le fuera a hacer nada, que tenían familia».

Villalba describe el proceso: «A las personas se les abría desde el pecho hasta la barriga para sacar lo que es tripa, el despojo. Se les quitaban piernas, brazos y cabeza.Se hacía con machete o con cuchillo. El resto, el despojo, con la mano. Nosotros, que estábamos en instrucción, sacábamos los intestinos».

El entrenamiento lo exigían, según él, para «probar el coraje y aprender cómo desaparecer a la persona».

Durante el mes y medio que Francisco Villalba dice que permaneció en el curso, vio tres veces las instrucciones de descuartizamiento.

«Ellos escogían a los alumnos para que participaran. Una vez, uno de los alumnos se negó. Se paró ‘Doble cero’ y le dijo: ‘Venga, que yo sí soy capaz’. Luego lo mandó descuartizar a él. A mí me hicieron quitarle el brazo a una muchacha. Ya le habían quitado la cabeza y una pierna. Ella pedía que no lo hicieran, que tenía dos hijos».

Los cuerpos eran llevados a fosas ahí mismo, en La 35, donde calculan que enterraron a más de 400 personas.

Fuente: Aporrea

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Los ojos de Jineth Bedoya se iluminan cuando narra sus vivencias como periodista. Ha cruzado fronteras oculta en un maletero, ha sobrevivido a bombardeos en la jungla, se ha colado en medio de un motín en una cárcel de alta seguridad. «En cada viaje descubro tanto drama y conozco a tanta gente linda… Es maravilloso contar historias únicas», confiesa esta colombiana de 35 años sobre la mesa de un modesto restaurante de comercio justo en el centro de Madrid. Porque esta profesión es su pasión, tuvo que arrinconar el peor de sus recuerdos como reportera durante nueve años y cuatro meses. El tiempo que ha pasado desde el día que fue secuestrada, torturada y violada.

«La decisión de venir a Europa a contar mi caso ha sido una de las más difíciles de mi vida», afirma cuando llegan los postres, después de relatar aventuras de vértigo. «Hace tres meses, recibí la visita de unos delegados de Intermón Oxfam que me invitaron a presentar su campaña contra la impunidad de los crímenes sexuales cometidos por los grupos armados en Colombia. Les contesté que no. No quería revivir aquello, estaba olvidado y nadie me lo mencionaba. Pero cuando se marcharon, pensé en las miles de campesinas que han sido violadas y que no denuncian a los culpables porque lo consideran algo deshonroso. Pensé que era el momento de hablar».

En los noventa, Jineth cubría la información carcelaria en La Modelo de Bogotá, uno de los penales más peligrosos del mundo. Era la única mujer periodista que se adentraba por sus corredores y además de los frecuentes tiroteos y las corruptelas, quiso sacar a la luz el lado humano de aquel inframundo. Consiguió que su jefe le permitiera emitir una cuña en la radio en la que trabajaba por entonces. «Done un lápiz para que los presos aprendan a escribir», pedía ella en antena. Esperaba reunir cien y recibió más de 6.000.

También creó el primer periódico escrito por los propios reclusos. Se llamaba Periódico Libre y se publicó durante tres años. En el consejo editorial se sentaban paramilitares, guerrilleros, violadores, ladrones y ella. «Poner orden era difícil y yo sabía que algunos estaban armados. Lograr que la primera edición saliera fue gratificante y para ellos, una experiencia única. Hacían las fotos, entrevistaban a sus compañeros», recuerda. A estas alturas se ha olvidado por completo de su leche asada. «Conseguí ganarme su respeto. Era la única mujer con la que trataban. Me veían como la mamá, la hermana, la novia. En cierto modo idealizaban en mí lo que no podían tener».

El 25 de mayo de 2000 a las 10.30 tenía una cita en una celda con un paramilitar. La drogaron y durante 16 horas abusaron de ella con la complicidad de los guardianes. «Me pusieron una nueve milímetros en la sien. Cuando a una la agreden sexualmente lo que desea es que la maten». A pesar de que hay pruebas, la Fiscalía no ha imputado a los autores. En Colombia estos crímenes son vistos como delitos de segundo orden. «Por eso espero que esta campaña también ayude a resolver mi caso. ¿De qué me vale ser una periodista respetada si no obtengo justicia?»

En los días que guardó reposo le llegaron muchos mensajes de apoyo del Gobierno, de políticos y ONG. Al recordarlo, Jineth se echa a llorar. «Una de las cartas era un dibujo que habían hecho los presos, con un ramo de flores y la firma de todos».

Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]

ONU impresionada por número de niños asesinados en masacre de Awá (Colombia)

El alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Cristian Salazar, entregó este sábado un informe previo sobre las indagaciones que realiza junto a la comisión investigadora de la masacre de indígenas Awá cometida el pasado 26 de agosto y en la que siete niños fueron asesinados.

Salazar indicó que a las Naciones Unidas le impresiona el número de niños que fueron asesinados. Un total de siete y no cinco, como se indicó inicialmente lo que representa una nueva dimensión ataque contra la etnia Awá.

La seguridad de los sobrevivientes de la masacre y sus familiares es un punto de mucha preocupación para el alto comisionado, por lo que pidió protección por parte del Estado colombiano para evitar un mayor derramamiento de sangre.

El alto comisionado prometió que Naciones Unidas hará todo lo posible para apoyar a la Fiscalía colombiana en el trabajo de esclarecimiento de la masacre para que ésta no quede en la impunidad.

Los líderes Awá le han expresado a la comisión del Gobierno que la seguridad democrática no llega a la zona donde habitan y que por ello es necesario que se cree una unidad especial de fiscales para que investiguen la masacre en la que murieron sus miembros.

Masacre podría ser una venganza

Según un reportaje presentado por la revista colombiana Semana, una de las personas que perdieron la vida en la masacre de indígenas Awá fue Sixta Tulia quien había denunciado ante las autoridades que militares colombianos habían ajusticiado a su esposo, Gonzalo Rodríguez, y lo habían reportado como un muerto en combate.

Sixta afirmó que hombres encapuchados detuvieron a su esposo mientras caminaba junto a ella por un resguardo, se lo llevaron a 20 metros, y luego de escuchar unos disparos encontró a su esposo con varios disparos en la cabeza.

El diario colombiano afirma en su sitio web que tuvo acceso al reporte militar donde soldados explican que la muerte de Gonzalo Rodríguez fue en combate y le señalan de ser jefe guerrillero.

«El 23 de mayo de 2009 el Batallón Contraguerrilla Número 23 realizó una operación militar llamada «Mosquetero» en el Kilómetro 80 La Guayacana media hora hacía adentro. Junto con un guía llegan al lugar hacía las 3 horas. Esperaron que amaneciera luego el guía indicó a la persona llamada Gonzalo Rodríguez quien es cabecilla del frente 29 de las Farc. De inmediato se da la captura y este emprende la huida tirando el arma hacia la maraña. Los militares logran su captura de nuevo y le ponen en conocimiento los derechos del capturado, junto con la señora y luego los separan; ubican el arma que portaba y lo retienen. En un descuido de los militares el sujeto emprende la huida hacia el sitio donde se hallaba el arma tirada, la coge sale corriendo y empieza a disparar siendo dado de baja por la tropa», afirma presuntamente el reporte militar.

Por su parte, Sixta Tulia no se quedó callada y denunció su versión ante las autoridades, pero este miércoles 26 de agosto, a las 5 de la mañana, un grupo de hombres camuflados y encapuchados, llegaron a la casa donde ella dormía junto con otros parientes y dispararon a discreción.

Sixta Tulia perdió la vida al igual que seis niños, una niña y cuatro adultos más. La niña era Angie Jazmín Rodríguez, de 5 años, y los niños, Alexander Rodríguez, de 8 años; Yeison Ferney, de 6 meses; Laurencio García, de 5 años; Roberto Guanga Nastacuas, de 17 años, David García, de 12 años y Luis García, de 13 años.

Los adultos eran Laurencio García, de 38 años, Carmela Guanga, de 18 años; Amparo Nastacuas, de 21 años; Armando Alvaro Nastacuas, de 19 años, Y quedaron heridos Javier García, de 20 años y Yolanda Bisbicus, de 22 años.

Fuente: TeleSUR

Terroristas de Colombia han de devolver 13000 niños que están en sus filas

De no hacerlo podrían enfrentar un proceso en la Corte Penal Internacional, advirtió el sábado el ex congresista Jimmy Chamorro.

Es en noviembre cuando vence la reserva que Colombia interpuso cuando aceptó en 2002 la competencia de la Corte Penal Internacional.

Esa reserva aplazaba la entrada en vigencia de la competencia de la CPI para conocer de crímenes de guerra cometidos en Colombia, como una forma de facilitar acuerdos en el marco de una posible negociación de paz.

Si los grupos armados colombianos, «a partir del primero de noviembre siguen reclutando menores y la justicia colombiana no los procesa, la CPI entrará a perseguirlos», explicó Chamorro a periodistas.

Según cifras de Unicef, al menos 13000 menores hacen parte de las filas de los grupos armados, que en amplias zonas rurales de Colombia practican una norma según la cual cada familia debe entregar un hijo para contribuir a la guerra.

La mitad de los reclutamientos de menores son atribuidos a la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), la principal organización armada ilegal del país.

Chamorro anunció que el lunes se iniciará una campaña con una marcha que recorrerá durante cerca de dos meses 24 de los 32 departamentos de Colombia, para promover que los grupos armados reintegren a los menores.

El Congresista dijo que ya hay organizaciones internacionales que han expresado su interés de llevar ante la CPI el caso de los niños colombianos integrados en los grupos armados.

Fuente: ELTIEMPO.com (Colombia)

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Los menores hijos del conflicto… los desplazados en Colombia

Un estudio indica que víctimas del terrorismo llegan con «recelo» al tratamiento

Las víctimas del terrorismo afrontan los tratamientos psicológicos con cautela y recelo «porque se han visto muy manipuladas», según el estudio presentado por el psiquiatra Iñaki Markez en el 24 Congreso Nacional de Neuropsoquiatría que se celebra en Cádiz.

Markez ha explicado que las víctimas de terrorismo presentan un patrón de salud sensiblemente peor que la población general, ya que experimentan un sufrimiento crónico e incapacidad para expresar dolor.

En una encuesta realizada a más de 2000 ciudadanos del País Vasco y a 40 víctimas directas de la violencia terrorista, familiares de fallecidos en atentados terroristas o personas que han sufrido esos ataques, Markez ha analizado el resultado de esa violencia colectiva sobre la sociedad vasca en general.

En una entrevista con Efe, Markez comenta que «el sufrimiento crónico de las víctimas es extensible a toda la sociedad, y puede llegar a mitigarse con el tiempo, pero no desaparece».

No obstante, Markez asegura que «en el País Vasco no vivimos siempre con miedo como podría deducirse de algunos comentarios políticos o periodísticos».

Según Markez, la violencia colectiva (denominación clínica de la violencia terrorista) «no es una enfermedad, no existe la personalidad terrorista como pretenden algunos psicólogos: la violencia colectiva es un hecho sociopolítico pero que tiene consecuencias en la salud colectiva e individual de una sociedad».

Markez advierte sobre «el riesgo de considerar a los terroristas como enfermos» y denuncia que la polarización existente en el País Vasco, «a veces conlleva paradojas como condenar el terrorismo pero decir luego ‘es que en Madrid no nos hacen caso’, y esas contradicciones a nivel social perjudican la salud mental de un pueblo».

Sin embargo, Markez también ha expuesto que «el papel de la psicología en la violencia colectiva no es sólo detectar las deficiencias de salud mental, sino trabajar para superarlas».

«No se puede mejorar la salud mental colectiva con un diagnóstico pero individualmente la de las víctimas sí, y así también mejorará la salud mental de la sociedad en general», enfatiza el psiquiatra.

Markez también aboga por que en la sociedad en su conjunto se trabaje con políticas de perdón, el fomento de la tolerancia, la corresponsabilidad de un problema que es social y el fomento de conductas pro-sociales.

Fuente: adn.es

Bajo licencia Creative Commons

Enlace relacionado: Asignatura Victimología. Licenciatura Criminología. UMU

Experta en víctimas de tortura, alerta de que el maltrato a detenidos engendra más terroristas

Por cada sospechoso torturado nacen 10 terroristas. Así, parafraseando al filósofo francés Albert Camus, inicia su mensaje Inge Genefke (Dinamarca, 1938), la eminencia mundial en la rehabilitación de víctimas de tortura.

Esta neuróloga de 71 años, menuda y de apariencia frágil, insiste hasta la saciedad en que justificar la tortura en aras de la seguridad no solo es un delito sino la fórmula más efectiva para engendrar futuros terroristas. Tras haber trabajado con víctimas de torturas más de 35 años, Genefke considera fundamental insistir en esta idea en plena polémica por el uso de la asfixia simulada por parte de agentes de la CIA durante la Administración de Bush. La llegada de Obama deja, también en este ámbito, un resquicio para la esperanza, según la especialista danesa, que ha tejido una red de centros en todo el mundo que atiende a 100000 personas anuales.

«Ya no puede sorprenderme nada», dice Genefke, de visita en Barcelona invitada por el Grup Solidari Ibiray y el Departament d’Interior, Relacions Institucionals i Participació. Genefke ha oído lo más perverso que una mente humana haya podido idear para destrozar al prójimo. Pero su elegante pudor la lleva a obviar cualquier detalle morboso. Se remite a cómo algunos de sus clientes –se niega a llamarles pacientes– han dibujado su calvario.

Ella no se sorprende de nada pero su figura va sorprendiendo allí donde va. Inspiró a la directora catalana Isabel Coixet para su conmovedora y laureada película La vida secreta de las palabras. De hecho, la plataforma petrolífera donde se desarrolla la acción lleva su nombre: Genefke.

Sentimiento de culpa

«La persona vejada padece la soledad más grande del mundo», explica la especialista, que añade: «Está sometida a un terrible sufrimiento, contra el que no puede luchar, infligido por otro ser humano». Ha constatado que, con matices y particularidades en función de la zona del mundo, los métodos de tortura siempre son los mismos. «Destroza a la persona, su físico, pero también su autoestima, su ser», dice para, a renglón seguido, añadir lo difícil que es arrancarles un testimonio. El castigo de estas conductas en los tribunales es el eje de la lucha contra los torturadores. «Hay que lograr que ellos se sientan amenazados», argumenta Genefke.

Lo que más le maravilla de la conducta de las víctimas es su sentimiento de culpabilidad: «Se culpan por estar vivos mientras sus amigos y familiares han muerto, o por haber sucumbido al objetivo de sus torturadores». Reconoce haber llorado mucho pero nunca, jamás, delante de las víctimas. Si acaso después, en casa, con los suyos. Porque las personas que han encontrado aliento para sentarse a verbalizar el horror necesitan empatía y calidez, no alguien desmoronado por la tristeza.

Como aquel padre que, viendo a su hija de tres años desnuda delante de él y al militar con un hierro candente a punto de introducírselo por la vagina, firmó todas las hojas en blanco que le dieron y que luego ellos rellenarían a su antojo según las necesidades.

Conjura sus demonios cuidando mucho su físico y alimentando su alma con «belleza». Poesía, pintura y música. «Los que se recuperan de su experiencia se convierten en seres fortísimos y extraordinarios», sonríe, satisfecha.

Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]

CICR registró el año pasado 300 ejecuciones sumarias, 289 desapariciones y 76 secuestros en Colombia

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) aseguró hoy que a lo largo de 2008 se registraron al menos 1.610 violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) en Colombia, perpetradas por «todas las partes» en el marco del conflicto interno de este país. Entre estas violaciones se produjeron al menos 300 casos de ejecuciones sumarias, 289 desapariciones, más de 370 malos tratos y psicológicos y 76 secuestros de civiles, precisó la organización, que informó también de que el año pasado debió incrementar en más de un 10 por ciento la asistencia de emergencia a la población desplazada.

«Las infracciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) fueron cometidas por todas las partes, tanto las fuerzas del Estado como los distintos grupos armados», declaró el coordinador del CICR en Colombia, Yves Heller, durante la presentación en Madrid del Informe de Actividad del Comité en el conflicto colombiano.

Durante 2008, explicó, el CICR documentó 300 casos de ejecuciones sumarias, asistió a casi 1.500 personas amenazadas para que se trasladaran a un lugar más seguro y cubrió los gastos fúnebres de numerosas familias de víctimas de la violencia. Estas informaciones, prosiguió, son el resultado de las visitas sobre el terreno que efectúa el CICR para recoger testimonios, «entrar en contacto con todos los actores del conflicto armado» y mantener «contactos bastante estrechos con la población civil».

Mediante estos procedimientos, el Comité recogió también testimonios sobre al menos 289 desapareciones registradas el año pasado, que se unen a los más de 4.730 documentados por el CICR desde 1994. «Estas cifras no son exhaustivas», advirtió Heller. «Fuentes oficiales y de la sociedad civil hablan de entre 10.000 y 40.000 desaparecidos desde que comenzó el conflicto hace más de 40 años», agregó.

Aparte, el CICR también documentó el año pasado 35 casos de infracciones cometidas en contra de las misiones médicas, como amenazas individuales, privación de libertad del personal de salud, obstrucciones a la atención médica de heridos y ataques directos a unidades médicas o personal de salud.

La organización también registró el año pasado hasta 118 «ocupaciones de bienes civiles». «Las partes en conflicto ocupan bienes civiles para controlar mejor el territorio o para tener ventajas militares, lo cual supone una grave infracción del DIH», denunció. «Las ocupaciones de escuelas son bastante comunes», añadió.

SECUESTROS Y EMBLEMA DE CRUZ ROJA

En 2008, según el informe, el CICR participó en la liberación de 29 civiles y dos militares secuestrados por los distintos grupos guerrilleros, quienes fueron entregados a sus familiares y a las autoridades. Entre las 1.600 infracciones al DIH registradas el año pasado, explicó Heller, el Comité documentó al menos 76 casos de tomas de rehenes civiles por parte de los grupos armados.

Al respecto, Heller advirtió de que, para poder realizar sus labores, tanto de mediación para la liberación de rehenes como de recogida de informaciones sobre el terreno, el CICR debe contar con plenas garantías de seguridad de todas las partes, para lo cual es «importante que se respete totalmente el emblema de la Cruz Roja».

Por ello, lamentó profundamente la utilización de los distintivos de la organización por parte del Ejército colombiano durante la ‘Operación Jaque’ de julio de 2008, que permitió la liberación de Ingrid Betancourt y de otros rehenes en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El uso del emblema fue reconocido por el propio presidente del país, Álvaro Uribe, quien «presentó sus excusas», recordó Heller. «El CICR tomó nota de las excusas, pero sigue muy preocupado por el uso indebido del emblema en la ‘Operación Jaque'», manifestó.

DESPLAZADOS

Durante la presentación del informe, Yves Heller dedicó un capítulo especial a la situación de los desplazados, cuyas cifras totales se desconocen pero oscilan, según las fuentes, entre los 2,5 y los cuatro millones.

En los últimos once años, el Comité ha asistido a más de 1,2 millones de desplazados por el conflicto armado. Sólo en 2008, según el informe, el CICR brindó ayuda de emergencia a más de 73.000 civiles (unas 18.000 familias), un 10,6 por ciento más que en el año anterior. El 80 por ciento de las personas atendidas el año pasado corresponde a casos de desplazamientos individuales, provocados en su mayoría por amenazas de muerte, malos tratos psicológicos o temor al reclutamiento forzoso.

Este aspecto supone una diferencia respecto a hace unos diez años. Por entonces, explicó Heller, la mayoría de los desplazamientos eran masivos, de poblaciones enteras, mientras que en la actualidad predominan los desplazados individuales que, precisamente por esa circunstancia, suelen tener «más dificultades para lograr la asistencia de las organizaciones humanitarias».

Un alto porcentaje de los desplazados de los últimos tiempos corresponden a campesinos del oeste de Colombia, de departamentos como Cauca, Arauca, Nariño –con importante presencia de población indígena– o Chocó –donde la inmensa mayoría de la población (más del 90 por ciento) es afrocolombiana–. Como consecuencia de ello, el 14,6 por ciento de los desplazados de todo el país son afrocolombianos, cuando apenas constituyen el 10 por ciento de la población total, y el ocho por ciento de los desplazados son indígenas, pese a no representar más del tres por ciento de la población colombiana.

Asimismo, más de la mitad de los desplazados son menores de 18 años. «Son niños, con las consecuencias que se pueden esperar para el desarrollo económico y social del país», afirmó Heller. Aparte, advirtió, «se calcula que, por motivos de seguridad, más del 70 por ciento de los desplazados no pueden volver nunca a sus casas», con lo que pasan de ser campesinos con tierras propias para ganarse la vida por sí mismos a pobres necesitados de la ayuda humanitaria en las ciudades, advirtió. «Los desplazados son el grupo de población más pobre de Colombia», explicó.

Fuente: EuropaPress

Relaciones sexuales entre secuestrado y secuestrador, la mayoría de las veces son por supervivencia

TENÍA 25 AÑOS y fue una de las 23.144 personas secuestradas en Colombia entre 1996 y 2006. Entre tantos temores que la rondaban, sospechaba que sus plagiarios -delincuentes comunes- pretendían abusar sexualmente de ella. Una sensación de indefensión que la llevó a entablar una relación con uno de ellos; un pacto de fingido amor que, años después, reconoció que había respondido a su instinto de supervivencia. «Que me abuse uno solo, no los cinco», dice que pensaba. Con un propósito similar, un ingeniero caleño de 35 años, secuestrado por las Farc, decidió seducir a una guerrillera para obtener algunas gabelas, como un plástico mejor para su cambuche o una mejor ración de comida.

En el extremo opuesto, y también con el fin de preservar su integridad, una mujer de 40 años relata que durante su cautiverio no se quitaba la ropa ni para bañarse. Era la manifestación externa de una especie de cinturón de castidad psicológico que se impuso y que, unido a las otras condiciones infrahumanas del secuestro, le dejaron secuelas físicas, como severas irritaciones de la piel, y psicológicas, como la fobia hacia la sexualidad y hacia el contacto físico con los demás.

El secuestro es una experiencia tan traumática, que algunas veces deja huellas profundas en el terreno de la sexualidad. El largo historial de este flagelo en Colombia da para contar historias de matrimonios que se disuelven como consecuencia del enamoramiento de dos secuestrados durante el cautiverio, de víctimas que entablan relaciones sentimentales con sus captores -el conocido síndrome de Estocolmo- e incluso, la anulación de cualquier expresión de la sexualidad, como el caso mencionado.

El psicólogo Emilio Meluk, profesor de la Universidad Nacional, es uno de los primeros expertos que estudió y analizó el tema, y en 1999 publicó El secuestro, una muerte suspendida, basado en la experiencia de 280 personas víctimas de este delito. La investigación lo llevó a la conclusión de que en la mayoría de los casos, la sexualidad queda sumida por sentimientos de angustia y temor. «Pasa como a un quinto nivel y, si la hay, es una estrategia de supervivencia, no es una sexualidad legítima -dice Meluk-. En general, frente al vínculo que se establece entre secuestrador y secuestrado no puede hablarse de una relación afectiva, sino de una relación de dos mentirosos engañándose porque cada uno tiene un objetivo específico: el primero quiere controlar y el otro quiere salir vivo».

María Clara Bayón de Cleves, psiquiatra especializada en terapia de familia y de pareja, sostiene con respecto al tema: «Es posible que el secuestro genere situaciones íntimas en todos los niveles, incluidos el afectivo y el sexual, y más aún si hay situaciones de sometimiento, pero hay que tener en cuenta que es una situación consentida por el instinto de supervivencia».

Los expertos coinciden en que a diferencia de lo que ocurre en otros contextos adversos -desplazamiento forzado, catástrofes naturales, prisión- en que la sexualidad se convierte en un antídoto contra la desesperanza, en condiciones de secuestro es una dimensión que tiende a permanecer apagada. «Las relaciones afectivas y sexuales durante el secuestro son extrañas y extremas», sostiene la psicóloga Olga Lucía Gómez, directora de la Fundación País Libre. Sin embargo, reconoce que el cautiverio genera lazos de amistad entre cautivos y secuestradores que puede interpretarse como un comportamiento adaptativo. Por esta razón, los expertos recomiendan a las personas en riesgo de ser secuestradas que en caso de llegar a estarlo deben intentar tener relaciones cordiales con sus captores pero sin perder de vista que son víctimas y que deben diferenciarse de ellos. «De hecho, las cosas por lo general no pasan de ahí ­-asegura Gómez-. El resto obedece más bien al imaginario de los medios».

SÍNDROME DE ESTOCOLMO

El síndrome de Estocolmo fue bautizado por un caso que ocurrió en la capital de Suecia en 1973. Durante la toma de un banco que duró seis días, una rehén que fue sorprendida besando a uno de sus captores se negó luego colaborar con las autoridades.

Un caso más extremo se dio en California en 1974: Patricia Hearst, heredera del magnate de medios William Randolph Hearst, terminó en las filas del Ejército Simbionés de Liberación, que la había secuestrado y liberado un año antes. Ella declaró después que su compromiso con el grupo se originó en los abusos físicos y sexuales de los que había sido víctima durante el cautiverio.

La austríaca Natascha Kampusch agregó más elementos al síndrome de Estocolmo. Tras ocho años de cautiverio, encerrada en el sótano del electricista Wolfgang Priklopil, quien la había raptado cuando tenía 10, en 2006 logró escapar. Su secuestrador se suicidó y ella confesó entonces que había tenido relaciones sexuales consentidas con él y, bañada en lágrimas, declaró: «No tengo la impresión de que me hayan robado la juventud».

En Colombia se han conocido algunos casos. Por ejemplo, el de una mujer secuestrada por las Farc quien, al final de su cautiverio, decidió ir a vivir a Granada, Meta, para sentirse cerca de sus captores. También el caso de un político que después de dos años de secuestro salió diciendo que Romaña era hombre que necesitaba el país.

El síndrome de Estocolmo no necesariamente se caracteriza por el enamoramiento entre víctima y victimario, sino también por la identificación ideológica entre uno y otro. Según los expertos, se trata de una situación artificial que aparece en forma inconsciente como mecanismo de supervivencia.

Fuente: Cambio (Colombia)

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