Investigadores de la Universidad de Macquarie, en Sidney (Australia), revelaron que la sicopatía, desorden mental que causa falta de empatía, comportamiento antisocial y hasta violencia, podría estar vinculado a un fallo en el sentido del olfato.
De acuerdo a los investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Macquarie, Mehmet Mahmut y Richard Stevenson, el estudio se llevó a cabo entre 79 individuos de entre 19 y 21 años de edad, catalogados como sicópatas sin tendencias criminales y que vivían dentro de su comunidad.
Utilizando diferentes aromas entre los que se incluyen naranjas, café y piel animal, se encontró que los sicópatas jóvenes tenían serios problemas para identificar correctamente el olor y para distinguir un aroma del otro.
Los que se encontraban más alto en la escala estándar de comportamientos sicópatas tuvieron los peores resultados al tratar de distinguir algún aroma.
El estudio podría servir para detectar tempranamente a los sicópatas, quienes como parte de su desorden son manipulativos a la hora de responder preguntas durante entrevistas con instituciones y empresas.
Ovidio cuenta en «Las metamorfosis» la historia de un orfebre chipriota llamado Pigmalión que esculpe en marfil una estatua de mujer tan realista y bella que se enamora de ella. Con motivo de la festividad de Venus, Pigmalión hace una ofrenda a la diosa rogándole que dé vida a su estatua. La diosa concede el deseo y Pigmalión y la que era su estatua se casan.
El cerebro humano procesa de distinta forma las imágenes de hombres y mujeres: a ellos se les ve como un todo, a ellas se les percibe «por partes», revela una investigación en Estados Unidos.
Esta tendencia a procesar las imágenes femeninas por partes, dice el estudio publicado en European Journal of Social Psychology (Revista Europea de Psicología Social), explica la inclinación a ver a las mujeres como objetos sexuales.
Y lo más sorprendente, afirman los científicos, es que no es sólo el cerebro de los hombres el que percibe de esta forma. También el de las mujeres se comporta así.
Los investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln creen que los hombres lo hacen porque están buscando parejas potenciales.
Y para las mujeres es una forma de compararse a sí mismas con «la competencia».
Procesamiento local
Se sabe que para procesar la información visual el cerebro utiliza distintas herramientas: puede percibir el objeto en su totalidad, el llamado procesamiento global, o como una colección de distintas partes, el procesamiento local.
El procesamiento global es utilizado principalmente cuando se trata de reconocer a personas.
Para ello el cerebro no se enfoca sólo en la forma de la nariz, por ejemplo, sino procesa el lugar donde la nariz se encuentra en relación con los ojos y la boca, es decir la cara como un todo.
El procesamiento local, por otra parte, se utiliza principalmente para reconocer objetos. Cuando el cerebro percibe una casa, por ejemplo, procesa sus partes: su puerta, sus ventanas, etc.
Tal como explican los investigadores, nuestro cerebro puede reconocer una casa mirando únicamente su puerta. Pero es poco probable que pueda reconocer a una persona mirando sólo un brazo o una pierna.
Amplia en: BBC Ciencia
El psicólogo Ritch Savin-Williams y su colega Gerulf Rieger, ambos de la Universidad de Cornell, decidieron investigar si esta dilatación pupilar podría delatar nuestra orientación sexual. Así que, en un reciente estudio publicado por ‘LiveScience’ demuestran que, efectivamente, la dilatación de la pupila es también un indicador preciso en la orientación sexual.
Hasta ahora, los investigadores estudiaban la excitación y la orientación sexual pidiendo a voluntarios que viesen películas o fotografías eróticas mientras unos instrumentos median el flujo sanguíneo a sus genitales. Esto era bastante invasivo y además no daba resultados significativos, ya que muchos de estos voluntarios no eran capaces de excitarse bajo observación o en un ambiente de laboratorio.
Para el estudio, los científicos solicitaron la colaboración de 165 hombres y 160 mujeres entre los que había homosexuales, heterosexuales y bisexuales. Estos voluntarios vieron vídeos por separado de un hombre masturbándose, de una mujer masturbándose y escenas de paisaje neutros
En los hombres, todo parece claro: los hombres heterosexuales responden a las imágenes sexuales de las mujeres, los hombres homosexuales responden a las imágenes sexuales de los hombres y los hombres bisexuales responden a hombres y mujeres.
Sin embargo, en las mujeres las cosas no están tan claras, ya que las pupilas de las mujeres heterosexuales se dilatan por igual en respuesta a imágenes eróticas de ambos sexos, pero esto no quiere decir que todas las mujeres heterosexuales sean bisexuales en secreto. Los sexólogos no están seguros de por qué sucede esto. Una teoría es que debido a que las mujeres han estado en riesgo de ser violadas a lo largo de la historia, han evolucionado para responder con lubricación a cualquier estímulo sexual, sin importar cuán desagradable sea. Esta idea sostiene que las mujeres que lo hacían así eran menos propensas a experimentar un trauma o una infección después de un asalto sexual, por lo que es más probable que pudieran sobrevivir a transmitir sus genes.
Ampliar en: /Actualidad RT/ Eurek Alert/PLos ONE
Los investigadores Anita Kelly y Lijuan Wang de la Universidad de Notre Dame en Indiana en los Estados Unidos han demostrado que la mentira ayudaría a la mala salud física y mental.
Si los padres están acostumbrados a enseñar a sus hijos que mentir es un mal hábito, pueden tener más razón de lo que piensan. De hecho, un estudio realizado en EE.UU. por la Universidad de Notre Dame en Indiana ha demostrado que la verdad ayudaría a tener una mejor salud física y mental al decir las mentiras podría actuar a la inversa. Un sorprendente estudio, cuyos resultados se dieron a conocer en la 120 convención anual de la American Psychological Association en Washington.
Los experimentos se llevaron a cabo durante 10 semanas por Lijuan Wang y Anita Kelly con 110 voluntarios de entre 18 y 71 años. La mitad de ellos se les dejaría mentir durante la duración del estudio, pero se le permitía evadir las preguntas, mantener secretos y omitir la verdad. La otra mitad de los participantes tenían que mantenerlo en la forma habitual. Todos los voluntarios fueron instruidos para registrar el número y la naturaleza de las mentiras que dijeron.
Al final de cada semana, 110 personas habían pasado una prueba de detector de mentiras (es una magufada sin valor científico, por lo tanto las conclusiones de la investigación hay que considerararlas con escepticismo), y luego una evaluación de su impacto social y su salud física y mental se llevó a cabo en forma de cuestionarios. Anita Kelly, profesor de psicología en la Universidad de Notre Dame y el coautor del estudio, explica: «Los datos recientes indican la propensión a mentir se encuentra a 11 por semana Queríamos saber si viven más honestamente en realidad puede hacer una. una mejor salud «. Y al parecer así es.Mejora el estado de ánimo y menos dolores de cabezaPor último, es cierto que la gente que dice más mentiras ha tenido más quejas de mal humor, tensión y dolor en la garganta. melancolía, y dolores de cabeza. Por el contrario, los voluntarios que dijeron tres mentiras menos se sintieron menos ansiosos y menos deprimidos y reportaron menos dolor de cabeza y dolor de garganta. El grupo que evitó la mentira y dijo que su bienestar mental y físico había mejorado de manera significativa.
Como explica Anita Kelly, «demuestra que podemos deliberadamente y reducir drásticamente nuestras mentiras cotidianas y mejorar nuestra salud a cambio. […] Cuando te das cuenta que no mientes, se siente menos estresado y en armonía con lo que es. » Sin embargo, estos resultados se tomarán desde la distancia. De hecho, los expertos lamentan que una evaluación científica de la salud no se ha realizado en los voluntarios, sino que sólo se completaron los cuestionarios.
El psicólogo Robert Feldman de la Universidad de Massachusetts, dice que incluso se declara «un poco escéptico acerca de que la honestidad mejora nuestra salud, sino solo desde un punto de vista psicológico sí sin duda.» Sin duda la virtud por lo menos nos hacen sentir mejor.
Fuente: MaxiSciences
Hace unos años, Sam Shuster, dermatólogo, profesor jubilado de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, y ciclista aficionado, decidió comprarse un monociclo, a pesar de la oposición de su esposa que llamaba “esa cosa llena de sangre” al chisme, que no sólo le faltaba una rueda, sino que tampoco tenía manillar. Pero, para Shuster, su afición al monociclo más que heridas físicas le proporcionó traumas psicológicos. Tantas cosas le decía la gente cuando le veía montar en el monociclo, consejos, adjetivos, amenazas o insultos, que Shuster decidió apuntarlas y así, al cabo de unos años, tuvo suficiente material como para publicar un artículo de investigación.
En 2007, después de recopilar más de 400 incidentes, hizo un estudio estadístico y envió su trabajo a publicar. Únicamente menos del 5% de las personas que le ven sobre el monociclo no reacciona y, más que nada, son ancianos, mujeres y algunas adolescentes. Entre el 1 y el 2% simplemente se asustan y expresan su miedo a chocar y su disgusto; son ancianas y hombres que caminan con la ayuda de un bastón. Más del 90% reacciona de alguna manera: una mirada fija, un saludo con la mano, una reverencia con la cabeza, una sonrisa, una burla,… Y cerca del 50% añaden algún comentario o conducta que revela sus sentimientos.
Lo más sorprendente son las diferencias que Shuster detecta y relaciona con características de los paseantes. Por ejemplo, el 95% de las mujeres animan o alaban al motociclista, algo que solo hacen el 25% de los hombres; el 75% restante se burla e, incluso, profetiza una caía. También cuanta la edad. Los niños muestran curiosidad y hacen preguntas técnicas sobre cómo se puede conseguir mantener el equilibrio en aquel chisme. Los chicos adolescentes son agresivos, se burlan, insultan, tiran piedras o, a veces, intentar derribar al ciclista de una patada. Las mujeres adultas expresan admiración. Y los hombres adultos se burlan y comentan hasta la saciedad que “has perdido una rueda” o “dónde te has dejado el manillar”; en general, muy poco originales.
A partir de este humor agresivo de hombres, tanto adultos como adolescentes, Shuster llega a proponer que el sentido del humor de los machos, tan brutal a veces, se ha seleccionado en la evolución y es una de las características seleccionadas para la búsqueda y elección de pareja. Creo que habría que preguntar a las mujeres si gustan de los hombres con este sentido del humor.
Fuente: La biología estupenda
Cuando la gente diestra mueve sus ojos hacia arriba y a la izquierda mientras responden una pregunta, están visualizando una memoria real. Cuando sus ojos van hacia arriba y a la derecha, dice la teoría, están accediendo a centros creativos del cerebro, visualizando un evento inventado y, por tanto, una mentira.
La teoría, cuyos orígenes datan de la década de 1970, es ampliamente repetida y enseñada en cursos de entrenamiento neurolingüístico, pero hasta ahora nunca se había estudiando cuidadosamente. Una nueva investigación sugiere que se trata nada más que de «pseudociencia».
En un estudio publicado por «PLoS One», investigadores británicos monitorearon el movimiento ocular de 32 personas diestras mientras decían mentiras y verdades sobre eventos recientes. Los científicos no encontraron ningún patrón de movimiento de los ojos que pudiese predecir una mentira.
En un segundo experimento, a 50 personas se les pidió que observaran señales de mentiras en sus entrevistados. Pese a que a la mitad se les enseñó cómo estudiar sus movimientos oculares, no tuvieron mejores resultados como «detectores de mentiras» que la otra mitad a la que no se le enseñó la técnica.
Para llevarlo a situaciones más serias y reales, los investigadores examinaron imágenes de noticiarios donde aparecían 52 personas haciendo públicas peticiones para el regreso seguro de algún pariente perdido. Luego se comprobaría que la mitad de ellos mentía. Sin embargo, los investigadores no encontraron evidencia en sus movimientos oculares que pudiesen predecir que no estaban siendo honestos.
Fuente: emol. Ciencia y Tecnología
Carlos Javier Álvarez, profesor del Departamento de Psicología Cognitiva, Social y Organizacional de la ULL, es uno de los miembros del Foro de Ciencia y Pseudociencia formado por investigadores de ambas instituciones que han enterrado el mito propagado por los periodistas de lo oculto y mentalistas durante la última década. «Llevábamos mucho tiempo con ganas de analizar esta leyenda para comprobar si lo que sucede tiene una explicación lógica y racional», admite Álvarez.
Según detalla el experto, las voces, los ruidos, las corrientes de aire y las diferencias de temperatura que los defensores de lo mágico atribuyen al fantasma en la Casa Lercaro, sede del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, «no tienen ningún componente paranormal». «Si uno cree en algo está más predispuesto a encontrar evidencias y a dar significado a las cosas que suceden. Es un mecanismo de nuestro cerebro que explica por qué la Virgen solo se le aparece a los creyentes y no a un ateo ni a un budista. Tendemos a atribuir significados a estímulos ambiguos o extraños. Es lo que ocurre cuando vemos una cara en una nube, por ejemplo. También nos inclinamos a encontrar evidencias que confirmen nuestras creencias y a desechar las pruebas que las contradigan», señala.
Sonidos ´anómalos´
Durante la investigación, un equipo de científicos se instaló en la Casa Lercaro, en la Calle San Agustín. Tomaron fotografías en las estancias del Palacio, analizaron los posibles sonidos anómalos, midieron la temperatura de forma continua en todas las habitaciones y colocaron grabadoras en distintos puntos del edificio para captar posibles psicofonías.
Las conclusiones de la investigación fueron claras: no se encontró rastro del fantasma de Catalina ni se percibió ningún fenómeno que no pudiera atribuirse a causas naturales. Entre los resultados, destaca la ausencia de sonidos extraños y que los únicos cambios de temperatura registrados fueron en aquellas zonas con corrientes de aire, como la entrada de la famosa cocina, flanqueada por dos puertas una enfrente de la otra y que dan al patio.
En la segunda planta, y debido a la fragilidad y movimiento de las viejas vigas de madera del suelo como de las propias vitrinas, cuyos cristales vibran, los pasos de una persona o cualquier movimiento son transmitidos a varios metros de distancia, produciendo un fenómeno perceptivo curioso, como si alguien estuviera caminando en otra parte. Las vitrinas, próximas entre sí, producen reflejos de luces, sobre todo cuando se está a oscuras o con poca luz.
Tanto las voces que fueron grabadas como las percibidas fueron las de personas que pasaban por las dos calles colindantes a la casa. Todos los sonidos grabados y percibidos correspondieron a los esperados en cualquier casa antigua, como el crujir de las maderas o el viento colándose por las rendijas. Tampoco se encontró ninguna presencia extraña en las fotos realizadas.
Además de echar por tierra la teoría de la casa encantada, Carlos Álvarez, el arqueoastrónomo del IAC, César Esteban, y el resto del equipo también recordaron que ni la investigación realizada por el propio Museo de Historia, ni ninguna otra, han logrado certificar que Catalina Lercaro haya existido. «Nadie ha encontrado evidencias aún. Además, la casa nunca tuvo un pozo. Había un aljibe pero era tan estrecho que nadie podría haberse arrojado dentro», matizó ayer el profesor de Psicología de la Universidad de La Laguna.
Otro de los académicos que participó en el estudio es el doctor en Filosofía por la ULL Ricardo Campo. En un artículo publicado en el blog Circuloesceptico.org, Campo admite que el detonante para que las dos instituciones científicas más importantes de la Isla se embarcaran en este trabajo fue un artículo publicado en un periódico local en el que una supuesta médium daba la ubicación exacta del cadáver de Catalina en un rincón del patio. «Al leer esa propaganda acrítica, nos dio la impresión de estar leyendo una crónica medieval de actividades brujeriles», afirma y añade que «era increíble que se publicase semejante artículo», tan sorprendente como que salgan a la luz tantos otros que hablan de apariciones de Ovnis, espíritus o imágenes religiosas.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
«La exposición a la cobertura mediática de los ataques terroristas con misiles aumenta los niveles de dolor en personas que ya sufren de dolor crónico», según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Ben Gurión del Negev (BGU), Israel .
El artículo «Does War Hurt? Effects of Media Exposure After Missile Attacks on Chronic Pai,«, publicado en la versión en línea de Journal of Clinical Psychology in Medical Settings, demostró que la exposición a los ataques a través de los medios de comunicación prevén un aumento en la intensidad del dolor y en el componente sensorial del dolor durante el período de guerra, pero no se predijo la depresión o la ansiedad.
Estos resultados contribuyen a la comprensión de los efectos del terrorismo sobre la angustia física y emocional, e identificar los pacientes con dolor crónico como una población vulnerable que requieren una atención especial, durante el terrorismo, relacionada con el estrés.
El profesor Shahar Golán y el Dr. F. Lerman Sheera del Departamento de Psicología de la Universidad Ben-Gurion, junto con el Dr. Zvia Rudich de Soroka University Medical Center, evaluaron a los pacientes sobre su dolor, la depresión y la ansiedad, así como su nivel de exposición después de los ataques con misiles durante la Operación Cast Lead en la región del Negev, Israel. El profesor Shahar también está afiliado a Yale University’s Department of Psychiatry en New Haven, Connectica.
El estrés y la exposición a los medios de comunicación también se mostraron fuertemente relacionados, lo que sugiere que la audiencia televisiva en relación con los ataques terroristas puede haber influido mucho en la experiencia personal.
«Los niveles anteriores de estrés emocional de los pacientes puede afectar su capacidad para hacer frente a situaciones de estrés, por lo que los factores de estrés más prominente y de influir en ellos para buscar más información acerca de la situación», explica el profesor Shahar.
El estudio evaluó a 55 pacientes con dolor crónico atendidos en una clínica especializada del dolor. Los pacientes completaron cuestionarios de autoinforme sobre su dolor, depresión y ansiedad antes y después del ataque con misiles durante tres semanas.
La investigación fue apoyada por la Fundación de Ciencias de Israel (Grant No.751/08).
Referencia: Sheera F. Lerman, Zvia Rudich, Golan Shahar. Does War Hurt? Effects of Media Exposure After Missile Attacks on Chronic Pain. Journal of Clinical Psychology in Medical Settings, 2012; DOI: 10.1007/s10880-012-9313-4
La mentira forma parte de nuestras vidas. Los humanos somos mentirosos natos. Engañar nos permite conseguir lo que queremos mediante la manipulación y la explotación de otros individuos.
En general, mentimos para obtener algún beneficio, poder, estatus, dinero, sexo. La mentira bien hecha es un pasaporte al éxito. Por eso mentimos.
Así lo considera uno de los mayores estudiosos de la mentira, el filósofo David Livingstone Smith, director del Instituto de Ciencias Cognitivas y Psicología Evolutiva de la Universidad de Nueva Inglaterra (EE.UU.) y escritor del libro ¿Por qué mentimos?: las raíces evolutivas de la mentira y del inconsciente.
Mentir es ventajoso, por eso la evolución, que selecciona rasgos que son ventajosos para los individuos, la ha integrado en la naturaleza humana. “Mentimos de forma espontánea, de igual manera que respiramos o sudamos”, subraya. Mentimos de forma espontánea, de igual manera que respiramos o sudamos.
Así, se estima que cada día oímos o leemos más de 200 mentiras. La mentira se encuentra en todo el reino natural. Existen plantas que tienen flores que parecen avispas hembra para atraer a los machos, que se llevan pegado el polen a otra flor y así la polinizan, serpientes que fingen ser venenosas para ahuyentar a depredadores y orugas que fingen ser serpientes con el mismo fin.
Ampliar en: TVE.es
En las investigaciones realizadas en el MIT Media Lab se pidió a un grupo de personas que pusieran expresiones de alegría o frustración frente a una webcam que captó sus reacciones. Los investigadores observaron a los participantes mientras unos llenaban un formulario diseñado para ser frustrante y a otros voluntarios se les mostró un video placentero.
Según Ehsan Hoque, estudiante graduado en el Grupo de Computación Afectiva del Media Lab del MIT, las personas a las que se les pidió fingir frustración un 90% no sonrió, sin embargo cuando llenaron el formulario diseñado especialmente para frustrar a los participantes, el mismo 90% de las personas sonrió para hacer frente a la frustración.
En los videos los investigadores pudieron captar como las sonrisas sinceras se generan poco a poco mientras que las sonrisas fingidas aparecen y se desvanecen rápido. Con esta información se diseño un algoritmo en la computadora que permite interpretar de manera más precisa estas situaciones.
El programa analiza los músculos faciales que entran en juego al momento de sonreír, de modo que este algoritmo podría beneficiar a todas las personas en varios campos de la vida cotidiana para facilitar la comunicación cara a cara.
Ampliar en: conecti.ca
Bajo la Licencia Atribución No Derivadas 2.5 México de Creative Commons
Cadáveres exhibidos como trofeos de caza. Asesinos sonrientes posando con las víctimas a las que acaban de matar, soldados orinando sobre los cuerpos sin vida del enemigo… Son imágenes, la mayoría tomadas en países inmersos en conflictos bélicos, que corren por las redes sociales y que algunos periódicos, como Los Angeles Times, han recopilado y publicado para denunciar esas conductas.
¿Qué se esconde detrás de estos comportamientos? Guillermo Fouce, presidente de Psicólogos sin Fronteras, afirma que los protagonistas de esas fotografías, que sonríen junto a los cadáveres de sus víctimas «creen que su conducta está justificada». ¿Y cómo se llega a ese punto? «Consideran que ese muerto no es un ser humano que merezca un trato igual al que uno desearía para sí», añade Fouce. En estos casos cobra, asimismo, una especial importancia «la actuación en grupo». Raras veces hay una sola persona en esas imágenes. «El grupo siempre actúa como un potenciador, ya que desinhibe y refuerza esas conductas», indica este psicólogo. En el caso de las guerras se suman, además, otros factores que actúan como paraguas. Esos soldados consideran que «están cumpliendo con un bien superior, ven al enemigo casi como un animal y prevalece el yo o él».
Para Norbert Bilbeny, catedrático de Ética, estas imágenes que ahora llegan de los países en conflicto, no son nuevas. «Las tenemos desde la guerra de Crimea en el XIX, los conflictos entre China y Japón, entre aborígenes y colonizadores, y viceversa, y un largo y macabro etcétera», afirma. Bilbeny apunta que la situación de guerra «presiona al individuo hasta el punto de propiciar estos comportamientos asociales, algo que seguramente no haría en un mundo en paz». Y ahí coincide también Guillermo Fouce. «Estamos en una era de guerras mediáticas y en esos conflictos en los que se degrada al enemigo, suele justificarse cualquier acto que contribuya a hacer pensar que el soldado del bando contrario no merece respeto ni ser considerado como persona humana». Y ahí están, como prueba para justificar esta teoría, «las imágenes en las que el enemigo es mostrado como un trofeo de caza, las exhibiciones de fuerza y las ejecuciones públicas como escarmiento (que también buscan infundir miedo, terror i desmoralización) tomadas como elementos positivos y a potenciar», añade el presidente de Psicólogos sin Fronteras. Para Fouce estas imágenes, que cuando se hacen públicas son criticadas por los mismos políticos que han llevado a esos soldados a la guerra, «no dejan de ser una exhibición de los logros». Norbert Bilbeny indica que esas fotografías de soldados sonrientes con los cadáveres del enemigo «no son peores, en un sentido ético, que aquella en la que el presidente de un país y sus ministros contemplan por televisión y en directo el cumplimiento de la orden de ejecución ilegal, dada por ellos mismos, de un terrorista internacional».
Lo que ocurre en el caso de las guerras es que el soldado que sale en esas fotos no suele sentir ningún remordimiento al creer que esa conducta demuestra que ha cumplido la misión que tiene encomendada. «Es una lógica, por supuesto, enfermiza -apunta Guillermo Fouce- pero que entra dentro de la lógica de la guerra y la de la violencia en general».
En condiciones normales, los expertos consideran que sólo una de cada mil personas (en el caso de psicópatas) se exhibiría y tendría estas conductas, una vez cometido el crimen, con los cadáveres de sus víctimas. «En los casos particulares no existe este paraguas ni justificación de lo que podríamos llamar, en conflictos bélicos, violencia cultural», indica Fouce.
Artículo completo en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
A principios del pasado siglo (1924), en pleno apogeo de la psicología conductista, hubo quien se aventuró a diseñar todo un sistema analítico como contribución a la ‘ciencia del amor’. Su nombre, Hugo Gernsback, “un pionero de la ciencia ficción y de las nuevas tecnologías”, que estipuló cuatro vías para determinar ‘científicamente’ las posibilidades de éxito de un matrimonio. El sistema, sustentado en cuatro tests, fue publicado en abril de 2004 en la revista ‘Science and Invention‘ (editada por él mismo), una contribución de lo más pintoresca cuyos concepto y estética se acercan más a una obra maestra del retrofuturismo con elevadas dosis de humor que a una aportación científica en toda regla.
Según Gernsback, para descubrir el grado de compatibilidad de una pareja basta con analizar los siguientes factores y aplicar la siguiente metodología:
Atracción física: para el autor es lo fundamental y se comprueba tomando el pulso de la pareja a través de unos electrodos conectados a la muñeca de cada uno de los ‘amantes’, además de una cadena alrededor del pecho para medir la respiración. Si el pulso y el ritmo de respiración aumentan al besar o abrazar a la pareja, demostraría que existe una gran atracción física.
Simpatía (empatía): los integrantes de la pareja observan cómo el otro es sometido a una experiencia traumática (por ejemplo, una extracción de sangre). La intensidad de sus contracciones muscualres y de su respiración determinará el grado de empatía entre ambos.
Olor corporal: el autor sostiene que el olor corporal es posiblemente la primera causa de ruptura sentimental. Por tanto, es preciso un test específico para que luego no haya sorpresas: se introduce a uno de los ‘amantes’ en una cápsula de cristal dotada de un conducto (manguera) a modo de respiradero. La pareja debe introducir la nariz en ese conducto y, si el olor no le desagrada en exceso, la pasión está asegurada.
Desorden nervioso: Gernsback da una gran importancia a que al menos uno de los miembros de la pareja sea capaz de mantener la calma en situaciones difíciles. Nada mejor para diagnosticarlo que un buen disparo al aire cuando los tortolitos menos se lo esperan. Si los dos reacciones de forma exagerada, ese amor es imposible.
Fuente: Paleofuture | Ilustraciones originales de ‘Science and Invention’
Ampliar en: Mangas Verdes
Se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.
Una nueva investigación de la Universidad de Warwick sugiere una vez más que el dinero no puede hacerte más feliz, especialmente si se es neurótico.
En un documento de trabajo, el economista Eugenio Proto, del Centro para la ventaja competitiva en la economía mundial (CAGE) en la Universidad de Warwick, observaron cómo los rasgos de personalidad pueden afectar la forma en que sentimos acerca de nuestros ingresos en términos de niveles de satisfacción con la vida . Se encontró evidencia que sugiere que las personas neuróticas pueden ver en un aumento de sueldo o aumento en los ingresos como un fracaso si no lo es tanto como se esperaba.
El neuroticismo es un rasgo de personalidad fundamental en la psicología y se refiere a una tendencia a experimentar estados emocionales negativos. Las personas con altos niveles de neuroticismo tienen mayor sensibilidad a la ira, la hostilidad o depresión.
El Dr. Proto, quien es coautor del artículo científico con Aldo Rustichini de la Universidad de Minnesota, dijo que las personas que tienen un sueldo elevado y altos niveles de neuroticismo son más propensos a ver una PayRise como un fracaso.
Afirmó:. «Alguien que tiene altos niveles de neuroticismo verá un aumento de los ingresos como una medida de éxito cuando se tiene un ingreso muy bajo, un aumento de sueldo les satisface porque lo ven que como un logro. Sin embargo, si ya tienen unos ingresos elevados, se puede pensar que si el aumento salarial no es la medida de lo que esperaban, lo ven esto como un fracaso parcial y disminuye su satisfacción con la vida. »
Dr. Proto, que presentará la investigación en el CERS el próximo mes en ESRC Research Methods Festival, utilizaron los datos de British Household Panel Survey y German Socioeconomic Panel.
Y agregó: «Estos resultados sugieren que vemos el dinero más como un dispositivo para medir nuestros éxitos o fracasos, que como un medio para lograr mayor comodidad.»
El artículo, Life Satisfaction, Household Income and Personality Traits, Eugenio Proto and Aldo Rustichini, se publica como un CAGE working paper n.86
La investigación se llevó a cabo por Keneth Vail, de la Universidad de Missouri, y colegas de la Sociedad para la Psicología Social y de la Personalidad donde fue publicado el estudio, y contradice resultados anteriores que relacionan los pensamientos sobre la muerte propia como peligrosos y destructivos, lo que desencadena prejuicios, violencia y ambición.
“Son estudios que están relacionados con la Teoría del Manejo del Terror (TMT) que dice que sostenemos ciertas creencias culturales que controlan nuestros sentimientos sobre la mortalidad, por eso raramente hemos explorado los beneficios de tener en cuenta nuestra propia muerte. De hecho, estas creencias están tan integradas en nuestras sociedades que muchos describen la atención a ellas como una forma débil de destrucción social”, explica Vail.
Ciertamente, la obsesión con la muerte no es buena; ninguna obsesión lo es. De hecho, los investigadores afirman que muy pocos trabajos han sido producidos que integren este tipo de conocimiento sobre nuestra propia mortalidad y cómo la atención sobre la idea de la muerte puede motivarnos y promocionar conductas y actitudes que minimizan cualquier daño a nosotros mismos o a los demás, también, nos dice, promueven el bienestar.
Para construir el estudio, lo primero fue conocer sobre los tipos diversos del concepto de muerte que alojan las poblaciones, también indagaron profundamente en todos los estudios que han sido elaborados alrededor de los efectos positivos de poseer vestigios naturales de que vamos a morir.
“Descubrimos un interesante estudio elaborado en el 2008 donde probaron que vivir físicamente cerca de un cementerio afecta nuestra disponibilidad de ayudar a otros; es decir, solemos estar más dispuestos a ayudar. Los investigadores decían que si el valor cultural de ayudar es importante en la cultura de las personas entonces, un incremento en la atención que le ponemos a la muerte puede aumentar esta conducta”, expresa.
Otras investigaciones sociales alrededor de varios cementerios fueron llevadas a cabo por el equipo de Matthew Galliot, actores interpretaban un simple papel donde dejaban caer algún objeto a ver si alguien lo recogía y se lo pasaba; algunos estaban lejos de cementerios y otros muy cerca. Ciertamente, los cercanos al camposanto recibieron un 40% más de ayuda. De hecho, otro estudio elaborado en el 2010 en la Universidad de Leipzig demostró que las personas más alertas a su propia mortalidad son más propensas a mantener conductas ambientales correctas.
Un año antes, en el 2009, la Universidad de Kansas presentó los resultados de una investigación con fundamentalistas religiosos, tanto en el país de Irán como en Estados Unidos, que demostró que la atención a la muerte los proveía con mayor compasión hacia personas de otras creencias, individuos con valores distintos más importantes para ellos.
Más aún, estudios recientes han revelado que pensar en la muerte puede beneficiar tu salud. El año pasado, por ejemplo, un experimento elaborado por D.P. Cooper y colegas reveló que pensamientos de muerte hacían que las mujeres se hicieran más exámenes de mamas; por supuesto, la idea debía estar enlazada antes con la educación de que estos exámenes pueden mejorar tu salud para que funcione en este contexto.
Artículo completo en: Sin Dioses
Se permite la reproducción de este ensayo para fines educacionales y/o científicos siempre y cuando se mencione claramente nuestro sitio web Sin Dioses , así como el nombre del(a) autor(a) del mismo. Se prohibe su reproducción con fines comerciales.
La dotada acaba entrar por una puerta lateral de la sala e inicia el recorrido hasta el escenario por el pasillo central, del brazo de Heinrich. ¡Comienza el espectáculo! El público aplaude, se levanta, empieza a llorar. La ovación llega a ser atronadora y Anne Germain todavía no ha abierto la boca. Estoy rodeado de creyentes y me siento un bicho raro. En la pantalla gigante, en las imágenes del público que recogen varios cámaras de televisión, destaca una joven con un osito de peluche en brazos que llora desconsolada. Está en primera fila.
Asistir al espectáculo de Anne Germain es una fantástica clase práctica de pensamiento crítico. Conoces la teoría del efecto Forer y la lectura fría, y la has visto en la tele, pero en la pequeña pantalla existe el montaje -que elimina fragmentos poco interesantes– y mantienes un cierto distanciamiento con las víctimas del montaje. En el teatro, te rodean, ves que se trata personas aparentemente normales y asistes al espectáculo como uno más, pero de un modo diferente. Ellos, los seguidores de la médium, se quedan en la superficie, no profundizan en lo que les cuenta ni en cómo se lo cuenta. Estoy entre ellos, pero mentalmente aislado, como si viera todo desde fuera -como cuando asisto a un acto religioso-, y hay momentos en los que la médium y su trouppe me dan un inmenso asco.
La gente sufre muchísimo. Se ve en sus gestos; se percibe en su voz y en su lenguaje corporal. Ansía conectar con sus seres queridos muertos. Si cree conseguirlo, se derrumba y llora a mares. La médium sonríe, y cuenta todo tipo de tópicos y mentiras. César Heinrich, el anfitrión, ofrece a cada víctima de Anne Germain el micrófono y pañuelos de papel. Y los cámaras graban primerísimos planos de rostros llorosos que se proyectan en la pantalla gigante o en el monitor que tiene la médium en el escenario, a sus pies, para poder ver las reacciones de sus interlocutores más lejanos en el patio de butacas.
Es un espectáculo obsceno, repugnante. Es todo tan descaradamente fraudulento que en varios momentos me dan ganas de levantarme y gritar a los asistentes: ¡Cómo podéis ser tan ingenuos! ¡Os están engañando! Y explicarles cómo lo están haciendo. Me quedo sentado y en silencio. He pagado 80 euros de mi bolsillo y quiero vivir la repulsiva experiencia hasta el final, para luego contarla aquí y en la radio. A fin de cuentas, que yo sepa, ningún medio se ha dignado a hacer algo parecido. Considero que es lo mejor, como antes he pensado que lo era engordar la cuenta corriente de la médium y sus patrocinadores, a pesar del asco que me da lo que hacen, para asistir a una sesión de espiritismo como un creyente más. Pasa la medianoche cuando todo acaba y salgo del teatro alucinado. No puedo evitar pensar que mis acompañantes en el patio de butacas son ciudadanos adultos, con derecho a voto. Me dan ganas de exiliarme.
Artículo completo en: Magonia
La conferencia que impartió el 14 de mayo en Bilbao James Randi, “el mago que desenmascaró a Uri Geller,” recuerda el artículo que apareció en la prestigiosa revista Nature en 1974 sobre los supuestos poderes psíquicos de Uri Geller. Tras dicho artículo la fama de Geller llegó al extremo de aparecer en el programa de TVE “Directísimo” en 1975, uno de los momentos más famosos de dicho programa de Iñigo. Seguidamente se muestra el vídeo de youtube (el momento más “doblador de cucharas” de toda la televisión española).
En Menéame, onnabancho extrae un par de párrafos del libro ”Flim Flam!,” de Randi, en el que se dedica un capítulo entero a Targ, Puthoff y Geller. Párrafos de Randi traducidos:
“Cuando el artículo científico titulado ”Information Transmission Under Conditions of Sensory Shielding” apareció en octubre de 1974 en la revista británica Nature, ya había dado muchas vueltas. Desde 1972, Russell Targ y Harold Puthoff, sus autores, lo habían enviado a varias publicaciones de EE.UU. como parte de los resultados de su proyecto de investigación en el Instituto de Investigación de Stanford (Stanford Research Institute o SRI). Todas lo habían rechazado. Su aceptación por Nature fue algo realmente curioso, especialmente porque el artículo fue retenido por el editor sin que apareciera en la revista durante 8 meses, un tiempo sin precedentes en esta revista, mientras se realizaba un proceso de pulido del artículo, que fue calificado por el editor como un conjunto de retazos diversos pegados sin ton ni son (traducción libre del inglés “a ragbag of a paper”).
Nature es una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo. Por ello que se aceptara para publicación este artículo tan inusual causó inicialmente una gran sorpresa, máxime cuando todo el mundo sabe que los estándares de calidad de Nature son muy altos. Lo que mucha gente no sabe es que el artículo fue aceptado tras un largo proceso de revisión y poda en el que las partes más descabelladas fueron siendo eliminadas a petición de los editores de la revista. El editor de Nature publicó un extenso editorial que abría dicho número de Nature en el que explicaba que el artículo de Targ y Puthoff se publicaba para que los científicos de otros campos pudieran ver en qué se estaba convirtiendo el campo de la parapsicología. El editorial calificaba los resultados y conclusiones del artículo como “débiles,” “desconcertantemente vagos,” “limitados,” “defectuosos” e incluso “ingenuos.” Aún así, Nature aceptó el artículo iniciando una larga cascada de publicidad en los medios. Incluso el New York Times cayó en la trampa, considerando dicho trabajo científico como respetable. Si el Times hubiese sabido lo que sabemos ahora, habría cubierto la noticia de la publicación del trabajo de Targ y Puthoff en sus páginas de espectáculos y entretenimiento.”
Artículo completo en: Francis (th)E mule Science’s News
Pensar analíticamente fomenta la incredulidad religiosa hasta en los creyentes, según una investigación de dos psicólogos de la Universidad de la Columbia Británica (UBC) cuyos resultados ha publicado la revista Science. “Nuestro estudio se basa en investigaciones previas que vinculan las creencias religiosas con el pensamiento intuitivo. Nuestros hallazgos sugieren que la activación del sistema cognitivo analítico en el cerebro puede socavar el soporte intuitivo para la creencia religiosa, al menos temporalmente”, ha indicado Ara Norenzayan, uno de los autores del artículo.
Will Gervais y Norenzayan parten de la “vieja idea de la psicología” de que podemos procesar la información de dos maneras: una intuitiva, rápida y para la que tomamos atajos mentales; y otra basada en el pensamiento analítico, que exige un mayor esfuerzo intelectual, pararse a pensar. Ambos sistemas funcionan, a veces, en paralelo; y, en ocasiones, el pensamiento analítico se impone al intuitivo, que está demostrado que “facilita y apoya la creencia en lo sobrenatural, el aspecto central de las creencias religiosas”. “Si la creencia religiosa emerge gracias a la convergencia de una serie de procesos intuitivos, y el procesamiento analítico puede inhibir o anular el intuitivo, entonces el pensamiento analítico puede socavar el soporte intuitivo de la creencia religiosa“, apuntaban inicialmente los autores como hipótesis. Para ponerla a prueba, hicieron cinco experimentos.
Ampliar en: Magonia