La creencia más generalizada sobre la Biblia radica en que se trata de un libro donde se promueve el amor, la compasión y la humanidad, pero… todo no es lo que parece. Una investigación realizada en la Universidad de Michigan (EE.UU.) aporta algunos datos para reflexionar al respecto.
En la investigación participaron cientos de estudiantes de la Universidad de Brigham en EE.UU. y la Universidad de Vrije en Holanda. El 99% de los norteamericanos creía en dios y en la información contenida en la Biblia, mientras que el 50% de los holandeses creía en Dios y el 27% en lo que está escrito en la Biblia.
A estos jóvenes se les presentaron algunos pasajes violentos del Libro de los Jueces, tomados del Viejo Testamento, donde se habla de venganza y de la muerte de cientos de personas. Exactamente, uno de los pasajes hace referencia a un israelita que planea el desagravio contra un violador y asesino de Gibeah. Este hecho condujo a la muerte de cientos de soldados de ambos bandos.
La mitad de los estudiantes leyó una versión del pasaje que incluía al hombre israelí orando y una orden del Señor donde le comanda a levantarse en armas contra sus hermanos y castigarlos. El resto de los estudiantes leyó la misma historia pero excluyendo estas frases que mencionaban a Dios, diciéndole que eran parte de un pergamino recientemente encontrado.
Como próximo paso a los estudiantes se les brindaron unos audífonos y se les mostró un juego de tiempo de reacción contra un «compañero escondido». Se les dijo que el perdedor de cada ronda sería castigado con un ruido que se produciría en los audífonos. Ellos debían escoger al inicio de cada ronda, en una escala del 0 al 10, con cuanto ruido deseaban castigar a su compañero. Esta fue la medida que los investigadores consideraron como agresión.
Como era de esperar, los mayores niveles de agresión se mostraron en los estudiantes que habían leído el pasaje de la Biblia donde se incluía la sanción violenta de dios. Paradójicamente, la agresividad aumentó en niveles proporcionales tanto en los jóvenes que creían en dios como en aquellos que eran ateos. Probablemente este aumento de la agresividad se debe a que las personas tienen un “chivo expiatorio” donde depositar sus propia responsabilidad. En este caso la palabra de dios sería esa “norma que no se discute” y que nos libera de asumir la responsabilidad por nuestros actos.
Fuente: Evans, G.W. & Wener, R.E. (2007) When God sanctions killing. Effects of scriptural violence on aggression. Psychological Science, 18(3): 204-207
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Imagen: Fernando Botero (Colombia)
El psicólogo Steven Pinker ha demostrado en trabajos de investigación que la aparición de los estados y la evolución de la sociedad ha influido a la baja en el porcentaje de muertes violentas.
Dos documentales sobre el mismo tema entrevistando a Steven Pinker del Programa REDES en Televisión TVE dirigido por Eduardo Punset, cuya finalidad es la divulgacion cientifica.
Psicologia social: el declive de la violencia
Psicología social: Lo que importa son los demas
El psicólogo inglés David Canter, considerado como el mayor experto mundial en el campo de la Psicología criminalista, llegó a Valladolid con desmitificaciones sobre la imagen que ofrecen las series de ficción en cuanto a la investigación y la elaboración de perfiles de los criminales. «La Policía necesita directrices para interrogar a los delincuentes, y para eso está la psicología, pero eso de entrar, mirar y decirle a un individuo que ha sido él solo ocurre en la ficción. No existen esas personas de fuera -léase los protagonistas de series como El Mentalista, Castle…- que son tan listas y que le dicen a los policías todo lo que deben hacer», resumió.
Tampoco se debe creer demasiado el término ‘perfil’ -Mentes Criminales…-. «Esa palabra se toma a nivel de crear una imagen mística del criminal y eso es una tontería», aseguró antes de matizar que su experiencia señala a la búsqueda de las pautas geográficas de los delincuentes como la mejor fórmula para intentar averiguar su siguiente paso e, incluso, su lugar de residencia. Y en eso él es pionero.
Sus investigaciones, plasmadas en un programa informático (Dragnet), apuntan a la existencia de un principio psicológico básico en la conducta de los criminales, como es el «de la proximidad». Los infractores «no suelen viajar muy lejos para cometer un crimen o un robo porque saben que en el camino de vuelta son más vulnerables y suelen actuar en lugares en los que se sienten cómodos», explica Canter.
Su método permite situar las zonas de actuación del delincuente y predecir, a través de determinados factores psicológicos y matemáticos, no solo dónde puede dar su siguiente golpe sino también centrar su lugar de residencia.
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Resulta que un tren se dirige a toda velocidad hacia cinco personas que se encuentran amarradas a la vía férrea, pero ustedes tienen la posibilidad de parar el tren arrojando a un desconocido que camina por ahí, ¿sacrificarían esa vida para salvar las otras cinco?. Digamos que ahora, en vez de arrojar al desconocido, tienen la posibilidad de jalar una palanca y desviar el tren por una vía alternativa pero con una persona atada a ella, ¿desviarían el tren y salvarían a las cinco personas a costa de una vida inocente?. ¿Cuál de las dos alternativas es la más aceptable?.
La mayoría de las personas consideran moralmente más aceptable jalar la palanca y desviar el curso del tren (daño previsto) que empujar a un desconocido (daño intencional), así el resultado sea el mismo —sacrificar una vida inocente por la vida de otras cinco.
Los dilemas morales son parte de nuestra vida diaria. Por ejemplo, en el ámbito científico, los investigadores médicos se encuentran con un dilema moral al momento de evaluar un nuevo fármaco para algún tipo de enfermedad mortal. De todos los pacientes que forman parte del estudio, los investigadores deben elegir a un pequeño grupo llamado control que será el que reciba el placebo. Los pacientes del grupo control, al no recibir nada o sólo el tratamiento tradicional, tienden a sufrir más y morir prematuramente. Si bien la elección de los pacientes que formarán parte del grupo control se hace al azar —siguiendo las normas éticas establecidas por los organismos internacionales— y los médicos no saben quienes reciben el fármaco experimental y quienes el placebo (método doble ciego), hay un dilema moral similar al ejemplo anterior —se pondrán en riesgo unas cuantas vidas por salvar muchas otras.
Se considera moralmente más aceptable cuando no hay un daño físico directo a alguien o cuando la consecuencia de un acto no es intencional.
En un estudio publicado en el 2010, un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge demostraron que cuando se incrementaban los niveles de serotonina en un grupo de personas a través del uso de un fármaco antidepresivo, estos tendían a rechazar la opción que involucraba dañar a una persona inocente. El mismo efecto se observó en pacientes con la corteza prefrontal ventromedial dañada.
De estos estudios se pudo deducir que los juicios morales pueden estar controlados por ciertas regiones del cerebro, como la corteza prefrontal ventromedial, a través de neurotransmisores como la serotonina.
El transporte de la serotonina a través del cerebro se da gracias a una proteína transportadora codificada por el gen 5-HTTLPR. En los humanos podemos encontrar dos variantes de este gen: la versión larga (L) y la versión corta (S). Los portadores de la versión corta muestran niveles reducidos de actividad de la serotonina y son emocionalmente reactivos ante las situaciones adversas.
Con estos datos, un grupo de investigadores estadounidenses liderados por la psicóloga Abigail Marsh de la Universidad de Georgetown plantearon que se podría predecir el juicio moral de una persona en función al alelo del gen 5-HTTLPR que posea. Los resultados aparecen publicados en PLoS ONE.
Los investigadores reclutaron a un grupo de 65 participantes voluntarios a quienes se les pidió que juzgaran del 1 al 7 —de menos a más aceptable, respectivamente— 30 diferentes dilemas morales. Además, a todos los participantes se les identificó la versión del gen 5-HTTLPR que poseían para contrastarlo con los resultados de sus juicios morales. De los 65 participantes, 22 tenían las dos copias de la versión larga (LL), 30 tenían una copia de cada una (LS) y 13 tenían las dos copias de la versión corta (SS).
En el clásico ejemplo del dilema moral del tren que mencionamos al inicio de esta entrada, Marsh y sus colegas observaron que todos los participantes estuvieron de acuerdo en que el daño intencional no moralmente aceptable (el ejemplo de empujar al desconocido para parar el tren). Por otro lado, los participantes con el genotipo LL dijeron que era moralmente más aceptable salvar más vidas que no hacer nada, siempre y cuando el daño a la persona inocente no fuera intencional (el ejemplo de desviar el tren para que atropelle a una personas en vez de a cinco). Para las personas con el genotipo SS, esta opción tenía la misma aceptabilidad moral que no hacer nada —no aprobaban esta opción así el daño no fuera intencional.
Estos resultados indicarían que la forma como establecemos los juicios morales cuenta con un factor genético importante, el cual puede ser heredado y transmitido a nuestros hijos. Sin embargo, saber que es está bien y que está mal va de acuerdo a cada sociedad. Para algunas sociedades es peor ser adúltero que ser ladrón, mientras que para otras es al revés.
Por otro lado, hay interesantes variaciones a este clásico ejemplo de dilema moral que demuestran cómo nuestro juicio moral puede ser afectado radicalmente. Por ejemplo, ¿que pasaría si sabes que la persona a la cual tienes la posibilidad de empujar para frenar el tren es un violador de menores o un estafador de bancos?, ¿lo empujarías?. Les aseguro que todos me dirán que sí, a pesar que antes respondieron que no era moralmente aceptable el daño intencional. Aquí el papel de la serotonina ya pasa a un segundo plano. Y como este hay muchos ejemplos más, sin dudas la psicología humana es una área de investigación muy interesante.
Referencia:
Marsh, A., Crowe, S., Yu, H., Gorodetsky, E., Goldman, D., & Blair, R. (2011). Serotonin Transporter Genotype (5-HTTLPR) Predicts Utilitarian Moral Judgments PLoS ONE, 6 (10) DOI:10.1371/journal.pone.0025148
Fuente: BioUnalm
Este vídeo puede ayudarnos a comprender lo que está ocurriendo en Londres. Las teorías de conflicto social buscan explicar como la sociedad necesita tanto leyes y estabilidad como desacuerdo y cambio social a fin de lograr integración social lo que puede conseguirse de dos formas: con consenso o con coacción. En cualquier caso, el conflicto es un factor de progreso cuyo objetivo final es la integración. Este vídeo explica la teoría de la transformación democrática de los conflictos sociales y ofrece las claves para prevenirlos y solucionarlos.
Claro, los uniformes de fútbol, clases de piano y la matrícula universitaria se suman, pero no hay nada como ser un padre. O al menos eso nos decimos a nosotros mismos, de acuerdo con un estudio publicado en la edición de febrero de Psychological Science. Cuando los padres se enfrentan con los costos económicos de un niño, justifican su inversión mediante recompensas emocionales de la paternidad.
Los psicólogos de la Universidad de Waterloo en Ontario dieron a los padres bajo estudio un informe del gobierno estimando que la educación de un niño de 18 años cuesta más de 190 000 $. A continuación, a la mitad de los padres les leen un informe adicional sobre los niños que crecen como un apoyo financiero a la vida de sus padres. Los que sólo leen acerca de los elevados precios eran más propensos a estar de acuerdo con declaraciones de idealizar los beneficios emocionales de la paternidad, como «No hay nada más gratificante en esta vida que criar a un niño.»
Esta racionalización es una respuesta común a la disonancia cognitiva, el estado de tener dos ideas opuestas en la mente, de acuerdo con la teoría psicológica. En este escenario, la elección de los padres hace que consideren que los niños son una carga financiera, por lo que los padres llegan a la conclusión de que los beneficios emocionales debe ser tan grandes que son mayores que los costos materiales.
Los autores del estudio señalan que esta forma de pensar tiene sentido a la luz de la historia. Hasta hace poco, los niños no eran tan caros y con frecuencia eran de gran valor económico, ayudando en la granja o llevando a casa un cheque de pago del trabajo. En esas épocas, la infancia es menos sentimental y el vínculo emocional entre los niños y los padres no era tan fuerte. Cuando enseñar a los niños se hizo más costoso, se empezó a idealizar los padres.
Esta visión optimista puede tener beneficios reales, sin embargo, de acuerdo con otro de los resultados del estudio. Las madres y padres que presentan sólo los costos de la crianza de los hijos, dijeron que disfrutan el tiempo que pasan con sus hijos más que los padres que también habían leído sobre los beneficios y los idealizadores, planeado pasar más horas con ellos en el futuro. «Los padres racionalizan el coste de los hijos por convencerse a sí mismos es una cosa agradable para hacer, que luego les convence para pasar más tiempo con sus hijos», dice el psicólogo de la Universidad de Waterloo Eibach Richard, coautor del estudio. Tener sus propios hijos puede ser caro, pero cada minuto vale la pena.
Fuente: Scientific American
La demostración clásica de que las personas están sesgadas por sus ideas previas procede de un estudio que analizó las creencias de la gente a propósito precisamente de la pena de muerte, concretamente “Biased assimilation and attitude polarisation the effects of prior theories on subsequently considered evidencie”, publicado en Journal of Personality and Social Psychology, 37, de 1979.
En el estudio se reunió a un gran número de partidarios y detractores de la pena de muerte, y se les mostró dos pruebas o indicios sobre el supuesto efecto disuasorio de la pena capital: una prueba apoyaba la existencia de dicho efecto disuasorio, y la otra prueba aportaba evidencia empírica de lo contrario.
Las pruebas eran las siguientes:
Una comparación entre los índices de asesinatos en un Estado estadounidense previos a la aprobación de la pena de muerte y los índices posteriores a la implantación de ésta.
Una comparación entre los índices de asesinatos en diferentes Estados de Estados Unidos, algunos con la pena de muerte en vigor y otros sin la pena capital.
Pero el estudio era un poco más intrincado. Tanto partidarios como detractores fueron subdivididos a su vez en dos grupos más pequeños.
De ese modo, en total, la mitad tanto de los partidarios como de los detractores de la pena capital vieron su opinión reforzada por los datos que mostraban la diferencia entre el “antes” y el “después”, y cuestionada por los datos sobre las diferencias entre Estados, mientras que para la otra mitad (de partidarios y de detractores), los datos que reforzaban sus tesis de partida fueron los de las diferencias interestatales y los que las cuestionaban fueron los de las diferencias temporales.
Los sujetos no tardaron en aducir defectos de método en las pruebas que iban contra sus ideas; así como no apreciaban esos defectos en las pruebas que respaldaban sus ideas.
Es decir, que los sujetos no hacían una valoración objetiva de los datos sino que se fijaban en si dichos datos validaban o no sus opiniones preexistentes, sus prejuicios, sus ideas preconcebidas, sus lastres culturales, sus ideas religiosas o morales implantadas catequísticamente en sus mentes.
La mitad de los partidarios de la pena de muerte, por ejemplo, criticaron la idea misma de la comparación de datos interestatales, alegando razones metodológicas, porque ésos eran los datos que contradecían su opinión previa, pero se mostraron satisfechos con los datos sobre las diferencias temporales (entre el “antes” y el “después”; pero la otra mitad de los partidarios de la pena capital pusieron por los suelos los datos comparativos del “antes” y el “después”, porque, en su caso, se les había presentado datos sobre diferencias temporales que cuestionaban su modo de ver, y datos sobre diferencias interestatales que lo respaldaban.
Cabe suponer que estos resultados serían extrapolables a cualquier otra opinión sobre un asunto complejo en el que existen muchas variables: aborto, toros, políticas de derechas o de izquierdas, violencia, economía, etc. Así que la próxima vez que os pongáis a opinar sobre un asunto, tened en cuenta que somos criaturas reacias a cambiar de opinión, y que nuestro bagaje cultural actúa a menudo como lastre y no impulsor del pensamiento.
Fuente: Xatakaciencia
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El húmedo uno de agosto de 1966, Charles Whitman tomó un ascensor al último piso de la torre de la Universidad de Texas en Austin. Tenía 25 años. Subió las escaleras hasta el mirador, cargando un baúl repleto de armas y munición. Arriba, mató a una recepcionista con la culata de su rifle. Aparecieron dos familias de turistas por el hueco de la escalera; les disparó a quemarropa. Después empezó a disparar indiscriminadamente desde arriba a las personas que estaban abajo. La primera mujer a la que disparó estaba embarazada. Cuando su novio se arrodilló para auxiliarla, Whitman le disparó también. Disparó a los peatones de la calle y a un conductor de ambulancia que había venido a rescatarlos.
La noche anterior, Whitman se había sentado a su máquina de escribir y redactado una nota de suicidio:
«No me entiendo a mí mismo estos días. Se supone que soy un joven medianamente razonable e inteligente. Sin embargo, últimamente (no logro recordar cuándo empezó) he sido víctima de muchos pensamientos extraños e irracionales.»
Para cuando la policía lo mató a tiros, Whitman había matado a 13 personas y herido a otras 32. La noticia de esta masacre copó los titulares del día siguiente. Y cuando la policía fue a su casa a investigar las pistas, la historia se volvió aún más extraña: en las primeras horas de la mañana del día del tiroteo, había asesinado a su madre y apuñalado a su mujer hasta la muerte mientras dormía.
«Fue después de pensarlo mucho que decidí matar a mi mujer, Kathy, esta noche… La quiero mucho y ha sido la buena mujer que cualquier hombre pudiera desear. No puedo señalar ninguna razón específica para hacer esto…»
Junto a la conmoción de los asesinatos se hallaba otra sorpresa, aún más oculta: la yuxtaposición de sus aberrantes actos con su anodina vida personal. Whitman era Scout Águila y ex marine, estudió ingeniería arquitectónica en la Universidad de Texas; trabajó brevemente como cajero de un banco y fue monitor voluntario en la V Tropa de los Boy Scouts de Austin. De niño, había obtenido 138 puntos en la escala de Stanford-Binet, situándose en el percentil 99. De modo que, tras su masacre desde la torre de la Universidad de Texas, todo el mundo quería respuestas.
En ese sentido, también las quería Whitman. En su nota de suicidio pedía que se le realizara una autopsia para determinar si había cambiado algo en su cerebro, porque lo sospechaba.
Se descubrió que el cerebro de Whitman albergaba un tumor del diámetro de una moneda de cinco centavos. Este tumor, llamado glioblastoma, se había extendido desde la parta baja de una estructura llamada tálamo, afectando al hipotálamo y comprimiendo una tercera región llamada amígdala. La amígdala está implicada en la regulación emocional, especialmente el miedo y la agresividad. A finales de 1800, los investigadores descubrieron que el daño de la amígdala podía producir perturbaciones emocionales y sociales. En los años 30, los investigadores Heinrich Klüver y Paul Bucy demostraron que el daño de la amígdala en los monos producía una serie de síntomas, incluyendo la ausencia de miedo, la atrofia emocional y la reacción desmesurada. Las monas hembras con daños en la amigdala tendían al abandono o al abuso físico de sus crías. En los humanos, la actividad en la amígdala aumenta cuando se les enseñan caras amenazantes, cuando son puestos en situaciones aterradoras o experimentan fobias sociales. La intuición de Whitman sobre sí mismo —que algo en su cerebro estaba modificando su comportamiento— daba en el clavo.
Las historias como la de Whitman no son poco comunes: afloran cada vez más las causas legales relacionadas con daños cerebrales. A medida que desarrollamos tecnologías mejores para explorar el cerebro, se detectan más problemas, y se vinculan más fácilmente con la conducta aberrante.
A medida que mejora nuestra comprensión del cerebro humano, los juristas se ven cada vez más desafiados con este tipo de preguntas. Cuando un criminal, hoy, se pone ante el estrado del juez, el sistema legal quiere saber si él es culpable. ¿Fue su culpa, o culpa de su biología? Yo sostengo que es la pregunta equivocada. Las elecciones que hacemos están inseparablemente unidas a nuestros circuitos neuronales, y por tanto no tenemos ningún modo significativo de separar ambas cosas. Cuanto más aprendemos, más complejo se vuelve el aparentemente sencillo concepto de culpabilidad, y más se debilitan los fundamentos de nuestro sistema legal.
El resultado es que podemos construir un sistema legal informado más profundamente por la ciencia, donde seguiremos sacando a los criminales de las calles pero adaptando las sentencias, impulsaremos nuevas oportunidades para la rehabilitación, y estructuraremos mejores incentivos para la buena conducta. Los descubrimientos de la neurociencia indican un nuevo camino hacia delante para la ley y el orden —uno que conducirá a un sistema más rentable, humano y flexible del que tenemos hoy—. Con la ciencia del cerebro moderna claramente establecida, es difícil justificar que nuestro sistema legal pueda seguir funcionando sin tener en cuenta lo que hemos aprendido.
El sistema legal se basa en la hipótesis de que somos «razonadores prácticos», un término técnico que presume, en el fondo, la existencia del libre albedrío. La idea es que hacemos uso de la deliberación consciente cuando decidimos cómo actuar, es decir, que en la ausencia de coacción externa, tomamos decisiones libremente. Este concepto del razonador práctico es intuitivo, pero problemático.
El libre albedrío podría existir (podría estar simplemente más allá de nuestra ciencia actual), pero una cosa parece clara: si existe el libre albedrío, tiene poco sitio para operar. En el mejor de los casos, podría ser un pequeño factor funcionando por encima de las inmensas redes neuronales moldeadas por los genes y el entorno. De hecho, el libre albedrío podría resultar siendo tan pequeño que acabaremos pensando sobre las malas decisiones de la misma forma en que pensamos sobre cualquier proceso físico, como la diabetes o las enfermedades pulmonares.
La neurociencia está empezando a tocar cuestiones que antes eran del dominio exclusivo de filósofos y psicólogos; cuestiones sobre cómo la gente toma decisiones y el grado en el que dichas decisiones son verdaderamente «libres». No son cuestiones ociosas. Al final, darán forma al futuro de la teoría legal y crearán una jurisprudencia más informada por la biología.
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La cleptomanía es un impulso incontrolable de robar objetos (en muchos casos sin ningún valor) y fue descrita por vez primera en el año 1816. En aquella época el médico suizo Mathey afirmaba al respecto: “es una forma particular de locura caracterizada por la tendencia a robar sin ningún motivo ni necesidad”. Desde entonces esta entidad psicopatológica ha sido centro de controversias no sólo entre psiquiatras y psicólogos sino también en el ámbito judicial.
La prevalencia de cleptomanía no puede precisarse con exactitud pero se estima que aproximadamente seis personas de cada 1000 experimentan en algún momento de su vida esta compulsión. Se afirma que en los Estados Unidos la cifra de cleptómanos asciende a 1.2 millones de personas.
La cleptomanía está considerada como un trastorno del control de los impulsos y surge como consecuencia de un malestar generalizado que generalmente se vincula a estados de depresión y ansiedad. Se afirma que las emociones negativas que se vivencian antes del hurto son tan fuertes que la persona siente la necesidad de robar para poder calmarlas. En este momento la tensión es tan alta que resulta incontrolable, si bien la persona tiene conciencia en todo momento del acto que está realizando.
En esencia sería un mecanismo bastante similar al de la compra compulsiva o las adicciones. Cuando el cleptómano roba el objeto, inmediatamente experimenta un alivio de la tensión, si bien posteriormente puede experimentar grandes sentimientos de culpa y remordimientos.
Existen básicamente tres tipos de cleptomanía. En primer lugar hallamos aquella que se realiza de manera esporádica donde existen largos intervalos de tiempo entre un robo y otro. También existe la cleptomanía episódica, en cuyo caso los robos son más frecuentes pero existen periodos de remisión y, finalmente, puede mencionarse la cleptomanía crónica, que fluctúa a lo largo de la vida pero los episodios de robo son bastante frecuentes hasta el punto que constituyen un problema para la persona.
El tratamiento de la cleptomanía puede ser farmacológico y/o comportamental. En muchas ocasiones se suministran antidepresivos en aras de regular los niveles de serotonina. Una técnica psicológica muy interesante que suele aplicarse con excelentes resultados es la destrucción de los objetos robados. De esta forma la persona rompe simbólicamente con esta etapa de su vida e inicia un nuevo camino.
También se aconseja que las personas compartan sus experiencias, pensamientos y sensaciones con alguien de confianza que incluso puede actuar como “vigilante” para prevenir futuros robos. Por último, se recomienda que la persona busque sensaciones positivas en otras actividades como practicar deporte o emprender algún hobby. De hecho, se afirma que el mayor antídoto para las conductas compulsivas es vivir emociones positivas intensas que brinden la sensación de plenitud ya que así mejora el estado de ánimo y desaparece la necesidad de cometer pequeños hurtos.
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Desde hace unos meses, y a semejanza de lo que desde hace años realizan otros cuerpos policiales como el FBI y Scotland Yard, también rastrea elementos intangibles: el tipo de víctima, dónde la abordó, cómo cometió el crimen… En resumen, la huella psicológica que todo delincuente deja cuando actúa.
Para ello, ha creado la Sección de Análisis Criminal, un grupo formado actualmente por cuatro agentes (dos psicólogos, un sociólogo y un estadista) que fue presentada ayer y que, entre otras investigaciones, ha comenzado a elaborar el que será el primer perfil de los violadores que actúan en España. Para ello, antes de que acabe 2011, analizarán los expedientes de 2 300 agresiones sexuales registradas en España el año pasado.
Con ello, la Policía pretende «agilizar» la detención de este tipo de delincuentes, facilitando a los investigadores los instrumentos que les permitan «pensar como uno de ellos», señala el responsable del nuevo grupo, el inspector jefe Juan Enrique Soto. Este agente ya ha participado en estudios similares, entre ellos el que ayudó a detener, en enero de 2008, a El Búho, un violador que durante siete años asaltó a sus víctimas en Madrid cuando esperaban por la noche al autobús.
«Tras analizar las violaciones que había cometido, pudimos determinar, entre otras cosas, que actuaba regularmente cada dos meses e, incluso, delimitar su campo de actuación a cinco distritos de la capital», recuerda el inspector jefe Soto. Cuando fue detenido, se comprobó que el retrato elaborado tenía un único desajuste: «Creíamos que no tenía novia y, sin embargo, salía con una chica. Esto no es una ciencia exacta«, se justifica el experto policial.
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Se estima que entre el 6 y 16% de los varones y entre el 2 y el 9% de las niñas con menos de 18 años de edad sufren del trastorno de conducta con síntomas que varían de leves a graves. Normalmente estos niños sobresalen por un comportamiento disruptivo característico, repetitivo y persistente.
El término “trastornos de conducta” es muy debatido, hay quienes prefieren llamarle “comportamiento disocial” mientras que otros hablan de “conducta desviada”. En el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales se le considera como “trastorno disocial de la conducta”. De una forma u otra, los comportamientos de estos niños y adolescentes se caracterizan por apartarse de la norma.
Para diagnosticar los trastornos de conducta se identifican cuatro grandes tipologías o grupos dentro de los cuales debe encuadrarse el niño:
1. Comportamientos agresivos: inicio de peleas, portar armas, violaciones, actos crueles contra personas y/o animales, robo con violencia.
2. Conductas no agresivas que comportan destrucción de la propiedad: ocasionar incendios, romper vidrios, dañar automóviles, actividades vandálicas en la escuela, daño a la propiedad pública y privada en general.
3. Fraude o robo: mentiras, timos, falsificaciones, romper compromisos y promesas para sacar provecho, hurto.
4. Violación grave de las normas, ya sean escolares, familiares o laborales, ausentismo, sexualización de la conducta, ingesta de alcohol y drogas.
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Enlaces relacionados:
– La web de Maco048. Noticias Criminología: Psicología
– Psicología para escépticos. Por Glenys Álvarez
– Fraudes psicología. El ruido electromagnético y los lugares embrujados
Fuente de la ilustración: Sobrenatural.net
Un día me dio por asistir a un breve curso de grafología que era gratis (sino no hubiera ido), para curiosear qué contaban a la gente allí. Por supuesto no tenía ninguna intención ni de identificarme como profesional de la psicología, ni de montar ningún jaleo. Simplemente me pareció interesante curiosear. Es una pena que hayan pasado unos cuantos años, ya que no puedo recordar exactamente todos los detalles, pero lo cierto es que aquel cursillo no tenía desperdicio.
Lo que supuestamente allí se enseñaba era “grafopsicología”, y la persona que impartía el curso se hacía llamar a sí mismo como “grafopsicólogo”. Eso sí, cuando le pregunté con tono inocente a ver si era psicólogo, me respondió que no, que él era autodidacta. Cualquiera hubiera pensado con ese nombre, que se trataba de un profesional de la psicología, pero nada más lejos de la realidad.
De forma muy inocente, seguí haciendo preguntas, más que nada para enterarme un poco de sus opiniones. “¿Sirve esto de la grafopsicología para hacer selección de personal?”. Según esta persona no solamente era útil para este fin esta técnica, sino que había participado en diferentes procesos de selección utilizándola.
“¿Y qué opina usted sobre la astrología? He sabido que se emplea en procesos de selección también. ¿La astrología sirve para hacer selección de personal?
La respuesta que me dio fue algo así: “Bueno, si es un astrólogo serio yo creo que sí que puede servir para hacer selección de personal”.
Seguí haciendo algunas preguntas más, y lo cierto es que no tenían desperdicio las respuestas. Lo peor de todo es que con eso de que era supuestamente “grafopsicólogo” (título que se concedía esa persona a sí misma) allí todo el mundo se creía todas las cosas que iba contando como si fueran 2+2=4. Y es que me dio por preguntar a la gente a ver qué les parecía todo aquello, y todos o casi todos los asistentes estaban de acuerdo con que la escritura era una magnífica forma de conocer la forma de ser de los demás. Este curso se pagó con dinero público, o al menos su organización dependía de instituciones públicas. De ahí su carácter gratuito. Y junto con este curso se podían encontrar otros como “lectura del tarot”. Por supuesto también pagados con dinero de todos.
Hace poco hablando con un grupo de amigos, salió este tema de la grafología, y lo cierto es que hay mucha gente que cree que esta técnica realmente funciona. Sobre todo cuando hay psicólogos titulados que no tienen problema en decir abiertamente que funciona estupendamente sin ningún tipo de pudor
Pero realmente la grafología no funciona. Es un método pseudocientífico que no se sustenta en la evidencia empírica. Hay algunas cuestiones que parece que podrían determinarse mediante la escritura de una persona, como el sexo o el nivel socioeconómico de quien escribe. Pero poco más. La pretensión de intentar conocer la personalidad de los demás mediante su escritura es una fantasía que carece de fundamento. Cuando lo comento por ahí la gente se sorprende bastante, y aunque se lo digas yo creo que muchos no les convence. Les parece tan raro que algo tan difundido y aparentemente tan útil sea realmente humo, que no es fácil creerlo. Y si conocen a su amigo que es psicólogo también y les ha dicho que funciona a las mil maravillas…pues al final se queda aparentemente en una diferencia de opinión entre dos profesionales y parece casi evidente que el que se equivoca soy yo. ¿Cómo no va a funcionar con todo lo que se usa?
A día de hoy no es una técnica validada que sirva para evaluar la personalidad de las personas, y por lo tanto no debiera usarse ni para selección de personal, ni para ningún otro fin.
Es más, se han hecho numerosos estudios que no encuentran relación entre la personalidad de los evaluados y las conclusiones a las que llegan los grafólogos. Y tampoco se han encontrado relaciones entre el rendimiento laboral y los resultados de los análisis grafológicos. La conclusión que deben sacar de todo lo que estoy comentando aquí: no debiera usarse la grafología para nada.
Fuente: Psicoteca
Bajo licencia Creative Commons
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Enlaces relacionados:
– Grafología, otra pseudociencia. Magufos y criminología.
– Grafología, una clase de pseudocirencia
– Grafología> y recursos humanos, pseudociencia del poligrafo
La asociación Largantza, para la Prevención y el Asesoramiento ante Sectas Destructivas de la Personalidad, ha presentado una queja en nombre de once familias guipuzcoanas ante el Colegio de Psicólogos de Gipuzkoa en la que solicita se investigue a uno de sus miembros, I.P.E., a quien acusa de haber vulnerado el código deontológico. El profesional ha sido acusado de imponer una terapia sustentada en el ejercicio abusivo de la autoridad, en el amedrentamiento y en la desvalorización del paciente. Ex clientes suyos aseguraron ayer en rueda de prensa que, en sus tratamientos, implicaba a otros miembros de la familia sólo para engrosar la lista de clientes y obtener un mayor beneficio económico. La abogada del psicólogo desmintió estos extremos
La queja fue elevada hace tres meses al colegio profesional guipuzcoano, aunque, con anterioridad, los hechos ya habían sido puestos en conocimiento de la Fiscalía ante la sospecha de que la actuación profesional del psicólogo era constitutiva de un delito. El ministerio público, no obstante, entendió que la actuación profesional no era punible.
En su denuncia ante el decano del Colegio de Psicólogos, los afectados presentaron un documento elaborado por la psicóloga Margarita Barranco Illán, del colegio de Cataluña, que ha realizado un informe pericial sobre los pacientes. Esta profesional concluye que el psicólogo denunciado ha podido vulnerar dieciocho artículos del Código Deontológico.
Los denunciantes, todos ellos clientes de las consultas privadas que el psicólogo tiene en Eibar y Zarautz, sostienen que la línea de tratamiento que utiliza se sustenta en la implicación de una parte significativa de su familia en la terapia que reciben. Entienden los perjudicados que ello tiene una finalidad puramente lucrativa. «Él pretende que no haya un solo hueco en su agenda», aseguran.
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Enlaces de interés:
– La web de Maco048. Noticias criminología: Psicología
– Asignatura Psicologia Criminal I. UMU. Licenciatura en Criminología
En la década de 1970 un psicólogo llamado Thomas Moriarty decidió hacer un pequeño experimento. Su objetivo era muy simple: averiguar si las personas serían capaces de ponerse en una situación de riesgo para enfrentar un crimen en las bulliciosas playas de Nueva York (EE.UU.).
Parte de la genialidad del experimento radica en su sencillez: un cómplice del psicólogo escogía una persona al azar y extendía su toalla en la arena a unos 2 metros de ella. Después de un par de minutos escuchando una radio, el cómplice daba una pequeña caminata por la playa. Unos minutos después, se acercaba otro cómplice del psicólogo pretendiendo ser un ladrón, tomaba la radio e intentaba alejarse.
Asombrosamente solo 4 de las 20 personas que fueron sujetos del experimento intentaron detener al ladrón, aproximadamente un 25%. Entonces Moriarty introdujo un pequeño cambio en el diseño del experimento: la persona, antes de levantarse para dar el paseo, le pedía al sujeto a su lado que le cuidara sus cosas. Esta vez todo cambió: después de 20 intentos, 19 personas intentaron detener al ladrón, aproximadamente el 95%. Pero… ¿qué había cambiado en las personas que las hacía reaccionar exponiéndose a sí mismas ante el peligro?
El hecho de que las personas habían dado su consentimiento a “cuidar las cosas”, con lo cual habían adquirido automáticamente un compromiso que, de no cumplir, hubiera provocado una fuerte disonancia cognitiva. Las raíces de la disonancia cognitiva se entremezclan con la ley de la consistencia, mediante la cual se afirma que una vez que hemos tomado una decisión o un camino, nuestro cerebro primitivo prefiere mantenerse en esa dirección antes de evaluar posibles alternativas.
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Por supuesto, más allá de las razones atávicas que propone la ley de la consistencia; otra de las causas por la cual las personas se comportan de esa manera es debido a que la congruencia es algo muy valorado en nuestra sociedad ya que a partir de ella se valora si una persona es o no confiable. Si a esto se le suma el hecho de que los comportamientos consistentes normalmente son asociados con la fortaleza personal e intelectual; entonces es de esperar que las personas se dejen llevar por lo primero que afirmaron.
La faceta positiva de la ley de la consistencia nos permite vivir de forma más sencilla ya que una vez que hemos decidido algo, no tenemos que regresar una y otra vez sobre este asunto. No obstante, su faceta más negativa se presenta cuando la ley de la consistencia se convierte en un escudo contra la lógica y el sentido común ya que el compromiso con una idea nos puede hacer actuar de manera ciega y rígida.
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Enlaces sobre psicología:
– Artículos sobre fraudes en psicología. Escepticismo y pensamiento crítico
El método científico genera hipótesis y teorías, que los científicos frecuentemente convierten en creencias. Marc Hauser ha sido acusado de manipular los resultados de sus trabajos de investigación. Ha sido suspendido de su puesto en Harvard, con posibilidades de ser procesado por mal uso de fondos y conducta deshonesta.
Hauser es uno de los gurús de la naciente Ciencia de la Moralidad. Aparentemente Hauser trataba de encontrar desesperadamente evidencia para su aserción de que existe una «gramática moral innata», y de que un supuesto «órgano moral» estaba también presente en otros primates (ej. macacos). En pocas palabras, guiado por su preconcepción de que el hombre es bueno por la razón de que la selección natural lo inclina hacia el bien.
Y aquí conviene hacer un alto, y una reflexión en esta línea de investigaciones. La psicología evolucionista sigue siendo una ciencia frágil, donde fácilmente se van a infiltran las creencias personales del investigador, dándole la apariencia de ciencia. Y hay que enfatizarlo: no hay evidencia suficiente que indique que el ser humano esté dotado de un «órgano moral», de un módulo cerebral específico que lo haga preferentemente bueno.
Ciertamente hay predisposiciones que inclinan al ser humano a ser un primate pro-social, pero de momento es prematuro pretender saber exactamente qué es lo que se determina genéticamente, cómo los circuitos neurales en el conectoma humano son influidos por los genes de tal forma que se crean inclinaciones hacia el comportamiento altruista o empático. La lección es que hay que ser cautos en no idealizar la naturaleza humana, las llamadas «intuiciones morales», después de todo pudiéramos de igual forma postular que el ser humano viene dotado con intuiciones inmorales.
Creo que la conveniencia de estudiar los determinantes de la reacción empática, al homo empaticus, es con claros fines utilitarios: asegurar la sobrevivencia de nuestra especie.
Fuente: Aletheia
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Enlaces de interés:
– La web de Maco048. Noticias criminología: Psicología
– Apuntes Introducción a la Informática. UMU. GAP. La ciencia y el método científico
¿Alguien me puede servir para qué sirve un psicólogo? he tenido anorexia y si he salido de ella ha sido gracias a un psiquiatra y no a los psicólogos, que sólo te quitan el dinero y te hacen de confesores y nada más. Yo creo que un psicólogo sin formación de medicina no aporta nada. Y la experiencia de mi y mis amigas que han salido de ello, todas dicen lo mismo. ?
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A mi hijo tampoco le arreglo nada el psicólogo. Yo tambiné tengo mala experiencia con psicólogos; sólo me han sacado dinero y no me han arreglado el problema
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Un psicólogo es tan efectivo como un familiar o amigo que te aconseja . NO puede haber buenos psicólogos porque las teorías con las que trabajan no tienen validez científica alguna, alguien cree realmente que solo con hablar y escuchar se pueden curar trastornos medianamente serios? el Psiquiatra es un médico que aplica una ciencia y unos principios basados en la fisiología cerebral principalmente, por eso es efectivo y cura realmente depresiones, trata con éxito esquizofrenias etc. Como la Sociedad no es tonta empieza a darse cuenta de quien es uno y otro, por eso el psicólogo está cada vez mas desprestigiado y encasillado en un rol de adivino o echador de cartas antes que de profesional de la salud.
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Pues yo creo que la psicología está sobrevalorada. El psicólogo viene a ser el cura del siglo XX. Sirve para aconsejar.
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En lo particular, yo comencé a estudiar psicología pero la verdad es que por su alto grado de error estadístico (diez veces mas que el de la química) no la considero una ciencia. Hoy que me he titulado, evidentemente no de psicólogo, veo a los psicólogos como un grupo de personas que creen que pueden clasificar a la gente de acuerdo a unas teorías sin valor. Son seguidores de algunos personajes despreciables, como Freud “el padre de la psicología”, que hicieron algunas observaciones tan lógicas como el miedo de los psicólogos a las matemáticas. Todos los psicólogos (estadísticamente) llegaron a estudiar psicología huyendo de las matemáticas. En la escuela todo el tiempo perdiendo el tiempo en las jardineras, fajando, cogiendo, drogándose etc. Se basan en métodos de clasificación como el I Q (me recuerda a la frenología) que se ha comprobado que excluye a los mas aptos para “algo”. En fin su trabajo es intrascendente y no hay que ir 4-5 años a perder el tiempo a la universidad, o a hacer una especialidad para poder ayudar a las personas. Hay personas que con solo lógica son mejores que los psicólogos, y esas personas no son rateras. Por cierto los psicólogos solo son un obstáculo en la selección y capacitación de personal. Nunca contrataré un psicólogo.
No es útil un título de psicólogo.
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Evidentemente todos los psicólogos que han “tratado” de refutar mi opinión son tan observadores que no se dieron cuenta de que jamas mencioné que soy químico, solo fue un ejemplo. No se proyecten ni traten de justificarse con mi profesión, eso es independiente. Yo estudio (doctorado) los mecanismos moleculares que determinan la diferenciación neuronal, y los procesos de aprendizaje. Con que facilidad hablan de Evolución, Ja. Ya sea en el conocimiento humano o en mecanismos de perpetuación de la especie, como los instintos o el amor, está inmerso el mensaje de que el estudio del alma no sirve (caso de los gemelos univitelinos). Fíjense de que defenderse y no den patadas de ahogado. Repito: No necesitas perder el tiempo estudiando psicología para ser psicólogo, se de taxistas que lo hacen mejor.
Ha! tengo un buen antivirus si lo quieren…
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Gracias a todos por alimentar mi diversión de fin de semana, lástima que no tengo tanto tiempo que perder como ustedes, pero en verdad es de inspirar el mundito que intentan sostener. Bien por ustedes, veo que están un “poquito” molestos pero al menos ya se defienden mas y no ofrecen tantas disculpas. No sé como llegaron a esto pero ya que insisten… Son cómicos. Comenzó por que alguien envió un mensaje para saber para que sirve un psic… yo respondí. Si a alguien no le gustó pues que se lo diga a quien le pregunte. Ya que Yo con solo unos mensajes me gané protagonizar todos los demás, pues sería una grosería no responderles, y Yo no los quiero insultar (siéntense como quieran), pero no esperen que invierta tanto como han invertido en mi.
Claro que deben estar preocupados por validar y justificarse por sus tratamientos, pero el estar preocupados no les va a ayudar mucho, cerciórense y verán. El estudio del alma pasará a la historia como la alquimia o las religiones, lástima.
No pretendo decir quien Soy, ni lo que hago (ni se esfuercen en entenderlo) como algún dijese medicucho, pero si los saco de sus errores cuando me catalogan mal. Si me preguntan viajo, digo: No mucho, etc.
Si he de hablar de psiquiatras o médicos lo diré si me lo preguntan, ciertamente no los defendería pero que friega se llevan los pobrecitos para que al final sean como cualquier otro maquillador.
Veo que tienen mucha repercusión mis palabras y por eso les recomiendo que no hablen de tablas periódicas periódica, y menos de evolución. Aplicar eso a sus aseveraciones, les resta seriedad y credibilidad (de por si no la tienen como psic). Les suma ignorancia e intrepidez. No comparen a la psic con la química pues mientras mas alto vuelan mas pronunciada es la caída.
Como veo que ustedes creen mucho, por que veo que es cuestión de fe. Díganme de que está hecho un motivo, un impulso. Ese es el merito de la psicología La fe Dejen la fe a los que se preparan para sacerdotes con mayor merito.
Pueden recordar cuales son los paradigmas de la psicología, dogmas, cuando entran en crisis y generan nuevo conocimiento. Revoluciones¡. Hoy en día hasta la psic es ciencia por que lo dicen los psic. Lo mismo diría el que vende tacos si utilizara el método científico. Claro que para uds la psicología es apasionante, como lo es el chavo del ocho para los indigentes.
Gracias por la cátedra de categorías, ya la había escuchado en la primaria. Lastima que su “frente no sea tan ancha” o su “IQ” sea tan bajo como para entender a lo que me refiero, y me salgan con km de palabras. Saben que es sarcasmo, verdad.
Ha y volviendo a lo de la caída pronunciada. Yo selecciono bien a mis amigos. Los comentarios me importarían si no vinieran de un psicol…. solo proyectan su modo de vida con lo que dicen y como lo dicen. Pobrecitos. Mucho royo esta vez para que me mal-analicen mas.
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Por cierto un psicólogo escribió un significativo libro a propósito de la psicología como profesión de charlatanes:
Rolf Degen “falacias de la psicología”
Este libro ha sentado bastante mal a los psicologos porque les retrata como son, aportando datos objetivos. Muy recomendable
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Lo que es cierto es que la psicología es una moda pasajera con fecha de caducidad, estáis más acabados que los alquimistas después de Lavoisier, seguro que no entiendéis el chiste, no importa, en tanto no demostréis que vuestros métodos chamanescos funcionen, seréis vistos por los médicos y demás profesionales de la salud como unas simples hermanitas de la caridad: mucha voluntad, nulos resultados
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los psicólogos somos “gente con más problemas psicológicos que los propios pacientes” ,
– que “es todo filosofía barata reducida a opiniones”,
– que somos como “gurus hablamierdas”
– que “en Psicología para destacar cuenta más cultivar la imagen propia que los hechos prácticos”
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un psicólogo no se para que sirve, una psicóloga tal vez para follar?
Más en
http://www.buscaoposiciones.com/foro/Oposiciones-Psicologos-fmen-14-67932.htm#818903
Fuente: PSQUIATRIA.NET
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Enlaces de interés:
– La psicología científica y los cuestionamientos al psicoanálisis
Estructura social de los homicidios cometidos por bandas en Chicago. La forma del nodo representa la etnia de la banda, el sentido de las flechas indica el sentido de los homicidios y el grosor de las mismas, la cantidad. Fuente: «Murder by structure: dominance relations and the social structure of gang homicide».
Este este estudio fue publicado en 2009 en el American Journal of Sociology que caracterizó cada asesinato cometido por bandas en Chicago durante un lapso de tres años como una interacción recíproca entre grupos.
Sí, se puede matar a alguien utilizando el control de mente estratégica. Se llama el efecto nocebo.
En la década de 1970, a un enfermo se le dijo que tenía cáncer de hígado avanzado y su esperanza de vida era de unos pocos meses. Murió a los pocos meses. La autopsia mostró que tenía un tumor demasiado pequeño como para ser la causa de la muerte. Por lo que se podría decir, que el diagnóstico lo mató.
En la década de 1990 los médicos descubrieron un grupo de mujeres con cuatro veces más probabilidades que la mujer promedio de morir de enfermedad cardíaca. Su único factor común era que todos creían que eran propensos a la enfermedad cardíaca.
Mucha gente ha oído hablar del efecto placebo. Los pacientes que creen que están tomando un medicamento determinado describen un efecto beneficioso del medicamento, a pesar del hecho de que en realidad no lo está tomando. Es tan común que una forma falsa de un medicamento se dispensa a las personas en general, en los estudios farmacológicos, para proporcionar una especie de «base» de los pacientes con el efecto placebo a la medida contra los pacientes que se les dé en la realidad la medicina auténtica.
La otra cara de esto es el «nocebo» efecto. En latín «nocebo» significa «me va a dañar.» El siniestro nombre está bien merecido. Una rápida mirada a los estudios de efecto nocebo proporcionan casi un plan maestro para conducir a alguien a la muerte o a la locura. A veces es tan sencillo como decirles que ha estado expuesto a la radiación electromagnética. En un estudio, a los estudiantes se les dijo que los equipos eléctricos de vigilancia que pusieron en su cabeza podrían causar dolores de cabeza.Dos tercios de ellos informaron de dolores de cabeza. Del mismo modo, las personas a las que se les dijo que la aspirina puede causar dolor de estómago reportaron dicho dolor mucho más que los que no se les dijo.
Una vez que comienza un tratamiento real, las cosas pueden ser más graves. Las advertencias sobre el insomnio y el estrés son naturalmente más posibles de inducir estrés e insomnio, por supuesto, pero las víctimas del efecto nocebo informan de depresión, fatiga, náuseas y dolor crónico. Aquellos que dijeron que los procedimientos médicos podrían ser dolorosos, reportaron más dolor que los que se les dijo que los procedimientos serían relativamente indoloros.
Por supuesto, la diferencia entre sentir dolor, informar de tener dolor , y sentirse lo suficientemente cómodo para recibir información completa de dolor, por no hablar de la depresión o la ansiedad, es una nebulosa. Todavía existen esas muertes. El efecto nocebo parece sugerir que es posible hablar a alguien sobre la muerte.
Fuente: io9 MAD SCIENCE
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– Apuntes Introducción a la Informática. UMU. (GAP). La ciencia y el método científico