Una nueva matanza en una escuela de EEUU, otra más, y regresa como cada vez el debate sobre la necesidad de imponer mayores controles a la compra y uso de armas de fuego. Más allá de la dialéctica ideológica, que mantiene ese supuesto debate atrofiado desde hace años, la voluntad política podría contar con los mejores argumentos si optara por actuar de una vez. Como en otras ocasiones, el método científico es el más útil para realizar el análisis y un diagnóstico veraz y ajustado de lo que sucede. Y si se atiende a los datos que ofrecen varios estudios publicados en las últimas semanas, no caben dudas: EEUU debe reformar sus leyes sobre armas de fuego si quiere frenar la sangría que sufre en sus entrañas cada año y que recorta la esperanza de vida media de sus ciudadanos en 104 días. Cada año, más de 100000 personas sufren una herida de bala en EEUU; más de 31000 mueren, 12000 de ellas asesinadas. Son datos obtenidos en investigaciones que el lobby de las armas quiere frenar a toda costa.
A finales de octubre, la prestigiosa Universidad Johns Hopkins publicó un exhaustivo trabajo (PDF) que expone varias conclusiones claras fruto del análisis de distintas bases de datos y de la recopilación de los estudios científicos sobre la materia. Para empezar, el informe asegura que es imprescindible restringir al máximo el acceso a armas de fuego con cargadores de gran capacidad. Parece un obviedad, pero no todas las armas son iguales: cuanta más munición tiene disponible el asaltante, mucho mayor es el daño que causa en cuanto al número de víctimas provocadas. El estudio pone como ejemplo la pistola Glock de nueve milímetros semiautomática con 33 balas que usó Jared Lee Loughner para matar a seis personas y herir a otras 13, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords, en su ataque en Tucson, Arizona. Adam Lanza también llevaba una Glock 9mm. Además, contaba con otra pistola (una Sig Sauer) y con un fusil de asalto M4, que cuenta con un cargador de 30 balas en su versión más simple. Un vídeo colgado en YouTube por un aficionado ayuda a entender el poder mortífero que ese fusil tendría contra un grupo de niños.
Una ley federal de 1994 restringía la fabricación, el comercio y la posesión de este tipo de armas con excepcional capacidad para matar y que evitan al asesino el tener que detenerse a recargar en medio de su masacre. El anterior presidente de EEUU, George W. Bush, dejó que al cabo de una década expirara esa ley que también cercenaba el acceso a otras mortíferas armas de asalto. Retomar la prohibición de armas de fuego con cargadores de gran capacidad (más de 10 balas) evitaría la muerte de 100 personas al año, según la estimación más conservadora realizada en el estudio.
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1) ¿Qué región del mundo tiene las tasas más altas de asesinatos?
Centroamérica y Sudamérica.
El país con mayor tasa de homicidios del mundo es Honduras, con 82 asesinatos anuales por cada 100000 habitantes. Después vienen Jamaica (52), Venezuela (49), Guatemala (41), Colombia (33), Brasil (23) y Méjico (18).
2) ¿Qué países de Centro y Sudamérica tiene las menores tasas de asesinatos?
La respuesta a esta pregunta es realmente sorprendente: los países con menor violencia en la región son Cuba (4) y Chile (3).
Me parece fascinante porque Cuba y Chile son los países más diferentes que uno pueda imaginar. Chile es el representante del capitalismo más neoliberal de todo América Latina y Cuba es comunista.
Chile es más rico que Cuba, pero la distribución de riqueza en Chile es la más desigual de todo el mundo.
3) ¿La violencia está relacionada con la pobreza?
Una de las afirmaciones que más suele repertirse es que “la violencia en un país está relacionada con su nivel de pobreza”. Pero esta hipótesis se derrumba cuando uno mira las estadísticas para el África Subsahariana.
En esa región, el país más rico es precisamente el que tiene una tasa de homicidios más alta: Sudáfrica, con 34 asesinatos por cada 100000 habitantes.
Países mucho más pobres tienen menos asesinatos: Ruanda (17), Chad (15), Sierra Leona (15), Nigeria (12), Senegal (9).
4) ¿Cuál es la situación en Asia?
Las tasa de homicios en los países asiáticos es relativamente baja.
En India hay 3 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Otros países: Pakistán (7), Turquía (3), Líbano (2), China (1), Japón (0,5).
5) ¿Y en Norteamérica y Europa?
Los países más violentos son Rusia (10) y EEUU (5). Es decir, Rusia y EEUU tienen niveles de homicidio mucho más altos que Marruecos, Vietnam o Sri Lanka.
La tasa de asesinatos en España es muy baja (0,9) y parecida a la de los países de su entorno: Portugal (1,2), Italia (1), Alemania (0,9).
Europa del Norte es la región del mundo con menos homicidios: Noruega (0,6), Islandia (0,3). Este hecho refuta la idea de que los países más religiosos son menos violentos, pues las sociedades nórdicas baten todos los registros de ciudadanos que se declaran ateos.
Fuente: Principia Marsupia
La diminuta localidad se llama Puerto Berrío (Colombia), un municipio de escasas calles, gente sencilla y constantes ofrecimientos amables a la orilla del río Magdalena. Resulta que a veces, por pura casualidad, uno se encuentra con las historias más curiosas e inverosímiles de un viaje. Posiblemente la única ciudad del mundo donde los muertos tienen padres adoptivos.
Colombia es un país agradable de visitar. Eso no quita para que el forastero perciba a simple vista los cuatro elementos inalienables que esta nación posee acuñados en su ADN: naturaleza, folclore, profunda fe cristiana y un doloroso conflicto armado que ya supera los 50 años de realidad. Digamos que Puerto Berrío es el paradigma de esa carga genética.
Muchos de los cadáveres que son arrojados por sus verdugos (violencia de paramilitares, guerrilla, sicarios y cuerpos armados) a lo largo del transcurso de este río, quedan atascados en los remolinos que las aguas generan frente a la ribera de Puerto Berrío. Fallecidos a menudo inidentificados. N.N. (Ningún Nombre), les dicen aquí. Tan comunes, que acabaron por convertirse en parte del folclore cultural, místico y tradicional de estos porteños de religiosidad profunda.
La situación, habitual en la ciudad desde los años 60, es sin duda macabra. La consecuencia que ha generado, sin embargo, parece destilada de una novela de realismo mágico. Una secuela casi romántica que sorprende al visitante y que es propia tan solo en esta villa ribereña de Antioquia.
Resulta que estos anónimos cuerpos errantes del Magdalena, una vez levantados de las aguas, se reconvierten en cotizados santos que los oriundos de Puerto Berrío se disputan por adoptar. “Almas de purgatorio” sin atención ni reclamo. Supuestos intercesores celestiales que estos lugareños acogen, velan, rebautizan y apelan en pro de su propia fortuna.
Francisco Luis Mesa, un hombre de piel morena, pelo cano y devoción inquebrantable lo sabe todo sobre esta costumbre. Él es el propietario de la funeraria San Judas de Puerto Berrío. A sus 62 años lleva 25 de ellos dedicado a recoger del río, encofrar y dar sepultura a estos difuntos flotantes que se encallan en esta parte del cauce.
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Como si se tratara de la zona más analfabeta de Afganistán, o la más intolerante de Arabia Saudita, o la más estúpida de Pakistán, o la más ignorante de la India, en Colombia también matan a las personas que se cree que son brujas.
No es que yo esté de acuerdo con los negocios que se lucran de la ‘hechicería’, ni nada por el estilo, pero no considero que nadie deba pagar con su vida el hecho de practicar brujería – y mucho menos por sospechas:
La víctima fue asesinada de un fuerte golpe en la cabeza con una herramienta pesada, al parecer un hacha, y le lanzaron gasolina y le prendieron fuego.
En vista de que varios campesinos señalaban a la difunta de ser una hechicera que había poseído a un joven, la Policía registró bien la vivienda y no encontró ningún objeto que permitiera confirmar estas acusaciones.
Aquí hay varias cosas que me gustaría saber: ¿Por qué se mete la Policía en lo que la gente haga con su tiempo libre, con su propiedad, dentro de sus viviendas, si no afectan -de modo verificable- a los demás? ¿Qué habría hecho la Policía si hubiera encontrado «objetos que permitieran confirmar estas acusaciones»? ¿Qué tipo de objetos califican, para la Policía, como propios de la hechicería? ¿Por qué no considerar la estatua a una virgen que parió, un objeto de obvia superchería? ¿Qué tal el pernicioso culto a un judío que nunca existió y que clavaron en una cruz, que al parecer revivía muertos y caminaba sobre el agua? ¿Cómo les parece eso para un par de hechizos?
Fuente: DE AVANZADA