Toda violencia siempre es violencia de género. La violencia doméstica es la más violenta, porque está ligada a los afectos familiares. Por eso, siempre es la que más nos impresiona, porque rompe con el código natural de la función de la familia, que es la de cuidar a los más frágiles por el vínculo sanguíneo, hasta que puedan independizarse.
Pero, normalmente, esta violencia verbal, física, psicológica, social, se mantiene en el anonimato familiar y vecinal. Anonimato que termina siendo algo doméstico, algo común, hasta que la víctima es herida gravemente o asesinada.
Después de los hechos consumados, aparecen todas las presunciones familiares y vecinales: que siempre le pegaban, que lo encerraban en el baño después de una paliza, que no le daban de comer y que el niño siempre le tenía miedo.
La violencia doméstica, como la violencia social, siempre es ejercida por el más fuerte hacia el más débil. Como que en las conductas humanas está implícita la ley de la selva, que no es otra ley que la de los depredadores.
Los depredadores nunca atacan a un depredador más fuerte, por temor a ser depredados. El violento siempre es temeroso. No es violento con cualquiera.
Los débiles. Las víctimas siempre son los niños, las mujeres, los ancianos, los discapacitados, los jóvenes y rara vez aparece en el muestrario de víctimas el hombre de la casa.
Las víctimas siempre son los débiles, como en la selva. El violento ejerce su violencia sabiendo que no corre riesgo su vida. Como que el débil siempre está expuesto a una alta variedad de depredadores instintivos y emocionales.
Siempre nos impresiona más la violencia doméstica que la violencia social. Como si fueran dos tipos de situaciones distintas. Quizá porque uno siempre supone que la violencia tiene que venir de un desconocido ocasional. Pero esta violencia es más común de lo que nos muestran los medios de comunicación.
La única forma de evitarla es colectivizando la escucha del dolor de los más frágiles. Para que empiecen a ser noticias las denuncias por prevención y no las confesiones de los asesinos arrepentidos.
*Uno de los autores del libro “Cinco curas, confesiones silenciadas”.
Fuente: LaVozOpinion
Autor: Luis Donaldo Colosio Riojas
Me preocupa. Me preocupa que veo a un país olvidado por sus líderes, quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos, antes que a su gente.
Me preocupa ver un abismo de desigualdad y diferencia, permeado todo por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de honrar la confianza de su gente.
Me preocupa ver que en el Congreso imperan el caos y la desunión; que los ‘triunfos’ de mis diputados sean ver quién difama más al otro o quién silencia con más fuerza. Que exista un aura de trabajos inconclusos y que los pocos que se dedican al trabajo, son sopesados por quienes se dedican al ultraje. Me preocupa ver más respeto en las tribunas de un clásico de futbol mexicano, que en los escaños y curules legislativos.
Funcionarios públicos ausentes o sumisos, y fuerzas policiales abandonadas o corrompidas, es el maltrato que nos dejan nuestros gobernantes. Benditas aspiraciones de nuestros jóvenes con tanta materia prima corroída. No es sorpresa que ‘ni estudien, ni trabajen’, si el sistema educativo es cada vez menos adecuado y continúa decayendo gracias a quienes se supone deberían levantarlo. El empleo y las oportunidades son virtualmente inexistentes y nuestra economía es tratada con la lujuria de unos cuantos.
Me preocupa mi tierra, sangrando a borbollones, con sangre nacional y extranjera, de quienes depositaron su confianza en unos cuantos. Me preocupa que ‘esos cuantos’ tampoco sean eficaces, porque ‘algunos muchos’ se empeñan en que fallen, con tal de alzarse el cuello y alardear un ‘se los dije’.
La desigualdad de ideas nunca ha sido crimen, pero el callarlas y asesinarlas es nuestro nuevo Movimiento nacional.
Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, se reparten a ‘unos cuantos’ para hacer bien ‘muchos nadas’, mientras tanto, nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo, no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria, y a quienes luego se les reclame de ‘holgazanes’. Se les castigará por ineficientes y por no saber aprovechar las infinitas oportunidades inexistentes que tuvieron. Nuestros niños, ¿pero qué demonios les hicimos?
Me preocupan todos y cada uno de los miembros de mi familia, más de 112 millones de ellos, que miran al futuro sin un rumbo certero, ese rumbo que nuestros predecesores se negaron rotundamente a asegurar y que ahora miran con desconcierto, alegando que ‘no es su culpa’. Y la pelea continúa; y las divisiones incrementan; y las diferencias se exaltan; y nuestros niños, mientras tanto, sufren.
¿Pero qué te pasa, México? ¿En qué momento se volvió rutina suicidarte?
Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio.
Me preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos momentos pareciera que se llama ‘resignación’, pareciera que se llama ‘derrota’.
Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por vencido. Así me tachen de por vida de demente o inadaptado. Qué ilusos somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos cuántos más de éstos.
Este es el Movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre, es testigo de mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al denunciar nuestras propias faltas al país… y a nuestra estampa.
El autor es hijo de Luis Donaldo Colosio y Ana Laura Riojas.
Es fundador del despacho «Basave, Colosio, Sánchez, Abogados» y catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
ENVÍA este correo a TODOS; que llegue a cada MEXICANO de BUENA FE y AMOR a MÉXICO.
El periodista Hernán Zin ha recogido a lo largo del mundo y durante los últimos dos años el testimonio de mujeres que, con su labor, su trabajo y su esfuerzo, intentan hacer frente a desigualdades y cambiar el mundo en el que viven.Cada capítulo de esta serie se centra en la labor realizada por una mujer, en países como el Congo, Afganistán, India o Kenia.
«No violan por placer sexual. La violación es una cuestión de poder y control. El violador se quiere sentir superior, que te controla. Cuando te viola, siente que tiene el poder». Así comienza el vídeo centrado en la labor de Margaret Mbatia, una keniata responsable de I’m Worth Defending, una ONG dedicada a enseñar a las mujeres del barrio de chabolas de Korogocho, Nairobi, defensa personal para hacer frente a las agresiones sexuales.
El proceso de instrucción no solo enseña a las mujeres repeler el ataque, si no bien al contrario, intentar evitarlo en primer lugar con la palabra, controlar la situación, y si no, zafarse con las técnicas de defensa. Más allá de las llaves y golpes, el mensaje de Mbatia, y es que la sociedad se involucre en la prevención y denuncia de las agresiones, y hombres y mujeres denuncie al agresor y no protejan.
Capítulos de la serie Mujeres que cambian el mundo :
– Primer capítulo: Gloria Company, Afganistán.
– Segundo capítulo: Alison Saracena, India.
– Tercer capítulo: Valerie Browing, Etiopía.
– Cuarto capítulo: Agnes Peregio, Kenia .
– Quinto capítulo: Margarita Barrientos, Argentina .
– Sexto capítulo: Honorine Bunyole, Congo.
– Séptimo capítulo: Margaret Mbatia, Kenia.
La serie ‘Mujeres que cambian el mundo’ es un proyecto apoyado por Mundo Cooperante.
“Violencia en el entorno familiar”. Con este eufemismo se refirió este lunes la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, al asesinato de una mujer en Roquetas de Mar (Almería) a manos de su pareja (un varón).
Hace ya más de 60 años que el gran Miguel Mihura escribió la comedia El caso de la mujer asesinadita. Mihura se podía permitir el sarcasmo porque tras él escondía la crítica social más feroz. Pero usted, ministra, no se puede consentir a sí misma errar con el uso de las palabras, porque puede parecer que intenta maquillar una realidad que solo en los últimos doce meses ha costado la vida a 59 mujeres. Llamemos a las cosas por su nombre o terminaremos cayendo en el ridículo más teatral -como el título de la obra de Mihura-, solo que en el siglo XXI y con la memoria de las víctimas de esta lacra recordándonos que la sacarina, para el café.
Aquí tiene siete razones y un recordatorio para entender por qué esa “violencia en el entorno familiar” se llama en realidad “violencia de género”:
Recordatorio
El término “violencia de género” está recogido en el propio enunciado de la Ley que regula las medidas para atajar este tipo de violencia: Ley Orgánica 1/2004 de Protección Integral contra la Violencia de Género.
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El uso de la tortura en todo el mundo no ha disminuido, pero las técnicas empleadas se han vuelto más complejas y sofisticadas, según una nueva investigación de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido).
El estudio sugiere que estas nuevas formas de tortura, que incluyen varios tipos de violación, el bestialismo y ser testigos de actos violentos, son experimentados por personas que buscan asilo en el Reino Unido.
En muchos casos, las técnicas no causan ningún efecto visible, pero son responsables de una serie de graves problemas de salud mental. Los investigadores dicen que sus resultados son de vital importancia para la comprensión de lo que muchos solicitantes de asilo han sufrido y para garantizar que los tratamientos médicos adecuados están disponibles.
La mayoría de los países firmaron hace casi treinta años una convención de la ONU que prohíbe toda forma de tortura, pero la nueva investigación se une a un cuerpo de evidencias que muestran que el uso de la tortura no sólo persiste sino que también está muy difundida.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Nasir Warfa, basan su estudio en los solicitantes de asilo que se encontraban detenidos en el Centro de Inmigración Oakington en Cambridgeshire. Llevaron a cabo una auditoría de los informes de tortura durante un período de seis meses. Los resultados mostraron que el 17 por ciento de las personas en el Centro informó que habían sido torturados en sus países de origen.
Algunos casos reportados de los métodos de tortura física como golpes con objetos contundentes, alambre de púas, o un incendio. Entre otros varios tipos de tortura física: puñaladas, cubreircon agua azucarada y a continuación ser expuestos a insectos, la extracción de las uñas los dedos de los pies y objetos extraños colocados debajo de las uñas. Otros experimentaron la tortura sexual como violación, bestialismo forzado, mutilación genital y aborto forzado. Otros fueron sofocados o sumergidos en agua, o forzados a presenciar la violación, violencia o asesinatos.
La mayoría de los que reportaron incidentes de este tipo estaban huyendo de los países africanos . Otros habían llegado de Asia, Oriente Medio y Europa.
«La tortura denunciados por estas personas es horrible», dijo Kate Izycki, enfermera principal que se especializa en Psiquiatría Transcultural. «Esto pone de relieve que el uso de la tortura continúa y que los autores han encontrado métodos más elaborados, algunos de los cuales a menudo no dejan marcas físicas.»
Investigaciones previas del Dr. Warfa ha demostrado que las víctimas de la tortura son muy propensos a sufrir graves problemas de salud mental como el trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad y tendencias suicidas.
Y añade: «Encontrarse en un país extranjero donde se debe negociar un sistema de asilo difícil, donde no se puede trabajar y donde no se puede ser capaz de hablar el idioma, sería difícil para cualquier persona. A continuación, añadir los problemas de salud mental causados ??por la tortura y la posibilidad siempre presente de la deportación «.
«Este nuevo estudio muestra claramente que necesitamos identificar y abordar las necesidades de salud de las personas que han huido al Reino Unido después de la tortura en sus países de origen. »
Fuente: PHYSORG.COM
Recientemente ha aparecido en diversos mediosde comunicación en español, y otros muchos en inglés, que dice que casi una de cada cinco mujeres estadounidenses ha sido violada alguna vez a lo largo de su vida. Está en Elpais.com y en [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE], en Rtve.es, entre otras muchas.
La noticia muestra que el origen era un lugar serio: el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), una institución que forma parte del gobierno de Estados Unidos y que tiene muchos recursos, gente formada, que trabaja con criterios científicos, y una amplia trayectoria de investigación sobre la detección y el control de enfermedades.
Lo siguiente que había que comprobar era si «ser víctima de una violación» o «ser violada» habría sido definido de una manera poco habitual. La traducción al español la da el propio CDC:
Casi 1 de cada 5 mujeres (el 18.3%) y 1 de cada 71 hombres (el 1.4%) en los Estados Unidos han sido violados en algún momento de su vida, en casos de penetración completa por la fuerza, intento de penetración por la fuerza y penetración completa inducida por alcohol o drogas.
Se está metiendo en el mismo término de violación tanto la penetración forzada (es decir, con violencia o intimidación) cometida por un extraño, como la penetración inducida por el alcohol y realizada por la pareja íntima. Tal vez legalmente todo sea lo mismo. Pero estoy seguro de que el lector que lee la noticia está pensando más en el primer tipo de casos, o al menos en casos de violencia o intimidación, y consumados.
Ampliar en: Malaprensa
Monasterio del Puig, segunda mitad del siglo XVIII. El padre Rissón, maestro de novicios, es denunciado ante la Inquisición por un joven fraile. ¿Herejía? ¿Desviación religiosa? Nada de eso. Se trata de algo más terrenal…
El tal padre Rissón «es sodomita público e incorregible —acusa el delator—. Pruébalo que el dicho estuvo amancebado con un religioso llamado fray de Valera; éste era corista, y el tal, maestro de novicios, y eran pocos los días que con el tal Valera no tuviese acto carnal por la parte posterior […] Muchas noches, después de tocar el silencio, iba el fray Valera a la celda del tal maestro de novicios, y yo […] atendía y oí dos noches (que es lo que bastaba para salir de dudas) grandes risadas y que le decía el Valera: “Despacio, padre maestro, que me rompe el orificio”».
Después del hereje y el judío, el personaje más odiado por la Inquisición fue el «sodomita». El tribunal de Valencia procesó a 3.661 por este «delito»: entre cincuenta y sesenta fueron quemados en la hoguera, doce de ellos en un brutal auto de fe de 1625; y más de 700 homosexuales fueron enviados a galeras por el Santo Oficio.
La persecución de todas las transgresiones de la moral sexual católica es una de las caras menos conocidas de la Inquisición y sobre la que arroja luz el libro En nom de Déu. La Inquisició i les seues víctimes al País Valencià (Edicions del Bullent), del historiador Albert Toldrà. Porque el Santo Oficio no sólo acosaba a los homosexuales. Por zoofilia («pecado» en el que incurrían moriscos, pastores, enfermos mentales y hombres frustrados) el tribunal de Valencia procesó a 845 personas: quemó a trece y envió a galeras a varios centenares.
La Inquisición también perseguía a los solicitadores, los sacerdotes que aprovechaban la confesión para seducir a beatas y monjas. En los confesionarios, detalla Toldrà, «había toda clase de relaciones: desde violaciones brutales hasta auténticas historias de amor». Exhibicionismo, besos, caricias, masturbación, coito… Y la Inquisición actuaba, como en el proceso contra fray Roc Moltó, un cura de Alcoi de 45 años que solicitó en confesión a Sor Felipa d’Alcàntera, organista y monja del convento franciscano de la Puritat de Valencia, como declaró la religiosa en el interrogatorio del 8 de noviembre de 1704: «Fray Roque Moltó […] antes de empezar la confesión […] le dijo que entonces se estaba tocando sus partes y se deleitaba pensando en ésta, y añadía: “¡Ay!” y “¡qué gusto!”, y otras palabras expresivas del deleite que experimentaba […] que deseaba verla en otra parte más libre, para lograr mejor su gusto, pero turbada ésta con propuesta tan inesperada y escandalizada juntamente, viendo que estaba como loco y fuera de sí, sin dar lugar a más conversación se salió de su confesionario y no volvió más a él». El impulsivo franciscano estuvo seis meses en prisión y le prohibieron volver a confesar.
Artículo completo en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
La diferencia entre víctima falsa o real viene puesta de manifiesto por la propia consideración de víctima; es decir, la víctima real es un sujeto que ha sido victimizado, mientras que la víctima falsa es la que creemos en principio que ha sido victimizada, pero que a posteriori se demuestra su falsa victimización.
Artículo completo en: La verdad de Carris
Autor: Antonio Carreras Espallardo.
El pasado día cuatro de diciembre, su marido, Rafiqul Islam, emigrante en Dubái, la llevó a una habitación, la tapó los ojos con un pañuelo y le cortó los dedos con un machete por no dejar sus estudios.
Después de tres horas y tras mucho insistir a la familia de su marido, la víctima fue trasladada a un hospital cercano, donde, debido al tiempo transcurrido, no pudieron unir los dedos a la mano.
Tras el arresto de su marido, Jui se encuentra en la casa de sus padres y quiere seguir con los estudios.”Haré todo lo posible por continuar. Quiero llegar a ser abogada”, concluyó.
Fuente: Minuto Digital
La gente de fe a menudo afirma que los crímenes de Hitler, Stalin, Mao y Pol Pot fueron el producto inevitable del ateísmo. El problema con el fascismo y el comunismo, sin embargo, no es que son muy críticos con la religión, el problema es que se parecen demasiado a las religiones. Tales regímenes son dogmáticos hasta la médula y generalmente dan lugar a cultos a la personalidad que son indistinguibles de los cultos de adoración al héroe religioso. Auschwitz, el Gulag y los campos de matanza no fueron ejemplos de lo que sucede cuando los seres humanos rechazan el dogma religioso, sino que son ejemplos de ejecutar dogma político, racial y nacionalista fuera de control. No hay ninguna sociedad en la historia de la humanidad que jamás haya sufrido porque su gente se volviera demasiado razonable.
Sam Harris
El objetivo es viajar a zonas de conflictos pasados y actuales en todo el mundo para fotografiar a las personas de bandos opuestos en los conflictos violentos y registrar las historias de cómo se mueve el ciclo de violencia en un lugar en paz. Hay muchos aspectos, muchos de los conflictos, la violencia y la paz. La grabación de tantos de ellos como sea posible es importante para conseguir una comprensión fundamental de este problema humano básico.
El objetivo es reunir a personas de bandos opuestos de conflictos y hacer una fotografía juntos. Al final del proyecto las fotografías y sus historias serán expuestas en las Naciones Unidas en Nueva York (EE.UU.) y luego en las principales capitales de todo el mundo. Además, se publicará un libro con las fotografías y las historias, para acompañara a la exposición.
Un niño que ha vivido en un ambiente de violencia familiar no se desarrollará adecuadamente. Sabemos que ellos presentan problemas psicológicos, falta de atención en la escuela, exceso de ansiedad, comportamientos agresivos, etc. Sin embargo, hasta ahora no se han hecho estudios funcionales de resonancia magnética nuclear en estos niños para determinar el efecto que podría tener el maltrato sobre su desarrollo cerebral.
En un estudio publicado en Current Biology, investigadores ingleses liderados por el psicólogo Eamon McCrory del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) han revelado que hay un incremento de la actividad cerebral en la amígdala y la región anterior de la corteza insular en respuesta a un estímulo de violencia.
El experimento consistió en mostrar a los niños tres rostros diferentes: uno molesto, uno triste y uno neutral. En comparación al grupo control, los niños con antecedentes de violencia familiar mostraron una gran activación de la amígdala derecha y las dos regiones anteriores de la corteza insular en respuesta a los rostros molestos pero no ante los rostros tristes. Además, lo más interesante fue que esta respuesta era proporcional al grado de violencia vivido por el niño.
Referencia:
Eamon J. McCrory, Stéphane A. De Brito, Catherine L. Sebastian, Andrea Mechelli, Geoffrey Bird, Phillip A. Kelly, & Essi Viding (2011). Heightened neural reactivity to threat in child victims of family violence Current Biology DOI: 10.1016/j.cub.2011.10.015
Uno de los museos más tétricos del mundo se encuentran en Ámsterdam, es el Museo de la Tortura, donde se exponen los objetos más dantescos y crueles que se puedan imaginar.
En el blog «VIAJEROS BLOG» se muestran herramientas fabricadas con el único objetivo de causar dolor y sufrimientoa los ladrones o violadores, pero en especial a los acusados de brujería o herejía.
La siguiente imagen es una muestra de los salvajes métodos de tortura.