Uno de los más leídos divulgadores de ciencia de finales del siglo XX y la primera década del siglo XXI fue el paleóntólogo Stephen Jay Gould. Con libros como «El pulgar del Panda», «Dientes de gallina y dedos de caballo» o «La vida maravillosa» llevó información sobre la paleontológía y la evolución a miles de personas.
El 10 de septiembre es el aniversario de este científico que valientemente defendió la razón frente a los ataques del creacionismo.
Fuente: blog Sin Dioses
Existen varios casos en los que parece que el animal es consciente de que su comportamiento acabará con su vida y, aun así, sigue adelante con él. Veamos algunos ejemplos:
Y estos son solo algunos de los ejemplos más generales y conocidos, pero hay multitud de casos puntuales en los que grandes grupos acaban con su vida sin un motivo lógico y que aun mantienen desconcertados a los científicos, de vacas que saltan al vacío, o perros que se lanzan al río y mueren ahogados, ballenas que buscan rocas en las que escalabrarse, etc, etc, que vete tú a saber si es verdad o no.
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Los de Greenpeace no tienen vergüenza en mentir a la gente con el tema de Fukushima. En primer lugar utilizan un gráfico [http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/fukushima-est-todo-controlado-o-no/blog/46319/] sin referencias donde hablan de un gasto de limpieza de 58000 millones de dólares sin por supuesto citar la fuente. Reuters publicó un artículo hace poco donde se habla de un presupuesto de 15000 millones (ver enlace).
Paradójicamente, ese coste tan elevado es debido a la obsesión del gobierno japonés por llevar la radiactividad has el nivel de 1 mSv anual, una dosis que es 1/6 de la recibida por un norteamericano medio debido a todas las fuentes de radiación. 100 mSv en cinco años es la dosis legal para los trabajadores nucleares japoneses (una dosis segura). Esa obsesión por igualar seguridad a radiación cero ha sido precisamente inducida por propaganda que que ha obviado toda la bibliografía publicada sobre los efectos de la radiación sobre la salud [http://naukas.com/2012/07/18/radiacion-mitos-y-realidades/] por grupos entre los que se encuentra Greenpeace.
Finalmente, tratan de manipular a las gente utilizando la misma lógica de los antivacunas: como la compañía TEPCO ha realizado una gestión de la crisis muy discutible se concluye que la energía nuclear es muy peligrosa. Cito el absudo non-sequitur
Ya es hora que el gobierno japonés se haga cargo de la gestión de esta situación y que los directivos de TEPCO sean obligados a rendir cuentas. Esta situación es prueba de lo que Greenpeace viene diciendo hace mucho tiempo: la energía nuclear es muy peligrosa e innecesaria y es imposible que la industria nuclear haga una buena gestión de una accidente como este.
Fuente: Pedro J. Hdez
Foto: IAEA Imagebank via photopin cc
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En la popular serie televisiva Breaking Bad, el profesor de Química protagonista y su alumnos que nunca aprobó la asignatura se deshacen de varios cadáveres disolviéndolos en ácido fluorhídrico (HF). ¿Es eso posible? Más bien no. Lo demostró recientemente el programa MythBuster de Discovery Channel, pero era de suponer, porque es sabido que en la práctica los cadáveres se disuelven con bases (concretamente, mediante una hidrólisis alcalina mediante hidróxido sódico).
La primera vez que se realiza la “operación” en la serie la supuesta disolución no se completa porque el ácido ataca el contenedor en el que se encuentra el cadáver, que es una bañera. Eso hace que los productos de la reacción sean masas informes de órganos medio corroídos, sangre y porquerías variadas. Pero las veces siguientes, usando contenedores de plásticos, consiguen convertir los cuerpos en líquidos rojizos.
Los productores de MythBuster, con ayuda de químicos de la Universidad de Berkeley, probaron en el laboratorio con sendos trozos de madera, acero, yeso, una baldosa de linóleo y un poco de carne de cerdo. El yeso quedó convertido en una especie de papilla y la carne se ablandó un poco; los demás materiales no se vieron demasiado afectados.
Propiedades del ácido fluorhídrico
En realidad, el fluorhídrico no es un ácido fuerte. De hecho, es el más débil de los ácidos hidrácidos de los halógenos (fórmula general HX, siendo X un halógeno). Al decir que no es fuerte queremos indicar que en su disociación
HF + H2O ? H3O+ + F?
produce pocos iones H3O+. Sin embargo, sí es un ácido que ataca a determinados materiales con mucha facilidad, pero su capacidad de corrosión se debe más al flúor que posee que a la de los iones H3O+.
Artículo completo en: triple enlace química
A la vuelta del verano, más. Permanezcan atentos a sus pantallas y recuerden que, si quieren estar al día de nuevas convocatorias, lo mejor es que se suscriban a la lista de correo de avisos.
Al día, en una playa pequeña como La Concha, en San Sebastián, se producen un máximo más de 3000 litros de orina (no lo neguemos, mucha gente se “relaja” en el agua, a pesar de que [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]). En La Concha caben 10800 personas, y evacuarán, si pasan un tercio del día allí, una media de 1 litro de orina por persona. Extrapolad las cifras a todas las playas de España.
La media de protector solar que se emplea es de 40 ml por persona, y una parte también acaba en el mar. Acabe o no allí, en la playa nos llegaría el aroma de más de 400000 ml de protector solar y bronceador.
Un español genera 1,5 kg de basura al día. Si pasa un tercio del día en la playa, podría llegar a generar hasta 0,5 kg de basura diario. Es decir, un total, solo en La Concha, de 5400 kg. En la playa de Fuengirola se pierden unos 2000 objetos en verano. Tened cuidado donde pisáis. En 2009 hasta se encontró una pierna ortopédica.
La arena de la playa puede ser más o menos interesante, pero hay arenas más interesantes que otras. En la playa de Papakolea, en Hawai, por ejemplo, las arenas son de color verde por los cristales de olivino depositados durante una erupción volcánica hace 10000 años.
Y si finalmente os apetece ir a la playa sin salir de casa, quizá os sirva este aroma a playa embotellado creado por un grupo de científicos de la Universidad de East Anglia (Norwich, Reino Unido). Para ello aislaron un microbio del fondo fangoso de las costas del norte de Norfolk, en concreto Stiffkey saltmarsh, seleccionando el único gen responsable del olor a mar que hueles cuando te acercas a una playa, el Sulfuro de Dimetilo (DMS).
En todos los océanos del mundo, mares y costas, 10 millones de toneladas de DMS son generados por los microbios que viven cercan del plancton y las plantas marinas.
Fuente: Xatakaciencia
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Imagen: alberto rincon garcia via photopin cc
El diseño inteligente no es más que un refrito del creacionismo, es decir, de la idea de que el universo ha sido creado o diseñado por Dios. Sus defensores pretenden hacerlo pasar como ciencia pero, cuando uno examina sus argumentos, ve que no se sostienen y que, en realidad, no es más que dogma religioso disfrazado de ciencia. La situación no deja de ser paradógica, la religión en general, o al menos las tres religiones mayoritarias proclaman que hay que tener fe, y la fe consiste en aceptar algo como verdadero en ausencia de pruebas o incluso en contra de las pruebas. Por lo tanto, no deja de ser llamativo que algunos necesiten pruebas científicas de la obra de su Dios, algo no debe ser tan robusto en su fe.
Como dice el dicho popular, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Cualquiera que se haya acercado a un lugar como Atapuerca habrá visto los restos de antepasados nuestros o de otras especies de homínidos que existieron hace tiempo. Y es que si damos un vistazo al árbol de la evolución humana, encontramos muchas otras especies de homínidos, cada uno de ellos dotados de inteligencia, pero esta viene en distintos grados. La inteligencia de algunas de estas especies era más sofisticada que la de otras, la nuestra simplemente es un grado más de sofisticación respecto a nuestros antepasados más cercanos. La inteligencia no es un todo o nada, un blanco o negro, sino que a lo largo de todo el reino animal se da en distintos grados, no es lo mismo la inteligencia que puede mostrar un mosquito a la que puede mostrar un perro o un chimpancé, esta sencilla comparación sirve para darnos cuenta de que la inteligencia es algo gradual entre los organismos de la Tierra, desde la inteligencia prácticamente nula hasta la compleja inteligencia de los Homo Sapiens. Si la evolución ha sido capaz de crear todo ese gradiente de inteligencia a lo largo de la historia de la vida, no se ve razón para pensar que en el último momento fue incapaz de incrementar la complejidad algo más. La diferencia entre nuestros antepasado más recientes y nosotros es de grado, no de esencia. Si la evolución pudo crear la inteligencia y aumentar su complejidad paso a paso, no hay forma de ver porque iba a ser capaz de dar otro paso más.
Somos hijos de la evolución por selección natural, nuestros orígenes son humildes. Ser conscientes de donde venimos nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos. Comúnmente se dice que venimos del mono, si así es, no hay nada de que avergonzarse. Ahora que sabemos la verdad de nuestra historia, lo importante no es negarla, sino ver de lo que somos capaces de alcanzar.
Fuente: Homínidos
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Por supuesto que no es más grande. Es la típica frase sin ninguna base que a fuerza de ser repetida una y otra vez acaba por constituirse en una superstición.
El cerebro humano tiene una masa aproximada de 1,5 kg, y un volumen medio de unos 1.130 centímetros cúbicos en mujeres y 1.260 en hombres, con variaciones importantes eso sí. No se ha encontrado una relación clara entre las diferencias de tamaño y las capacidades de cada persona, porque a pesar de los distintos tamaños el número de neuronas o materia gris viene a ser similar. No olvidemos que el tejido nervioso está formado por las neuronas y las células de la glía; por tanto las diferencias de tamaño estarían más bien en la glía que en las neuronas.
Sin embargo, existen algunas pruebas que apuntan a ciertas diferencias entre el cerebro de los mentirosos y el de las personas digamos que normales; no en su tamaño pero sí en la parte de materia gris y de materia blanca. Como la materia gris está formada por los cuerpos de las neuronas, mientras que la blanca son, sobre todo, los axones, podemos concluir que los mentirosos tienen un cerebro más interconectado; la analogía viene a ser que los mentirosos tienen un cerebro con más interconexiones, o sea más complejo. Por contra, tienen menos materia gris, o sea que su capacidad para almacenar datos (el disco duro, como si dijéramos) es menor. Puedes ver más información en este [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] y en este otro.
En resumen, que el cerebro de los mentirosos no será más grande, pero sí que es distinto..
Fuente: Hablando de Ciencia
Dos físicos sostienen, en el último número de la revista PLOS One, que el manuscrito Voynich, que data del siglo XV, contiene un mensaje real y no es un cúmulo de signos sin sentido, cmo se creía hasta ahora. Después de someter el texto a análisis estadístico, Marcelo Montemurro y Damián Zanette concluyen que “presenta una organización compleja en la distribución de las palabras que es compatible con aquéllas existentes en lenguajes reales” y aseguran haber encontrado redes semánticas. “Estos resultados, junto con algunos rasgos estadísticos previamente conocidos del manuscrito Voynich, apoyan la presencia de un mensaje genuino en el libro”, sentencian.
Sin embargo, el lingüista y psicólogoGordon Rugg, experto en el texto y que en 2003 concluyó que no es nada más que un fraude, ha salido al paso inmediatamente, en la web de la revista y en su blog, diciendo que “hay algunos malentendidos desafortunados en este trabajo que afectan a sus conclusiones”. Destaca que “el hecho de que el texto del manuscrito Voynich no sea aleatorio es algo conocido desde hace tiempo” y que es “completamente erróneo” pensar que eso invalida la hipótesis del fraude, ya que las peculiaridades estadísticas descubiertas por los dos físicos serían un efecto no intencionado de cómo se perpetró el engaño.
Artíulo completo en: Magonia
Supongamos que ha sido un error humano. Supongamos que en realidad han sido cuatro errores humanos consecutivos e independientes, uno detrás de otro y por parte de personas sin relación entre sí: cuatro registradores de la propiedad distintos que tramitaron esas 13 falsas ventas del enredo de la infanta y que enviaron el DNI de Cristina de Borbón a la base de datos de Hacienda por error. De entre unos 46 millones de DNIs españoles, los cuatro se confundieron y escribieron precisamente el de la mujer de Iñaki Urdangarín. ¿Qué posibilidades habría en el universo de que ocurriese una casualidad así? La probabilidad de que se equivoquen los cuatro registradores y escriban por error, al azar, el DNI de la infanta es del orden de uno entre un 10 seguido de 30 ceros. Es decir: una entre 10.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000. O lo que es lo mismo, una entre diez quintillones. Una posibilidad entre diez billones de trillones.
Más números grandes y probabilidades pequeñas. Si en lugar de cuatro, se hubieran equivocado diez eligiendo precisamente el DNI de la infanta –entre registradores y notarios–, tal coincidencia sería matemáticamente tan probable como la de elegir por azar precisamente un átomo en concreto entre todos los del universo (una cifra con 79 ceros).
Para ser justos con la infanta y con la torpeza de los registradores imaginemos que el número posible de DNIs parecidos al de su alteza fuera sólo de 100; no mucha gente tiene un carné de identidad VIP de solo dos dígitos. Incluso así, la probabilidad de que los cuatro registradores se hubiesen equivocado y escribiesen por azaroso error el número de la infanta sería de una entre 100 millones. O lo que es lo mismo, aproximadamente una entre dos veces el «bárcenas», ese gran número recién descubierto en Suiza y que equivale a unos 47 millones.
Por comparar, la probabilidad de que te caiga un meteorito en la cabeza es solo una entre 174 millones. Si yo fuese esa anomalía estadística llamada Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, me pondría casco.
Y si yo fuera Cristóbal Montoro buscaría una excusa mejor. Una que no insulte la inteligencia de cualquier contribuyente español.
Fuente: elDiario.es
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Anexo: en magnetotrouble publican una corrección al contenido anterior, denominada P-valores, infantas y tests de hipótesis
En los próximos días, serán revelados los resultados del análisis del genoma de [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]. Los investigadores ya han adelantado que sus padres eran familiares con un grado de consanguinidad del 12 %. Creen que sólo existen tres posibilidades: que fuera un abuelo con su nieta, un tío con su sobrina o dos medio hermanos.
El incesto es un tabú humano que la antropología ha tratado de dar explicación desde hace décadas. Uno de los argumentos utilizados tradicionalmente ha sido el cultural, es decir, aprendemos a no desear a los familiares porque el sistema moral de la sociedad a la que pertenecemos así lo prohíbe.
Según este punto de vista, la interiorización de la norma se produce por medio de un aprendizaje y socialización en los primeros años de vida. De no existir dicha educación, el apareamiento con familiares sería algo común. Esta visión daría explicación a algunas anomalías y perversiones que están en mente de todos. Gracias a la observación de la conducta animal sabemos que este enfoque no es justo con la realidad.
En otras especies de animales también se produce el mismo fenómeno de evitación. Losprimates, por ejemplo, tampoco practican el incesto. Los familiares de primer orden (hermanos y padres) casi nunca se aparean entre sí. Esta constatación obliga a pensar en un origen biológico de dicha negación, muy anterior a las prácticas culturales de los primeros hombres.
El cruce con seres cercanos (inbreeding), tanto en plantas como en animales, reduce las posibilidades de supervivencia de los organismos porque desciende su fecundidad y la de su descendencia. Esto es porque se alcanzan mayores niveles de homocigotismo y consaguinidad. Se produce una pobreza genética en la descendencia que puede traer complicaciones en forma de enfermedades congénitas.
Descenso de deseo sexual en el matrimonio
Por lo tanto, la selección natural favoreció a los individuos que desarrollaron la evitación del incesto.
El patrón de dispersión geográfica basada en el sexo, que aleja a todos los familiares del sexo opuesto, es una estrategia muy eficaz para evitar que individuos emparentados se apareen. En humanos, la obligación de abandonar y buscar matrimonio fuera del grupo también ha podido cumplir la misma función en origen, aunque como desarrolló Levi-Strauss en su Teoría del Intercambio Generalizado, también se trata de un método para establecer alianzas con otros linajes.
El segundo mecanismo consiste en desarrollar rechazo y anular el deseo sexual hacia aquellos con quienes convivimos. Esto es frecuente entre las personas. Incluso algún científico ha sugerido que este es el origen del descenso del deseo sexual en los matrimonios de larga duración.
Ampliar en: herenciageneticayenfermedad
Esta semana, el mundo científico estaba alborotado con «La mente de un Estafador«, una historia del New York Times Sunday Magazine sobre un conocido psicólogo europeo que había cometido fraude en al menos 55 de sus trabajos, así como en 10 disertaciones de doctorado escritas por los estudiantes. Igual de preocupante fue el hallazgo de que el fraude había pasado desapercibido durante tanto tiempo debido. «Una cultura general de manejo descuidado, selectiva y no crítica de la investigación y los datos». La historia también muestra otros casos y tendencias muy publicitados recientemente: un conocido investigador surcoreano de células madre, un destacado botánico evolutivo de Harvard, numerosos casos de mala conducta y retratacciones descubiertos por la Office of Research Integrity y un blog llamado Retraction Watch..
Esa historia coincide perfectamente con el hecho cerebral de este mes, «Sound the Alarm: Fraud in Neuroscience» de Stephen G. Lisberger,, Ph.D., presidente del Departamento de Neurobiología de Duke y editor en jefe de Neuroscience. La historia de Lisberger aborda el problema de la mala conducta científica específicamente en neurociencia, de alguien en primera línea, tanto en el mundo académico y editorial.
¿Qué tan común es el fraude? Un reciente estudio en las Actas de The Proceedings of the National Academy of Sciences analizó más de 2000 documentos retractados y el cálculo da un aumento de diez veces en retratacciones en la última década en Nature, una prestigiosa revista científica. En neurociencia, Lisberger analiza lo que hasta ahora ha sido detectado, la naturaleza, y los incentivos para el fraude, y sugiere reformas «esto es sólo la punta del iceberg del fraude» . «Revistas e instituciones están interesados por igual», escribe Lisberger . «Ambos tendrán que pagar si el fraude continúa, y ambos deben jugar un papel activo en la detección y eliminar de este modo los incentivos para el fraude. Como científicos, debemos reducir nuestra admiración hacia las publicaciones de «alto perfil» y evaluar el trabajo de los científicos, promociones y subvenciones sobre la base de lo que han hecho en lugar de lo se ha publicado de su investigación».
Se recomienda que se vigile la mala conducta con más frecuencia y con mayor profundidad, es decir, en las reuniones de laboratorio, encuentros académicos, cursos de ética, y reuniones nacionales. «Al poner el fraude a la luz y el desarrollo de una fuerte estructura para su detección, podremos reducir de manera espectacular, aunque nunca seremos capaces de eliminarlo por completo», escribe. Pero también nos recuerda que tan malo es como la noticia ha sido en los últimos tiempos, es importante recordar que «la mayoría de los científicos llevan a cabo sus investigaciones irreprochablemente.» Y se advierte que hay que tener cuidado de no suponer que el fraude se ha producido «porque sí ha habido una acusación.
Autor: Bill Glovin
Fuente: DANA FOUNDATION BLOG
Se trata de un avance que puede hacer a los policías sonreir de oreja a oreja: investigadores han identificado cinco genes que ayudan a controlar el ancho de la cara humana. A pesar de que cientos de genes implicados en la forma de la cara aún no se han identificado, los resultados representan un primer paso hacia la reconstrucción facial con el ADN.
Los laboratorios de criminalística ven un futuro brillante para la genómica forense, que ya está avanzando hacia la predicción de cabello y color de ojos con base en la información genética. Pero el objetivo final es reconstruir el rostro completo de un criminal a partir de su ADN, que puede ser encontrado en la escena del crimen.
Pero la cara es una estructura muy compleja, que requiere mucho aporte genético. Hace ocho años, Manfred Kayser, genetista de la Erasmus MC en Rotterdam, Países Bajos, se preguntó si no sería ni siquiera posible desentrañar las versiones de un gen que daría lugar a una nariz ancha y una frente ancha. Si lo fuera, él razonó, entonces, finalmente, un programa de computadora podría construir un compuesto de la cara de un autor sobre la base de ADN, tanto como un dibujante de hoy combina los recuerdos de testigos para ayudar a una investigación. «Si usted puede conseguir en la forma de la nariz, los ojos, los labios, pueden ser de mucho valor», dice Bruce Budowle, genetista de la Universidad North Texas Health Science Cente en Fort Worth, que no participó en el trabajo.
Antes de Kayser y sus colegas pudieran comenzar a identificar los genes, tenían que romper la cara en características discretas medibles que puedan ser evaluadas en cada individuo. En cuanto a las imágenes de resonancia magnética, se escogieron nueve puntos de referencia en la cara. Las distancias entre diferentes pares de puntos de referencia en una cara dada eran rasgos para el equipo para evaluar, por ejemplo, la separación entre los ojos o la distancia desde la punta de la nariz a su base.
Como parte de International Visible Trait Genetics Consortium, él y sus colegas examinaron el ADN de cinco grupos de personas para ver si las variantes específicas de un gen se asocian con cada rasgo. Cada grupo contiene entre 545 y 2470 personas. Otros tres grupos de personas fueron posteriormente evaluados, como una manera de probar de forma independiente las correlaciones genéticas derivadas de los primeros cinco grupos.
Cinco genes surgieron como importantes para los rasgos faciales, Kayser y sus colegas lo publican en PLoS Genetics. Los genes influenciando rasgos tales como la anchura de la cara, la distancia entre los ojos, y en qué medida la nariz sobresale. Un gen, denominado PAX3, ya había sido relacionado con la forma de la cara de los niños. Otros investigadores habían vinculado previamente dos de los otros genes, uno en el cromosoma 2 y otro en el cromosoma 3, con los problemas faciales como labio leporino o mandíbulas deformes. Los dos genes finales fueron nuevamente conectados con el desarrollo facial, señala.
En el lado negativo, el trabajo confirma lo que muchos habían sospechado. «No hay variantes comunes con grandes efectos», dice Lavinia Paternoster, genetista de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, que planea trabajar con Kayser en el futuro en la búsqueda de más genes . «Es probable que existan muchos cientos o miles de estas variantes,» que tienen cada una una pequeña influencia sobre la cara, se dice.
Que muchos más genes estén involucrados, aportando cada uno un poco más hacia la construcción de la cara, significa que «esto es sólo el primer paso en un largo camino», dice Budowle. El equipo de Kayser planea detectar otros genes, aumentando el número de puntos de referencia que evaluar y adquirir imágenes de resonancia magnética de más personas. La búsqueda de genes con efectos pequeños requiere que se estudie un montón de gente, y eso podría ser difícil de hacer, ya que no hay muchos estudios en los que se recogiera el ADN y se realizaran resonancias magnéticas.
Budowle es optimista de que dentro de dos a cinco años, alguna forma de reconstrucción facial con el ADN será posible. Pero eso ciertamente no es posible ahora, Paternoster dice: «La variabilidad en este estudio sólo explica una muy pequeña proporción de la variabilidad en la forma de la cara, y así no se puede utilizar para predecir la forma de la cara.»
Fuente: Science AAAS
Uno de los más intrigantes y quizás más complejos problemas a los que se enfrenta actualmente la investigación científica es el de intentar comprender el comportamiento humano, tanto en su variante individual o estudio de los procesos implicados en la neurobiología cerebral como en la colectiva es decir, cómo se estructuran las relaciones humanas desde la pareja o la familia hasta las complejas sociedades en las que vivimos en la actualidad. Y dentro de este campo, analizar el complicado mundo de la religión es quizás uno de los retos más interesantes, puesto que el influjo de las creencias y de la fe rige los destinos de miles de millones de personas, desbordando el plano individual e influyendo de manera totalmente abrumadora en otras facetas desde la economía, la política, la legislación, la sanidad, etc., incluso hasta en el propio desarrollo científico y tecnológico de las sociedades occidentales más avanzadas.
Dentro de la explicación “cultural” de la religión, una hipótesis hasta ahora mayoritaria ha sido que las creencias (o bien han sido en algún momento de nuestra historia o incluso todavía lo son) un factor positivo y beneficioso tanto para el individuo como para el grupo y que ello ha permitido su conservación y expansión a lo largo del espacio y del tiempo independientemente de si su origen fue accidental o inevitable. En esta visión, la religión serviría al individuo como elemento moderador del stress y la ansiedad frente a las desgracias del mundo exterior que no puede controlar o frente al miedo a la muerte. Así un estudio realizado en Indonesia mostró que la crisis económica llevó asociado un incremento en las prácticas religiosas y otro en Nueva Zelanda indicó que la religión se hizo más atractiva entre las personas que vivían en las regiones más dañadas por el terremoto del año 2011 en comparación con aquellos individuos que habitaban en zonas colindantes pero que no sufrieron daños. Todo ello indicaría que la conversión religiosa aumenta después de situaciones catastróficas y estaría en consonancia con un reciente estudio que (analizando múltiples datos estadísticos correspondientes a 114 países diferentes) concluye que un estado del bienestar fuerte hace innecesaria a la religión como elemento protector frente a las adversidades. Además la religión también podría funcionar como elemento cohesionador de los grupos humanos. Así el compartir un conjunto de rituales común entre los miembros de una tribu o nación, pero que son marcadamente diferentes de los rituales del resto de sociedades adyacentes mejoraría la cooperación entre los integrantes y aumentaría la cohesión dentro de cada grupo por oposición al resto de los grupos. Este sería el punto de vista adaptativo clásico dentro del darwinismo y que está siendo estudiado dentro de lo que se conoce como psicología evolucionista de la religión.
También dentro de este punto de vista evolucionista, otros autores han propuesto que la religión apareció no como rasgo independiente sino que sería un subproducto, que por accidente se ha fijado en nuestro comportamiento al parasitar alguna función adaptativa previa. Quizás su más conocido defensor es el famoso zoólogo británico Richard Dawkins con su hipótesis del virus de la fe. Así el resumen de esta aproximación sería que, aquellos niños que obedecen sin cuestionar las normas que les enseñan sus mayores, en lugar de los más reflexivos que meditan o cuestionan los tabúes, tienen más probabilidad de sobrevivir. Eso sería así puesto que en lugar de enfrentarse solos a las elecciones sobre riesgos mediante ensayo-error (¿es peligroso acercarse a una gacela?¿y a un león?) si no cuestionan las órdenes de sus padres o ancianos (es tabú acercarse solo al río o está prohibido salir del poblado durante la noche) se mantendrán alejados de los peligros de la naturaleza y muy probablemente tendrán más posibilidades de llegar a la edad adulta y propagar sus genes a la siguiente generación. Y así la evolución habría ido seleccionando a niños dóciles y acríticos respecto a las órdenes de sus mayores. Entonces, si un comportamiento irracional aparece (para que llueva debemos saltar a la pata coja o sacar al santo de procesión, o hay que adorar al dios sol o entregar ofrendas a nuestros amigos y protectores elfos y duendes) mientras éste no sea estrictamente perjudicial (o mientras su costo adaptativo sea menor que la ventaja generada por el proceso parasitado) en ese estadio evolutivo, tenderá a fijarse fácilmente en las siguientes generaciones aún cuando no tuviera ninguna ventaja adaptativa propia.
Artículo completo en: La ciencia y sus Demonios
La Prospect Magazine acaba de publicar los resultados de su encuesta de Pensadores Mundiales 2013 –Richard Dawkins está de primero:
1. Richard Dawkins
Cuando Richard Dawkins, el biólogo evolucionista de Oxford, acuñó el término «meme» en El gen egoísta hace 37 años, no pudo haber anticipado su actual popularidad como una palabra para describir a las modas de Internet. Pero esta es sólo una de las maneras en las que él prospera como intelectual en la era de Internet. También es prolífico en Twitter, con más de medio millón de seguidores – y su éxito en esta encuesta da testimonio de su popularidad en Internet. Él usa esta plataforma para atacar a su viejo enemigo, la religión, y para promover la ciencia y el racionalismo. Por muy inflexible que sea su mensaje, él no es reacio a burlarse de sí mismo: en marzo hizo una aparición enLos Simpson, prestando su voz a una versión demoníaca de sí mismo.
El segundo puesto fue para Ashraf Ghani, seguido por el inigualable Steven Pinker:
3. Steven Pinker
Ampliamente admirado por su trabajo sobre el lenguaje y la cognición, el último libro del profesor de Harvard Steven Pinker, The Better Angels of Our Nature, fue un barrido panorámico a través de la historia. Habiendo acumulado una enorme cantidad de evidencias, Pinker sostiene que la humanidad se ha vuelto menos violenta con el tiempo. Al igual que con los libros anteriores de Pinker, este provocó un intenso debate. Ya sea cuando escribe de psicología evolucionista, de lingüística o de historia, lo que une la obra de Pinker es una fascinación por la naturaleza humana y un entusiasmo por compartir nuevos descubrimientos en prosa elegante y accesible.
Entre el top 20, hay numerosos ateos: el impresentable antioccidental Slavoj Žižek (6°), Amartya Sen (7°),Peter Higgs (8°), Steven Weinberg (11°), Jared Diamond (12°) y Oliver Sacks (13°).
Eyy, ¿notan cierta correlación entre ateísmo e inteligencia?
Fuente: DE AVANZADA
Los estadísticos están tomando modelos de la sismología y física para predecir futuros patrones de la guerra y el terrorismo.
¿Cuál es el riesgo de una guerra en la península coreana o en el mar del sur de China ? O, para el caso, de otro ataque terrorista en suelo americano? Estas son preguntas que los diplomáticos occidentales y expertos en seguridad se preguntan en esta primavera. Y a medida que crece la especulación, los funcionarios han investigado transmisiones satelitales, informes de inteligencia y libros de historia.
En Colorado (EE.UU.), Aaron Clauset, un científico computacional, se está planteando el peligro bajo una perspectiva diferente. Clauset, que enseña en la Universidad de Colorado, Boulder, y forma parte del Instituto de Santa Fe, ha pasado la última década en la frontera de la computación y la investigación estadística. Pero no se ha centrado en áreas normalmente amadas por geeks, como la ingeniería, la física o la biología.
En cambio, Clauset y otros estadísticos, como Ryan Woodard del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich, han analizado los últimos 200 años de conflictos bélicos. Y esto ha una llevado a una conclusión, a la reflexión: si nos fijamos en el patrón global de la guerra y el terrorismo, la violencia humana se ha movido en ciclos sorprendentemente estables.
De hecho, es tan estable que Clauset ve un claro paralelismo entre los conflictos humanos y los terremotos – al menos en términos estadísticos. Él y otros investigadores ahora están pidiendo prestados los modelos desarrollados a partir de la sismología y física para predecir futuros patrones de violencia. El objetivo de esta «física terrorista» (como algunos dicen) no es predecir con exactitud dónde y cuándo puede ocurrir un ataque terrorista – que es tan duro como señalar el próximo terremoto. En cambio, estas estadísticas están funcionando con la tasa probable de ataques y guerras
La frecuencia y la gravedad de las guerras ha sido bastante constante desde hace 200 años a pesar de los grandes cambios en la geopolítica, la tecnología y la población», explica Clauset. En promedio, el mundo ve una nueva guerra internacional cada dos años y una nueva guerra civil más o menos cada 1,5 años. Y mientras que los ataques terroristas se presentan típicamente en racimos, con algunos ataques «mega» que representan un gran número de muertes, hay ritmos estadísticos claros allí también. Tanto es así que Clauset y Woodard sostienen que aparentemente eventos «poco frecuentes», como el 9/11, no son realmente tan extraordinaria, después de todo. A medida que se escribe en un artículo 2012: «Los patrones observados en la frecuencia de eventos terroristas graves sugieren que algunos aspectos de este fenómeno, y, posiblemente, de otros fenómenos sociales complejos, no son tan contingentes e impredecible como a menudo se supone.»
Me atrevería a decir que algunas personas consideran que este análisis sea ridículo u ofensivo. Después de todo, tenemos la tendencia a pensar que el siglo 21 es una época de gran flujo, cuando estamos remodelando el mundo. Sin embargo, «la física terrorista» sólo pueden predecir el futuro si usted piensa que los seres humanos están condenados siempre a comportarse de manera coherente, sin la capacidad de cambio o progreso. Eso no es una idea popular entre los gobiernos. Algunos académicos podrían cuestionar también: el psicólogo Steven Pinker , por ejemplo, sostiene que la violencia humana está disminuyendo de manera constante en el mundo de hoy, al menos si se mide en términos de la violencia per cápita, frente a las bajas militares brutas.
En cualquier caso, los diplomáticos suelen estudiar los conflictos en términos de factores sociales e históricos idiosincráticos, no con datos fríos. O como Clauset dice: «La comunidad de los estudios de los conflictos por lo general quiere mirar a los motivos de los terroristas o sus tácticas, no el patrón más grande … es como pedirle a un meteorólogo que sepreocupara por el cambio climático «.
Pero mientras que los expertos militares podrían ser ambivalente sobre el valor de la «física terrorista», la investigación ahora está causando una gran expectativa en el mundo estadístico. También está atrayendo el interés serio de las compañías de seguros y los bancos, que están dispuestos a trabajar en los riesgos de ataques terroristas. Clauset y sus compañeros esperan que la comunidad política más amplia empiece a prestar más atención también.
Si pueden persuadir a los gobiernos a reconocer que hay un ritmo estadística en la violencia, su argumento, los países podrían ser capaces de movilizar recursos en preparación. Y si los responsables políticos reconocen estos ciclos, también podrían empezar a reflexionar sobre una cuestión fundamental: ¿qué impulsa exactamente esos brotes de guerra o terrorismo? ¿Podemos culpar siempre la violencia en las personalidades idiosincrásicos (los líderes de Corea del Norte, Osama bin Laden o cualquier otra persona)? ¿O hay algo sobre la condición humana – y nuestra interacción con el medio ambiente – que nos condena al terrorismo ya la guerra con tal regularidad?
Estas son, por supuesto, las grandes cuestiones filosóficas. No espero que cualquier gobierno se apresurará a hablar de ellos públicamente pronto – no cuando los políticos están ocupados librando una «guerra contra el terror», con la suposición tácita de que es posible para los seres humanos erradicar el flagelo. Sin embargo, si no otra cosa, los números de Clauset deja el pasado reciente en la perspectiva (para los estándares históricos del ataque de Boston , por ejemplo, se ve muy pequeño). Y deben hacer pensar en el futuro. Clauset estima que la oportunidad de ver otra guerra en este siglo en la misma escala que la Segunda Guerra Mundial (con muertes de 60 millones) es de 41 por ciento. Mientras tanto, la probabilidad de un evento del tipo 11 de septiembre esta década es de entre 19 por ciento y 46 por ciento. Esto es, por supuesto, todavía irritantantemente vago; pero como predicciones, parecen demasiado grandes para pasar por alto por completo. Menos aún en un lugar como Boston, Londres – o incluso Corea.
Fuente: FT Magazine