El tan anunciado proyecto de Llei dels Drets i les Oportunitats de la Infància i l´Adolescència fue aprobado ayer por el Consell Executiu de la Generalitat con un redactado que favorece las adopciones, que refuerza las actuaciones contra los malos tratos y que, por el contrario, pasa de puntillas sobre temas polémicos como el aborto. Sobre este último punto, el Govern da marcha atrás a sus pretensiones iniciales y deja en manos de la ley estatal el tema de la decisión sobre la maternidad entre las menores de 18 años.
El pasado mes de enero la secretaria de Infància i Adolescència de la Generalitat, Imma Pérez, en su comparecencia ante la subcomisión de la Infancia del Parlament para informar sobre la elaboración de la ley, propuso otorgar el derecho a decidir abortar a partir de los 16 años, siempre y cuando se cumpliesen los tres preceptos legales existentes para ello. El anteproyecto incluía otra novedad sobre este punto que afectaba a las chicas menores de 16 años. Según Imma Pérez, en el caso de esas menores se iba a tener en cuenta su opinión y cuando su decisión discrepase de la de sus padres, que son los mentores legales, entonces se trasladaría la decisión a un juez que debía evaluar si la menor tenía capacidad para decidir.
La polémica desatada por estas propuestas se juntó con la que ha supuesto el anteproyecto de la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo aprobado por el Gobierno central el pasado 14 de mayo. Al final, la decisión adoptada desde la Conselleria de Acció Social i Ciutadania, que dirige Carme Capdevila, ha sido drástica: el derecho a decidir sobre la maternidad quedará regulado por la legislación específica, se entiende por lo tanto que por la ley estatal.
La propuesta defendida por la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, rebaja la edad para abortar sin necesidad del permiso paterno a los 16 años (en este momento son los 18). Este punto es, sin duda, el más controvertido de la ley, e incluso no es compartido por muchos socialistas, como es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Fuentes del propio Gobierno no descartan que en el trámite parlamentario, donde el PSOE necesitará negociar con otros grupos para sacar el texto adelante, se incluyan modificaciones sobre este punto que ha sido rechazado explícitamente por grupos como el PP o CiU.
Una de las novedades de la ley es la protección contra los malos tratos. Así, prioriza en casos de maltrato familiar que sea la persona maltratadora la que abandone el hogar, en vez del niño. También pretende evitar la doble victimización, es decir que los menores tengan que declarar dos veces por un caso de abuso o maltrato. Y crea la figura del procurador de la infancia y la adolescencia para garantizar que los menores tutelados sean escuchados.
En lo que respecta a la prevención, la normativa separa entre las situaciones de riesgo social y las de desamparo. Hasta ahora, para que un menor accediese a una medida de protección se le debía desamparar previamente. Ahora sólo será necesario si la medida de protección así lo requiere.
Fuente: La Vanguardia
Los chicos que tienen una variante particular del gen monoamino oxidasa A (MAO-A), a veces llamado “gen guerrero”, son más propensos no sólo a unirse a bandas sino a convertirse en los miembros más violentos y a emplear armas, según ha revelado un nuevo estudio.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Florida (FSU, en sus siglas inglesas), es el primero en confirmar una conexión específica entre el MAO-A y las bandas y armas.
Los hallazgos son aplicables sólo a los hombres. Las mujeres con la misma variante del gen MAO-A parecen resistentes a sus efectos potencialmente violentos en cuanto a la pertenencia a bandas y el uso de armas, según el estudio aparecido en la edición de junio de la revista Comprehensive Psychiatry.
Examinando los datos del DNA y la información sobre el estilo de vida de más de 2.500 participantes en el Estudio Nacional Diacrónico sobre Adolescencia, la investigación ha arrojado nueva luz acerca de la interrelación entre genética y entorno social que genera algunos de los más violentos delincuentes sociales.
“Mientras que las bandas se han considerado normalmente como un fenómeno sociológico, nuestro estudio muestra que algunas variantes de un gen MAO-A específico, conocido como “alelo de baja actividad repetido 3 veces”, desempeñan un papel significativo”, afirmó el criminólogo biosocial de la FSU Kevin M. Beaver.
“Anteriores estudios han asociado las variantes MAO-A de baja actividad con un amplio espectro de comportamientos antisociales e incluso violentos, pero nuestra investigación confirma que esas variantes pueden predecir la pertenencia a bandas”, aseveró Beaver. “Además, hemos descubierto que algunas variantes de este gen podrían distinguir a miembros de bandas que son marcadamente más propensos al empleo de la violencia y de las armas de otros miembros que no lo son tanto”.
El gen MAO-A afecta a los niveles de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, relacionados con la disposición y el comportamiento. Aquellas variantes relacionadas con la violencia son hereditarias. Algunos estudios previos han descubierto que el “gen guerrero” prevalece en aquellas culturas caracterizadas por la guerra y la agresión.
“Lo interesante del gen MAOA-A es su localización en el cromosoma X”, afirmó Beaver. “Como consecuencia, los hombres –que poseen un cromosoma X y otro Y– tienen sólo una copia de este gen, mientras que las mujeres –que poseen dos cromosomas X– tiene dos. Por lo tanto, si un hombre tiene un alelo (variante) del gen MAO-A asociado a la violencia, no dispone de otra copia que lo contrarreste, Las mujeres, por el contrario, poseen dos copias, así que incluso en el caso de tener un alelo de riesgo disponen también de otro que podría compensarlo. Es por eso que la mayor parte de los estudios sobre el gen MAO-A se han centrado en los hombres, y probablemente también la razón por la que el efecto MAO-A se ha detectado en la mayoría de los casos sólo en los hombres.
Fuente: Pueblo en línea (RPC)
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– ¿El comportamiento es heredado o adquirido?
Una investigación realizada en Reino Unido sugiere que la mayoría preferiría recibir el órgano de una «buena persona».
A pesar de que no existen evidencias científicas, uno de cada tres receptores de trasplantes cree que además del órgano reciben aspectos de la personalidad de los donantes.
Matt McGrath, de BBC Ciencia, relata que en el estudio, realizado por el neurocientífico Bruce Hood, profesor de de la Universidad de Bristol, se pidió a un grupo de 20 estudiantes británicos que imaginaran que necesitaban un trasplante de corazón.
Entonces les mostraron fotografías de desconocidos y les preguntaron si aceptarían el órgano de esas personas.
Después les mostraron las imágenes una segunda vez, pero añadiendo si cada una era de una buena o una mala persona. Esto hizo aumentar considerablemente las reacciones negativas de los estudiante
Noticia completa en: BBC MUNDO
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han desarrollado una nueva técnica que permite la datación de la fecha de la muerte basada en el estudio de las bacterias de la microflora de la piel humana.
El trabajo, encabezado por la investigadora malagueña Isabel Fernández, cuenta con la colaboración de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC), el Instituto de Medicina Legal de Granada y la empresa Álava Ingenieros S.A., ha informado hoy en un comunicado Andalucía Innova, organismo dependiente de la Junta de Andalucía.
Esta nueva técnica forense se basa en la estimación del crecimiento de la bacteria «propionibacterium acnes» y su relación con el tiempo transcurrido tras el momento de la muerte del organismo humano por lo que, según su autora, aporta una nueva metodología que «simplifica y facilita los peritajes de los especialistas».
Asimismo se ha mejorado el método para el control de la temperatura corporal cadavérica a través del uso de novedosos sistemas de termografía infrarroja que aportan «mayor precisión y asepsia» que los instrumentos de medida de temperatura corporal usados tradicionalmente, ha asegurado Fernández.
«Propionibacterium acnes» es una bacteria que vive en nuestra piel que está relacionada con infecciones dérmicas como las que origina el acné, de forma que, pese a que se podría pensar que su existencia supone un perjuicio para la salud humana, con el desarrollo de esta técnica se ha descubierto una aplicación beneficiosa de su presencia.
Para la elaboración del estudio se han analizado 240 muestras de microorganismos de cadáveres facilitadas por el Instituto de Medicina Legal de Granada y otras 352 de sujetos vivos donantes, bajo la dirección y supervisión del responsable del laboratorio de Antropología de la UGR, el profesor Miguel Botella.
El empleo del instrumental puntero en termografía ha sido posible gracias a la colaboración de la empresa madrileña Álava Ingenieros S.A. que ha aportado cámaras de termografía infrarroja, entre otros dispositivos.
Fuente: adn.es
Bajo licencia Creative Commons
Depresión, abuso de sustancias, embarazos no deseados o contagio de enfermedades de transmisión sexual. Éstos son algunos de los ‘efectos secundarios’ que sufren a largo plazo las mujeres que experimentan alguna forma de violencia sexual durante la infancia, además del trauma psicológico provocado por el episodio. Una tragedia, destaca un editorial de la revista ‘The Lancet’, “demasiado extendida como para seguir ignorándola”.
Las cifras producen escalofríos. Una de cada tres niñas sufrirá al menos un episodio de violencia sexual antes de cumplir 18 años. Lo más probable es que el agresor sea un varón de la familia, un vecino o el novio. Al menos el 40% de las menores se ve sometido a este tipo de vejaciones en más de una ocasión y 13% de las veces ocurre en el colegio. Estos datos son resultado de un estudio realizado por UNICEF y los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) en Swazilandia.
Ya sea como [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE], para ‘prevenir o curar el sida’, como [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] o por la sencilla razón de que, para algunos, el hombre tiene derecho a usar a la mujer cuándo y cómo les plazca. El hecho es que los abusos sexuales son un problema sanitario global y una violación de los derechos fundamentales de las mujeres, que pone en riesgo sus vidas, la de sus familias –porque las mujeres son el pilar fundamental del hogar en muchas culturas- y el desarrollo económico y social de los países más pobres.
En el África subsahariana la violencia sexual comienza a ser una preocupación, aunque existen pocos estudios fiables acerca de la situación en la región. La revista ‘The Lancet’ publica un trabajo realizado en Swazilandia, el segundo país más pequeño del África continental y el más afectado por el VIH del mundo, que dibuja un panorama desalentador.
Los investigadores seleccionaron 1.242 familias en las que había al menos una mujer con una edad comprendida entre los 13 y los 24 años y se entrevistaron en privado con ellas. Además de aportar datos sobre los abusos sexuales sufridos antes de cumplir los 18, proporcionaron información acerca de su salud y comportamientos de riesgo.
Un tercio de las encuestadas había vivido al menos un episodio de violencia sexual durante la infancia. Lo más frecuente era que hubieran sufrido un intento de violación, tocamientos o sexo bajo coacción. Una sexta parte de las chicas entre 13 y 17 años dijo haber sufrido abusos en los 12 meses anteriores a la entrevista. Normalmente, el agresor era alguien conocido (desde un padre a un vecino, pasando por el novio o marido) y el encuentro se produjo en la casa de la agredida, en el colegio o de camino al mismo.
Estas vejaciones “estaban asociadas con un aumento significativo de la probabilidad de sufrir depresión, tener ideas e intentos de suicidio, embarazos no deseados, complicaciones durante el mismo y abortos espontáneos, enfermedades de transmisión sexual, dificultad para dormir y consumo de alcohol”, señalan los autores del estudio.
Los resultados de este primer informe fiable acerca de la violencia sexual en menores en un país africano “deberían disipar la percepción de que África ha escapado de algún modo a esta tragedia global“, señalan Laura Murray y Gilbert Burnham, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins (EEUU) en un editorial. “La prioridad –continúan- es desarrollar estrategias para prevenir y tratar los abusos sexuales en la infancia”. Medidas que “deben ir más allá de los límites de los sistemas de salud para implicar a las organizaciones comunitarias, ONGs y grupos religiosos”.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de hombres han sufrido abusos sexuales durante la infancia. Es decir, en el mundo hay 73 millones de niños y 150 millones de niñas menores de 18 años que sufren violencia sexual en forma de tocamientos y relaciones sexuales forzadas.
Fuente: Ciencia al día
La ignorancia hace mucho daño. Tanto como llegar matar a una persona inocente. Así sucedió ayer en la explosión de gas registrada en la calle Cardenal Parrado. Las falsas creencias que abundan entre los ciudadanos acerca de los efectos del gas butano impulsan a muchos a dejarlo escapar para ser víctimas de una muerte dulce. Pero la realidad es otra.
Entrevista completa en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] (Granada)
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– Los venenos más mortales
– Muchos suicidios podrían evitarse con atención psicológica
Según el profesor Thomas Joiner, de la Facultad de Psicología, de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.), «Existe la idea de que el suicidio es un modo de morir diferente de los otros, pero hay razones claras de por qué las personas mueren por el suicidio. Al igual que con las enfermedades cardíacas, si entendemos la causa, podemos adoptar medidas de prevención».
Esta nueva teoría de Joiner, considera que quienes se suicidan, no sólo quieren morir, sino que también han aprendido a superar el instinto de autoconservación.
El deseo de la muerte, según Joiner, está compuesto de dos estados psicológicos: una percepción de ser una carga para los demás y un sentimiento de no pertenecer a nada. Por sí mismos, ninguno de estos dos estados es suficiente para despertar el deseo de la propia muerte, pero juntos producen un deseo que puede ser mortal cuando se combinan con la habilidad adquirida de producirse una autoagresión.
Según Joiner hay dos maneras en las que se puede inhibir o disminuir este instinto, una de ellas es progresiva y paulatina, acercándose cada vez más al objetivo (lo que quedaría probado empíricamente por el hecho de que uno de los factores de riesgo del suicidio es el número creciente de tentativas suicidas); la segunda es acostumbrándose a situaciones dolorosas o que provoquen miedo. Joiner propone que ello ocurre con las pacientes con anorexia – que se quitan la vida con frecuencia, según cita aquí – y pasa a probarlo con este otro estudio en el Journal of Affective Disorders, accesible aquí .
Fuente: Kraepelin´s Grandchildren – Nietos de Kraepelin
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La serotonina y el suicidio
Apuntes Derecho Penal II. Capitulo 3, auxilio e induccion al suicidio
¿Es verdad que los peores asesinos en serie son médicos?
Todo el mundo sabe que a los ahorcados se les queda la lengua fuera. Pero sólo los forenses saben que también presentan una pigmentación de puntitos rojos en la cara. Estos profesionales conocen además que un cadáver vestido y de complexión normal se enfría a razón de un grado por hora. De estos y otros detalles trata la exposición Del lugar del crimen al laboratorio, abierta la semana pasada en el Museo de Historia de la Medicina del Hospital de la Charité, en Berlín.
Ya la exposición permanente, con las conservas en formol del patólogo prusiano Rudolf Virchow (1821-1902), no es apta para sensibles. Pulmones consumidos por el cáncer y fetos malformados pueblan las vitrinas. Pero para la nueva muestra temporal, abierta hasta el 13 de septiembre, el museo ha tomado precauciones. Sólo pueden entrar los mayores de 16 años, y los vigilantes han hecho un cursillo de primeros auxilios por si a algún visitante le da un vahído.
Sin embargo, la muestra no es un alarde de morbo gratuito, sino una defensa de la dignidad de una profesión que tiene poco que ver con la imagen de fascinación que transmiten de ella muchas películas y series de televisión. Así lo entiende el nuevo director del Instituto de Medicina Forense. Michael Tsokos, de 42 años, practicó autopsias en Bosnia para el Tribunal de La Haya, trabajó para las autoridades alemanas en Kosovo y en Tailandia tras el tsunami de 2004. «En condiciones normales, la colaboración internacional entre forenses es muy buena y, en caso de catástrofes, aún mejor», explica.
Sin alta tecnología
Para este forense, el oficio es metódico y preciso, sin conexión con las historias de detectives. Los forenses no tocan el timbre de las casas de las víctimas para pergeñar luego teorías sobre las causas de una muerte. Tampoco disponen de sofisticados programas informáticos capaces de hacer un análisis de ADN en minutos.
Tsokos acaba de publicar el libro Dem tod auf der spur (Tras la huella de la muerte, en alemán), en el que narra 12 casos espectaculares de la medicina forense de los que se ha ocupado a lo largo de su carrera. Aunque trata misteriosos suicidios, cabezas sin cuerpo y cadáveres en el agua, el libro tiene ánimo documental y, como la exposición de la Charité, alumbra los entresijos de una profesión muy diferente de la que muestran el cine y las series de televisión.
La realidad de los forenses alemanes es más rústica. Siempre son dos los que examinan un cadáver. Dictan sus observaciones a una grabadora y las pasan luego a limpio. En el laboratorio, aparte de realizar análisis de ADN, la realidad no tiene nada que ver con la alta tecnología. Al cadáver le abren la cabeza, el tórax y el abdomen, tomando muestras de sangre, pelo y tejido cerebral.
La exposición desmitifica una profesión que es poco aventurera. En la primera sala se acumulan armas de crímenes confiscadas por la Policía: cuchillos de todo tamaño, adorno y curvatura, un pesado cenicero ensangrentado, bates de béisbol o herramientas de jardinería. La segunda sala documenta nueve tipos de muerte violenta: ahorcados, quemados, envenenados, atragantados. En la sección de ahogados, la foto de un cadáver sacado de un río viene acompañada de un pequeño insectario con los animalitos que lo fueron royendo bajo el agua. En total, son 400 metros de exposición con el morbo mínimo para contar todo esto.
Fuente: Público.es
Bajo licencia Creative Commons
La intención del otro nos duele. Así lo ha demostrado un nuevo estudio que viene a desvelar, una vez más, que los humanos somos una especie gobernada y guiada por el trato social y el comportamiento del grupo al que pertenecemos nos afecta de una forma u otra.
El nuevo experimento explica ciertas conductas que muchas veces no entendemos. Hace unos días publicaron en SinDioses, en Ciencia un artículo sobre la reciprocidad que seguía en los grupos sociales el efecto de las conductas negativas y positivas en la sociedad. Ambos comportamientos afectan esta cadena social humana, en distintos grados y, el nuevo experimento, comprueba ahora que la intención de otras personas puede hacer de nuestras vidas una real tortura. Algo que ya conocíamos emocionalmente y que ahora los científicos han comprobado de verdad.
Los científicos de la Universidad de Harvard han publicado los resultados del estudio en el diario científico Ciencia de la Psicología.
“Hace mucho que sabemos que la percepción que tenemos de lo que ocurre a nuestro alrededor altera nuestro sentido del dolor. Por supuesto, no todos poseemos el mismo umbral al dolor, de hecho, las mujeres parecen estar mejor preparadas a la hora de aguantarlo, no obstante, en esta ocasión, lo que hemos comprobado que hay una parte completamente perceptiva, no fisiológica, en nuestra experiencia del dolor. Por eso es tan complejo comprender el cerebro, porque existen sistemas conscientes y subconscientes que combinan lo fisiológico con lo que percibimos y las cosas ya no son tan simples como un pellizco”, explica Kurt Gray, estudiante de maestría en Harvard y asistente en el estudio.
Ciertamente, los investigadores se aseguraron de que los voluntarios supieran, cada vez, si alguien estaba infligiendo el dolor intencionalmente y, en cada ocasión, la persona sentía que el dolor era mayor. “Nos aseguramos de que no existieran variables distintas para cada grupo, que el elemento sorpresa fuera el mismo para todos, de esta forma nos dimos cuenta que las personas que pensaban que otros infligían dolor intencional contra ellos, percibían este dolor como mucho mayor de lo que era”, explicó Daniel Wegner, psicólogo de Harvard y líder del experimento.
No debe sorprendernos entonces que cuando nos enteramos de que alguien nos hirió intencionalmente nos indigna mucho más que entender que el asunto fue más bien intencional
Los biólogos de la evolución buscan y estudian características fisiológicas en los animales para comprender sus orígenes evolutivos. De la misma forma, la psicología y la sociología, examinan la conducta animal para descubrir por qué desarrollamos tales comportamientos y cuáles son sus ventajas, no sólo para el individuo sino, y hasta más importante en ocasiones, para el grupo al que pertenece. “Es lógico que sintamos más dolor cuando alguien lo hace intencionalmente, es un mecanismo de defensa para ponernos en guardia, si el dolor que sentimos ocurre por accidente, no tenemos que preocuparnos al respecto, el riesgo de que se repita es mínimo. Sin embargo, si alguien no está hiriendo intencionalmente, es preciso que reconozcamos este dolor con más ahínco porque es mucho más posible que se repita una y otra vez si no le ponemos fin al problema”, expresó Vreeman. Por ello, cada vez que los voluntarios sentían un choque intencional, el dolor era tan fuerte como el primero.
Los investigadores dividieron a los 48 voluntarios en pares. En cada par había un voluntario que recibiría un estímulo que la otra persona ordenaría. En el grupo intencional, los participantes recibían un choque eléctrico cuando sus compañeros los ordenaban, sin embargo, en el grupo no intencional o accidental, los voluntarios sólo recibían el choque eléctrico cuando sus compañeros ordenaban el estímulo auditivo, que era escuchar un tono. Los voluntarios siempre sabían la intención del compañero, por ello, en el segundo grupo, cada vez que recibían un choque lo miraban como algo accidental, sus compañeros no querían eso pues habían ordenado el tono. Pero los otros sabían que cada vez que recibían la electricidad era intencional, el otro así lo había ordenado. Los choques todos tenían la misma intensidad, sin embargo, los voluntarios que sabían era intencional decían sentir el dolor cada vez más fuerte, con el pinchazo de la intención del otro.
Autora: Glenys Álvarez
Fuente: SinDiosos
Se permite la reproducción de este ensayo para fines educacionales y/o científicos siempre y cuando se mencione claramente nuestro sitio web, así como el nombre del(a) autor(a) del mismo. Se prohibe su reproducción con fines comerciales.
En la sección de Noticias de la web Sin Dioses publicaron una curiosa noticia sobre la serotonina y una especial especie de saltamontes. Este neurotransmisor, que se encuentra en grados diversos en todos los organismos multicelulares terrestres, es capaz de convertir a estos antisociales insectos en los animales más gregarios sobre el planeta, causando en su revuelo plagas que causan enormes daños en varios continentes.
Por ello, al leer esta nueva noticia no debe sorprendernos el descubrimiento realizado por los científicos: la manipulación de la serotonina en los seres humanos puede prevenir algunos suicidios.
En la noticia mencionada hablábamos también de la presencia de receptores de serotonina en los antidepresivos, un vínculo que no debe pasar desapercibido ya que la depresión puede llevar, indiscutiblemente, al suicidio. Esta vez, los resultados llegan desde la Universidad de Verona (Italia), un equipo de científicos de la Organización Mundial de la Salud, trabajando desde esta universidad, asegura que la “reabsorción de inhibidores selectivos de serotonina” (SSRI son sus siglas en inglés), pueden disminuir el riesgo de suicidio en personas ya deprimidas.
“El estudio es un metaanálisis de ocho investigaciones a gran escala cuyo objetivo principal era, esencialmente, saber si estos inhibidores eran capaces de aumentar o disminuir el riesgo en estos pacientes depresivos”, explicó para EurekAlert el doctor Corrado Barbui, uno de los especialistas en el estudio.
Entre los experimentos realizados anteriormente, investigadores de la Administración de Alimentos y Drogas en EE.UU. (FDA), encontraron que el riesgo de suicidio para personas sobre 25 años en estado de depresión era mucho mayor y tendía a aumentar opuestamente a los pacientes de más de 65 años de edad. Otro elemento curioso surgió de los estudios, una advertencia para todos los jóvenes menores de 25 años que estuvieran tomando antidepresivos. Al parecer, el control de la serotonina tenía participación significativa en estos pensamientos de suicidio.
“La muestra de la FDA mostraba un efecto neutro en todos los pacientes, sólo iba en aumento en las edades entre los 18 años de edad y los 25, lo que hemos descubierto ahora es que estos inhibidores selectivos de serotonina construyen un efecto intensamente protector asociados con los adultos que estaban bajo tratamientos con SSRI”, explicó Barbui.
Los científicos aconsejan a los médicos no preocuparse al recetar estos componentes a pacientes con cuadros depresivos fuertes ya que está demostrado que ayudan, en estos individuos, a disminuir sentimientos y deseos de terminar con sus vidas.
La neurología se acerca cada día más a la explicación de la conducta animal a través de una fina manipulación de los químicos que realizan varias y complejas funciones en nuestro cerebro. Desde hormonas que incrementan la confianza, hasta neurotransmisores que te incitan a amar apasionadamente, la evolución se ha encargado de “armar” a los organismos de forma tal, que obtengan el objetivo principal de la vida: copiar sus genomas. En este sentido, la serotonina ha demostrado tender control de funciones sociales, como en el caso de los insectos langosta, y es posible que esta cualidad intervenga al momento de inhibir pensamientos de quitarse la vida. “Es alarmante la forma en que las advertencias anteriores han lastimado los tratamientos con serotonina en los jóvenes, algo en lo que debemos reflexionar profundamente frente a estos nuevos análisis”, dijo el doctor Robert Gibbons de la Universidad de Illinois.
Autora: Glenys Álvarez
Fuente: SinDioses
Se permite la reproducción de este ensayo para fines educacionales y/o científicos siempre y cuando se mencione claramente nuestro sitio web, así como el nombre del(a) autor(a) del mismo. Se prohibe su reproducción con fines comerciales.
Una mujer de 78 años yace tendida de espaldas en la mitad de su sala. Dos asaltantes, a quienes ella misma dejó entrar, le atacaron brutalmente hasta matarla. Su nombre: Anna M.
La historia de Anna es una fusión de muchas otras y es el caso que abre la exposición titulada «Vom Tatort ins Labor (Del lugar del crimen al laboratorio) «sobre el trabajo forense, que se presenta en el Museo de Historia de la Medicina en la clínica universitaria de la Charité, en Berlín.
La idea de la muestra es original del profesor Michael Tsokos, quien busca «mostrar lo que realmente se hace en el trabajo forense y desmitificar ideas que aparecen en programas de televisión», explicó a Efe el portavoz de prensa del museo, Patrick Kleinschmidt.
La muestra es un recorrido por las diversas etapas del trabajo forense, comenzando con la escena del crimen, la autopsia, el trabajo en el laboratorio y finalizando en el juicio, hasta donde el forense es llamado como experto.
Nueve historias reales van dando cuerpo a las diversas formas de muerte, cada una de ellas con fotografías originales y textos que contextualizan las imágenes, ubicadas en una gran sala.
Para el portavoz de prensa, la muestra «podría ser de interés para la gente común y corriente, y no sólo para investigadores y científicos».
Un destornillador, un alicate, una pistola y hasta un bate de béisbol, son algunas de las muchas armas expuestas en dos grandes gabinetes y que son algunos de los objetos utilizados para matar a alguien.
Una gran muestra fotográfica en la primera sala recibe a los visitantes, con instantáneas de las diversas fases de la labor forense, todas ellas del fotógrafo Patrick Budenz.
Además, muchos artefactos reales, desde un microscopio pasando por una mesa de trabajo en la que descansan los cuerpos inertes y hasta la misma cara reconstruida de un fallecido, van dando un recorrido que bien podría ser la sala de autopsias de algún instituto forense.
Aunque crudas, cada una de las fotografías, no sólo del trabajo, sino que las diferentes disecciones en los cuerpos, junto al instrumental real de los profesionales, dan una idea del rigor científico con el que trabajan los forenses.
Once años de estudio, seis de ellos en la escuela de Medicina y otros cinco de especialización, que incluyen hasta psiquiatría, avalan la profesionalidad de los forenses, según desea mostrar la exposición.
Tres señales son las que buscan los forenses, que siempre trabajan de a dos para cumplir con el principio de «Cuatro Ojos», en su trabajo en la sala de autopsias: rigor mortis, la lividez postmortem y la descomposición, todo ello con el fin de establecer las causas y la data de muerte.
El principio de Cuatro Ojos busca evitar que algunas señales sean pasadas por alto por los profesionales al realizar una autopsia en las que tres cavidades corporales deben ser revisadas obligatoriamente con rigor: la cabeza, el pecho y el abdomen.
De acuerdo con la exposición, sólo entre un 8 y un 10 por ciento de las muertes en Alemania son objeto de autopsia, por lo que entre 1.200 y 2.400 homicidios al año quedan sin resolver al no ser descubiertos, según los textos que acompañan a la exposición.
La muestra, organizada por Tsokos y el director del Museo, el profesor Thomas Schnalke, permanecerá abierta hasta el 13 de septiembre.
Fuente: adn.es
Este sistema, basado en la termomicrobiología, se puede aplicar cuando la muerte no haya tenido lugar bajo causas naturales controladas.
De gran interés en el ámbito de la criminalística, establece correspondencias entre los parámetros de crecimiento microorgánico sobre los cadáveres y la data de la muerte, así como la relación que presentan con la temperatura, ha informado hoy la UGR en un comunicado.
Con este trabajo se creará un protocolo de aplicación general en el campo de la Termografía y la Microbiología Forenses que proporcione nuevas herramientas complementarias a las técnicas criminalísticas ya existentes.
Este protocolo aportará un nuevo enfoque criminalístico a técnicas tradicionales, ya empleadas en el análisis microbiológico de muestras de todo tipo.
Para ello se han analizado las etapas de descomposición y putrefacción cadavéricas, relacionándolas con el patrón de crecimiento y muerte de los microorganismos responsables de las alteraciones postmortem, con lo que se ha establecido un indicador microbiológico que determina la data de muerte.
Así se reducirá el margen de error que actualmente se produce con la aplicación de otros métodos y se acotará al máximo posible el momento en que se produjo la muerte.
Para la realización de este trabajo, los autores analizaron un total de 240 muestras de microorganismos tomadas desde cadáveres procedentes del Instituto de Medicina Legal de Granada y 352 de sujetos vivos donantes.
Este estudio ha sido realizado por la doctora Isabel Fernández y dirigido por los profesores Miguel Botella, del Laboratorio de Antropología de la UGR, y Eulogio Bedmar Gómez de la Estación Experimental Zaidín (CSIC), y se ha publicado en la Revista del Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad de Madrid.
Fuente: EFE
El narcotráfico es uno de los mayores desafíos para el Estado, pues muta y se adapta a los cambios mucho más rápido que las instituciones.
Tras el colapso de las ‘pirámides’ y la intervención de DMG, el presidente Uribe dijo en una de sus numerosas intervenciones que “podríamos estar en presencia de un coletazo del narcotráfico, de un coletazo de la guerrilla, de un coletazo del paramilitarismo, tratando de ‘lavar’ dineros por la vía de engañar a los colombianos”. Con todo respeto, creo que se equivoca y que, como el Gobierno en pleno, no vio, no oyó y no entendió el fenómeno.
Si nos atenemos a la definición del DRAE —el diccionario de la lengua madre—, del término “coletazo, en sentido figurado significa “última manifestación de una actividad próxima a extinguirse”. Lo de DMG no creo que sea, ni mucho menos, un coletazo del narcotráfico. Es solo una de las cabezas de una hidra cuyas dimensiones parecen escapársele al Gobierno.
No hay que llamarse a engaños, el narcotráfico —la más notoria manifestación del crimen organizado— se ha enquistado en la sociedad más de lo que estamos dispuestos a admitir. Incluso, como lo señala el investigador Juan Carlos Garzón en su libro Mafia & Co. (Planeta, 2008) hasta “ha llegado a negociar directamente con las instituciones”. De ahí la validez de la pregunta que formuló el decano de Economía de la Tadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna en El Espectador: “¿Hasta qué punto está capturado el Estado colombiano por el crimen organizado?”
Me atrevería a decir que hasta el tuétano, sobre todo en los niveles local y regional. Basta pensar en la tenebrosa parapolítica y en escandalosos casos como los del ex fiscal de Medellín Guillermo León Valencia Cossio, el empresario Juan Felipe Sierra y el general Pedreros, para solo mencionar uno de los más recientes, para darse cuenta de que la policéfala culebra del narcotráfico está vivita y coleando.
DMG, un sofisticado sistema de lavado de activos mediante la captación ilegal de dinero del público, es solo una de sus manifestaciones. Y aunque su objetivo inicial parecían ser sectores no integrados a sistemas regulados por el Estado, para quienes invertir en la organización era una forma de inserción económica, también acabaron involucrados políticos en el oscuro negocio —cosa rara— e incluso, directa o indirectamente, profesionales estrato 16 y prestigiosos abogados y asesores financieros que ahora pretenden desmontarse por las orejas con argumentos que no se creen ni ellos mismos.
El crimen organizado diversifica actividades y crea conexiones con la legalidad. Paga asesores para blindar empresas con fachada legal (según Mafia & Co., hasta mediados de 2007 estaban identificadas 8.000 empresas de apariencia sospechosa y a la ‘Lista Clinton’ había vinculadas cerca de 600 empresas y más de mil personas). Busca influir en el Congreso y financiar campañas con miras a los contratos; soborna a miembros de los organismos de control y de seguridad del Estado para frenar investigaciones, obtener información, arreglar sentencias; tiende lazos hacia el Ejecutivo para garantizar el tráfico de influencias…
DMG parece haber seguido el modelo de la parapolítica. “Tenemos 10 ganadores (se refiere a alcaldes y gobernadores), esto es mejor que haber montado mil empresas”, le dice Murcia a su mano derecha William Suárez, en una conversación revelada por La W. Y hasta donó el transporte de las firmas del referendo.
La lección que deja esta crisis que mostró cómo millones no ven la línea que separa lo legal de lo ilegal, debería servir para que los bancos reflexionen sobre cómo acercarse a la gente y mejorar su imagen de sanguijuela. Y sobre todo para que el Gobierno se pellizque, pues el narcotráfico lejos de ser un fenómeno marginal es uno de los mayores desafíos, pues muta y se transforma y se adapta a los cambios con mucha mayor rapidez que las instituciones. La capacidad de respuesta y la comprensión del fenómeno por parte del Estado se han quedado más que cortos.
P.D. ¡A machar el viernes por la liberación de los secuestrados! Y solidaridad con el director de Semana Alejandro Santos, a quien el controvertido magistrado Alfredo Escobar Araújo quiere ver en la cárcel.
Fuente: Cambio (Colombia)
Genética. Un equipo de científicos en la Universidad de Florida no sólo ha descubierto que la mutación de un gen provoca conductas delincuentes en los jóvenes sino que también encontraron que la atención materna neutraliza el efecto.
El progreso en la ciencia de la genética ha ido transformando nuestras vidas. Poco a poco, la medicina personalizada, la lectura de genomas y el estudio de la personalidad a través del análisis genético han ido dominando las noticias científicas en el siglo XXI. Este fenómeno ha sido posible gracias a la creación, tanto en Estados Unidos como en Europa, de bancos de genotipos y programas dirigidos a poblaciones específicas.
En esta ocasión, el criminólogo Kevin M. Beaver, de la Universidad del Estados de Florida, partió de la recolección de genomas en un programa estadounidense llamado “Add Health” (Agrega salud), un proyecto actual administrado por la Universidad de Carolina del Norte en Chapel-Hill y fundado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano. El programa comenzó en 1994 y desde entonces, un total de 2,800 adolescentes han sido entrevistados y sus genomas decodificados.
Beaver, junto a sus colegas John Paul Wright, de la Universidad de Cincinnati y Matt DeLisi, sociólogo de la Universidad del estado de Iowa, buscaron una correlación entre la vida social de los adolescentes analizados y algún indicativo genético que los conformara a todos en un solo grupo. Los resultados de sus análisis han sido publicados por el diario Psicología Genética.
La investigación criminológica ya hace mucho que había relacionado el uso de drogas, la personalidad antisocial y la conducta criminal con la formación de grupos de delincuentes, pero esta es la primera vez que un estudio descubre otros lazo entre estos amigos: una mutación genética de un alelo compartida por estos grupos de bandoleros.
Pero el asunto no sólo queda en la genética. No debemos olvidar que por encima de todo, los humanos somos animales sociales y el medio ambiente traza caminos imborrables en la formación de nuestra personalidad y en nuestra estabilidad mental. “Descubrimos un dato curioso aunque no sorprendente. Algunos muchachos poseían el alelo pero no mostraron nunca el comportamiento delincuente ni se interesaron en formar pandillas o unirse a ellas. Esto chicos fueron salvados por el amor materno”, expresó DeLisi.
Este conocimiento es sumamente importante pues la atención y al amor de la madre es capaz de silenciar la mutación.
Cuando los investigadores analizaron los genomas de grupos de muchachos, todos hombres, que se habían unido o formado pandillas, descubrieron que sus genomas compartían una diferencia en común. La variación en particular es llamada “Alelo repetido 10” (10-repeat allele) y se encuentra en el gen que transporta la dopamina conocido como DAT1. “Una de las cosas que nos llamó la atención en el estudio es la influencia del amor materno en la actitud que tomará el adolescente. Al estudiar a 1.816 muchachos de bachillerato nos dimos cuenta que la variación sólo es aplicable en hogares donde la madre ha abandonado a los hijos o simplemente éstos no han recibido cariño maternal. Los chicos con la variación pero con una madre cariñosa a su lado, no mostraron conductas criminales ni comportamientos antisociales”, escribieron los investigadores en el diario.
Los investigadores van a continuar trabajando en descubrir vínculos entre los genes y el ambiente. Este tipo de estudio genético es conocido como el estudio de la “correlación X entre los genes y el medio”, una relación que cada vez se hace más evidente y básica para el Homo sapiens. Los genetistas tienen algunas sugerencias sobre este vínculo y el efecto que tiene en familias de alto riesgo en contraste con lo que ocurre en los muchachos criados en las familias de bajo riesgo. “A lo mejor lo que sucede es que el estrés y la inestabilidad generada por la falta del cuidado materno en una familia activa la variación en el alelo mientras que en las casas donde la madre se ocupa de sus hijos, el alelo permanece inactivo. O quizás ocurre otra cosa. Tal vez, el alelo activa la conducta antisocial en ambos casos, no cómo hayan sido criados, pero en el caso de las familias de bajo riesgo, estas madres y padres son capaces de controlar mejor este tipo de conducta en sus hijos. Es nuestro próximo paso”, expresó Beaver.
Fuente: SinDioses
Autora: Glenys Álvarez
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A raíz del desgraciado accidente de Barajas ha vuelto a hablarse de identificación de cadáveres y ha surgido un tema que me parece interesante y cuya importancia ha ido creciendo en los últimos años por diversas aplicaciones. Se trata de los análisis de ADN mitocondrial.
¿Qué es el ADN mitocondrial exactamente y qué lo hace tan especial? Ya en la escuela nos enseñan que el ADN de las células se encuentra en el núcleo, que todas las células de nuestro cuerpo tienen el mismo ADN y que este ADN es aportado por nuestros padres (la mitad de nuestros cromosomas provienen de nuestra madre, la mitad de nuestro padre). Y no hay dos individuos que posean el mismo ADN, éste nos hace diferentes a unos de otros.
Las células animales poseen unos compartimentos internos, llamados orgánulos celulares, que se encargan de realizar tareas específicas en la célula. Uno de estos orgánulos es la mitocondria, cuya función más importante es la respiración celular, es decir, oxidar compuestos orgánicos para conseguir obtener energía.
Las mitocondrias poseen varias características importantes que las hace un poco diferentes del resto de los orgánulos de las células animales. Por ejemplo, son orgánulos de doble membrana, poseen una envoltura exterior y una envoltura interior. Pero la característica más sorprendente y diferencial es que poseen su propio ADN.
Se trata de un ADN circular de pequeño tamaño, posee alrededor de 16570 pares de bases, frente a los aproximadamente 3000 millones de pares de bases del ADN nuclear. Y posee 37 genes, mientras que nuestro ADN nuclear posee más de veinte mil.
Además, se da una circunstancia curiosa. Aunque tanto óvulo como espermatozoide poseen mitocondrias, durante la fecundación el espermatozoide solo aporta al zigoto su núcleo, su ADN, siendo desechado la mayor parte del citoplasma del espermatozoide y con él, sus mitocondrias. Y aunque consiguiese colarse alguna, pronto será desechada.
Por lo tanto, en un individuo todas sus mitocondrias derivan de las mitocondrias del óvulo, es decir, de las mitocondrias de la madre. Y por eso, todas sus mitocondrias tendrán una réplica del ADN mitocondrial de la madre, idéntico salvo por posibles mutaciones, que si se diera el caso serían absolutamente puntuales.
Nuestras mitocondrias, por tanto, nos anclan a una línea familiar materna. Por nuestro ADN mitocondrial podremos determinar no sólo quién es nuestra madre, sino también si pertenecemos a determinada línea familiar, ya que el ADN mitocondrial va pasando de madres a hijos, sin que el ADN aportado por los varones provoque ningún tipo de interferencia.
El uso de ADN mitocondrial para identificaciones tiene varias ventajas. Por un lado, una sola célula pose, normalmente, varias docenas de mitocondrias, cada una de ellas con varias copias de su ADN mitocondrial (alrededor de cinco). Resulta, por lo tanto, relativamente fácil de recuperar aunque el tamaño de muestra de tejido ser reducida. Además, el ADN mitocondrial procede solo de la madre y no ha sufrido recombinación, que es el proceso que provoca que no existan dos óvulos y dos espermatozoides iguales y que, por lo tanto, no existan dos individuos con el mismo ADN nuclear idéntico (salvo los gemelos homocigóticos y los individuos clonados, si los hubiese). Por último, el ADN mitocondrial es de pequeño tamaño, fácil de manejar, con pocos genes y una región específica ampliamente polimórfica (muy variable) que permite discernir entre individuos que pertenecen a una misma línea familiar.
Por estas razones el ADN mitocondrial se usa en identificaciones tras catástrofes (como el caso de accidentes de avión), en la que las muestras de tejido bien conservado escasean y en la que no importa determinar la paternidad, sino la pertenencia a una línea familiar (no es necesario comparar directamente una madre con una hija o un hijo, también sirven, por ejemplo, comparaciones con hermanos). Y en análisis en los que se requiera demostrar la pertenencia a una línea familiar sin que sea determinante demostrar una paternidad. Así que, si siempre sospechó que usted deriva de una línea familiar ilustre, el ADN mitocondrial puede ser su argumento.
Fuente: eciencia
Las investigaciones realizadas a lo largo de los dos últimos siglos han demostrado la efectividad de varios protocolos para prevenirlos.
Según un estudio, el 85 por ciento ocurre en los países de bajos y medianos ingresos.
Los autores del estudio afirman que los países pobres pueden mejorar considerablemente la prevención de los intentos repetidos de suicido mediante breves sesiones de información y educación del paciente, después de que éste haya intentado acabar una vez con su vida, según publica el último número del Boletín de la Organización Mundial de la Salud.
Según datos de la OMS, en 2002 hubo 877.000 muertes por suicidio en el mundo y, de ellas, el 85 por ciento tuvieron lugar en los países de bajos y medios ingresos.
El número de intentos de suicidio, según estos datos, puede llegar a ser hasta 40 veces mayor que los suicidios conseguidos.
De hecho, las heridas autoinfligidas representaron en 2002 el 1,4 del total de las enfermedades tratadas, y se espera que la cifra se incremente hasta el 2,4 por ciento en 2020.
El suicidio se encuentra entre las tres causas principales de fallecimiento entre la población de edad comprendida entre los 15 y los 34 años.
Con todos esos datos, los autores efectuaron una investigación entre enero de 2002 y octubre de 2005 en cinco países de muy distinto contexto cultural: Brasil, India, Irán, China y Sri Lanka, para el cual reclutaron a 1.867 personas que habían intentado suicidarse.
«Las personas que intentan suicidarse y no lo consiguen terminan con frecuencia en las salas de urgencias de los hospitales. Pero en los países de bajos y medianos ingresos, si no hay complicaciones (de salud), los pacientes son dados de alta después de ser tratados de sus heridas, sin ser derivados a los servicios de salud mental», explicó una de las autoras, Alexandra Fleischmann.
«Sin embargo -agregó- si proporcionamos al paciente información y le hacemos un seguimiento con simples llamadas telefónicas, se pueden evitar nuevos intentos y se pueden salvar vidas».
Los pacientes que participaron de forma voluntaria en el estudio, reclutados en los servicios de urgencias de los hospitales colaboradores, fueron sometidos de forma aleatoria a dos tipos de tratamiento: o bien el habitual (tratar las heridas físicas) o bien el habitual más una intervención psicológica consistente en una sesión breve de información y una serie de contactos de seguimiento.
En el grupo sometido al tratamiento más completo (con el seguimiento de ayuda), la tasa de defunciones por suicidio fue significativamente menor (0,2 por ciento) que en el grupo tratado de forma habitual (2,2 por ciento).
Fuente: EFE
En lo que se cree es el mas grande avance en el campo de la tecnología de
huellas digitales en décadas, un grupo de científicos ha desarrollado
una técnica que puede detectar, con tan solo analizar una huella
digital/dactilar, si la persona que dejó la huella estuvo en contacto
con drogas ilícitas, o hasta si manipuló explosivos. Mas asombroso aun,
el estudio puede determinar el tipo de drogas (cocaína, marihuana,
etc), o hasta el tipo de explosivo utilizado.
La técnica se basa en el hecho de que cuando uno deja una huella
digital, también deja con ella pequeños trozos de moléculas que
identifican las drogas, explosivos u otras sustancias que uno estuvo
manipulando, y estas sustancias ahora se pueden detectar con una
técnica llamada Desorption Electrospray Ionization,
o DESI, en donde lo que se hace es rociar con una sustancia especial la
huella digital, lo que hace que se formen unas gotitas entre las
ranuras de los surcos de las huellas.
Estas gotitas entonces tienen la particularidad de que pueden ser
analizadas con técnicas de Espectroscopia de Masa, para analizar la
composición de los elementos dentro de ella.
La técnica es tan precisa, que con solo una mil-millonésima parte de un
gramo puede detectar cualquier sustancia (en otras palabras, hasta
después de lavarse las manos es posible que alguien deje rastros de
sustancias).
Aparte de los obvios usos de medicina forense que esto trae a la lucha
contra el crimen, esta técnica ya se está pensando para ser utilizada
en casos médicos para diagnosticar enfermedades, y hasta en eventos
deportivos, en donde sería posible detectar dopaje por parte de los
atletas con tan solo obtener una huella dactilar de ellos.
Fuente: TARINGA!
Ya que hablamos de “ciencia” médica, el lector Ben Bloede (entre otros) nos hizo notar el asunto siguiente. Como he dicho con frecuencia aquí, pocas de estas noticias me sorprenden, simplemente porque las escuché todas; tengo que hacer una excepción en el caso que sigue. Es realmente difícil creer que un funcionario público responsable, en un puesto destacado, pueda comportarse de este modo. Ben nos describe la situación:
He aquí otro ejemplo de un funcionario público muy bien educado “apoyando” y luego defendiendo el uso de un psíquico en una investigación. El doctor Richard L. Keller, médico forense del Condado de Lake en Illinois, encargó una “lectura” psíquica en la calavera parcial de una víctima de homicidio encontrada en un área boscosa local. el resultado fueron las patrañas habituales.
En respuesta a un comentario de un autor de blog preocupado, quien objetó al uso por parte del buen doctor de dinero de los contribuyentes, que no debería emplearse en psíquicos, el doctor Keller defendió la “lectura” respondiendo: “El psíquico no cobra por este tipo de servicios”.
Por supuesto, el Dr. Keller no contó el costo de seguir las pistas falsas que podrían dañar la investigación. También cree en otras patrañas. Su sitio web personal (http://www.drrichardlkeller.com) muestras fotos de él reuniéndose con
Lomi lomi, o’oponopono, la’au lapa’au, sanadores espirituales e indígenas hawaianos.
Su sitio incluso registra entre sus enlaces favoritos el dudoso sitio de sanación hawaiana http://www.healingparadise.org. Esto es lo que el sitio dice sobre ellos mismos:
Aina Me Kalani es una fundación educativa sin fines de lucro creada para perpetuar las artes culturales y curativas de Hawaii. Nuestros talleres, retiros y conferencias de curación buscan unir las artes curativas de Hawaii con las artes alternativas y complementarias del oriente y el occidente. Las técnicas indígenes de sanación de lomi lomi (masaje), la’au lapa’au (uso de plantas medicinales) y ho’oponopono (resolución de conflictos por medio de la autoconciencia y el perdón) se enseñan junto a otras formas espirituales de curación, para hallar puntos en común más allá de nuestras diferencias y para apoyar al espíritu de la humanidad.
Me pregunto si el doctorado del Dr. Keller también se lo dieron en ese sitio… Esta es la respuesta del doctor a mi mensaje en el que le sugiero que consulte el sitio de usted, un diálogo que puede verse en http://tinyurl.com/3vwcxa. Escribió:
Puede parecerle una pequeñez, pero la oferta de un millón de dólares de James Randi (recuerde que solía ser “Randi el Asombroso”) es “para cualquiera que pueda demostrar capacidades paranormales en condiciones de laboratorio”. Si Ud. nunca tuvo una experiencia paranormal en el mundo real, tiene que salir más.
No, doctor, es usted quien “tiene que salir más”. Yo no afirmé tal cosa. Escribí que el premio de la JREF se entregaría
a cualquiera que pueda mostrar, en condiciones de observación adecuadas, evidencias de cualquier poder o evento paranormal, sobrenatural u oculto.
Es una frase claramente diferente, y si no se da cuenta de la diferencia, quizá tampoco puede diferenciar entre una muerte producida por cremación y otra producida por simple vejez… No mencioné laboratorios, ni “demostraciones” ni “capacidades”. Pero Ud. siguió con su castigo desde la autoridad:
No se gastó dinero alguno, ni tiempo de los investigadores policiales y esta información no ha dañado la resolución del “crimen” (de modo que no hay fraude).
¿“No hay fraude”? ¿De dónde saca este señor tan instruido esa información? La estupidez de invertir tiempo y/o dinero, y la interferencia con el caso, no tienen nada que ver aquí, doctor. Estamos cuestionando su aceptación ciega (sin evidencia que la apoye) de poderes psíquicos como herramientas válidas para descubrir evidencia. Creo que Ud. pasa demasiado tiempo viendo en televisión canales de tercera y malos programas “forenses” de resolución de “crímenes”. Ah, pero veo que nos presenta evidencia cuando escribe:
Hay un número creciente de ejemplos de psíquicos muy útiles en una variedad de casos. Tómese un momento para buscarlos, en otro lugar que el sitio de Randi el Asombroso. Cuando un caso “se enfría” y busco las identidades y “cerrar” el caso, uso cualquier método disponible: antropología, psíquico, lo que sea.
¡Ah, excelente! ¿Incluye astrología, cartas de Tarot, “vibraciones” y a Sylvia Browne en su categoría “lo que sea”, señor? ¡Me estoy dando cuenta de que la JREF puede tener la oportunidad de pagar el premio del millón de dólares! Por favor, doctor, mándeme esos ejemplos de “psíquicos muy útiles”, ¿quiere? No dudo en lo absoluto que tendrá usted datos de alta calidad para presentar (de fuentes respetables) teniendo en cuenta de que su frase final presenta una cita de esta autoridad tan conocida:
Para cerrar, como dijo Willy Wonka: “Un poco de disparate de vez en cuando agrada a los hombres más sabios”.
Doctor, en ese contexto, lo considero uno de los hombres más sabios…
En resumen, la historia es ésta: Una calavera humana parcial con un único diente ha estado almacenada en la oficina del forense del Condado de Lake, el Dr. Richard L. Keller, desde su descubrimiento accidental hace más de 16 años en un barranco de las afueras. De vez en cuando la han examinado expertos forenses, pero no pudo determinarse ni la identidad de su anterior dueño ni la causa de la muerte. Los exámenes dentales y las denuncias de personas desaparecidas no han producido datos identificatorios. El artículo en cuestión se encontró colgado de la rama de un árbol, y en un árbol ahuecado de las cercanías se encontró un impermeable anaranjado y las mangas de una camiseta, así como una espada de plata de unos 70 cm y algo de arpillera. Estas cosas indicaban que podría haberse tratado de algún tipo de crimen “satánico”, pero se concluyó que eso era improbable.
El forense Keller inició una revisión rutinaria de casos antiguos y rápidamente éste dio un giro crédulo. El Dr. Keller invocó la ayuda de un psíquico local, Mel Doerr, al que considera un “especialista”. Resulta que Doerr también es un experto (afirma) en “chamanismo hawaiano”. Supongo que un poco de lomi lomi, o’oponopono y la’au lapa’au no hace daño, ¿verdad?
Doerr, luego de manejar psíquicamente la calavera, decidió que probablemente en el pasado el habitante de la calavera había abusado del alcohol o de las drogas (una suposición absolutamente imposible de verificar) y dice que era una mujer de unos 40 años, una edad mediana que ya habían decidido y anunciado públicamente los verdaderos expertos forenses hacía mucho. Y, en un arranque de revelación paranormal, ¡Doerr dijo que vio la letra “J” conectada con el nombre de la víctima! ¡Caramba! ¡Con este influjo de información tan confiable y específica, pronto tendremos identificada a la víctima, gracias a la brillante medida del Dr. Keller de traer a un proponedor de primeras conjeturas!
En lo particular, creo que hay una “M” y una “R” conectadas a esta calavera, y siento un poco de tirantez aquí en el pecho, que indica que ella dejó de respirar cuando murió…
Fuente: SinDioses (traducido de James Randi)
¿Nacemos con el juicio moral preinstalado en nuestros cerebros o éste se crea a través de la educación? ¿Distinguen los niños entre el bien y el mal? Sabemos que el cerebro humano madura lentamente y solamente alcanza su plena madurez cuando se termina la adolescencia, ¿influye esto en juicio moral? Estas preguntas son, sin duda, muy interesantes de tratar de contestar. Ahora empezamos a vislumbrar algunas de sus respuestas.
Según unos investigadores de la Universidad de Chicago los niños de entre siete y doce años de edad parecen naturalmente inclinados a sentir empatía hacia el dolor de los demás. Este resultado está basado en imágenes de resonancia magnética funcional y es similar al que se puede obtener en adultos. Entonces, y según estos datos, los niños, al igual que los adultos, muestran una respuesta al dolor en las mismas regiones cerebrales.
Los investigadores descubren además aspectos adicionales en la actividad cerebral, que se manifiestan cuando los sujetos ven a otra persona siendo lastimada por un tercero de manera intencionada y que estaría relacionado con el juicio moral.
Según Jean Decety este estudio examina tanto la respuesta neuronal al dolor de los demás como el impacto al ver a alguien causar dolor sobre otro.
Un artículo titulado ¿Who Caused the Pain? An fMRI Investigation of Empathy and Intentionality in Children? y publicado en Neuropsychologia describe estos resultados y el método experimental empleado.
Según estos investigadores la empatía estaría preprogramada en el cerebro de niños normales y no sería enteramente un producto de la educación de los padres o del entorno social. Según Decety la comprensión del papel del cerebro en respuesta al dolor puede ayudar a los investigadores a entender cómo ciertas discapacidades cerebrales influyen en el comportamiento antisocial, como en el caso del acoso escolar.
El equipo de investigadores mostró a 17 niños (en el grupo había ocho niños y nueve niñas) de entre 7 y 12 años de edad fotos y animaciones de gente sufriendo dolor. Dolor que recibían accidentalmente o era infligido a propósito. La actividad cerebral de los sujetos era estudiada mientras tanto con un sistema de resonancia magnética funcional.
Las imágenes procedentes de este sistema mostraron que las partes del cerebro que se activaban en estos sujetos eran las mismas que se activaban en adultos bajo esas mismas condiciones.
La percepción del dolor de los demás estaba asociada con una aumento de la actividad hemodinámica (riego sanguíneo) en los circuitos neuronales relacionados con el procesamiento del dolor de primera mano. Sin embargo, cuando los niños veían imágenes de alguien causando dolor intencionadamente, las regiones cerebrales que se activaban estaban relacionadas con la interacción social y el razonamiento moral.
El estudio proporciona pistas sobre la percepción que tienen los niños sobre lo que están bien y lo que está mal, y sobre su procesamiento cerebral. Según Decety, aunque el estudio no se nutre del juicio moral explícito, la percepción de una intencionalidad individual de dañar a otro hace al observador consciente del mal moral.
Las entrevistas posteriores que se hicieron a los niños muestran que éstos eran conscientes del mal comportamiento moral cuando alguien era lastimado intencionadamente en las animaciones visionadas. Trece de ellos dijeron que esas situaciones eran injustas y preguntaron por las razones que pudieran explicar el comportamiento observado.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa Universidad de Chicago .
Fuente: Neofronteras
El síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL) se produce cuando un bebé, aparentemente sano, muere mientras duerme.(Representa la causa de muerte más importante en lactantes menores a un año y, a pesar de las investigaciones de los últimos 20 años, todavía no hay respuestas claras. Se cree que una de las causas es que los bebés duerman boca abajo, que los padres sean fumadores y hasta que habría una raíz genética.(Ahora, los médicos descubrieron una vinculación de estas muertes inexplicables con infecciones bacterianas. Tras un estudio de diez años de los casos atendidos en el hospital de Great Ormond Street de Londres, los investigadores avanzaron hacia la confirmación de las sospechas de que a veces bacterias como el estafilococo aureus y la escherichia coli pueden ser las responsables.
El estudio fue publicado ayer en la revista The Lancet.
«Es una idea que año a año es respaldada por más pruebas. Este es un paso muy importante. Ahora tenemos la hipótesis razonable de que, al menos en algunos casos, estos organismos causan la muerte súbita en los bebés», dijo James Morris, especialista en muerte súbita del Lancaster Royal Infirmary, que no participó en el estudio.
Para evitar la muerte súbita, Morris aconseja a los padres hacer dormir a los bebés boca arriba; no acostarlos en la misma cama que ellos, y no fumar en la casa.
Para probar la asociación con las bacterias, el equipo del Great Ormond Street revisó 546 autopsias de bebés menores de un año que habían muerto entre 1996 y 2005. Descubrió que en aquellos que haían muerto por una causa no explicable la probabilidad de tener una infección bacteriana era más alta que en los que habían muerto por motivos diferentes de una infección.
Fuente: Buena Salud