La investigación, que publica hoy la revista especializada Journal of Neuroscience, señala que la tendencia a tener recuerdos auténticos está asociada a un haz de axones en la sustancia blanca cerebral que conecta las zonas del hipocampo y el parahipocampo, y que son estructuras vinculadas al recuerdo y al almacenamiento de memorias.
En cambio, la tendencia a generar falsos recuerdos está relacionada con otro haz de axones en la sustancia blanca que conectan estructuras fronto-parietales, y que han estado relacionadas con otros estudios de resonancia magnética funcional con falsas memorias, según ha informado en un comunicado la UB.
La creación de falsos recuerdos de situaciones -que se da mucho, por ejemplo, en la infancia- es una área de estudio que resulta especialmente interesante en el ámbito judicial, por el impacto que puede tener sobre las declaraciones de testigos y víctimas en los juicios.
El estudio que acaba de ver la luz ha tomado como referencia los escáners realizados a 48 voluntarios con resonancia magnética estructural, utilizando la nueva técnica de la Difusion Tensor Imaging (DTI), lo que permitió a los investigadores explorar la estructura de la sustancia blanca cerebral.
A los participantes se les pasaba una prueba de memoria antes de entrar en el escáner, que consistía en recordar listas de palabras por las que les preguntaban posteriormente.
En el 75% de los casos, los voluntarios de este estudio incluían en la lista de palabras algunas que formaban parte del mismo campo semántico pero que no habían aparecido en la prueba, en un ejemplo de falsa memoria.
El estudio está liderado por el científico Antoni Rodríguez-Fornells, profesor de investigación ICREA en el Departamento de Ciencias Fisiológicas II de la UB.
Fuente: EFE
Apreciado lector, pellízquese o restriéguese los ojos, pero procure como mejor sepa y pueda permanecer atento porque lo que sigue no es ficción, es real: La Audiencia de Sevilla ha condenado a 45 meses prisión a un hombre que agredió sexualmente a su hija durante nueve años, desde que la niña tenía 3 años hasta que cumplió los 12. La fiscalía había solicitado 20 años de cárcel.
Los magistrados de la sección primera sevillana estiman que los hechos constituyen un delito de abuso sexual, pero no de agresión sexual, porque no ha quedado acreditado el uso de la violencia: «El hecho de decirle, cuando concluía los tocamientos, que si le decía algo a su madre de lo ocurrido mataría a su madre y a ellas, se encuentra en una relación de causalidad con la acción sexual ejecutada, siendo necesario e imprescindible que el empleo de tales medios hayan sido determinantes para la consecución de los fines ilícitos perseguidos«, razonan los magistrados.
Es decir, ¿insinúan que cuando un adulto mete mano a una niña de 4 años no está cometiendo una agresión?… ¿Por qué?, ¿porque la niña no se defiende?…
Además, el razonamiento de los magistrados merece un premio a la inconsistencia jurídica porque, del mismo modo que en este caso la amenaza del agresor es «necesaria e imprescindible« para pepetrar el abuso, atendiendo al mismo planteamiento también es «necesario e imprescindible« que un ladrón fuerce una cerradura, escale un muro o rompa una ventana para acceder a un inmueble para robar… Las circunstancias, sean agravantes o atenuantes, no sólo deben ser tenidas en cuenta para decidir el grado de la pena, sino que también pueden ser tenidas en cuenta a la hora de calificar el delito. ¿Por qué en el caso de la niña sevillana los magistrados prescindieron de las circunstancias para agravar la calificación del delito y también el grado de la pena a imponer?
Los autores de la sentencia deberían ser sometidos a un reciclaje… Salvo que el razonamiento que arguyen sea fruto de una actitud machista o de que son incapaces de entender que una niña de 3, 4 o 5 años no necesita que la golpeen o la aten para ser ¡agredida! por su padre. Esta posible incapacidad sensitiva o de inteligencia sería todavía más inquietante que la posible falta de conocimientos o de voluntad.
MÁS detalles en [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].
Fuente: Im-Pulso
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William Kimbrel Bradley, estudiante de 25 años, es posiblemente uno de los ladrones más tontos que ha dado el oficio del crimen
Estaba cumpliendo una condena por robo en la prisión de Kalamazoo (Michigan, EE.UU.) cuando llegó al centro una partida de ordenadores y pensó hacerse con uno de ellos. Tomó la caja y la escondió detrás de unos contenedores de basura, para recogerla posteriormente.
Sin embargo olvidó un pequeño detalle: Que la cárcel tiene cámaras de seguridad, así que a los vigilantes les fue fácil descubrir quién había robado el ordenador desaparecido.
No hubo necesidad de arrestarlo, pues ya estaba preso, pero tuvo un nuevo juicio y el juez dijo que era el crimen más tonto que había juzgado en su vida.
Luego dijo a Kimbrel:
– Tienes que entender esto de robar. Tu vida criminal no está funcionando.
Y el reo respondió:
– No soy el mejor criminal.
Kimbrel, quien está estudiando Química y Psicología en la Universidad del Oeste de Michigan, fue sentenciado a 180 días de prisión y a pagar una indemnización.
Fuente: mlive.com