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La web de Maco048. Criminología
Las mentes simples casi siempre yerran en sus juicios
Tu semen no es tuyo, sino “un regalo” a la mujer, dictamina un tribunal
En 1999 el tenista Boris Becker protagonizó una de las escaramuzas sexuales más truculentas que se recuerdan. Boris tuvo un affaire con una modelo, Ángela Ermakova, que no pasó a mayores: una sesión de sexo oral. Pero Ermakova iba preparada para todo:guardó el semen del tenista en su boca, lo pasó a un bote preparado para la ocasión y se lo inseminó. Un año después, el teutón recibió la buena nueva: había sido padre de una preciosa niña, Anna, de tez oscura y pelo rojo. Boris cayó en una trampa que le había tenido la mafia rusa, que le logró extorsionar 2 millones de euros por un ratito de gloria.
Un tribunal de EEUU acaba de fallar en un caso parecido, aunque en este caso no hay famosos implicados, sino un pobre hombre, Richard Phillips, cuyo esperma –obtenido con la que ya podemos denominar “técnica Ermakova”- fue utilizado sin su consentimiento por una antigua amante para embarazarse. Un tribunal ha condenado a Phillips a pasar 800 dólares mensuales a la mujer, Sharon Irons, en concepto de manutención de la criatura.
El tribunal de apelación que ha revisado el caso entiende que el hombre “participó en actos sexuales en los que ninguna persona razonable pensaría que pudiera resultar en embarazo,utilizando el esperma de una forma no ortodoxa e imprevisible, desencadenando consecuencias extremas”. No obstante, el juez cree que “al entregar el esperma éste se convirtió en un regalo, una transferencia absoluta e irrevocable de propiedad del donante al receptor” (Santa Rita Rita…) y, además, “no existía un acuerdo para reclamar la devolución del depósito original”.
Así que ya saben, amigos pudientes, la próxima vez que vayan a ser objeto de un mamazo recuerden exigir la devolución del depósito original o, mejor aún, destruirlo personalmente. Si no, aténganse a las consecuencias.
Fuente: la informacion.com
El abogado que ganó un juicio disparándose mortalmente
Las causas de la muerte de algunas personas son dignas. Son muchas las personas a lo largo de la historia que han luchado por la justicia y la libertad de otros. Muchos otros han decidido luchar de un modo más pacífico, y ese es el caso de Clement Vallandigham, un pacifista estadounidense, que defendiendo sus ideales, murió de una forma un tanto violenta.
Vallandigham fue un importante político de Ohio (Estados Unidos) que luchó a favor de la abolición de la esclavitud y en contra de la violencia. Estos ideales le llevaron a ser la cabeza más representativa de los demócratas pacifistas que, pese a estar a favor de la abolición de la esclavitud, también estaban contra de los enfrentamientos violentos. Su oposición a la entrada del norte en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, así como la negación de rendir servicio a favor de una causa que estaba en contra de sus ideales, le llevó al exilio a Canadá, donde vivió los años que duró la guerra civil estadounidense
Tras la finalización de la guerra, Vallandigham regresó a Dayton, su ciudad natal, donde retomó su puesto como abogado, siguiendo como si los años en el exilio no hubieran existido. Del mismo modo, intentó retomar su carrera política. Esto le llevó a ser congresista e incluso a presentarse al puesto de senador de Ohio, aunque nunca llegaría a conseguirlo.
En junio de 1871, Vallandigham recibió un gran caso. Tenía que desplazarse a Lebanon, Ohio, a defender a un hombre de una acusación de asesinato. Thomas McGehan había sido detenido por haber matado violentamente a un hombre llamado Tom Myers tras una trifulca en un bar. McGehan defendía que él ni siquiera había desenfundado la pistola, y que el propio Myers se había disparado accidentalmente con su propia pistola cuando estaba levantándose del suelo tras la riña.
El juicio comenzó el 6 de junio de 1871, teniendo como juez a Leroy Pope. Lebanon era un pequeño pueblo, y tanto el caso en sí, como la presencia de alguien de la importancia Vallandigham como abogado defensor, hizo que el juzgado se llenase como nunca lo había hecho. El caso duró varios días en los que varios testigos y pruebas fueron presentados.
El día 16 de ese mismo mes, diez días después de que comenzase el juicio, Vallandigham se desplazó al bar de los hechos con una pistola de prueba para comprobar si era posible que Myers se hubiera disparado a sí mismo por accidente, tal y como decía McGehan.
Esa misma tarde, regresó al juzgado con la pistola para realizar una demostración. Vallandigham expuso a todos los presentes cómo consideraba que habían sucedido los hechos, acompañándolo con una representación. Para ello, cogió por error el arma del crimen en vez del arma de prueba que él había llevado al juzgado. Sin saber que esta estaba cargada, se la introdujo en el bolsillo, se puso de rodillas y al sacarla se disparó por accidente entre las costillas, cayendo fulminantemente al suelo.
Vallandigham se mantuvo vivo hasta la mañana del día siguiente, cuando a las 9:45 murió a causa de las heridas con tan sólo 50 años de edad. Tres días más tarde sería enterrado en Dayton, acompañado de una de las mayores multitudes que jamás ha reunido la ciudad.
Como consecuencia de la realista representación de los hechos por parte de Vallandigham, consiguió demostrar la teoría del disparo accidental, por lo que McGehan fue absuelto de todos los cargos.
Fuentes y más información:
- History Of Abolitionist Clement Vallandigham
- Death of Clement Vallandigham
- Death of a Lawyer
- Clement Vallandigham
Leer más: http://recuerdosdepandora.com/curiosidades/el-abogado-que-gano-un-juicio-disparandose-mortalmente/#ixzz1CjmJwpNF
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