Una decena de organizaciones feministas y de homosexuales del País Vasco ha presentado una denuncia contra el Papa Benedicto XVI, en la que solicitan su detención «en territorio español» por «encubrimiento de pederastas de forma sistemática y organizada»
La denuncia, registrada el pasado día 11 ante el Juzgado de Guardia de San Sebastián, alude a los casos de pederastia ocurridos en el seno de la Iglesia Católica y recuerda que «no existe inmunidad de los jefes de Estado sobre actos que representen crímenes de lesa humanidad».
El texto recuerda que «cualquier tribunal puede ejercer la jurisdicción universal» sobre delitos como «los actos generalizados de tortura, abusos sexuales y encubrimiento de los mismos, apología de la misoginia y la homofobia y persecución por motivos políticos, étnicos, de género o de orientación sexual».
El escrito exige a las instituciones públicas que la Iglesia Católica «deje de recibir dinero público, que a sus agentes no se les permita acercarse a los menores de edad, y que su jerarquía sea investigada por posibles crímenes contra la humanidad».
Finalmente, la denuncia reclama que «se proceda a la detención e ingreso en prisión sin fianza» de Joseph Ratzinger «hasta la celebración del juicio donde se dicte sentencia conforme proceda en Derecho».
Fuente: lasexta noticias
Detenciones ilegales, abuso de autoridad, agresiones y lesiones contra los ciudadanos, posibles casos tipificados de tortura, es decir, golpes a viandantes o a detenidos al ser esposados y trasladados a la comisaría o al furgón. Esta es la valoración y el análisis de un policía judicial que, a mi lado, repasa cada uno de los vídeos y testimonios que circulan por la red sobre las cargas policiales en Madrid durante la visita del Papa las noches del 17 al 19 de agosto.
Con objetividad fría, alejada de la flema y la opinión de quienes juzgamos lo que está ocurriendo con otros parámetros, sin que en él medie el miedo, por su profesión, que siente cualquier ciudadano al cruzarse con agentes armados en medio del tumulto, este oficial, responsable de operaciones nacionales de gran calado, analiza los videos sin pestañear. Con el único bisturí del Código Penal y los reglamentos que rigen su actuación y comportamiento, observa, escucha, se detiene en el detalle de cada secuencia. La conclusión es grave: hay signos evidentes de brutalidad policial. ¿Cuáles son y cómo están tipificados? ¿Qué podrían estar incumpliendo los policías según las imágenes?
Video de Patricia Horrillo, periodista, 2,10 minutos. El agente le quita el carné de prensa. ¿Por qué motivo? Pregunta ella. “Como te meta una hostia, sácame el DNI, ¡pero ya! ¡detenida! !póngale las esposas!” contesta de corrido. “Sería una detención ilegal. No le ha leído sus derechos ni le comunica en base a qué la detiene”. Finalmente la periodista fue retenida e identificada. Pero, ¿Puede un agente amenazar con “dar una hostia”? “No, es una falta recogida en el Código Penal”.
Video de la agresión a una adolescente y al fotógrafo Daniel Nuevo, 3.15 minutos. Una pareja sube por Atocha. La Policia cruza la acera, les rodea y uno suelta un puñetazo a la chica en la cara. “Puede haber un delito de lesiones si ha sufrido algún daño”. ¿Y si no? “Una falta, castigada con multa, dependiendo de la gravedad”.A continuación, golpean al fotógrafo en la nuca que cae inconsciente al suelo. “Lo más grave de ambos casos es la brutalidad policial, de tal calibre que podría ser considerado como tortura”. ¿Tortura? “Si se entiende que se está menoscabando la integridad moral de las personas, si. Está recogido en el artículo 174 y 175 del Código Penal”.
Video grabado en la calle Carretas. Dos chicas suben hacia Jacinto Benavente abandonando Sol. A paso rápido, sin darse la vuelta. Por la espalda, un agente echa a correr hacia ellas, las arrincona y carga. Su amiga intenta evitar los golpes. Gritan. Un chico, a pie, bicicleta en mano, aparta al agente. Sin oponer ninguna resistencia recibe uno, dos, tres, hasta cuatro porrazos. “Malos tratos y un claro uso indebido de la fuerza”.
Las ‘retenciones’ son habituales según testimonios de manifestantes y periodistas. Les trasladan a un coche policial y permanecen un buen rato hasta que les toman los datos. “Puede estar habiendo una extralimitación, un cruzar la línea entre la detención y la identificación. Dos conceptos que son muy claros: para que haya detención tiene que haber delito o falta. Y en la identificación, hay que buscar los medios necesarios sin emplear la fuerza”. ¿Quién está incumpliendo la ley? Una instrucción de Interior de 2007 y un decreto de la Generalitat de 2008 obliga a policías y agentes antidisturbios a ir visiblemente identificados. Las imágenes muestran cómo alguno se ha retirado la placa o se niega a identificarse.
Alguno de los ocho detenidos durante la marcha laica cuentan cómo, una vez en el furgón, han pegado con más saña a los chicos con perfil punk o cómo las chicas no pudieron lavarse en las 48 horas antes de ver la luz. En algún caso, el motivo para acabar con las esposas puestas ha sido llevar una pancarta. “Un rollo de papel, sin palo ni nada, les dijeron que podía ser utilizado como arma”, cuenta un testigo. En tres semanas seis periodistas han sido agredidos. Sin contar cuántos insultos y golpes se habrá llevado la noche sin grabar.
Si los periodistas, muchos de vacaciones, estamos al tanto de las marchas y cargas, si hay policías (como el que me acompaña a analizar los vídeos) que tienen clara la línea entre el orden y el abuso, la fuerza, imponer el miedo y un largo etcétera de posibles irregularidades… Alguien sabe, ¿Donde está la delegada de Gobierno, Dolores Carrión? ¿Por qué no sale nadie a explicar qué ha ocurrido? Y si los vídeos llevan días colgados ¿Cómo justifica las actuaciones el ministro José Blanco cual “hilillos de plastilina en sentido vertical” que decía Rajoy en pleno desastre del Prestige? La investigación, abierta por Interior, responde a la presión mediática, ciudadana y un gran número de militantes socialistas y cargos de Ferraz que han pedido en las redes depurar responsabilidades junto a la dimisión de Carrión. Sin la presión, ¿Habría reconocido el Gobierno “el uso indebido de la fuerza”? ¿Otra vez, los ciudadanos, haciendo su trabajo?
Fuente: Escolar.net
En una mañana de agosto de 1780 en su finca de la familia de Lawford Hall en Warwickshire, Inglaterra, Anna Maria Boughton dio a su hijo Teodosio un frasco de medicamento para tratar una dolencia permanente – una enfermedad venérea que cogió cuando estudiaba en Eton. En cuestión de horas, Teodosio había muerto.
Cuando salió a la luz que su hermano, John Donellan enjuagó la botella después de que Teodosio bebiera de ella, la sospecha de envenenamiento creció rápidamente. El hecho de que la esposa de Donellan podía heredar la fortuna de su difunto padre y que su hermano falleciera dio lugar a la conjetura de que Donellan tenía la culpa. Si bien hubo un debate acerca de la autopsia, el cuerpo comenzó a descomponerse con el calor de agosto, y no fue hasta que había sido enterrado que se tomó la decisión de «abrir el cuerpo», y se hizo finalmente. Diez días después de la muerte de Teodosio, su cuerpo fue exhumado y un equipo de médicos rurales realizaron la autopsia que, en la farsa de un juicio posterior, sellaron el destino de Donellan.
En su nuevo libro, La condenación de Juan Donellan: un misterioso caso de la muerte y escándalo en la Inglaterra georgiana , Elizabeth Cooke reexamina la medicina y la evidencia, revista New Scientist habló con Cooke para saber si realmente fue un asesinato – o algún otro. misterio para la medicina.
Algunos temas tratados en la entrevista:
¿Cómo de comunes fueron los asesinatos por intoxicación en esta época?
La intoxicación fue el método de elección para algunos asesinos muy famosos. Melodramas de la época están llenos de personas que lentamente envenenan a sus socios a través de arsénico en los alimentos. Y, en efecto, había una gran cantidad de arsénico en torno al Ayuntamiento de Lawford, ya que fue invadido por las ratas. Teodosio era muy aficionado al envenenamiento de las ratas con arsénico.
Hoy, por supuesto, los casos de envenenamiento son raros porque con la toxicología moderna se puede detectar de inmediato. Hay un ejemplo que menciono en el libro de un molinero local, que tenía algunas bayas de un cirujano local que se reducían apirotoxna que es un veneno muy rápido.
Además, el agua de laurel, que la Justicia dictaminó que había sido utilizada en este caso, se utiliza a menudo en pequeñas cantidades en la cocina, por lo que posiblemente habría sido usada también en la cocina.
Por lo tanto, en ese momento, ¿qué podría hacerse para determinar con precisión el veneno como causa de la muerte?
Casi nada, hasta que la química evolucionó. Una de las debilidades de Donellan fue que cuando la autopsia se llevó a cabo – el cadáver se pudre muy rápido en esa etapa – la lengua se hincha y se extendía desde la boca casi tocando la nariz. Para las personas comunes en el jurado, esto habría significado que estaba tratando de expulsar algo de su boca.
Además, los médicos en este caso, decidieron que iban a extraer el agua de laurel y tratar los caballos y los perros antes del juicio. Todos los animales murieron en agonía. Por lo tanto, la conexión psicológica entre el niño que se retuerce con convulsiones – que de nuevo fue de oídas y nunca probada – emparejada a los síntomas de los caballos y perros moribundos. Lo que Sir John Hunter trató de señalar en su testimonio era que no se puede tomar una serie de circunstancias y de ellas extraer una conclusión simplemente porque se parecen a algo a las demás. Tenía que ser probada, y lo que fue terriblemente difícil de probar fue el veneno.
Acceder a la entrevista completa aquí.
Después de una década de intentos fallidos para detener la mutilación genital femenina (MGF) en Egipto, la práctica es finalmente cada vez menos común.
En 1996, el gobierno egipcio prohibió la MGF en los hospitales, aunque los profesionales con licencia la realizaron en otros sitios, así que continuó. Un estudio de 2006 de 3730 niñas de Egipto, llevada a cabo por Mohamed Bedaiwy de la Cleveland Clinic Foundation en Ohio (EE.UU.) y sus colegas, encontraron que el 85 por ciento de las niñas habían sido sometidas a la MGF desde la prohibición. En junio de 2007, el gobierno prohibió la MGF en conjunto.
Para ver si la nueva ley ha sido efectiva, Salah Rasheed en la Universidad de Sohag, en Egipto, y un miembro del equipo de Bedaiwy, encuestaron a 4150 niñas y mujeres con edades comprendidas entre 5 y 25 años, sobre si e habían sometido y cuando a la MGF. Las entrevistas entre 2008 y 2010, encontraron que, en general, el 89 por ciento de las mujeres habían sido sometidas a la MGF en algún momento de su vida, típicamente se efectuaba en las niñas de ocho años. Las tasas anuales parecía haber disminuido después de la prohibición total, sin embargo, en torno a un 11,5 por ciento había sufrido el procedimiento en 2005, pero la proporción se redujo a 8 por ciento para 2007 y 7,7 por ciento en 2009 – el último año considerado en la encuesta.
La incidencia anual había empezado a caer antes de aprobar la ley, sin embargo. Ben Mathews , un abogado especializado en salud pública y derechos de los niños en la Queensland University of Technology (Australia), dice que la discusión del tema y el conocimiento general que rodea a la cuestión «probablemente han catalizado la disminución de la MGF».
«Es importante no esperar que el impacto sea muy importante y repentino», afirma Mathews. «Las creencias pueden ser muy arraigadas y difíciles de modificar.»
Rasheed y sus colegas también entrevistaron a los padres de las niñas. Cuarenta y cuatro por ciento dijo que realizó a sus hijas la MGF para cumplir con las creencias religiosas – a pesar de que la MGF no es en realidad una exigencia del cristianismo o el Islám.
En la región vecina del sur de Israel, por su parte, la práctica de la MGF ha desaparecido prácticamente de dos comunidades de beduinos. Así lo dijo Robert Belmaker de la Universidad Ben Gurion del Negev en Beer Sheva, Israel, en la Conferencia Mundial de Psiquiatría de Asia en Melbourne, Australia, a principios de este mes.
Hace quince años Belmaker encontró que la MGF se realiza comúnmente en las comunidades. Sin embargo, un examen ginecológico y un cuestionario oral de 132 mujeres menores de 30 años en 2009 reveló que ninguna se había sometido al procedimiento .
De acuerdo con Belmaker, aunque las comunidades de beduinos no están integrados en la sociedad israelí corriente, se han vuelto cada vez más occidentalizada desde la independencia de Israel en 1948, lo que explica el cambio. «El cambio social es posible», afirmó.
Fuente: International Journal of Gynecology & Obstetrics, DOI: 10.1016/j.ijgo.2011.02.003
El cuerpo del delito es un frasco entre las pertenencias de la faraona egipcia Hatshepsut, que vivió hacia el año 1450 antes de nuestra era, y que se exhibe en la colección permanente del Museo Egipcio de la Universidad de Bonn (Alemania). Durante tres milenios y medio, el vaso ha contenido un líquido secreto que ha resultado ser mortal.
Esto ha sido descubierto por los investigadores Michael Höveler-Müller y Dr. Helmut Wiedenfeld del Instituto de Farmacología de la Universidad de Bonn. Tras dos años de investigación han llegado a la conclusión de que el frasco no contenía un perfume, sino una especie de loción de cuidado de la piel o quizás la medicación para tratar un eczema. Los farmacólogos han encontrado una sustancia altamente cancerígena. Lo que conduce a la pregunta es, ¿fue asesinada Hatshepsut con la supuesta medicina?
Cuando Michael Höveler-Müller accedió al puesto de conservador del Museo Egipcio de la Universidad de Bonn en 2009, se le ocurrió examinar el interior del vaso que, según una inscripción, pertenecía a la faraona Hatshepsut. El cuello estaba bloqueado por lo que se considera en general «suciedad», sin embargo Höveler-Müller sospechó que también podría ser el tapón de arcilla original. Por lo tanto, es posible que parte del contenido original aún podía permanecer en su interior. Así fue como el Dr. Helmut Wiedenfeld, del Instituto de Farmacia, descubrió lo que buscaban para llegar al fondo de esta cuestión.
En la Clínica de Radiología de Bonn Universitätsklinikum, el frasco fue sometido a un TAC, y la sospecha fue confirmada, no sólo estaba el cierre intacto, sino que el vaso contenía residuos de un líquido seco. En el verano de 2009, el profesor Dr. Friedrich Bootz, del Klinik und Poliklinik für Hals, Nasen-und Ohrenheilkunde (laringología, Rinología y Otología), de la Universidad de Bonn tomaron las muestras, utilizando un endoscopio.
La mezcla contenía elevadas cantidades de aceite de palma y de nuez moscada. «No creo que nadie se ponga tanta grasa en su cara», afirmó el Dr. Wiedenfeld. Dos componentes adicionales dieron la pista al farmacólogo del propósito real de la mezcla, «encontramos una gran cantidad de ácidos grasos insaturados que proporcionan un alivio para las personas con enfermedades de la piel.» Y aquí es donde el egiptólogo fue capaz de añadir una pieza más del rompecabezas, «de hecho, es sabido que hubo casos de enfermedades de la piel en la familia de Hatshepsut.» Las enfermedades inflamatorias de la piel, como lapsoriasis tuvieron, en gran medida, un componente genético.
Otro grupo de ingredientes indican que esta sustancia no presentaba una fragancia agradable, todo lo contrario, para luchar contra el gran picor, los farmacólogos encontraron una gran cantidad de hidrocarburos derivados de la creosota y del betún. Actualmente, las cremas que contienen creosota son utilizadas para tratar enfermedades crónicas de la piel. Debido a los efectos potencialmente cancerígenos de algunos de sus ingredientes, la creosota ha sido prohibida completamente en los cosméticos, y medicamentos que contienen creosota sólo se expenden bajo prescripción facultativa.
En particular, lo que también detectaron, fue benzopireno, un peligroso hidrocarburo aromático que consta de varios anillos de carbono. «El benzopireno es una de las sustancias cancerígenas más peligrosas que conocemos», explicó el Dr. Wiedenfeld, por ejemplo, el riesgo de contraer cáncer de pulmón por el humo del cigarrillo viene esencialmente a partir de esta sustancia.
¿Estuvo Hatshepsut envenenándose sin saberlo? «El una hipótesis posible», declaró el Dr. Wiedenfeld. «Si nos imaginamos a la reina con una enfermedad crónica en la piel, y que encontrara mejoría a corto plazo con ello, eso pudo haberla expuesto a un gran riesgo en los últimos años». Michael Höveler-Müller añadió que «sabemos desde hace tiempo que Hatshepsut tuvo cáncer y que, tal vez, fuese la causa de su muerte, ahora sabemos que fue la verdadera causa.»
Fuente: PHYSORG.COM
Cuentan que en la Edad Media un hombre fue injustamente acusado de asesinar a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona influyente y muy poderosa, por lo que buscaron a un “chivo expiatorio” para encubrir al verdadero culpable. El hombre fue llevado a juicio, conociendo que tendría poca oportunidad de escapar al veredicto: ¡ LA HORCA ! El Juez, también cómplice, cuidó de que pareciera un juicio justo y le dijo al acusado:
– “Conociendo tu fama de hombre devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino”
Por supuesto, el juez corrupto había preparado dos papeles con la misma palabra: “CULPABLE” y la pobre víctima se dio cuenta que era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
El hombre inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y, llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente.
– “Pero… ¿qué hizo?… ¿Y ahora?… ¿Cómo vamos a saber el veredicto?”
– “Es muy sencillo” respondió el acusado. “Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí”
Con mala gana tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Fuente: Gritar es digno