Fuente: iustopía
El gobierno que ¿preside? Mariano Rajoy está a punto de rebasar todos los límites. Su estaca contra el ciudadano corriente en beneficio exclusivo del banquero es un obsceno ejercicio de irregularidad: subir el IVA al 21 por ciento –hizo una campaña en contra con recogida de firmas cuando el PSOE lo subió la cuarta parte que él- , robarle la paga de navidad a los funcionarios, recortarle la prestación de desempleo a los parados, modificar la base de cálculo de las pensiones sobre la totalidad de la vida laboral, bajarle dos puntos a la cotización de los empresarios a la Seguridad Social… todo, todo, encaminado y dirigido a que una clase social pague los excesos y los tributos de otra.
Ni siquiera un gesto, ni siquiera una mínima subida de impuestos a las clases altas, a las grandes fortunas, todos a pagar el despilfarro de la banca especulativa y su burbuja inmobiliaria.
Este indeseable presentaba como “éxito” personal lo que él llamaba “préstamo” a la banca, sin contrapartidas para la ciudadanía. ¡Qué no había contrapartidas! Hasta 32, anunciadas en su cueva de ladrones del palacio de San Jerónimo, y todas lesivas, sangrientas y arrasadoras contra las clases populares. Ni una sola palabra para la lucha de los mineros que a la misma hora llenaban de sudor y dignidad las calles de Madrid.
Hay una ira neta, un espíritu del exprimido hasta la última gota que nos lleva a vomitar viendo como las ¿señorías? peperas aplauden unas medidas que son un escarnio y una vergüenza colectiva, un entierro de conquistas y libertades, la gran mentira sobrenadando sobre el espíritu de la democracia inútil. Porque además no servirán para nada, son la gran estafa orquestada por el capitalismo contra el mal llamado “estado del bienestar”. No han servido para nada en Grecia, ni en Irlanda, ni en Portugal, o si, han servido para lo que se propusieron, socializar las pérdidas de la banca especuladora mundial y llenar el mundo de oprobio, miseria y esclavismo.
Fuente: Lucas León Simón
Si se quiere reescenificar el Reino del Terror de Robespierre, esa nostalgia por la revolución francesa de todos los ciudadanos sanguinarios, la guillotina de “Ikea” es el producto perfecto, una dulce compañera para perder la cabeza. Por sólo 99 euros puedes adquirir tu guillotina, la cual puede realizar hasta 100 ejecuciones al día. Además cuenta con la característica ligereza y versatilidad del imperio de muebles sueco: es fácil de armar, se desdobla, ocupa poco espacio y tiene un diseño simple mas estético.
Según los creadores la Sokkomb es “un nuevo producto de bajo costo específicamente diseñado para todos los ciudadanos interesados en hacer justicia por sí mismos”. ¿Sientes que vivimos en tiempos injustos, que el gobierno sólo cuida sus propios intereses, o que estás desprotegido? “¿Estás lleno de energía? Tienes muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas. Te molesta cada vez más la presencia de todo esos criminales, inmigrantes y gente bonita que mejor quisieras deshacerte de ellos.
De las muchas cosas poco agradables que ha anunciado esta mañana Rajoy, creo que es importante llamar la atención sobre una que tal vez pase, inicialmente, desapercibida, y que es preocupante, aunque tal vez, por su componente populista, sea de las que menos contestación produzca. Con la excusa del ahorro, se propone reducir el número de concejales, en un 30%, en proporción al tamaño actual que tienen los ayuntamientos, que depende de su población. Sin embargo, aquí nos están dando gato por liebre, porque la reducción de gasto será probablemente muy pequeña, pero los efectos políticos de la decisión son muy importantes, haciendo el sistema electoral menos proporcional, favoreciendo el bipartidismo y reduciendo las posibilidades de que los pequeños partidos o agrupaciones vecinales formen parte de los ayuntamientos. Es decir, facilitando aún más que los que están dentro del sistema político, que tan bien han gestionado nuestro dinero, lo sigan haciendo sin control ni supervisión ni dar explicaciones a minorías peleonas.
La inmensa mayoría de esos concejales no cobran un sueldo, sino dietas por asistencia a plenos y comisiones. Es cierto que pueden ser absurdamente altas, como en el famoso caso de la junta de gobierno de Alcantarilla (Murcia), que costó 1750 euros en dietas para aprobar una subvención de 292,5 euros. Pero Rajoy ha anunciado también que se va a regular «la retribución» de los alcaldes y concejales, lo que perfectamente puede cubrir no solo los sueldos, sino también las dietas por asistencia a reuniones. De manera que si se regula que su remuneración (en sueldos o dietas) no pueda ser demasiado alta, la reducción de gasto de un pueblo, pongamos, de 8.000 habitantes, por pasar de 13 a 9 concejales sería muy pequeña.
El efecto político, en cambio, sería considerable. Con 13 concejales un partido que obtenga un 7,14% de los votos tiene garantizado al menos un concejal en el ayuntamiento, mientras que con nueve concejales ese porcentaje sube al 10%. En la práctica, esos porcentajes, calculados para la situación más desfavorable, no suelen ser necesarios, y se puede conseguir un concejal con menos votos. Pero siempre es más difícil cuantos menos concejales haya que repartir. Si los partidos pequeños se quedan sin concejales, estos se van a los partidos grandes, claro, que reciben un extra de representación, y que puede permitir que un partido con, pongamos, un 40% del voto, consiga la mayoría absoluta, gracias a que los pequeños partidos no entran en el reparto.
Artículo completo en: Malaprensa
Ante el elevado número de diputados del Partido Popular valenciano imputados por diversos delitos de corrupción y estafa, el juez ha ordenado que la policía instale grilletes en sus asientos de las Cortes Valencianas, a fin de que puedan seguir participando de la vida política sin riesgo de que puedan escapar a la acción de la justicia. Además, los parlamentarios imputados que finalmente sean condenados, podrán cumplir sus penas en el mismo escaño mientras siguen sirviendo a su partido. A tal efecto, los ujieres de las Cortes se encargarían del aseo personal y de la alimentación de los reos. El presidente de las Cortes podría autorizar también la instalación de un bidet en el escaño.
El patológico apego al sillón de diputado, por parte de los políticos del Partido Popular valencianos, podría ser la causa fundamental por la que el juez se ha decidido a adoptar tan excepcional medida. Al parecer, algunos parlamentarios imputados se quejaban de fuertes dolores de cabeza, sarna y desasosiego ante la mera suposición de que pudieran ser apartados de su escaño. El propio presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, asegura que perdió apetito, peso político y atractivo físico durante el tiempo que estuvo siendo juzgado por el caso de los trajes. “No sabía como sentarme”, declaró el ex presidente en una ocasión.
Aunque en un principio solo se iban a colocar grilletes en once de los cincuenta y cuatro escaños del Partido Popular, la velocidad con que están aflorando las imputaciones en el Parlamento valenciano podría llevar al juez a disponer que se instalen los hierros de seguridad en todos los escaños de los diputados populares. “No podemos estar llamando albañiles y cerrajeros cada dos por tres”, ha dicho el magistrado.
La medida ha causado estupor entre las filas de los socialistas y en el colectivo de presos de Picassent y Alcalá Meco. Los ladrones de arroz y huevos piden cumplir sus sentencias en los propios supermercados donde fueron detenidos.
Fuente: Rokambol News