Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido como Joseph Conrad(Berdyczów, entonces Polonia, actual Ucrania, 3 de diciembre de 1857 – Bishopsbourne, Inglaterra, 3 de agosto de 1924), fue un novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria. Conrad, cuya obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano, está considerado como uno de los grandes novelistas en lengua inglesa, a pesar de que no hablaba esta lengua de manera fluida hasta después de cumplir los veinte años (y entonces siempre con marcado acento polaco).
Fuente: Wikipedia
La primera unidad del Pray-O-Mat se hainstalado en la Universidad de Manchester para ver la viabilidad de su posterior implantación en las calles. Y es la culminación de un proyecto de tres años y más de medio millón de euros de presupuesto del Centro de Investigación de Arquitectura de la Universidad de Manchester, que busca nuevos espacios públicos de multi-rezo a bajo coste.
El diseño del Pray-O-Mat es del alemán Oliver Sturm (en un principio fue bautizado como “Gebetomat”), un hombre que ha visto el hueco de mercado dejado por las fallidas cabinas públicas de rezo que la ciudad de Chicagoinstaló en sus calles hace 3 años. En esta ocasión, como rezar conlleva saberse las plegarias, el Pray-O-Mat es automático y las almacena en su disco duro; sólo hay que tocar la pantalla táctil para acceder a ellas, que sonarán gratificantes por los altavoces del habitáculo.
Además de la oración al Padre, existen bendiciones budistas, islámicas, canciones devocionales aborígenes, bendiciones de vudú y el solemne canto de una congregación judía ortodoxa. Incluso Tom Cruise podría liberarse con cinco minutos de oraciones de la Cienciología incluidos también en catálogo digital, junto con archivos de radio como una grabación de misioneros entonando temas religiosos de 1903.
El servicio es totalmente gratuito, pero para concluir en paz el usuario sólo tiene que dejar una donación en el cepillo con forma de ranura de monedas.
La funcionalidad de cualquier órgano o parte anatómica de un ser vivo no es algo “diseñado” sino algo producto del proceso evolutivo y el azar. Lo que ocurre es que tras millones de años de evolución el grado de sofisticación adquirido por los seres vivos hace que nos podamos preguntar sobre casi cualquier parte de su anatomía esto mismo: “¿para qué sirve?”, ya que todo ha quedado muy perfilado y se ha mantenido a lo largo de la evolución por un motivo concreto.
La “huella dactilar” es una estructura presente en la yema de los dedos formada por las crestas papilares, que no son más que glándulas de secreción de sudor situadas en la dermis. Mediante los poros existentes en estas crestas el organismo segrega gotas de sudor, las cuales al mezclarse con la grasa siempre presente en la piel hacen que nuestra “huella” quede impresa en cualquier superficie que toquemos. La estructura que forman estas crestas papilares en nuestros dedos es única para cada persona, generando un mosaico que nos identifica biunívocamente. Esta estructura viene -parcialmente- determinada por nuestros genes, aunque también influyen determinados factores durante el desarrollo embrionario. Una vez definida la huella ya permanece inalterada de por vida (se considera que quedan completamente formadas en la semana 19 de gestación). Podemos decir que una estructura inicial viene definida genéticamente; el resto depende un poco del azar ocasionado por pequeñas fuerzas que atienden a patrones no lineales, según las últimas investigaciones que le han dado un enfoque matemático (teoría de Kücken-Newell). Se basan en cinco estructuras primarias:
A nivel biológico, ¿para que pueden servir estas huellas?. La respuesta es sencilla según los expertos en anatomía evolutiva:
Cabe destacar, por último, que en las extremidades inferiores (en los dedos de los pies) también disponemos de huellas dactilares, aunque estas han perdido su utilidad biológica en nuestra especie, ya que no manipulamos objetos con ellas, pero históricamente tuvieron una función similar.
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Existe un caso clínico, una patología, que convierte a una persona en un muerto viviente real. El Dr. Cotar describió por primera vez esta rara enfermedad y quién además se interesó muchísimo, como demuestra el estudio realizado sobre Mademoiselle-X, obviamente un alias para defender la intimidad de la paciente. Esta señora, por ejemplo, creía carecer de diversas partes de su cuerpo y de la necesidad de alimentarse, ya que estaba muerta. Como había muerto pero no había ido ni al cielo ni al infierno comenzó a negar la existencia de Dios y el diablo. Más adelante llegó al punto de creer que estaba eternamente condenada y que ya no podría morir de una muerte natural.
Los pacientes con este síndrome llegan a creer que sus órganos internos han paralizado toda función, que sus intestinos no funcionan, que su corazón no late e incluso que se están pudriendo, llegando a presentar alucinaciones olfativas que confirman y alimentan su delirio, como olores a carne putrefacta o deformaciones visuales.
En sus estadíos más profundos el paciente llega a defender la idea de que en realidad él mismo está muerto e incluso que han fallecido familiares o amigos, aunque pueda verlos e interaccionar con ellos. En ocasiones, como en el caso de Md.-X, presentan un una idea de inmortalidad, como si se hubiera convertido en un “alma en pena” o un zombie. Cuando el síndrome aparece de manera aguda, el afectado comienza a negar la existencia del exterior y e incluso la propia existencia, provocando un aislamiento del mundo. En ocasiones, también presentan una ausencia de sensación de dolor, unida a automutilaciones, ideas suicidas y diversos tipos delirios, como por ejemplo los de sentir gusanos bajo la piel.
Este síndrome de irrealidad profunda ha sido descrito ya en algunas ocasiones modernas y tratado con terapia Electroconvulsiva (o TEC) la cual parece dar buenos resultados al restablecer el flujo sanguíneo en zonas afectadas de la corteza frontal, ganglios basales y tálamo, según indican los análisis de IRMf aplicados a los pacientes. Sin embargo, no se ha hallado todavía un patrón significativo o repetitivo en las lesiones cerebrales por lo que se desconoce la causa del mismo.
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Los descomponedores son los únicos organismos que, en su nutrición, transforman la materia orgánica (de cadáveres, excrementos, restos vegetales) en inorgánica, permitiendo así el reciclaje de la materia en los ecosistemas.
Fuente: La ciencia es bella