Colombia tiene su propio mito ridículo: se trata de no sentarse en la silla del bus cuando queda libre, por miedo a que se pueda transmitir algún tipo de enfermedad (!) y espera a que el lugar se enfríe.
Es la superstición autóctona y es igual de absurda que las globales:
El médico de la Universidad de Caldas, Felipe González, dice al respecto que no ha sabido de ningún tipo de dolencia derivada de sentarse en puestos tibios. “Las hemorroides se dan por presión intrabdominal y los granos en las nalgas por irritaciones en la piel debido a diferentes causas, como el roce con la ropa o pequeñas bajas de defensas en la sangre”.
Y es una lástima que después de haber desmitificado tan bien esta ridiculez, los periodistas le hayan dado cabida a una explicación ‘metafísica’. Pero quedémonos con lo cuerdo.
Fuente: DE AVANZADA
Mark Edward un ‘psíquico’ que engañaba a las personas en Los Angeles (EE.UU.) acaba de publicar un nuevo libro -prologado por James Randi-, en el que confiesa que siempre estuvo fingiendo:
En su nuevo libro complicado pero fascinante, «Psychic Blues: Confessions of a Conflicted Medium» (Feral House), el Sr. Edward, de 61 años, se sincera sobre los trucos que ha utilizado para engañar a las personas desde que comenzó a trabajar la escena mágica de Los Ángeles en la década de 1970. Su libro es una extraña mezcla de autocompasión, autojustificación y arrepentimiento genuino – y una mirada obligatoria al territorio en disputa donde el entretenimiento se encuentra con la religión, donde algunos practicantes piensan que realmente pueden practicar ambas al tiempo mismo
¿Qué lo hizo confesar?
En una entrevista esta semana, el Sr. Edward dijo que después de años de simpatizar con los escépticos pero hacer dinero con la credulidad de la gente, él sintió que tenía que tomar partido.
«Mi conciencia – ya no pude hacerlo», dijo el Sr. Edward. «Había estado caminando por ambos lados de la línea. Mis amigos magos» -muchos de los cuales son escépticos- «pensaban que me estaba vendiendo a los psíquicos, y los psíquicos que me estaba vendiendo a los escépticos».
Fuente: Friendly Atheist
Mientras que los países civilizados se encaminan a prohibir la circuncisión infantil, uno de los medios más importantes del país se prestó para ser altavoz de la anticiencia.
Así es. El Espectador publicó una nota asegurando rotundamente que la circuncisión previene el contagio de VIH:
“Se han realizado tres experimentos en Kenia, Ruanda y Sudáfrica, respectivamente, que han demostrado que la circuncisión masculina proporciona un efecto protector contra la adquisición del VIH por transmisión sexual entre un hombre y una mujer. Actualmente estamos trabajando en un total de 13 países africanos. Estos informes se publicaron en los años 2005 y 2007”, señala Karin Hatzold, doctora residente en Zimbaue y responsable del área de VIH de Population Services International (PSI), que también participó en la charla. «Pero se han realizado otros estudios desde entonces, especialmente en Kenya, que hablan de una reducción del riesgo de hasta un 70%», añadió.
El problema es que eso es mentira. Es una mentira como lo dejó claro Brian Earp, al explicar que esos supuestos ‘estudios’ no fueron llevados a cabo con ninguna rigurosidad, ni siguiendo el método científico.
Siguiendo con este mismo asunto, los enlaces indicados:
De Avanzada: Mala ciencia y mala prensa en ABC del Bebé
De Avanzada: El Espectador sigue defendiendo la circuncisión
Fuente: DE AVANZADA
En el blog MedTempus aparece un post muy indicativo de como actúan muchas empresas que ofrecen «productos milagro», basándose en supuestas investigaciones médicas.
Zonair 3D hacía afirmaciones sobre falsos beneficios sobre las burbujas de aire puro, que se indican seguidamente:
Proporciona un tratamiento antienvejecimiento de forma natural
Mejora de la oxigenación física y mental
Un ambiente con el O2 adecuado, favorece el colágeno y la elastina de la piel
Y otros beneficios, que, aunque sí son reales, sólo existen durante el tiempo que el individuo permanece dentro de la burbuja. Como por ejemplo:
Reduce drásticamente el nivel de metales pesados que respiramos en el aire
Elimina la absorción de sustancias cancerígenas producidas por la polución ambiental
Y aquí la opinión, enviada a Zonair 3D, por la autora del blog: Aunque el producto podía resultar muy útil para determinados ámbitos (quirófanos móviles, pacientes inmunodeprimidos, etc) estaba plagado de publicidad engañosa.
Desafortunadamente, dicha opinión no fue bien acogida, quizás porque lo que esperaban era a alguien acrítico que hiciera una complaciente publicidad. Como respuesta a la afirmación, obtuve un burdo intento del director ejecutivo para engañarme con palabrería médica y científica, al más puro estilo Sokal, que cualquiera con unos mínimos conocimientos y sentido común hubiera detectado como un espeso humo de esencias marketinianas.
Al final, no mostraron ningún estudio científico publicado que avalase los supuestos beneficios para la salud, pero sí había muchos coleguitas médicos dándote su palabra firmada de que servía. Con el agravante, además, de que algunas de esas afirmaciones no se sustentan desde los conocimientos médicos actuales.
¿Qué sentido tiene estropear la reputación y credibilidad de una empresa que vende un producto que puede ser muy útil para determinados ámbitos (por ejemplo, quirófanos portátiles) pero que engaña diciendo frases como que es “un tratamiento antienvejecimiento natural” para vender en el mundo de la belleza y cosmética? ¿Merece tanto la pena diversificar y ampliar el ámbito de ventas como para pasarse el rigor científico por el forro cuando se estime conveniente? En cuanto a los médicos, aquellos que realizan informes por encargo con un nulo valor científico, ¿de verdad merece la pena lo que hayan podido pagar por dar una engañosa reputación científica al producto? Aquí, me temo, la avaricia ha roto el saco de los principios éticos.
Artículo completo en: MedTempus
Bajo licencia Creative Commons
La Universidad de la Sabana, centro de adoctrinamiento de jóvenes del Opus Dei en Colombia, está preparando un congreso para promover la homofobia y el desprecio por las libertades individuales. Si creyeron que tenía que este carnaval del odio por la libertad y promoción de la discriminación está siendo enmascarado como una defensa de la familia, ¡adivinaron! – VI Congreso Internacional de la Familia.
A propósito del dichoso congreso, El Tiempo entrevistó a dos reconocidos homófobos, supuestamente expertos en relaciones de pareja. No dijeron más que ridiculeces, pero la que más llamó la atención fue esta respuesta del impresentable Aquilino Polaino:
¿Por qué el matrimonio?
Es imprescindible porque es el ámbito natural, dotado para acoger, amar y cuidar a los hijos en su desarrollo y crecimiento. Los hijos necesitan de un padre y de una madre, y el matrimonio es la institución que garantiza esa necesidad.
Oh, sí. Es que nos la pasamos observando a los leones desposar a las leonas, y a las abejas contrayendo nupcias, mientras que los chimpancés proponen matrimonio con anillos y los pescados escriben sus votos – súpernatural.
Lo del padre y la madre es un delirio, por supuesto que le es impuesto por su amo mental, Benedicto XVI para seguir promoviendo que los homosexuales sigan siendo ciudadanos de segunda clase.
Curiosa forma de amar al ‘pecador’: impidiendo, aún con mentiras, que ame a quien le da la gana.
Fuente: DE AVANZADA
El ADN es una molécula que sirve para almacenar información genética, pero no para quitar las arrugas. Por lo tanto el efecto de todas estas cremas “mágicas” es el mismo que todas las cremas hidratantes, solo que mucho más caras.
Es conocida la desvergüenza de muchas empresas de cosméticos a la hora de publicitar sus productos. Con alegría y poco rigor suelen mezclar conceptos científicos con otros que no lo son y trufar sus anuncios con un lenguaje pseudocientífico, que puede servir para convencer a un cliente poco informado. Entre ejemplos recientes podemos encontrar la crema basada en células madre de manzana o cuando L’Oréal decidió que la arginina no era un aminoácido porque sonaba mal.
En los años 90 del siglo pasado empezaron a venderse cremas con ARN vegetales como antienvejecimiento. El problema es que el ARN siempre tiene la misma composición química, sea vegetal o de virus. Lo que cambia entre diferentes organismos es el orden de las piezas que lo forman (los ribonucleótidos), es decir, la secuencia. Además es una molécula muy inestable y nuestra piel (para defenderse de los virus) tiene moléculas que degradan ARN, por lo que suponiendo que los ARN vegetales se conserven en la crema, al contacto con la piel se degradaran por lo que dará igual que fueran de pepino, de rata o del virus de la gripe. Por lo demás ¿los ARN (enteros o degradados) tienen algún efecto sobre la piel? No, fuera de su contexto dentro de la célula donde realizan diversas funciones, son moléculas muy aburridas y desde luego, no quitan las arrugas. Esto no quita que varias empresas de cosmética sigan explotando el filón.
El ADN en las células de la piel no entra, pero ¿Tiene algún efecto sobre la epidermis? El ADN no tiene actividad enzimática como antioxidante, ni sirve para regenerar el epitelio, ni tiene capacidad para hidratar, por lo tanto, mal vamos. Siendo muy generoso, el único efecto positivo sería que si te pusieras muchísimo ADN en la piel (la composición no dice que porcentaje de la crema es ADN) podría recibir parte de la radiación UV del sol y si degrada el ADN foráneo no degradará el de la célula, por lo tanto protegería de la radiación de sol, pero esto es una tontería porque cualquier protector solar es mucho más efectivo y más barato que ponerse ADN en la piel. Ives Rocher también está en el negocio, en plan fino, es decir con ADN vegetal, aunque no dicen de que planta. Además según la publicidad engañosa de Ives Rocher el ADN vegetal tiene más propiedades que el anillo de Frodo, protege, revitaliza, regenera, depigmenta, ilumina…
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