Pero dejando aparte las múltiples promesas hechas por el señor Rajoy durante su etapa de oposición y campaña electoral, y todas ellas incumplidas, como ya se ha repetido tantas veces, el hecho incuestionable es que, con herencia y sin herencia, lo que ha conseguido, y festeja, este Gobierno durante el año es medio millón más de parados y subiendo, déficit incontenible, empobrecimiento general, subida de prácticamente todos los impuestos y tasas, reducción de gasto en servicios públicos esenciales, reforma laboral supresora de derechos largamente conquistados, reducción de salarios, supresión paga extra Navidad, trabajar más horas por el mismo salario, disminución drástica de indemnización por despidos, no actualización de pensiones, aumento desahucios por no pago de hipoteca o impago de alquiler en un 134%, recortes durísimos en sanidad y educación, menos días libres, economía en recesión creciente, crispación social, dos huelgas generales y protestas continuadas de profesiones más destacadas, nulo crecimiento empleo, disminución del consumo, sin perspectiva alguna de creación de empleo, amnistía para defraudadores, congelación sueldo funcionarios, copago medicamentos, tasas judiciales abusivas, negación ayudas a enfermos dependientes, negación asistencia sanitaria a inmigrantes sin papeles, empeoramiento conflicto territorial catalán, retroceso ideológico escandaloso, endurecimiento policial, limitación derechos civiles, indultos perversamente intencionados, connivencia con la Iglesia Católica y mantenimiento de privilegios económicos y educativos, y, sobre todo, la lacerante angustia transmitida a los españoles ante su futuro, con predicción de los organismos internacionales de que en 10 años el 40% de la población vivirá en la pobreza. Y aún dice Rajoy que han sido equitativos a la hora de repartir esfuerzos. Y así hasta ocupar toda la extensión del artículo. ¡Y todavía presumen y se muestran satisfechos! Nada de autocrítica. Todo fantástico. La culpa, toda, siempre es del otro, nunca de uno mismo. El cinismo del PP. ¿Puede un Gobierno hacer lo que quiera?
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