Pues sí, si no es una pseudociencia es cuando menos una doctrina con muchísimas afirmaciones pseudocientíficas.
Me explico: el marxismo pretendió describir el desarrollo de todos los procesos universales (materialismo dialéctico) y de la historia en concreto (materialismo histórico), con una serie de leyes obtenidas mediante la argumentación escolástica, que nunca sometió a prueba, que nunca pasaron por ser hipótesis a comprobar. Lo que sabemos hoy es que algunas observaciones muy agudas de Marx (como el cambio cualitativo como resultado de los cambios cuantitativos) son filosoficamente estimulantes pero no tienen el grado de ley científica.
Marx se equivocó. Decir esto todavía es tabú, pero es un hecho. La historia no se mueve como él decía, la realidad es distinta, su materialismo resultó idealista. Una pena. Esto no anula para nada ni la aportación de Marx a la filosofía ni mucho menos su aportación al estudio de la economía, que no niegan ni los más lerdos del Tea Party. Pero por supuesto que el marxismo, el materialismo dialéctico o el histórico, no son «científicos», como creyó Marx y se hartaron de decir los líderes de países «comunistas» mientras promovían (y promueven) la anticiencia, se trate de Lysenko o de Ulises Sosa.
Toda ideología política no sustentada en datos de la realidad, en el mejor conocimiento científico disponible, podría considerarse una religión política, incluso una religión secular. Cuando el neoliberalismo afirma que «la empresa privada es por definición mejor gestora que el sector público» está enunciando un dogma no comprobado y del cual hay excepciones suficientes como para poder decir que es falso. Cuando el neoconservatismo señala que los pobres lo son «porque quieren» está asumiendo que se parte de condiciones iguales, lo cual también es una creencia demostrablemente falsa.
Curiosamente, son los adeptos de otras religiones políticas los que suelen acusar al marxismo (y en general al socialismo y a la izquierda) de ser religiones políticas. Lo evidente es que tanto el marxismo como otras formas de pensamiento sociopolítico han sido asumidas como religiones por sus militantes. Y allí dan igual de miedo todos, no por sus ideas, sino por ser cerrados y fanáticos, y generalmente bastante poco dados al diálogo y menos a cambiar sus opiniones si los datos los contradicen.
Otras religiones políticas o seculares que se me ocurren ahora son el ecologismo, el alternativismo en general, la contracultura, la anticiencia y toda la vision posmoderna.
Fuente: elnocturno
Todos conocen la ridícula historia de Abraham e Isaac.
Algo por el estilo acaba de ocurrir en Venezuela – un tipo mató a su propia madre, porque dios le prometió que eso garantizaría la recuperación de Hugo Chávez:
José Alberto Alviárez, de 40 años, le quitó la vida a su madre, Eduvina Alviárez Suárez, de 80 años, en medio de un oscuro ritual religioso, que, según dijo tras ser capturado, fue una órden divina para que el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se recuperara.
Según publica en su versión digital el diario venezolano ‘El Universal’, el hombre «golpeó fuertemente a la anciana en la cabeza y después le cortó las manos y brazos. Posteriormente le prendió fuego».
Si el cristianismo y el chavismo son dos delirantes cultos mesiánicos capaces de increíbles atrocidades, no es de extrañar que este sea el resultado de una especie de sincretismo entre ambos.
Fuente: DE AVANZADA
Los científicos aún no tienen la certeza de las causas que originan mayores riesgos en las personas espirituales a comprometer su salud mental.
Las personas que tienen creencias espirituales, aunque no necesariamente ligadas a una religión, tienen un 50% más riesgo de presentar trastorno de ansiedad, entre otros problemas mentales, de acuerdo con investigadores de University College de Londres.
Michel King, director del estudio publicado en British Journal, explica que las personas espirituales, a diferencia de ateos, agnósticos o religiosos, son más propensas a padecer trastorno de ansiedad, fobias y neurosis, trastornos de la alimentación y problemas de drogas, según el diario telegraph.co.uk
El estudio está basado en una encuesta realizada a 7403 hombres y mujeres seleccionados al azar en Inglaterra, quienes fueron interrogados acerca de sus creencias espirituales y religiosas, así como su estado mental.
De los participantes, 35% se describieron como “religioso”, es decir, que asisten a una iglesia, mezquita, sinagoga o templo. Cinco de cada seis de este grupo eran cristianos. Alrededor del 46% se describe como ni religioso ni espiritual, mientras que el 19% restante dijo que tenían creencias espirituales, pero no se adhieren a una religión en particular.
Los miembros de este último grupo eran 77% propensos que los demás a ser dependientes de las drogas, 72% más propensos a sufrir de una fobia, y 50% con más probabilidades de tener un trastorno de ansiedad generalizada. También eran 40% más probabilidades de estar recibiendo tratamiento con fármacos psicotrópicos, y en un 37% mayor riesgo de trastorno neurótico.
Los investigadores aún no tienen la certeza de las causas que originan mayores riesgos en las personas espirituales a comprometer su salud mental, con padecimientos como el trastorno de ansiedad.
Sin embargo, de acuerdo con información la BBC, estos podría deberse a que las personas con creencias espirituales, pero no religiosas, están expuestos en menor medida a desafíos mentales. Además, este estudio parece revelar una relación clara entre la creencia religiosa y la felicidad, lo cual podría ser un factor determinante.
Fuente: Perú.com
Mauricio-José Schwarz responde qué es el posmodernismo:
Es una forma de referirse en general a varias expresiones filosóficas más o menos interrelacionadas y que se basan principlamente en el postestructuralismo, una forma alambicada de neorromanticismo que, como el romanticismo (obvio) rechaza la razón, la ciencia, las relaciones causales y de hecho el concepto mismo de la realidad. Las cosas, para los filósofos postmodernistas, no tienen propiedades intrínsecas, sino que las obtienen del discurso social que crean los grupos e individuos. El fuego sólo quema si tu «discurso social» dice que quema. El médico brujo cura cuando tu discurso social dice que cura, pero deja de hacerlo cuando cambia el discurso y dices que no, lo que cura es la medicina basada en evidencias.
Los debates filosóficos más alambicados entre los estructuralistas y los postestructuralistas pueden omitirse. Son dos puntos de vista filosóficos que _creen_ ciertas cosas y las defienden como defienden sus ideas los filósofos, es decir, con argumentos escolásticos y no con hechos, evidencias, pruebas y experimentación. Cosa que por otro lado sería bastante difícil considerando que la filosofía posmodernista rechaza la existencia misma de los hechos y la evidencia probatoria. Y, como con el romanticismo, el posmodernismo ha creado o estimulado ciertas formas de expresión artística interesantes y atractivas, pero como forma de explicar el mundo fracasa estrepitosamente.
Lo relevante es cómo el pensamiento postmodernista (o partes del mismo, allí no se ponen de acuerdo los filósofos) se ha trasladado al público en general. Aunque se presenta originalmente como progresista y de izquierda, dedicado a la crítica de lo occidental y de toda la civilización occidental, en última instancia termina siendo la gran coartada de la ultraderecha neoliberal.
Esta última instancia viene dada por su relativismo original: nada es real, todo es discurso, no hay objeto a interpretar sino sólo sujeto que interpreta, nada es narrado y todo es narratva. Si todo depende del discurso, de la lectura, de la narrativa, no hay derechos esenciales ni asideros efectivos en la realidad. La visión de los talibanes respecto del papel de la mujer en la sociedad es tan válida como la visión de los derechos esenciales y la igualdad de géneros. Vivir con hambre es tan natural como vivir en la sobreabundancia estadounidense, atenderse con el chamán es equivalente a atenderse con las más modernas herramientas de la medicina y caminar veinte kilómetros con una carga de arroz a la espalda no tiene diferencia real con ser una ejecutiva de Wall Street con zapatos de Louboutin y perfume Chanel.
El problema es que los que dicen esto generalmente son los que viven en la sobreabundancia, se atienden con las más modernas herramientas de la medicina y son ejecutivos de Wall Street. La visión posmodernista no tiene muchos adherentes entre los indios que tienen aspiraciones delirantes como comer bien, educarse, tener zapatos, disfrutar electricidad y agua corriente e incluso, ¡vaya osadía! comer pasteles y tener consolas de juegos.
Gran parte del New Age y el ecologismo se nutren de ideas (digámosles así) del postmodernismo. El rechazo a occidente llega a niveles delirantes como asegurar que el cálculo infinitesimal, las leyes de la gravitación y de la óptica no pueden ser reales porque las formuló un terrateniente británico blanco del siglo XVII, y por tanto se deben buscar nuevos discursos, estéticamente más placenteros y provenientes de personas que sí pasen los altos estándares de los postmodernos, para explicar la gravitación o hacer cálculos o negar la refracción y la difracción (sin dejarse en casa las gafas, claro, si no no ve uno nada). La izquierda del anticrecimiento y el antiprogreso juega a eso divinamente: no es sostenible el nivel de consumo de occidente (afirmación discutible), además de que es malo para el planeta (¿y a ti quién te nombró portavoz del planeta y cómo sabes que es malo o cuál es el orden natural de las cosas?) y debemos cambiar el mundo para no seguir creciendo (ni se plantean crecer de otro modo, aprovechar de modo distinto los recursos). ¿Qué quiere decir esto? Bueno, además de romper escaparates de tiendas de McDonald’s implica advertirle a latinoamericanos, africanos y asiáticos que ni de coña se atrevan a soñar en tener el nivel de vida que tienen sus defensores de este lado del asfalto, que los blancos malvados ya se acabaron el pastel y que no debemos hacer más pastel, así que, convertidos en María Antonietas de Mundo Bizarro, dicen «que coman pan, y sin levadura».
La crítica más obvia al postmodernismo es que pese a asegurar que la realidad se crea con sólo desearlo (que es lo mismo que dice el New Age o ladrillos como «El Secreto«) es que sus proponentes miran a los dos lados de la calle antes de cruzar. Es decir, en los hechos por supuesto que aceptan la existencia de una realidad sólida que no depende de su discurso, de su narrativa ni de otras formas de onanismo neuronal. Y si la realidad existe y es predecible, pues entonces podemos estudiarla científicamente y hacer cosas que funcionen ante cosas que no funcionan. Por ejemplo, aviones y alfombras voladoras. Los posmodernistas nunca comprarían un asiento en una alfombra voladora para su siguiente viaje, y lo sabemos.
Apreciado Bernie Grant, parlamentario:
«Quemar libros -dijo usted en la Cámara de los Comunes exactamente un día después de la fetua– no es una gran preocupación para los negros». Las objeciones a semejantes prácticas, afirmó, daban prueba de que «los blancos querían imponer sus valores al mundo». Recuerdo que muchos líderes negros -el doctor Martin Luther King, por ejemplo- fueron asesinados por sus ideas. El perplejo observador pensaría, por tanto, que eso de exigir el asesinato de un hombre por sus ideas sería para un parlamentario negro algo aterrador. No obstante, usted no plantea ninguna objeción. Usted representa, señor mío, la cara inaceptable del multiculturalismo, su deformación en una ideología de relativismo cultural. El relativismo cultural es la muerte del pensamiento ético, es dar apoyo al derecho de los sacerdotes tiránicos a tiranizar, de los padres despóticos a mutilar a sus hijas, de los fanáticos a odiar a los homosexuales y a los judíos, porque hacerlo forma parte de su «cultura». El fanatismo, los prejuicios y la violencia o la amenaza de violencia no son «valores» humanos. Son prueba de la ausencia de dichos valores. No son las manifestaciones de la «cultura» de una persona. Son indicativos de la falta de cultura de una persona. En asuntos tan vitales, señor mío, por citar al gran filósofo monocromo Michael Jackson, da igual si eres blanco o negro.
La noticia sobre el diseño de una vacuna española contra el alzhéimer apareció este jueves en diversos medios nacionales con gran cobertura. El doctor Ramón Cacabelos, del Centro Médico EuroEspes de A Coruña, presentaba la vacuna EB-101.
A continuación, y por su interés, se reproduc el coemunicado íntegro de la Sociedad Española de Neurología:
«Ante las informaciones aparecidas recientemente acerca de una nueva y primera vacuna preventiva y terapéutica para la enfermedad de Alzheimer, el Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología desea realizar las siguientes puntualizaciones:
1. Los datos están basados en resultados obtenidos en modelos experimentales con ratones. Sin embargo estos modelos distan mucho de lo que constituye la enfermedad de Alzheimer, cuya duración, impacto e intensidad no es reproducible por el momento con animales.
2. Por ahora los estudios realizados con fármacos y vacunas que se han mostrado útiles en los modelos animales han fracasado en los ensayos en humanos, sin poder recomendar su utilización en la enfermedad de Alzheimer.
3. La enfermedad de Alzheimer es muy compleja, progresiva y de larga duración. Todavía no se conocen totalmente sus causas, aunque los esfuerzos a nivel mundial para prevenir y tratar esta enfermedad son muy importantes. Es por tanto prematuro anunciar resultados positivos en esta enfermedad basándose exclusivamente en resultados obtenidos con animales.
4. El desarrollo de fármacos para la enfermedad de Alzheimer es largo, muy costoso y con una tasa de fracaso muy elevada. Por lo general, se requieren unos 10 años desde que un fármaco muestra resultados positivos en el laboratorio hasta que este tratamiento se puede aplicar a los pacientes.
5. Pedimos por tanto cautela ante resultados obtenidos en trabajos no realizados en pacientes. La comunidad científica y médica debe también sopesar el impacto y las expectativas que pueden generar en los enfermos de alzhéimer y sus familiares. Con la debida modestia que esta grave enfermedad requiere, tenemos la esperanza que el trabajo conjunto de investigación y clínico dé resultados en la prevención del alzhéimer.
Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
Ante la lectura de la carta de monseñor Demetrio Fernández González, desde la Asamblea de Mujeres de Córdoba YERBABUENA, manifestan:
Hace pocos días, el psicólogo canario Eparquio Delgado logró que la Asamblea Federal de Izquierda Unida aprobase una resolución por la que se compromete a apoyar los tratamientos médicos basados en la evidencia científica, rechazando aquellos otros que no hayan demostrado su eficacia, como la homeopatía o la acupuntura, y apoyando el control de la publicidad engañosa sobre procedimientos terapéuticos.
La noticia es importante, en primer lugar, porque curiosamente (o no) es la primera vez que un partido político español asume públicamente una postura así. Hasta ahora, expresa o tácitamente, los partidos han adoptado la posición contraria: tolerar o incluso favorecer este tipo de prácticas, a pesar de que en la mayoría de los casos se trata de timos que incluso pueden resultar peligrosos para la salud de quienes las emplean, a cambio de la esperanza de rebañar unos cuantos votos entre los partidarios de esas “terapias alternativas”. Pero la resolución pasa de lo llamativo a lo insólito si tenemos en cuenta quién la ha aprobado: nada menos que un partido de izquierdas.
El mundillo de lo paranormal también tiene sus divisiones ideológicas, hasta el punto de que a menudo es fácil adivinar la tendencia política de una persona simplemente conociendo sus creencias pseudocientíficas más arraigadas. Así, la izquierda se suele abonar incondicionalmente a la defensa de las medicinas alternativas y la vertiente más visceral (y menos racional) del ecologismo, así como al rechazo a las radiaciones electromagnéticas o las técnicas de manipulación genética, en una deriva neoludita que resulta incluso paradójica si tenemos en cuenta que, tradicionalmente, la izquierda se ha presentado siempre como defensora del progreso, no sólo social, sino también científico y técnico. En este sentido, la postura de la derecha es más coherente (aunque igual de irracional), dejando que la moral conservadora de raíz religiosa impregne sus políticas y rechazando cuestiones económicamente incómodas, como el problema del calentamiento global y el deterioro del entorno.
Artículo completo en: LA COLUMNATA
En los últimos meses, la Revista Nature se ha hecho eco de nuevos casos de fraudes en investigaciones psicológicas. Uri Simonsohn, un psicólogo de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU), ha creado un método capaz de detectar inconsistencias en los resultados de las investigaciones.
Por este medio, ha desenmascarado varios casos de manipulación de datos en artículos publicados por algunas revistas científicas, como el de Dirk Smeesters o Lawrence Sanna, ambos psicólogos sociales, que tras la revisión de Simonsohn renunciaron a sus puestos como profesores universitarios.
Todo esto hace plantearse una cuestión: ¿qué puede llevar a un investigador a modificar datos, a pesar de los enormes problemas legales, profesionales y éticos que esto le puede ocasionar?
Los motivos que conducen a falsear los datos e, incluso, los resultados, pueden ser diversos: algunos admiten verse “superados por la presión de publicar” e intentan divulgar gran cantidad de estudios en poco tiempo, otros buscan reconocimiento social y notoriedad, y otros lo hacen, únicamente, con el fin de obtener subvenciones para poder continuar con sus investigaciones.
Asimismo, tal y como se señalaba en un artículo publicado recientemente por Infocop, existe una tendencia por parte de algunas revistas científicas a publicar únicamente los estudios novedosos y con resultados positivos. Esto puede conducir a algunos investigadores a manipular los datos para validar sus hipótesis y poder confirmarlas, pasando así los rigurosos filtros de las revistas científicas, que evalúan la veracidad de las investigaciones. Como consecuencia, las variables de estos estudios son difíciles de manipular y, por tanto, se hace imposible el replicarlos, algo central para el avance de la investigación científica.
Pero, ¿cómo controlar la calidad de estas investigaciones? Como ya hemos comentado, la reproducción de los experimentos es clave para detectar un posible engaño. No obstante, hay ocasiones en las que es necesario realizar varias réplicas antes de poder detectar la falsedad de algunos resultados que hasta el momento estaban sobreestimados. En este sentido, sería importante que algunas revistas cambiaran su política editorial, ofreciendo la posibilidad de publicar réplicas exactas de estudios ya divulgados.
Algunos investigadores sugieren enfatizar la calidad de las publicaciones y no la cantidad, reduciendo el número establecido en los estándares de publicación para el personal universitario, y eliminando de este modo tanto la presión ejercida sobre los investigadores como la necesidad de competir.
Cada vez hay más profesionales como Simonsohn, que deciden no mirar hacia otro lado e intentan buscar soluciones a este problema emergente, con el fin, no sólo de detectar posibles irregularidades en los estudios psicológicos, sino también, de potenciar la confianza en la psicología y en sus hallazgos, para que se perciba como un ejemplo de corrección en cuanto a investigación científica.
Fuente: INFOCOP ONLINE
El G.S.E. o Grupo de Supervivencia de España 2012 era (o son?) un grupo de unas 170 personas creado por Jonathan Bosque, cuya principal motivación consistía en la preparación y entrenamiento de sus socios para el apocalipsis que iba a producirse el 21 de diciembre de 2012. Esta fecha la movieron al 23 de diciembre para luego volver al 21 y finalmente desdecirse y proponer que en cualquier caso, no estaba de más prepararse para un posible fin del mundo. En su página web (que como podéis comprobar ha sido dada de baja) ofrecían todo tipo de información relacionada con supervivencia y vendían todo tipo de merchandising relacionado con el G.S.E. (camisetas, tazas, gorras…) así como equipos electrógenos, pastillas potabilizadoras y demás parafernalia relacionada con la supervivencia.
La verdad es que, hasta aquí, nada del otro mundo. Un grupo más, con su paranoia particular, que hacen piña y se dan a conocer en la red.
Búnkers
Uno de los principales objetivos de esta asociación consistía en la construcción de un búnker en algún punto de la sierra madrileña y algún otro en diversos puntos de España. El búnker de Madrid tendría 50 plazas para las cuales había que pagar alrededor de 3500 € por plaza. No obstante, con el fin de abaratar la construcción del búnker, propusieron una recogida de firmas para llevar al Congreso de los Diputados con el fin de que las Administraciones Públicas subvencionasen este tipo de emplazamientos. Parece que de los 170 socios, 50 tenían plaza en este búnker y para los demás se habían proyectado algunos otros en diversas sierras de España. Además, alrededor del búnker habían construido una eco-aldea, con el fin de asentarse en la misma cuando se mostrasen los primeros indicios del apocalipsis y así poder meterse rápidamente en el búnker cuando la situación lo requiriese.
Sí, delirante, pero aún así, también figura dentro de lo “normal”.
El fin ¿del mundo?
Y bueno, la verdad es que llegó el fin… el fin del G.S.E. ¿Y qué pasó? Pues no he logrado saberlo a ciencia cierta pero de un día para otro, la web se cerró (creo que a mediados de 2011), aunque rápidamente empezaron a leerse comentarios en foros relacionados de algunos socios del G.S.E. Y qué sorpresa cuando resulta que le están pidiendo las cuentas al “jefe”, el tal Jonathan Bosque. Pero este no aparece ni a tiros… ni él, ni la pasta de los socios. Y esto tiene un nombre: ESTAFA. En este enlace podréis ver un artículo del bloguero Deltoyax, quien predijo este timo y consiguió por medio de otro internauta un pantallazo de las últimas conversaciones en el foro de G.S.E., donde uno de los socios le pide cuentas, sin éxito, a la cúpula directiva.
Así que ya sabéis, si bien cada cual puede creer que el fin del mundo vendrá mañana, dentro de 10 años o que fue anteayer y vivimos en un sueño, lo que ya no es tan divertido es que te estafen. Veremos qué pasa en el próximo fin del mundo…
Ampliar en: La ciencia y sus demonios
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La Casa Blanca tiene una página de peticiones para que los ciudadanos propongan cosas al Gobierno y cada petición puede acumular tantas firmas online como personas consiga convencer.
Pues hace unos días les llegó la petición de crear una Estrella de la Muerte, que ya supera los 34000 adherentes:
Aseguren los recursos y la financiación, y comiencen la construcción de una Estrella de la Muerte en el 2016.
Los aquí firmantes pedimos al gobierno de Estados Unidos que asegure la financiación y los recursos, y comience la construcción de una Estrella de la Muerte en el 2016.
Al enfocar nuestros recursos de defensa en una plataforma de superioridad espacial y un sistemas de armas, como el de una Estrella de la Muerte, el gobierno puede estimular la creación de empleo en los sectores de la construcción, la ingeniería, la exploración espacial, y más, y fortalecer nuestra defensa nacional.
La genial respuesta, dada por Paul Shawcross, Jefe de la Subdivisión de la Ciencia y el Espacio en la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, fue muy original:
Esta no es la respuesta que estaban esperando
La Administración comparte su deseo de creación de empleo y una fuerte defensa nacional, pero una Estrella de la Muerte no está en el horizonte. Aquí hay algunas razones:
– Se ha estimado que la construcción de la Estrella de la Muerte cuesta más de $ 850.000.000.000.000.000 dólares. Estamos trabajando duro para reducir el déficit, no para ampliarlo.
– La Administración no apoya estallar planetas.
– ¿Por qué deberíamos gastar incontables dólares de los contribuyentes en una Estrella de la Muerte con un defecto fundamental que puede ser aprovechado por una nave de un solo hombre?
Sin embargo, miren con cuidado (aquí está cómo) y se darán cuenta de algo que ya está flotando en el cielo – esa no es la Luna, ¡es una estación espacial! Sí, ya tenemos una gigantesca Estación Espacial Internacional, del tamaño de un campo de fútbol, en órbita alrededor de la Tierra que está ayudando a aprender cómo podemos vivir y prosperar los seres humanos en el espacio durante largos períodos de tiempo. La Estación Espacial cuenta con seis astronautas -estadounidenses, rusos y canadienses- viviendo en ella ahora mismo, realizando investigaciones, aprendiendo cómo vivir y trabajar en el espacio durante largos períodos de tiempo, dándole la bienvenida rutinariamente a naves espaciales visitantes y reparando los trituradores de basura de a bordo, etc. También tenemos dos robots de laboratorios científicos –uno manejando un láser– andando por Marte, observando si alguna vez existió vida en el Planeta Rojo.
Tengan en cuenta que el espacio ya no es sólo del gobierno solamente. Empresas privadas estadounidenses, a través del Commercial Crew and Cargo Program Office (C3PO) de la NASA, están transportando carga -y pronto, tripulación- al espacio para la NASA y persiguen misiones tripuladas a la Luna en esta década.
A pesar de que los Estados Unidos no tiene nada capaz de hacer la Corrida Kessel en menos de 12 parsecs, tenemos dos naves espaciales saliendo del Sistema Solar y estamos construyendo una sonda que va a volar a las capas exteriores del Sol. Estamos descubriendo cientos de nuevos planetas en otros sistemas estelares y construyendo unsucesor mucho más poderoso para el telescopio espacial Hubble, que mirará hacia los primeros días del universo.
No tenemos una Estrella de la Muerte, pero sí tenemos robots asistentes flotantes en la Estación Espacial, un Presidente que sabe manejar un sable de luz y un cañón avanzado (de marshmallows), y la Defense Advanced Research Projects Agency, que está apoyando las investigaciones en la construcción del brazo de Luke, androides flotantes, y los caminantescuadrúpedos.
¡Estamos viviendo en el futuro! Que lo disfruten. O mejor aún, ayuden a construirlo estudiando una carrera en un campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería o relacionada con las matemáticas. El Presidente ha celebrado la primera feria de ciencias y laNoche de Astronomía en el Jardín Sur de la Casa Blanca porque sabe que estos dominios son críticos para el futuro de nuestro país, y para asegurar que Estados Unidos siga liderando el mundo en la consecución de cosas grandes.
Si persigues una carrera de ciencia, tecnología, ingeniería o en un campo relacionado con las matemáticas, ¡la Fuerza estará con nosotros! Recuerden, el poder de la Estrella de la Muerte para destruir un planeta, o incluso un sistema estelar entero, es insignificante comparado con el poder de la Fuerza.
Fuente: DE AVANZADA
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha rechazado los recursos de Lillian Ladele y Gary McFarlane, dos ciudadanos británicos que fueron despedidos de sus trabajos por discriminar a parejas del mismo sexo y que habían recurrido al alto tribunal europeo argumentando que fueron ellos los discriminados por sus creencias cristianas. Una noticia que ha quedado ensombrecida por la sentencia favorable a una trabajadora de British Airways despedida por lucir un crucifijo en su horario de trabajo, pero que es de gran calado para los derechos LGTB.
Se trata de dos procesos sobre los que existían serios temores, ya que en una hábil maniobra de imagen los recursos de Ladele y McFarlane fueron presentados junto a los de otras dos personas despedidas por negarse a quitar un crucifijo del cuello durante su horario de trabajo. Los cuatro casos, pese a ser absolutamente independientes, fueron presentados de forma conjunta en un intento de equipararlos y crear la sensación de que efectivamente existe una persecución hacia los valores cristianos en Reino Unido que va desde el rechazo a los crucifijos hasta la supuesta imposición de la obligación de celebrar uniones entre personas del mismo sexo.
Uno es el de Lillian Ladele, una funcionaria despedida por el Ayuntamiento de Islington (al norte de Londres) por negarse a registrar uniones civiles entre personas del mismo sexo. Dos tribunales de apelación desestimaron sendos recursos de Ladele, al considerar que en el ejercicio de sus funciones como servidora pública esta no podía negarse a atender a ningún ciudadano en base a su orientación sexual. Ladele recurrió después a la Corte Suprema del Reino Unido, que ni siquiera tomó el caso en consideración. El segundo caso es el de Gary McFarlane, terapeuta sexual y de pareja, despedido por la organización para la que trabajaba por negarse a prestar sus servicios a parejas del mismo sexo. McFarlane recurrió argumentando que la obligación de atender a parejas homosexuales chocaba con sus creencias cristianas. El juez de la Corte de Apelaciones que denegó su recurso consideró que McFarlane tiene todo el derecho del mundo a tener sus creencias, pero que en ningún caso el cumplimiento de la ley puede ser supeditado a estas, y la legislación británica es clara al respecto: negarse a prestar un servicio por razones de orientación sexual es ilegal.
Ladele y McFarlane recurrieron a Estrasburgo junto a Nadia Eweida y Shirley Chaplin, la primera de ellas despedida por British Airways y la segunda cambiada de puesto de trabajo por un hospital de Exeter por no quererse quitar un crucifijo del cuello, tal y como exigía la uniformidad de sus trabajos. Dos situaciones que como señalábamos en septiembre no parecen comparables, por discutibles que sean, a la discriminación de personas homosexuales que pretendían justificar Ladele y McFarlane. En estos dos últimos casos el alto tribunal europeo ha considerado que la justicia británica actuó adecuadamente al proteger el derecho de las parejas del mismo sexo a no ser discriminadas por razones de orientación sexual.
Puedes descargar la sentencia completa (en inglés) pinchando aquí. Si lo prefieres puedes descargar la nota de prensa emitida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, más breve pero detallada (también en inglés)pinchando aquí.
Ampliar en: dosmanzanas.com