El profesor de neurología de la Universidad de California Irving (EE.UU.) estaba estudiando las tomografías cerebrales de asesinos psicópatas, y por eso estas imágenes se acumulaban sobre su escritorio. Como parte de un estudio paralelo, Fallon también examinaba los tomogramas de miembros de su propia familia.
Mito de buensalvajismo new age, desenmascarado por Mauricio-José Schwarz:
Surge de la convicción de que el ser humano no debe satisfacer sus deseos, que debe ser morigerado e incluso tener carencias y sufrir porque… bueno, porque el placer es malo, ¿no? Es un ideal de la vida frugal, austera, ascética, monacal y herbívora que los grupos newageros desean imponerle a los demás.
A esa visión de ermitaño flagelantese añade la idea conspiranoica de que «ellos» nos hacen cosas horribles y sin «ellos», seguramente viviríamos en la gloria y sin deseos malignos de, no sé, comida sabrosa y camisas bonitas, y estaríamos en contacto con la naturaleza y la pachamama gaia nos recibiría en su regazo y llegaríamos a la tierra prometida.
El consumismo está, en esta visión, impuesto desde fuera. No es en modo alguno que el ser humano, buen salvaje pervertido por los malvados «ellos», tenga ambiciones, deseos, gustos, no, es que «ellos» le han creado un esquema de falsos deseos que los pobrecitos humanos víctimas (salvo los rebeldes new age) no pueden resistir y, como marionetas, hacen lo que se les ordene.
La otra idea es que algunas personas aprovechan los deseos, gustos y ambiciones de otros para crear productos que deseen, les gusten y ambicionen. Hacen sus negocios y a veces actúan mal (y otras veces menos frecuentes incluso muy mal) para mantener sus negocios. Pero en realidad la gente consume lo que quiere. Los estudios de publicidad niegan la mayor de que la publicidad nos ordena qué hacer (si así fuera, compraríamos sólo una marca de auto, una marca de ropa, un sabor de refresco, cuando en realidad la diversidad de productos sólo demuestra que en buena parte los del negocio están tratando de quedar bien con los que compran más que manipularlos maquiavélicamente. Que lo intentan sí, por supuesto, pero no han podido ni se espera que puedan. Vance Packard se equivocaba.
Las relaciones sociales son muy complejas. La idea de que las empresas pueden hacer lo que les dé la gana es exagerada. Los movimientos de consumidores, por ejemplo, han hecho mucho para regular a las empresas, y algunos movimientos sociales han destruido grandes empresas (como las tabacaleras), todo eso y más demuestra que las cosas no son tan simples como nos las presentan los autoproclamados adalides del bien, la moral y la perfección absoluta.
La tendencia de la contracultura y los alternativistas de analizarlo todo como un épico enfrentamiento absolutamebte trascendente entre el bien y el mal resulta a todas luces exagerada y propia de gente que lee ciencia ficción y fantasía sin darse cuenta de que es literatura. Hay cosas que son enfrentamientos y desacuerdos simples, tensiones normales de las relaciones humanas y asuntos que pueden evolucionar y negociarse sin necesidad de destruir todo el sistema, cambiar el mundo, dominar la sociedad, controlar la economía y reordenar los planetas en el sistema solar.
Fuente: DE AVANZADA
A veces resulta increíble la fuerza que llegan a tomar algunos contenidos poco rigurosos, fraudulentos o falsos por internet. Sin que nadie se preocupe en verificar su fiabilidad, los enlaces, emails relacionados, comentarios en blogs y citas en redes sociales se multiplican exponencialmente y en relativamente poco tiempo dichos contenidos (con frecuencia vídeos) se convierten en virales. Y casi todo el mundo piensa que son ciertos o reales.
Con el mundo de la pseudomedicina también pasa. La credulidad y la tendencia a agarrarse a un clavo ardiendo cuando la situación se complica hace que las promesas milagrosas tengan gancho y mucho público. Y es por lo que llevamos siglos presenciando cómo algunos se aprovechan de esta desesperación para su beneficio.
Hoy voy a hablar de uno de esos vídeos, ya que desde que lo conocí llevo haciéndole un pequeño seguimiento y con mucha frecuencia alguien lo enlaza en los comentarios de alguno de mis posts, sobre todo si se menciona el cáncer. Porque este vídeo trata de eso, de la posibilidad de curar el cáncer. Ya ha superado el millón de visitas y aunque quizás sea un poco exagerado considerarlo viral, su popularidad es indiscutible. A mi pesar.
No tiene demasiado sentido leer este artículo sin haberlo visto, así que, os confieso que sin ningún entusiasmo, lo incluyo a continuación. Y con la misma desgana os pido que lo veáis antes de seguir leyendo. La falta de entusiasmo no es porque no sea entretenido, que lo es, sino por su tramposo contenido. Es casi una hora de charla en un escenario del oncólogo Alberto Martí Bosch.
Preparaos una tila o manzanilla, sentaos cómodamente y observad y escuchad.
El ponente
Doctor en medicina y oncólogo. No parecen ser malas credenciales. Sin embargo, como bien sabemos, un título en medicina, aunque importante, no es suficiente para dar total fiabilidad a un profesional de la salud. De hecho, todos los años se retiran licencias para ejercer y hay médicos [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]s u otras bajezas humanas. No es el casó de Martí Bosch, pero los médicos, como los abogados, fontaneros o políticos, son personas y como cualquier otro colectivo humano, tienen sus garbanzos negros. El título no nos asegura al 100% la honestidad.
De hecho, si seguimos profundizando en su historial, podemos encontrar algún detalle menos positivo. Por ejemplo, cuando sanidad actuó contra el Biobac, un producto que prometía mejorar (e incluso insinuaba curar) el cáncer, Martí Bosch fue uno de los médicos detenidos, ya que lo prescribía con asiduidad, a pesar de no ser un medicamento registrado ni aprobado, sino un complemento alimenticio (ese tipo de productos cuya comercialización se permite simplemente demostrando que no son tóxicos). En su defensa, alegó [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] que él «nunca recomendó a sus pacientes abandonar los tratamientos tradicionales de quimioterapia» y lo cierto es que creo que fue absuelto. Además, la operación parecía centrarse en el fabricante del producto cuyas propiedades a favor del cáncer nunca habían sido demostradas, con el que Martí no parecía tener relación.
Otra forma de reforzar el prestigio de un médico es conociendo su trabajo de investigación, el alcance de dichas investigaciones y los resultados y éxitos de las mismas. Hoy en día es algo sencillo de buscar ya que las bases de datos principales están accesibles en internet (como por ejemplo Pubmed). No conozco ningún caso de expertos con tratamientos relevantes novedosos y más o menos efectivos que no estén en estas enormes bases de datos. Pero el señor Martí Bosch, no aparece por ningún lado, al menos yo no le he encontrado. Es decir, nunca ha publicado ningún estudio o investigación que prueben sus terapias. No sé si lo habrá intentado, pero si no es así no será por falta de oportunidad, porque existen cientos de publicaciones médicas en el mundo dispuestas a atender investigaciones de muy variada naturaleza. Y de forma especial si se refieren al cáncer, un tema que vende mucho.
¿Hay alguna otra forma de conocer el prestigio de este señor? Él mismo lo intenta, dejando caer al inicio del vídeo que ha estudiado «fuera» disciplinas tan «prestigiosas» como la homeopatía, la fitoterapia o la medicina ortomolecular, y que ha trabajado con equipos de investigadores liderados por expertos cuyo nombre (extranjero) no he podido captar. Aparte de esta información anecdótica, ¿ha participado en otras investigaciones? ¿Otras conferencias de reconocido prestigio con colegas de la profesión? ¿Alguna labor académica que le haya aportado algún reconocimiento importante? Yo al menos no he podido encontrar nada parecido. Así que su prestigio como científico puede considerarse un misterio.
Artículo completo y muy detallado en: El blog de Centinel