Se anuncian en los periódicos. Salen en la televisión. Cobran por adivinar el futuro a través del teléfono. Alardean de que les consultan empresarios y gobernantes. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando sus dones -de existir- harían un servicio a la Humanidad, callan. Ningún vidente previó el 11-S ni el 11-M; ninguno dio la alerta del terremoto del Índico de diciembre de 2004 ni del de Japón de marzo de 2012. Sus presuntos superpoderes sólo sirven decirle al cliente lo obvio, lo que le diría cualquiera a partir de la información que da sin darse cuenta el propio interesado, pero resultan inútiles cuando lo que está en juego son vidas humanas.
Ampliar en: Magonia
Hace unos días una niña de tres años residente en Treviño moría por una sepsis causada por de una varicela.
Y curiosamente la discusión se está centrando en quién tenía que haber enviado una ambulancia a recogerla y en qué momento, aunque creo que no es ese el tema, tal y como se puede leer en No fueron las ambulancias; fueron las vacunas.
En España en el siglo XXI ningún niño debería morir por culpa de las complicaciones de una varicela porque es una de esas enfermedades que se evitan con una vacuna.
El problema, en este caso, es que el gobierno de España ha decidido, en contra, por ejemplo, del criterio de la Asociación Española de Pediatría, que recomienda la vacunación contra la varicela a los 12 meses en una primera dosis y a los 2 años en una segunda ha decidido pasar a hacerlo sólo a partir de los 12 años.
Y eso parece una decisión cuando menos equivocada, pues como explica el pediatra Josep María Corominas, [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].
Además, el gobierno se ha encargado de bloquear su distribución en farmacias, con lo que unos padres preocupados tampoco pueden recurrir a comprarla para ponérsela a sus hijos.
Por si fuera poco, desde el gobierno no saben, no contestan cuando se les pregunta quién tomó esta decisión.
Fuente: microsiervos
Porque no hay nada más irresponsablemente antihigiénico que hacinarse en el lugar de peregrinación, sin agua potable, sin tratamiento de residuos fecales, sin poderse lavar o cocinar adecuadamente y compartiendo todo con otros miles de enfermos o toquetear y besuquear esas infames reliquias sagradas manoseadas por millones de desesperados durante décadas o siglos.
Así un reciente estudio realizado por investigadores indios y británicos ha encontrado que en las por otra parte prístinas aguas del nacimiento del sagrado río Ganges, allá por remotos lugares de la cordillera del Himalaya se encuentran infinidad de bacterias altamente patogénicas resistentes a los más diversos antibióticos, resultado del paso de millones de devotos peregrinos hindúes que orinan, defecan y malviven hacinados en improvisados campamentos pidiendo salud al prolífico panteón hindú mientras por otra parte intercambian todo tipo de enfermedades.
Fuente: Diario de un ateo