Una pareja de sexagenarios que fabricaron falsos detectores de bombas, y los vendieron en Oriente Medio ha sido declarados culpables de fraude.
Sam Tree y su esposa, Joan, hicieron los dispositivos falsos en el jardín de su casa en Dunstable en Bedfordshire.
La pareja había negado el fraude en el juicio de Old Bailey alegando que creían que su dispositivo, fabricado en un cobertizo, operaba correctamente.
El coste del dispositivo que se elaboraba por sólo unas pocas libras, se vendía hasta por £ 1,171 ($ 2000).
Constaba de una antena con un mango en el que se insertaba una tarjeta. La tarjeta estaba supuestamente programada para detectar diferentes sustancias.
Pero los detectores, conocidos como Alpha 6 y comercializados a través de su empresa Keygrove, sólo eran cajas de plástico con una antena atada a ellos y trozos de papel roto–en el interior.
También afirmaron que el dispositivo podría ayudar a la policía a encontrar niños desaparecidos como Madeleine McCann.
En una de las cajas fue encontrada una fotografía de la desaparecida Madeleine, cortada en trozos en el interior.
Hay quienes desmontan electrodomésticos y con sus piezas crean armas, como es el caso del ucraniano Kreosan con el magnetrón de un horno microondas, que ha sujetado a un palo, usando una lata metálica como antena direccional. Con esta rudimentaria (y hasta cierto punto ridícula arma), sin embargo, no solo consigue crear interferencias en una radio o encender luces a distancias. También hace explotar alguna cosa.