Desgraciadamente en África a la terrible epidemia de ébola hay que sumarle la ignorancia y la superstición que están haciendo que la terrible enfermedad se propague con mayor rapidez si cabe.
Si ya fue terrible que una curandera fuera responsable de la diseminación de la epidemia por Sierra Leona, al atraer primero a desesperados enfermos con sus alucinadas promesas de curación y su posterior muerte después que atrajo a una multitud de seguidores de esta chamán, que se infectaron durante el funeral, ahora otros sanadores afirman que también ellos curan una enfermedad que por supuesto ha sido enviada a estas pobres naciones porque sus habitantes se dedican a
«a beber alcohol, a abandonar las iglesias y a consentir a las brujas locales»
Pero los pobres enfermos no deben preocuparse porque todos estos santos curanderos tienen la solución: una mezcla de piadosa humillación ante el colérico dios y brebajes varios (uno diferente por cada alucinado chamán) basados en las plantas locales. Y mientras tanto a seguir aumentando el número de muertos.
Fuente: Diario de un ateo