Una gota de agua con azúcar a 16€ ¿alguien me la compra? Muchos de ustedes lo hacen sin darse cuenta cuando acuden a la farmacia a comprar homeopatía. No confundir con fitoterapia que es eso de los bebedizos de plantas, infusiones y tés de hojas que al fin y al cabo de ahí se sacan todos los medicamentos y efectos más o menos controlados tienen, un té de digital o de cicuta es mortal y son plantas, luego efecto si que hacen. Pero yo hablo de homeopatía, que es eso de las dosis superdiluídas de algo para conseguir el efecto contrario.
Una mínima cantidad de una sustancia que se diluye en agua y que posteriormente se diluye otras 16 veces y que no deja rastro de nada, tan solo lo que ellos llaman memoria en el agua, o lo que es lo mismo, si ponemos una gota de propóleo en el pantano que abastece Bilbao en unos días no debería nadie de allí volver a cogerse un catarro. Esto ya se ha hecho ante notario y las consultas en invierno siguen estando llenas. Esa gota de nada, se vierte sobre una bolita de azúcar, se envasa y se vende a más de 15€. Ningún laboratorio especializado del mundo ha conseguido encontrar ninguna sustancia en una de esas bolitas, más allá de agua y azúcar.
¿Por qué tiene tanto éxito?¿Por qué mueve tantísimos millones?¿Por qué mueve tantas voluntades? ¿Por qué hay gente que confía tanto y dice que le ha curado no sé qué cosas? ¿Por qué no usan homeopatía como anticonceptivos?¿Por qué no hay homeópatas sin fronteras en las catástrofes? Yo confieso que tomo unas bolitas de esas cada vez que voy a la Puerta del Sol de Madrid para que no me ataque el Oso, desde entonces no he sufrido ni un rasguño.
La fe mueve montañas y nos curamos de lo que queremos curarnos, el efecto placebo existe y cura a un 10% de la población, sobre todo enfermedades del alma, podéis tomar lo que queráis, podéis gastar el dinero en lo que queráis, pero pensadlo dos veces antes de darles nada a los pequeños, respetad su inteligencia. No les deis cosas para curar vuestra inseguridad y ansiedad.
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El premio nobel de Medicina Richard J. Roberts acusó este lunes a los intereses políticos de algunos partidos, sobre todo ecologistas, de “satanizar” los alimentos transgénicos, cuando no existen evidencias científicas sobre sus prejuicios para la salud y “son una solución para combatir el hambre en el mundo”.
Roberts, que inauguró este lunes un congreso de Biotecnología en La Habana, indicó que “no hay ni una sola escuela científica en el mundo que encuentre peligrosos para la salud los organismos genéticamente modificados (OGM)”.
Roberts recordó que la carencia de alimentos es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad en los próximos años, “mayor que las guerras o las enfermedades”, ante el previsible aumento de la población, que afectará únicamente los países en vías de desarrollo, no a los desarrollados.
Sobre la campaña para demonizar estos organismos, Roberts dijo que esos mensajes provienen fundamentalmente de la Unión Europea, que ha prohibido este tipo de cultivos como parte de una “estrategia política” para evitar que multinacionales como Monsanto controlen la distribución de alimentos en su territorio.
“Es algo muy peligroso, incluso trágico”, señaló Roberts, ya que lanzan ese mensaje también a los países en vías de desarrollo, donde sí que necesitan los cultivos transgénicos para cumplir con la demanda de alimentos de sus habitantes.
El nobel responsabilizó a los partidos verdes y organizaciones ecologistas como Greenpeace de encabezar esa corriente de opinión contraria a los transgénicos, mientras “millones de personas mueren todavía por falta de alimentos”.
“Debería considerarse un crimen contra la humanidad y deberían enfrentar un juicio contra los tribunales internacionales por ello”, aseveró este científico que obtuvo el Nobel en 1993 por su trabajo sobre los intrones, fragmentos de ADN que no contienen información genética. “Necesitamos más ciencia dentro de lo político y menos política en el mundo de la ciencia”, añadió.
Gráfica de barras en la que se indica en qué porcentaje los seres humanos somos parecidos a otros animales.
Nuestro «primo» más cercano es como cabría esperar el chimpancé (90%), pero resulta que somos más parecidos a un ratón (88%) que a un perro (84%) e incluso –agárrate– a los ornitorrincos (69%) que a los pollos (65%).
Fuente: Jishai
Un equipo de científicos de las universidades de Pittsburgh, California-Berkeley y Harvard liderados por Kyung Hwa Lee, quienes reclutaron a 32 chavales con una edad media de 14 años (22 de ellos chicas) y analizaron su actividad cerebral mientras les ponían grabaciones de 30 segundos con la voz de su madre.
En las grabaciones el mensaje de la madre tenía distintos contenidos y tonos, en unos les hablaba de algún tema sin trascendencia, como la lista de la compra, y en otros les apelaban directamente con mensajes como que se descalzaran al entrar en la casa. El resultado, según sus autores, indica que los adolescentes parecen cerrar los procesos cerebrales relacionados con la socialización y la empatía cuando sus progenitores les critican, como si se cerraran en banda ante ese tipo de mensajes.
Los científicos midieron la actividad del denominado sistema límbico (las zonas que se activan con emociones negativas), la corteza prefrontal (donde se regulan algunas emociones) y la unión de los lóbulos parietal y temporal (que se activa cuando nos ponemos en el lugar de los demás). Cuando los chicos escuchaban los mensajes críticos de sus madres, la primera zona, la de las emociones negativas, tenía más actividad y las otras parecían pasar a segundo plano.
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El vídeo ha sido grabado por el canal científico australiano Veritasium, y comienza por explicar que la radiación ionizante (la que detectan los contadores Geiger)) se mide en Sieverts (Sv). Una dosis superior a 2Sv es suficiente como para matar a una persona. La radiación ambiental que emite nuestro propio planeta oscila entre 0,1 y 0,2 microsieverts o ?Sv por hora (un microsievert es la diezmillonésima parte de un Sievert o 1/10 000 000 Sv)
El presentador Derek Muller realiza un tour por algunos de los lugares más radioactivos (o con peor fama en ese sentido) del planeta. Esta es la lista completa de lugares que visita: