Los medios están encantados con el papa Francisco porque supuestamente se alineó con la ciencia ‘mainstream‘ sobre cambio climático.
Pues al leer la dichosa encíclica ambiental, encontramos que Francisco aprovecha para arremeter contra el aborto y el control de natalidad, por n-ésima vez:
En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad. No faltan presiones internacionales a los países en desarrollo, condicionando ayudas económicas a ciertas políticas de «salud reproductiva». Pero, «si bien es cierto que la desigual distribución de la población y de los recursos disponibles crean obstáculos al desarrollo y al uso sostenible del ambiente, debe reconocerse que el crecimiento demográfico es plenamente compatible con un desarrollo integral y solidario». Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas.
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Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto.
Hace unos días Francisco también arremetió contra el laicismo, el matrimonio igualitario y el divorcio. Además, tiene un historial de promover la reproducción desaforada y oponerse a la anticoncepción. ¿Dónde está lo progresista?
Y es que, finalmente, es Francisco (y el emporio criminal que maneja) quien encontró una forma de no enfrentar los problemas, pues el aborto es ambientalmente amigable — no se necesitan dos dedos de frente para darse cuenta, pues.
Fuente: DE AVANZADA