El conocimiento de los mecanismos cerebrales que desencadenan la agresividad se ha visto súbitamente ampliado gracias a un modelo desarrollado investigadores de la Universitat Jaume I. El modelo ha sido publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience y constituye una estrategia innovadora que permite analizar la zona cerebral conocida como «el cerebro socio-sexual» a través de la comparación de cerebros de ratones hembras, como podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada. «El cerebro socio-sexual» es una zona primitiva del cerebro, similar en todos los vertebrados, que es responsable de comportamientos instintivos, no cognitivos, y por ello muy difíciles de controlar.
De esta manera, mediante el estudio del comportamiento maternal de ratones hembra se detectó que las hembras que son madres desarrollan un comportamiento agresivo frente a los ratones machos, algo que las hembras vírgenes no expresan. El método propuesto ha sido desarrollado a partir de las investigaciones de la doctoranda de la Universitat Jaume I y la Universitat de València, Ana Martín Sánchez. Como explica Martín Sánchez, “una hembra normalmente no es agresiva. Para que agreda, tiene que ocurrir que sea madre y tenga unas crías que defender. Hemos visto que en estos casos, cuando se le acerca un ratón macho, la hembra lo va a atacar siendo tan o más agresiva que un macho”.
Fuente: XATAKA Ciencia
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186 científicos -18 de ellos, premios Nobel- firmaron el 3 de septiembre de 1975 un manifiesto contra la astrología, por iniciativa del astrónomo Bart J. Book, el divulgador científico Lawrence E. Jerome y el filósofo Paul Kurtz. Les sorprendía el éxito, en una época con la cultura y la educación más accesibles que nunca, de una creencia basada “en la magia y la superstición” y les preocupaba la “acrítica difusión” de contenidos astrológicos en los medios de comunicación serios, algo que, a su juicio, sólo podía “contribuir al crecimiento del irracionalismo y el oscurantismo”.
El manifiesto decía:
Científicos de diversos campos estamos preocupados por la creciente aceptación de la astrología en muchas partes del mundo. Los abajo firmantes -astrónomos, astrofísicos y científicos de otras áreas- queremos advertir al público contra la aceptación incondicional de las predicciones y consejos dados privada y públicamente por los astrólogos. Aquéllos que quieran creer en la astrología deberían saber que sus principios carecen de fundamento científico.
En la Antigüedad las personas creían en las predicciones y consejos de los astrólogos porque la astrología formaba parte de su visión mágica del mundo. Veían los objetos celestes como moradas y presagios de los dioses y, por tanto, íntimamente conectados con los sucesos que ocurrían en la Tierra; no tenían idea de las grandes distancias que nos separan de los planetas y las estrellas. Ahora que esas distancias pueden ser y han sido calculadas, podemos ver lo infinitamente pequeñas que son los efectos gravitacionales y de cualquier otro tipo producidos por los lejanos planetas y las aún más distantes estrellas. Es simplemente un error imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento pueden de alguna forma condicionar nuestro futuro. Tampoco es cierto que la posición de los cuerpos celestes distantes haga que ciertos días o periodos de tiempo sean más favorables para emprender algún tipo de acción o que el signo bajo el cual uno ha nacido determine su compatibilidad o incompatibilidad con otras personas.
¿Por qué cree la gente en la astrología? En esta época de incertidumbre, muchos anhelan la comodidad de tener una guía en la toma de decisiones. Les gusta creer en un destino predeterminado por fuerzas astrales más allá de cualquier control. Sin embargo, somos nosotros los que debemos enfrentarnos al mundo y darnos cuenta de que nuestro futuro depende de nosotros, y no de las estrellas.
Imaginábamos que, en una época con amplia difusión de la cultura y educación, que sería innecesario desenmascarar creencias basadas en la magia y la superstición. Sin embargo, la aceptación de la astrología empapa la sociedad actual. Estamos especialmente preocupados por la continuada y acrítica difusión de cartas astrales, predicciones y horóscopos en los medios audiovisuales y en reputados periódicos, revistas y editoriales. Esto sólo puede contribuir al crecimiento del irracionalismo y el oscurantismo. Creemos que ha llegado el momento de desafiar directamente, y con fuerza, las afirmaciones pretenciosas de los charlatanes astrológicos.
Es evidente que quienes siguen teniendo fe en la astrología lo hacen a pesar de que no existe una base científica comprobada por sus creencias, y sí una fuerte evidencia de lo contrario.
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