Algunas noticias suenan a chiste. El vicepresidente de la llamada Academia Médico Homeopática de Barcelona (AMHB), el doctor Gonzálo Fernández-Quiroga, dijo hace sólo unos días que los fármacos homeopáticos “pueden ayudar a bajar” la medicación convencional y reducir el coste sanitario en el tratamiento de las personas ancianas”. Según sus propias palabras, este método terapéutico, el de la homeopatía, cuya eficacia está más que en entredicho, “impulsa los mecanismos de autorregulación del propio individuo”.
De verdad, las personas con conocimiento científico y sanitario deberían hacer un esfuerzo por no confundir a la población. La autorregulación del propio individuo no cura nada. De acuerdo en que los productos homeopáticos reducirían notablemente la factura farmacéutica, pero ¿se ha preguntado el doctor Fernández-Quiroga por qué en tiempos de recortes no se incluyen en la cartera de servicios sanitarios? Por una sencilla razón: porque pueden ser más baratos, pero de beneficio terapéutico, nada. Cero patatero. No hay angina de pecho, infarto de miocardio, infección por VIH/sida, ni cáncer, ni (ponga ahí lo que le de la gana) que se haya superado con productos homeopáticos. No hay revista científica que lo haya acreditado.
Diluciones en homeopatía
El fundamento de la homeopatía es lograr grandes diluciones del principio activo, en agua u otra sustancia. Por ejemplo, se parte de un gramo de una sustancia homeopática y se disuelve en 99 gramos de agua.
Hay dos procedimientos, uno es la denominada serie decimal, o de Hering, en el que se disuelve una parte en nueve de solvente. La representación es nDH, donde n indica el orden de la disolución, por ejemplo para esta primera indicada, sería 1DH, si de la resultante tomamos un gramo y lo disolvemos de nuevo en nueve, se tendría un preparado homeopático 2DH y así sucesivamente.
El otro procedimiento conocido como serie centesimal o de Hahnemann, consiste en disolver una parte de principio activo en 99 de solvente. La representación es nCH, donde n indica el orden de la dilución, y así sucesivamente.
La sal
Entre los preparados homeopáticos hay uno llamado Natrum muriaticum, muy habitual, se trata del cloruro de sodio (ClNa) o sal común, la que encontramos en el agua del mar y que se puede adquirir en cualquier supermercado.
Un mol de sal contiene 6.02 x1023 moléculas y su masa es de 58.442 gramos; por lo tanto un gramo contiene 1.03008 x1022 moléculas. Al disolver ese gramo en 99 gramos de agua bidestilada, se obtiene una dilución 1CH. Al diluir un gramo de esta nueva preparación en 99 de agua, se obtiene la 2CH y la cantidad de moléculas habrá descendido a 1.03008 x 1020 (el exponente cambia en dos, dado que es dilución centesimal).
Siguiendo se tendría para 8CH, 1.03008 x108 moléculas; para 11CH, 1.03008 x102 moléculas lo que equivale a unas 103 y para 30CH 1.03008 x 1036 moléculas. Estos valores implican que para conseguir en la solución una molécula única de sal necesitaríamos disponer de 9.70779 x 1031 toneladas de agua. Como comparación, la masa de la Tierra es de 5.977 x 1021 toneladas.
Ampliar en:
– El número de Avogadro es fundamental para comprender el engaño que supone la medicina homeopática.