El origen de la celebración de Halloween (contracción de All Hallow’s Evening, o Víspera de Todos los Santos) es bastante antiguo y relacionado con la astronomía, ya que desde el siglo V a.n.e. se denominaba como día intercuartil, esto es, el día que está justo entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Los celtas usaban los días intercuartiles como inicio de las estaciones. Halloween marcaba el inicio de Samhain, el invierno.
Tal y como podemos ver en la imagen, hay cuatro días intercuartiles durante el año, en los puntos medios entre los equinoccios y los solsticios. El primero sería el dos de febrero, conocido como el Día de la Marmota, el segundo es el uno de mayo, el tercero es el uno de agosto (Día de Lammas o fiesta de la cosecha) y el cuarto es el 31 de octubre, Halloween.
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