La lucha contra el racismo pasa por otorgarle los mismos derechos a los indígenas, pero también las mismas responsabilidades y juzgarlos con la misma vara.
Por eso hay que felicitar al juez del caso de los dos indígenas condenados por desaparición forzada que los trató como ciudadanos de primera también en sus responsabilidades:
Un juez de Apia, Risaralda, condenó a dos indígenas por su participación en la desaparición forzada de dos compañeros de su propia etnia.
Los hechos se presentaron en febrero del año 2002, en el corregimiento de Santa Cecilia cuando dos indígenas regresaban a su lugar de origen luego comercializar unos productos agrícolas de su propia producción.
Según las pruebas testimoniales recolectadas los dos indígenas identificados como Ángel José Hiupa Guasiruma y Pedro Antivia Dovigama fueron bajados del bus y posteriormente amarrados de las manos y llevados por la vía Agüita. Luego no se volvió a saber de su paradero.
¿Qué? ¿Indígenas cometiendo delitos? ¿Pero cómo podría alguien puro y prístino, sincronizado con la «Madre Tierra» hacer algo así?
Fuente: DE AVANZADA