El alcalde socialista de Bélmez de la Moraleda, Pedro Justicia, y el presidente de la Diputación de Jaén, el también socialista Francisco Reyes, han inaugurado hoy un centro de interpretación de las caras de Bélmez, el fraude más cutre de la historia de la parapsicología española.
El enigma de las caras de Bélmez nació cuando una vecina de la localidad, María Gómez Cámara, creyó ver un rostro en una mancha de grasa en el suelo de su cocina el 23 de agosto de 1971. Poco días después, la casa era ya un centro de peregrinación al que la gente iba a ver una cara, conocida como La Pava. Y la familia de Gómez Cámara rentabilizó de inmediato el fenómeno: empezó a cobrar la voluntad por la entrada a la cocina y 10 pesetas por cada foto del enigmático rostro. En enero siguiente, llegó Antonio Casado, del diario Pueblo, y tras él muchos otros periodistas, parapsicólogos y todo tipo de chiflados que convirtieron el pueblo un circo paranormal.
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