Dos físicos sostienen, en el último número de la revista PLOS One, que el manuscrito Voynich, que data del siglo XV, contiene un mensaje real y no es un cúmulo de signos sin sentido, cmo se creía hasta ahora. Después de someter el texto a análisis estadístico, Marcelo Montemurro y Damián Zanette concluyen que “presenta una organización compleja en la distribución de las palabras que es compatible con aquéllas existentes en lenguajes reales” y aseguran haber encontrado redes semánticas. “Estos resultados, junto con algunos rasgos estadísticos previamente conocidos del manuscrito Voynich, apoyan la presencia de un mensaje genuino en el libro”, sentencian.
Sin embargo, el lingüista y psicólogoGordon Rugg, experto en el texto y que en 2003 concluyó que no es nada más que un fraude, ha salido al paso inmediatamente, en la web de la revista y en su blog, diciendo que “hay algunos malentendidos desafortunados en este trabajo que afectan a sus conclusiones”. Destaca que “el hecho de que el texto del manuscrito Voynich no sea aleatorio es algo conocido desde hace tiempo” y que es “completamente erróneo” pensar que eso invalida la hipótesis del fraude, ya que las peculiaridades estadísticas descubiertas por los dos físicos serían un efecto no intencionado de cómo se perpetró el engaño.
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