Los responsables del Museo de Manchester han grabado cómo una figura egipcia expuesta en una vitrina cerrada se mueve lentamente durante el día sin que nadie la toque. La estatua es una ofrenda a Osiris, el dios egipcio del Más allá, mide 25 centímetros de altura y data de 1800 antes de nuestra era. Hace un mes, los técnicos del museo se dieron cuenta de que cambiaba de posición de la mañana a la noche. Instalaron dentro de la vitrina una cámara y grabaron cómo se mueve, poco a poco, durante el día y se queda quieta por la noche.
La explicación científica -dada por el físico Brian Cox, entre otros- es que las vibraciones causadas por el paso de los visitantes hacen que la estatua se mueva.
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