Una madre, un padre y los hijos que Dios les dé. Ese es el modelo de familia al que parece aspirar el actual Gobierno del Partido Popular. A contracorriente de la mayoría de la sociedad, que ha recibido con amplia aceptación leyes como el divorcio, el aborto o el reciente matrimonio homosexual, el vigente Ejecutivo parece más dispuesto a mirar hacia tiempos pretéritos que hacia la actual realidad social que debe gobernar.
El miércoles se presentó en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad el informe ‘Análisis de los Comportamientos Socioeconómicos de las familias en España‘. Con el objetivo de justificar el proyecto de Ana Mato de elaborar un Plan Integral de Apoyo a la Familia -una estrategia interministerial cuyos principales fines serían la racionalización de horarios y la conciliación laboral y personal-, la ministra expuso un refrito de datos ya publicados por el Instituto Nacional de Estadística y el Banco de España.
La presentación del estudio no es sino un paso más en la estrategia del PP de dar más importancia y más respaldo legislativo a su concepto de familia. No obstante, ya antes de llegar a la presidencia, Mariano Rajoy expresó su intención de eliminar el Ministerio de Igualdad para crear el Ministerio de la Familia, donde pretendía aglutinar materias tan diversas como dependencia, mujer, sanidad, familia o la igualdad de oportunidades.
Aunque finalmente la intención no se materializó, la idea subyacente de dotar a la institución familiar de una importancia mayor sí se ha mantenido dentro de los objetivos del Gobierno. Desde finales del año pasado se han ido construyendo los puentes necesarios para elaborar el futuro Plan Integral de Apoyo a la Familia.
La responsable de llevar a cabo el Plan es la actual Directora General de Servicios para la Familia y la Infancia, Salomé Adroher, profesora de Derecho Privado Internacional y experta en protección internacional de menores y mediación familiar. Adroher se ha significado también como unadefensora a ultranza del matrimonio, contraria al divorcio y que ha participado en foros ultraconservadores como Congreso Mundial de las Familias.
Sin discutir los beneficios de apoyar a la familia, que en circunstancias tan críticas como las actuales se ha convertido en uno de los principales sustentos de la economía española, la elección por parte de miembros del Gobierno -especialmente de Ana Mato- de responsables con perfiles tan tradicionales pone en entredicho la validez de estas medidas a la hora de abarcar la diversidad familiar que existe hoy en día en este país.
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