El Vaticano ha sido llamado por la ONU a responder sobre una lista de puntos relacionados con los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes, religiosas e instituciones de la Iglesia Católica. El Vaticano es miembro observador de la ONU y ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), por lo cual está obligado a responder. Hace 15 años que no lo hace y esta vez las preguntas son mucho más incisivas y detalladas que nunca. En 2011, presionado, el Vaticano amenazó con retirarse de la CDN, como indica EuroXpress:
Los especialistas de Naciones Unidas preguntan para iniciar la lista de interrogantes si la «Iglesia católica reconoce estos casos de violencia sexual contra menores por parte de miembros del clero, sacerdotes y monjas de varios países» y les interroga sobre «informaciones detalladas en todos los casos».
El CDN ha preguntado, por ejemplo, cómo estaba asegurándose el Vaticano de que los curas abusadores no tuvieran más contacto con niños y qué instrucciones había emitido la Santa Sede para asegurar que los casos conocidos por la Iglesia sean reportados a la policía.
Los expertos también investigan si la Iglesia ha silenciado a algunos niños víctimas de abusos sexuales y preguntan sobre la veracidad de las denuncias a la Iglesia en varios países, entre ellos Estados Unidos e Irlanda, donde ha sido acusada de trasladar a curas sospechosos de una diócesis a otra y de manejar el tema de manera secreta.
En su investigación también cuestionan las medidas adoptadas para prevenir y condenar los castigos corporales en algunas escuelas católicas y para evitar una educación de género discriminatoria en estos centros.
El comité también preguntó si la Iglesia había investigado el Asilo de las Magdalenas por las denuncias de tortura y tratos degradantes ocurridos en Irlanda entre 1922 y 1996 a miles de mujeres explotadas en las lavanderías de la congregación católica.
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