Un pareja rusa está detenida y podría ser condenada a una pena de cárcel porque, tras un accidente de tráfico ocurrido en San Petersburgo, decidieron llevar a su hijo de dos meses a bautizar a una iglesia en lugar de a un hospital para que recibiera atención sanitaria.
El bebé finalmente falleció debido a una lesión en la cabeza antes incluso de que pudiera ser bautizado y los padres están acusados por su celo religioso de un delito de «no prestar ayuda a una persona en peligro», penado con hasta un año de cárcel.
Tras el accidente, los padres decidieron llevarle a una iglesia porque «de lo contrario se le habría negado el Reino de los Cielos», han explicado fuentes de la investigación citadas por ‘Fontaka’. «El mejor templo para gente así es un psiquiátrico», ha señalado una fuente de la Comisión de Investigación, el organismo policial federal ruso.