Joseph-Ingace Guillotin fue un médico y diputado francés nacido en 1738 y fallecido en 1814. Con estos datos, apuesto a que muchos de ustedes ya están pensando en la guillotina, y no van desencaminados.
Guillotin no era partidario de le pena de muerte y tras el estallido de la Revolución Francesa y siendo miembro de la Asamblea Nacional pidió a sus compañeros que acabaran con las formas tan crueles de ejecución que se estaban llevando a cabo. No siendo capaz de evitar la pena capital, al menos suplicaba que no fuera esta aplicada de forma brutal y despiadada. Expuso entonces su propuesta de usar la guillotina a sus compañeros de asamblea, una máquina que no conllevaba dolor según decía él mismo:
El mecanismo cae como un rayo, la cabeza vuela, la sangre brota y el hombre deja de existir.
Aquella idea gustó y el método de ejecución, la guillotina, fue popularizado e irremediablemente asociado con los franceses de aquella época. El aparato fue bautizado con el nombre de Guillotin, aunque ni fue este su inventor ni estaba muy a favor de su uso, ya que como decía, estaba en contra de la pena de muerte. Para él era un mal menor.
Se calcula que unos catorce mil seres acabaron descabezados por el aparato en aquel tiempo de la Revolución Francesa, entre ellos, el rey Luis XVI y su reina, María Antonieta. Por cierto, los descendientes de Guillotin, cuyo apellido estaba unido a la guillotina, acabaron cambiando de apellido.
Fuente: CURISTORIA