En este país de sainete y pandereta, en donde nuestros más privilegiados cerebros deben emigrar para enriquecer a otros países resulta que se premia de manera pública y oficial a nuestros más ignorantes y peores conciudadanos.
Porque sólo así se puede entender que este año la Comunidad de Madrid haya otorgado su Medalla de Oro, máxima distinción pública del gobierno madrileño, nada más y nada menos a lo peor de lo peor de nuestra comunidad, al arzobispo Rouco Varela, individuo cerrilmente ignorante, ser apegado al más primitivo fanatismo cristiano, persona que muy probablemente no ha leído más que la Biblia y la vida de los santos, elemento incapaz de entender de ninguna de las maneras lo que significa vivir en el siglo XXI, analfabeto científico donde los haya puesto que sigue opinando que las enfermedades mentales son posesiones demoniacas y que en Madrid estamos rodeados por los siniestros seguidores de Belcebú y martillo de ateos, lesbianas, divorciados, gays, transexuales, mujeres que abortan y demás herejes que no comulgamos con sus prehistóricas, antidemocráticas y repulsivas alucinaciones.
Y ya para rizar el rizo de la más vergonzante hipocresía sólo hay que recordar que hace unos meses el exconsejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty destructor de la sanidad pública y presunto prevaricador, también fue galardonado con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo de Madrid por ¡agárrense! defender los servicios públicos. El colmo de la desvergüenza por este galardón a loo comportamientos más cerrilmente antidemocráticos.
Así que visto lo visto, la Comunidad de Madrid se ha especializado en otorgar condecoraciones a lo peor de lo peor de nuestra sociedad.
Fuente: Diario de un ateo