En un artículo de Joseph Stromberg para Vox (Flying: it’s still much safer than driving) se explica un impactante ejemplo sobre EE.UU.: si no se tienen en cuenta los vuelos militares, de aviones privados, ambulancias, etcétera, en 2012 no murió nadie en vuelo comerciales estadounidenses. Cero. Y eso incluye los miles y miles de vuelos nacionales e internacionales que realizan cada año. Sin duda una gran diferencia frente a las 33500 personas que murieron en carretera en aquel país.
Hay más datos al respecto en esta gran recopilación: 9 surprising facts about plane crashes, incluyendo curiosidades como «En la mayor parte de los accidentes, o todos mueren o todos se salvan», la legendaria probabilidad de supervivencia según el asiento del avión o el no menos famoso cálculo sobre que el miedo a volar mata la gente – dado que utilizan el coche como alternativa para desplazarse y eso es notablemente más peligroso.
Fuente: microsiervos