El mundo árabe sigue subyugado por el Islam, religión que en la práctica cercena cualquier posibilidad de desarrollo científico relevante más allá de una mera aplicación tecnológica puntual del conocimiento, siempre y cuando este no entre en contradicción con la visión literalista y medieval del Corán imperante en todo el orbe musulmán.
Y así no es infrecuente encontrar explicaciones “científicas” islámicas de lo más absurdas y peregrinas como las sorprendentes y disparatadas afirmaciones del Dr. Abd Al-Basset Al-Sayyid del “Egyptian National Research Center”, en donde declara sin pudor ninguno que la NASA y el Museo Británico han demostrado científicamente que la Meca es el centro electromagnético del planeta y que el astronauta Neil Amstrong quedó perplejo ante el poder de Alá. ¡Viva la ciencia islámica!
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