El término homofobia hace referencia a la aversión obsesiva contra hombres o mujeres homosexuales, aunque generalmente también se incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual, conocido bajos las siglas LGTBI (Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero e Intersexual), un término colectivo para referirse a los sectores socialmente incluyentes en donde se congregan los diversos grupos de personas que se identifican como no heterosexuales. El término xenofobia es el miedo, hostilidad, rechazo u odio al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, conocida como racismo.
Y la homofobia y la xenofobia no pueden quedar escondidas, sino sacarse a la luz. Y este es el argumento de la película A escondidas, segundo largometraje dirigido por el vasco Mikel Rueda (2014). Y saca a la luz este problema a través de dos adolescentes de 14 años, uno marroquí y el otro español.
Y así se nos narra en el blog de la propia película: “Amanece en una carretera del sur de España. A ras de suelo, a más de 100 km/h, un camión vuela por el asfalto. Vemos pasar, metro a metro, la carretera a toda velocidad. Sólo vemos eso, metros y metros de camino. Vamos a la altura de las ruedas del camión. Cada vez más rápidos. Pasan los metros, que se convierten ya en kilómetros y seguimos ahí, mirando el asfalto pasar”… Y así es el original final de esta película.
Ibrahim (el debutante Adil Koukouh) es una adolescente marroquí de 15 años, al que vemos por primera vez sólo y desorientado por una carretera de las afueras de una gran ciudad. Acaban de anunciarle que en dos días va a ser expulsado del país, así que ha cogido su petate y se ha dado a la fuga. Está sólo y no tiene a dónde ir, y no sabe ni los trucos básicos para robar en un supermercado. El destino hace que su vida se cruce con la de Rafa (el debutante Germán Alcarazu), un chico español de 15 años, y no será un cruce casual. El uno influirá en el otro tanto como el otro en el uno. Hasta tal punto será esta unión, que ambos comenzarán a sentir cosas que no podrán controlar.