Los científicos han calculado que un asteroide que cae sobre la Tierra tiene que ser al menos de 96 kilómetros de diámetro para erradicar por completo la vida en el planeta.
Asteroides más pequeños han golpeado la Tierra en el pasado, y causar una destrucción masiva. El ejemplo más notable es el asteroide que originó la extinción de los dinosaurios no aviares hace 65 millones de años.
Los científicos estiman que este objeto debió haber sido de entre 11 a 12 kilómetros de ancho. Al chocar contra el planeta, creó un enorme penacho de polvo que cubrió por completo el mundo, bloqueando la luz del sol, y originó en su proximidad temperaturas tan altas que literalmente cocinaron todo lo viviente.
Si tal catástrofe se produjera hoy en día, miles de millones de personas, sin duda perecerían y lo mismo sucedería con una gran mayoría de nuestra vida vegetal. Pero habría sobrevivientes.
En última instancia, los científicos estiman que un asteroide tendría que ser alrededor de 96 kilómetros de ancho para eliminar por completo la vida en nuestro planeta.