Por amor, pena, falta de confianza, ignorancia o simplemente por miedo. Las causas que lo explican son aún un vacío e inexplicable interrogante. No obstante, lo cierto es que en la Región casi dos de cada diez mujeres que sufrieron algún tipo de violencia de género, en el primer trimestre de este año, no pusieron ningún medio para que la justicia pudiera apresar las manos de su maltratador.
De ese porcentaje existe una cifra aun más alarmante, cercana al 8,7% de féminas, que incluso renunciaron al proceso de enjuiciamiento de su agresor cuando éste ya marchaba viento en popa. Un total de 89 mujeres, residentes en la Región, creyeron que lo más conveniente para su vida, o la de los suyos, era reclamar al juez que no actuase y que archivara el asunto. Las causas que justifican esta decisión, que a menudo acaba pasando factura a las víctimas, se alojan en un espacio muy íntimo, dentro de la realidad de cada una de estas mujeres.
Pese a estas situaciones concretas, 1.021 denuncias fueron recibidas en los juzgados murcianos tan sólo en los seis primeros meses del 2.007. La mayoría de ellas (77%) habían sido presentadas por las propias afectadas en la comisaría de Policía. Aún así, algo más de una cincuentena de casos tuvieron que saltar a la luz por intervención directa de la Policía o la Guardia Civil. Otros tantos procesos de maltratos (59) se iniciaron tras la redacción de un parte de lesiones por el personal de los centros hospitalarios. Resulta curioso el hecho de en esos tres meses ninguna denuncia partió de familiares de la agredida.
El enemigo en casa
Compartir una vida en común con el maltratador es uno de los aspectos más peligrosos para las féminas. Esta circunstancia aumenta el riesgo de ser objeto de su violencia. Y es que las principales afectadas por la ira de un maltratador son, precisamente, sus propias parejas, ya sean novias o esposas.
Las cifras son realmente significativas. Un 70,94% de las mujeres que sufrieron malos tratos en el primer semestre de este año, mantenían una relación afectiva con el varón que les infligía tal daño. Se trata de una cifra muy llamativa si se tiene en cuenta que una vez que desaparecen los lazos de unión el porcentaje disminuye hasta el 29,05%.
Estadísticas, cifras y porcentajes que tratan de darle algún sentido a todo este caos, como el que intenta ponerle puertas al campo.
Fuente: La Verdad