Del tocomocho y la estampita al carding (tarjetas duplicadas), el phishing, el smishing o el spam (correo basura). Los tiempos cambian, pero la picaresca sigue intacta. Los timos, lejos de desaparecer, se han multiplicado en los últimos años gracias, entre otras cosas, a Internet.
Los cacos se adaptan a métodos más sofisticados y las nuevas tecnologías les ofrecen enormes posibilidades. Parapetados tras el anonimato del teclado, delinquir resulta más sencillo, más fácil, menos arriesgado. Tanto se han extendido algunas estafas, que el Banco de España ha dado este año la señal de alarma por el incremento descomunal de una de ellas: el phishing.
Los responsables policiales coinciden en que es el timo, de largo, más extendido en la Red. Su mecanismo es sencillo: el ladrón suplanta la web de entidades bancarias u otras asociaciones como ONG, las envía por correo a miles de usuarios y solicita a sus víctimas las claves de acceso y números de tarjeta. Caer es sencillo. El dato es revelador: en 2006 el phishing sufrió un aumento del 290% respecto al 2005. Por ese motivo, el Banco de España recuerda que ni bancos ni cajas de ahorro piden datos personales ni confidenciales por Internet. Aunque es el más extendido, el phishing no es el único «cibertimo», ni muchísimo menos.
Cuidado con los SMS
Sin ir más lejos, ayer la Guardia Civil desarticuló por primera vez en España un fraude por smishing: mediante mensajes SMS se conseguían números de tarjetas de crédito. Con estos datos en su poder, el timador realizaba compras en sitios web usurpando la identidad de sus víctimas. El fraude puede sobrepasar los 60.000 euros y se estima que 1.000 incautos han podido caer en la trampa.
La lista de timos es enorme: falsas ofertas de trabajo; ventas de vehículos que son auténticas gangas, cuando a la hora de verdad ese coche o motocicleta ni siquiera existe; loterías que son un fraude; páginas de contactos tras las cuales se ocultan estafadores; desvíos de llamadas a teléfonos de tarificaciones adicionales…
En todos los casos, la víctima debe adelantar una cantidad de dinero, por lo general bastante elevada, a cambio de un supuesto chollo que nunca obtendrá. «Hay que andarse con mucho ojo a la hora de navegar porque es muy fácil caer en la trampa», advierte un investigador de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.
El agente de esta unidad especializada reconoce que las ganancias para los timadores «son enormes» porque a través de Internet pueden llegar «a millones de personas». «Y al final, uno u otro acaba picando», señala. Lo sabe bien Fabián, un joven de Tarragona que a punto estuvo de convertirse en víctima de una estafa. «Iba buscando chollos por Internet, y di con una furgoneta por 10.600 euros, cuando ese modelo, en concesionario, cuesta 40.000 euros», recuerda Fabián.
Tal fue la tentación, que envió un correo electrónico al vendedor, un ciudadano de supuesta identidad inglesa. «Tenía que hacerle una transferencia y, una vez tenía el dinero, me enviaba la furgoneta para probarla, pero había cosas que no me cuadraban y empecé a sospechar que había algo raro», relata. Tuvo suerte, y su intuición le salvó del engaño. El vendedor, además, resultó ser uno de los timadores más buscados en la Red. De hecho, existen foros con listados donde se identifica a estos «cazadores cazados».
Seguridad y sentido común
A pesar de todo, no hay que alarmarse. Internet es un medio seguro. «Hay millones de usuarios conectados cada día y no pasa nada. Se puede chatear, comprar, vender, conocer gente… No hay que tener miedo, pero sí utilizar siempre el sentido común», recalcan los agentes de la Guardia Civil. Y van más allá: «El 80% de los timos podría evitarse simplemente con pequeños conocimientos básicos».
Entre los consejos indispensables, los expertos recomiendan tener el equipo y el antivirus actualizado, e instalar cortafuegos (firewalls). Y lanzan un aviso: no hay que fiarse de las ofertas de «gane dinero fácil» porque detrás puede haber un fraude. «Es lo que se conoce como las mulas», explican los investigadores. Los timadores contactan con gente, y les ofrecen dinero sencillo y rápido. Basta con hacer de intermediarios. Así, reciben una transferencia a su cuenta corriente, y después envían el dinero a través de una compañía de expedición de divisas. «Muchos no lo saben pero por algo tan simple como esto se les puede imputar por colaborar en un fraude», señalan.
Estas recomendaciones coinciden con las que envían las asociaciones de consumidores y de internautas. Miguel Pérez, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), cree que el «desarrollo de la firma electrónica y la implantación del DNI digital» ayudarán a atajar delitos. Mientras tanto, no hay que bajar la guardia aunque, al final «todos caen», insiste la policía.
Fuente: Publico.es
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