Suelo oír en las series de crímenes como CSI o Caso Abierto aquello de que es más probable morir a manos de un familiar o un conocido que de un extraño. Veamos lo que dicen los datos reales. Los más directos que encuentro son de 1988 en EEUU. Un 16% de las muertes se produjeron a manos de un familiar. Un 64% a manos de un amigo o conocido y un 20% a manos de un desconocido. Más datos interesantes: * Las muertes fueron obra en un en un 6,5% por el cónyuge, el 3,5% por uno de los padres y el 2,6% por otro familiar, en un 1.9% de uno de los hijos y en un 1.5% por un hermano. * En 2/3 de las muertes a manos de un familiar, el asesino es un varón. Cuando se trata de padres y hermanos, éste porcentaje sube en torno al 85%. Cuando se trata de la pajera, las mujeres llegan al 41% de los asesinatos y cuando se trata de los hijos al 55%. * Cuando una madre mata a un hijo, es más probable que sea macho que hembra (64% frente a 36%). Cuando un padre mata a un hijo sin embargo es igual de probable que se un hijo o una hija. * Cuando un hijo mata a su padre, es igual de probable que sea a su padre o a su madre, pero cuando se trata de las hijas, los padres lo son un 80% de las veces. Por otro lado, los estudios parecen indicar que padres delincuentes o abandono, abuso físico o la exposición a la violencia domestica son buenos indicadores del futuro comportamiento delictivo de los hijos, pero no hay una clara separación para deducir si son los genes los que provocan que padres violentos engendren hijos violentos o es el entorno el que crea los patrones. Pero quizás el dato que más me ha llamado la atención con respecto a la dinámica familiar es su contribución adversa a la distribución de la riqueza. En el libro The Pecking Order: Which Siblings Succeed and Why, se afirma que las diferencias entre hermanos dentro de la misma familia podrían contribuir al 75% de la desigualdad en la distribución de la riqueza en la sociedad norteamericana. Según el libro * Los hijos de distinto sexo experimentan la «misma» familia de forma muy diferente. Los investigadores afirman que los padres dan a los hijos varones más independencia, menos tarea y los critican menos. El padre tiende a pasar más tiempo con sus hijos varones. * Los hijos e hijas de madres trabajadoras tienden a ingresos más similares de adultos. Los hijos variones suelen ganar unos 4,500 $ más en media que las hijas si la madre estuvo empleada en sus años de formación y unos 8.000 $ más si la madre no estuvo empleada. * El orden de nacimiento no tiene efecto en familias de sólo dos hijos. Pero importa en familias mayores –principalmente porque el dinero no da para más. ¿Quién lo sufre?. Los hijos de en medio. Generalmente al «peque» de una familia muy grande le suele ir bien. * Los hijos dentro de la misma familia experimentan el divorcio de los padres de forma muy distinta. El impacto es menos severo en los mayores que ya han abandonado el hogar y más severo en los mayores que todavía viven con ellos, que pueden terminar en el papel de cuidadores. (En matrimonios donde hay abuso, los hijos menores pueden beneficiarse de la separación por tener más tiempo para recuperarse). * Los hijos gay o muy religiosos tienen mayor probabilidad de adquirir el estatus de «otusiders». En familias adineradas se convierte en una desventaja por crear barreras que causan una movilidad hacia estratos inferiores. Sin embargo en familias de bajos ingresos puede ser un motivo de ascenso resultando en mayores ingresos. A la derecha más conservadora siempre se le llena la boca hablando de la importancia de la familia en la sociedad. Tienen razón. Pero precisamente por ser de vital influencia social, deberían insistir en la importancia de los servicios sociales y de que la familia no debería ser una entidad cerrada libre de la inspección de las autoridades cuando haya sospechas de que se están dando el tipo de problemas que después retornarán a la sociedad. Y no hay mejor ejemplo aquí que la legalización del aborto. Los estudios indican que los hijos de madres solteras jóvenes tienen mucho más riesgo de caer en comportamientos delictivos. Los economistas Steven Levitt y John Donohue escribieron un artículo en 2001 que afirmaba que la disminución de la criminalidad en EEUU durante la década de los noventa tenía como principal causa la legalización del aborto a finales de los setenta. Aunque existe cierta controversia sobre la fiabilidad de este resultado –que curiosamente parece venir fundamentalmente del entorno neoliberal que muchas veces suele coincidir con los conservadores, por lo que uno siempre está con la mosca en la oreja– ese es un ejemplo de cómo la intervención del estado en la planificación familiar puede ser fundamental para la sociedad en su conjunto, por poco que eso guste por ejemplo a la jerarquía católica que todavía guardan la esperanza de ser los únicos interventores en el núcleo familiar. Addendum El título de la entrada está inspirado por esta hermosa canción de Peter Gabriel Fuente: Ecos del Futuro