La Sociedad de Transplantes Británica ha acusado a las autoridades chinas de vender los órganos de los miles de ejecutados en el país para ser utilizados en transplantes.
Algunos médicos apuntan, incluso, que la fecha de algunas ejecuciones podría haberse adelantado para adaptarse a las necesidades de los compradores y de los pacientes que debían ser sometidos al transplante.
La sociedad médica, que ha observado cómo el número de pacientes que decide viajar a China para obtener un transplante ha aumentado considerablemente en los últimos años, ha manifestado que esta práctica es contraria a los Derechos Humanos.
De acuerdo con sus declaraciones, la velocidad con la que se adjudican los donantes a los pacientes demuestra que los prisioneros son seleccionados antes de su ejecución.Por su parte, China ha negado todas las acusaciones, aunque ha admitido que podrían haberse producido algunas donaciones de órganos por parte de presos condenados a muerte, pero siempre con su consentimiento.
Fuente: 20minutos.es
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