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Investigadores han desarrollado una técnica para determinar la huella química de compuestos tales como el gas mostaza, veneno para ratas y agentes nerviosos como el VX.  Averiguar los detalles de cómo estos compuestos se crearon en primer lugar, podría proporcionar pistas vitales para la policia con el fin de atrapar a los criminales de guerra química, y a reunir pruebas.

La química forense habitualmente se centra en la identificación de la sustancia en cuestión, pero el químico Audrey Martin y sus colegas en el Lawrence Livermore National Laboratory de California querían llevar estos análisis un paso más adelante. «Si ya sabemos que fue un ataque químico y que utilizaron gas de mostaza, ahora queremos saber quién lo hizo», dijo Martin, quien presentó la investigación 22 de marzo en una sesión  en una reunión de la American Chemical Society, celebrada en San Francisco.  «Estamos buscando en el siguiente paso – ¿De dónde vienen?»

La técnica se basa en el hecho de que a menudo hay muchas rutas para el mismo producto – por ejemplo, hay 12 maneras diferentes de hacer que el gas mostaza a partir de azufre. Dependiendo de la ruta y los ingredientes, hay varios subproductos químicos, impurezas y los ingredientes que no ha reaccionado en el producto final. La presencia y proporción de estas moléculas pueden proporcionar pistas sobre cómo se hizo el compuesto, dijo Martin. En algunos casos, como con la tetramina, que es un veneno para ratas, una vía de síntesis podría ser descartada por completo por la presencia de un ingrediente en particular. Firmas de las condiciones de reacción, como la temperatura y la presión, también puede estar ocultas en el producto final.

Hasta ahora, el equipo de Lawrence Livermore, ha determinado estas firmas químicas diferentes para un puñado de compuestos, incluidos el gas sarín y el agente tóxico nervioso VX . El equipo también está documentando cómo estos productos químicos evolucionan con el tiempo, por lo que los científicos pueden decir si algo ha sido elaborado en alrededor de cinco minutos, 20 minutos o una semana.

Martin ha desarrollado una aplicación informática que puede alimentar estas firmas, minimizando el tiempo dedicado manualmente a ñla comparación de perfiles de productos químicos. Los investigadores también están investigando cómo estos agentes interactúan con los alimentos y superficies como azulejos, plástico y metal. Esta información podría ayudar a guiar a los primeros en responder con el muestreo de una zona contaminada, dijo Martin.

«No es un arma de fumar», advierte. Pero si el sospechoso fue visto compramdo un ingrediente particular, o tiene un residuo  en un manga de la camisa, el método podría ayudar a cerrar un caso.

Fuente:  WIRED SCIENCE
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