A continuación va la traducción de un post de Martin Robbins, TheLayScientist, que escribe en The Guardian, titulado ¿Funciona la tortura?:
Soy un humanista pragmático, así que no creo en absolutos en el ámbito de la moral. ¿Que sí podría yo apoyar el uso de tortura en una situación dada? Sí, definitivamente, y sería irracional decir lo contario. Si mutilar las bolas de Juan Castañas impide que una bomba nuclear pulverice mi pub favorito, que alguien me alcance la plancha para el pelo.
¿Pero qué si no funciona? Mucha de la discusión sobre tortura se concentra en los dilemas éticos y morales, pero de hecho todos esos argumentos y supongamos son irrelevantes si la tortura no funciona en primer lugar. Si aquellos que la apoyan no pueden probar que funciona entonces ya perdieron el debate.
El argumento más fuerte a favor de la tortura es el de «la bomba a punto de estallar», del que Juan Castañas y sus bolas tostadas, párrafos arriba, fueron una variación. Alan Dershowitz hizo un buen resumen del argumento en el San Franscico Chronicle allá en 2001.
«Todo mundo dice que se opone a la tortura. Pero todos dicen que la efectuarían en persona si supieran que así salvan la vida de un niño secuestrado que sólo tiene 2 horas de oxígeno antes de morirse. Y sería lo correcto.»
Es un argumento convincente, hasta que comienza uno a ver la cantidad de cosas que hay que asumir para aceptarlo. Este argumento asume que tienes a la persona correcta en custodia, también asume que esa persona tiene la información que necesitas, asume que no hay otra mejor manera de obtener la evidencia y, sobre todo, asume que la tortura es una forma efectiva de obtener información.
Uno de los aspectos interesantes del debate de la tortura es que muchos en las comunidades militares y de inteligencia parecen decididamente no convencidos sobre la efectividad de la tortura. Ali Soufan, ex agente especial del FBI con experiencia considerable interrogando a operativos de Al-Qaeda, declaró a Time que:
«Ante el dolor, la gente dirá lo que sea para detenerlo. La mayor parte del tiempo, van a mentir, fabricarse lo que sea para parar lo que los lastime. Eso significa que la información que estás obteniendo es inútil.»
No está solo en esta consideración -varios ex agentes de inteligencia han expresado puntos de vista similares. Esas palabras también tienen eco en la sección sobre interrogatorios del Manual de Entrenamiento de la Armada de EU que sugiere que:
«… el uso de la fuerza es una técnica pobre, pues genera resultados poco fiables, puede dañar los esfuerzos posteriores para conseguir información e induce a que la fuente diga lo que sea que piense que el interrogador quiere oir.»
La situación se tornó más confusa por el hecho de que miembros de la administración de George W. Bush hicieron afirmaciones respecto a la efectividad de la tortura, que luego se probó que eran falsas. Una de esas afirmaciones decía que medio ahogar a Khalid Shaikh Mohammed sirvió para obtener información vital que desbarató un plan para atacar la Liberty Tower en Los Ángeles en 2002. Nomás que en 2002, Shaikh Mohammed estaba ocupado evadiendo captura en Pakistán.
Pero basta de anécdotas, veamos la ciencia. ¿Por qué no sería efectiva la tortura? Hay varias razones. Asumamos que tenemos al tipo correcto y que lo que tiene en la cabeza es justo lo que necesitamos. Todo lo que hay que hacer es sacarle la información a golpes ¿cierto?
Bueno, no. Supongamos que empiezo a golpearte en la cabeza, exigiéndote que me digas que Justin Bieber es, sin lugar a dudas, talentoso. Eventualmente, aunque tome varios días de tortura llegar a ese punto, tú me dirás lo que quiero oir. Pero eso no significa que sea cierto.
El segundo problema es que la memoria humana es un medio poco confiable para guardar información. Toma a un grupo de testigos de cualquer evento que haya salido en las noticas: un bombardeo, el 9/11, un accidente automovilístico, lo que sea. Mientras más gente entrevistes, más versiones de los hechos vas a tener, porque nuestra percepción de los eventos no siempre es muy precisa. Además, hay una vasta bibliografía científica que nos dice que la memoria de una persona es menos fiables en casos de privación de sueño, sometimiento a gran estrés, o lo que pueda confundir a una persona. Cosas que pasan, ya sabes, cuando se tortura a alguien.
El Comité Científico de Inteligencia es un organismo que tiene la tarea de proveer consejo científico a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. En 2006 hicieron un reporte llamado «Educing Information», una colección de 11 artículos estudiando varios aspectos de la ciencia y arte del interrogatorio. Los autores de este documento señalan:
«Oyendo el debate post 9/11 sobre reglas para interrogar sospechosos terroristas, uno podría concluir fácilmente que los métodos coercitivos no son únicamente efectivos, sino que son sustancialmente más efectivos que los no-coercitivos para obtener información de fuentes resistentes y que les permita a las agencias de inteligencia hacer su trabajo. Incluso aquellos que se oponen a tales medidas fallaban en encarar esa premisa, poniendo todos sus esfuerzos, solamente, en los aspectos legales y morales en juego.»
Y eso es sorprendente pues la premisa a favor de la tortura es débil. En aras de la completitud y equilibrio sería bueno señalar alguna evidencia que favorezca el uso de la tortura. Pero no puedo, pues en realidad, como el reporte lo indica, y yo lo he hallado a la hora de buscar material para este texto:
«La comunidad científica nunca ha establecido que los métodos de interrogatorio coercitivo sean efectivos como medios de obtención de información de inteligencia fidedigna.»
A pesar de estar vigente por décadas, y de haber una amplia oportunidad de juntar estadísticas, no existe alguna evidencia científica más allá de algunas dudosas anécdotas, de que la tortura funcione. La tortura es un método extremo, y antes de meternos a la discusión ética y moral sobre su uso, su efectividad debería estar probada a un grado razonable. Cualquier tipo de prueba, sería, por supuesto, profundamente antiética pero tampoco es como si no existieran datos de los cuales obtener conclusiones.
No me opongo a la tortura por fundamentalismo. Pero esta tiene que estar justificada. Si los gobiernos que recurran a ella no son capaces de reunir los más básicos requerimientos para probar que alguna vez ha funcionado, entonces, de antemano ya perdieron.Fuente: libre pensar
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