Los jesuitas han aceptado pagar más de 166 millones de dólares a las más de 500 víctimas que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños en las escuelas católicas de cinco estados del noroeste de EEUU, anunció ayer el abogado de las víctimas.
La mayoría de los afectados son indígenas americanos y de Alaska que sufrieron abusos a manos de los sacerdotes en los estados de Oregón, Washington, Alaska, Idaho y Montana. Los abusos se cometieron entre 1940 y 1990 en escuelas de poblaciones remotas o reservas, donde, según denunciaron, la orden enviaba a los sacerdotes que consideraban problemáticos.
Clarita Vargas, miembro de la tribu Colvill, es una de las víctimas y compareció ante la prensa junto con el abogado Blaine Tamaki para celebrar que “se ha hecho justicia”. “Es un día de rendición de cuentas”, aseguró Vargas, de 51 años, que junto con sus hermanas sufrió los abusos del jefe de la Misión y Escuela Santa María, cuando tenían apenas tenían siete años.
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