¿Fueron los médicos que cuidaban a los detenidos en la Bahía de Guantánamos cómplices de tortura por dejar de lado, o no informar sobre la evidencia de abusos?
Es la afirmación de Vicente Iacopino de Physicians for Human Rights (Médicos por los Derechos Humanos) en Cambridge, Massachusetts, y Stephen Xenakis, un general retirado del ejército de EE.UU. de brigada, quien aconsejó a los abogados que representan a nueve de los detenidos.
Ninguno de los nueve tenía antecedentes de problemas psicológicos, en todo el tiempo que hicieron alegaciones de abuso, ocho de ellos mostraron una gran variedad de síntomas psicológicos, como pesadillas, pensamientos suicidas y alucinaciones.
Iacopino y Xenakis culpan a los médicos de Guantánamo por no considerar un diagnóstico de trastorno de estrés postraumático (TEPT) causado por abusos. Los médicos dieron diagnósticos como trastornos de la personalidad y estrés asociado con la reclusión.
«Creo que es bastante obvio que hubo una evasión deliberada de los diagnósticos que implican daño intencional», dice Iacopino.
Ese cargo puede ser difícil de corroborar. Un problema es que a los detenidos a menudo se negaban a cooperar con las evaluaciones médicas, lo que puede haber hecho un difícil diagnóstico preciso.
De manera más general, es muy difícil evaluar la idoneidad de un diagnóstico a partir de un análisis posterior de los registros médicos de alguien. «No hay suficiente información para decir algo concluyente», dice Frank Climase , psicólogo de la Universidad de Auburn en Alabama epecialista ens en TEPT.
La publicación coincide con el lanzamiento en WikiLeaks del primer lote de más de 700 archivos relacionados con los detenidos de Guantánamo. Estos indican que muchos fueron detenidos en base a evidencias débiles de implicación con terrorismo.
Fuente: New Scientist