De entre todos los timos que uno se puede encontrar por ahí, los más repudiables quizás sean aquellos que juegan con la salud de la víctima, más si cabe aquellos que juegan con la salud mental de la víctima. De entre todos ellos, uno llama especialmente la atención, consiste en el tráfico aparentemente gratuito de un pan «milagroso» que tiene propiedades alucinógenas. Su anunciante y suministrador: la iglesia católica Apostólica Romana (ICAR). Sus principales víctimas, personas que creen que necesitan de intermediarios para llevar a cabo sus buenas intenciones, tanto más cuando eligen a un intermediario que no tiene tan buenas intenciones como asegura.
Entre las propiedades que el suministrador asegura que tiene el pan destacan las siguientes:
1) Otorga la vida eterna (esta promesa debería constituir por sí sola un serio aviso para clientes incautos y para las autoridades sanitarias, pero el suministrador destaca otras bondades:)
2) Una realidad poco atractiva será sustituida por otra realidad fantasiosa llena de paraísos, demonios, infiernos y ángeles (En esta realidad alternativa, el individuo adicto vivirá instalado en el miedo al concepto “dios”, que la empresa suministradora maneja con gran soltura y beneficio económico, anulando por completo la posibilidad del individuo de vivir una vida plena y libre)
3) Aumenta el ego del consumidor (Esto le lleva a un estado de falso crecimiento personal lo que muchas veces deriva en un plus de estúpida e ignorante condescendencia hacia quienes no consumen el pan, que pasan a ser mirados como seres perdidos en un mundo de tinieblas)
4) Proporciona elevación espiritual (En realidad, por medio de la sugestión se lleva a creer al consumidor que dicha elevación espiritual es real. En ese estado es fácil inducirle la idea de que las pertenencias materiales carecen de Importancia frente al mundo espiritual. Este estado es aprovechado por el suministrador para ocultar al incauto lo que realmente piensa sobre los bienes materiales, los cuales acapara y acumula desde hace siglos en cantidades increíblesy en ocasiones por métodos dignos de castigo divino. Este efecto del pan en la concepción del mundo, también lleva al drogadicto a pensar que las convenciones y reuniones que lleva a cabo la secta deben ser sufragadas con dinero público. De alguna forma que los científicos aún no han podido explicar, el adicto queda incapacitado para desentrañar la incongruencia del mensaje sobre la importancia del mundo espiritual sobre el material, que es repetitivamente lanzado por el cártel suministrador de la droga desde su mundo de inconcebibles riquezas materiales.)
5) Proporciona al consumidor la sensación de pertenecer a una clase especial de personas que no pertenecen a este mundo (esta característica es especialmente peligrosa, ya que lleva a los adictos a considerar que pueden realizar todo tipo de acciones ilegales o inmorales impunemente, ya que contarán con la protección «espiritual» de la confesión. El mensaje a través del cual la suministradora consigue reforzar este efecto es el que le hace creer al cliente-adicto que sus faltas habrán de ser juzgadas en otro mundo y no en este. El principal beneficio que obtiene el suministrador es el de que los adictos no considerarán como delitos aquellos cometidos por la empresa suministradora o por sus empleados, para con quienes los adictos a esta droga muestran una indignante comprensión. Especialmente indignante cuando se trata de los incensantes casos de pederastia que se dan entre ellos, en los que se suelen inclinar más por disculpar o compendrer qntes que por repudiar y denunciar.)
6) Evita los malos pensamientos (En realidad evita los malos y los buenos, evita todo tipo de pensamientos que el individuo pueda tener de forma autónoma y libre, y los sustituye por dogmas indemostrables suministrados conjuntamente con el pan. Por esta vía también le son suministrados al drogadicto una larga lista de ideas que le mantienen en un limbo de conciencia del que solo pueden salir con la ayuda del suministrador)
7) Aumento extraordinario de la autoestima del adicto (esta característica resulta de gran interés y aprovechamiento para el suministrador ya que lleva al individuo a arrogarse las funciones de «comisario moral», lo que le hace creerse en el derecho de ir diciéndole a todo el mundo qué es el Bien y qué es el Mal. La secta utiliza este efecto perverso de la droga para hostigar a aquellos colectivos cuya simple existencia hace dudar de la legalidad o de la moralidad de la empresa suministradora. [1] y [2])
Como pueden ver, se trata de un peligroso timo cuya incesante publicidad requiere extremar la atención, a la espera de la intervención de las autoridades sanitarias. Aquí tienen algunos de los mensajes a través de los que tal vez intenten venderles esta peligrosa droga:
— En verdad os digo, hermanos, que este es un pan milagroso que solo trae beneficios, tanto espirituales como económicos. Como fieles clientes tendréis la dicha de participar de los beneficios espirituales.
— En verdad os digo, hermanos: ¡Comed y creed todos en él porque este es el cuento de Cristo!
— En verdad os digo, hermanos, que !!!este pan es la hostia!!!
Desde la empresa anunciante: el “cártel del Vaticano”, no se han pronunciado oficialmente sobre este timo del pan milagroso que tanto daño está haciendo a los más inocentes.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que esta droga alucinógena y degenerativa será la hostia, pero también es la más dañina que pueda concebirse para las personas y que aún no ha sido intervenida por las autoridades sanitarias, de modo que con cada dosis se haga llegar al incauto potencial mensajes relativos a los efectos perniciosos que tendrá sobre su salud mental y económica.
[1] http://www.publico.es/espana/378506/rouco-al-15-m-sus-problemas-tienen-que-ver-con-el-alma
Fuente: Impresiones Mías
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